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lunes, 13 de abril de 2015

MARX, KEYNES, LA VII CUMBRE Y LA VIDA COTIDIANA

Muchas veces los expertos se preguntan cómo afectan estos eventos magníficos y magnánimos en la vida doméstica de los individuos, es cierto que a veces se hace difícil, pero esta vez lo vi muy claro, ahí, en el acontecer cotidiano. 

La mañana del lunes 13, después de la VII Cumbre de las Américas, me encontré con un vecino en el parqueo del edificio en el que vivo, y como suceden esas conversaciones mañaneras, en una sola ráfaga me contó de que en el fin de semana había tenido dos contratiempos; uno, se le despegó la muela provisional en la que le están trabajando una prótesis fija, o “corona”, como me aclaró; y dos, sus lentes se habían descompuesto. Según me dijo en la misma ráfaga, habían perdido los tornillos de las dos patas. “Vamos como si se hubieran puesto de acuerdo”, concluyó, montó en su carro y se fue.

Iba tan atribulado el vecino, que cuando lo vi regresar justamente dos horas después, con aquella tranquilidad, no pude menos que preguntarle: “Vecino, ¿pero perdió el viaje?, a lo que con una sonrisa de oreja a oreja me respondió: “No vecino, no me ve con los lentes puestos”… y ya iba a enseñarme la muela cuando le corté diciéndole, “pues con su palabra me basta”…

Muchas veces los expertos se preguntan cómo afectan estos eventos magníficos y magnánimos en la vida doméstica de los individuos, es cierto que a veces se hace difícil, pero esta vez lo vi muy claro, ahí, en el acontecer cotidiano. Ante lo que el vecino me contaba y gracias a esas conexiones que a velocidad supersónica hace la mente humana, volví a escuchar los ecos de los discursos encendidos contra el neoliberalismo capitalista echados a volar en la cumbre, recordé el reconocimiento que hicieron casi todos los Presidentes del modelo populista, del “Socialismo del siglo XXI” como las vías económicas más convenientes para nuestro continente, recordé que Cuba y Venezuela se habían legitimado en esa Cumbre como los modelos a seguir… entonces, le dije al vecino una frase que lo dejó, al parecer, en China.

-Vecino –le dije-, que bueno que eso le pasó ahora, porque quizás dentro de dos o tres años, si le sucede eso, tardará un par de semanas, un par de meses o no podrá resolverlo nunca si no le mandan los dólares de Nueva York.

-¿Y cómo así vecino? –Me respondió.   

Entonces no tuve manera de explicarle, en una ráfaga, y le aconsejé leer todos los discursos de la Cumbre, aunque ahora, cuando escribo esto, me parece que eso tampoco le ayudará mucho. Entiendo que quien ha nacido en un país al que todos le reconocemos sus insuficiencias, la pobreza que impera en determinados sectores de la población, las maldades y la corrupción de los políticos, la impunidad, el débil Estado de Derecho, la poca fortaleza de las instituciones del Estado y muchos otros conflictos sociales, políticos y económicos le queda muy lejos asimilar que se puede estar peor, y que de hecho, muchos, entre ellos los que viven en Cuba y Venezuela, necesitan trabajar sin descanso para ganar menos de un dólar diario, y donde para resolver esos dos nimios entuertos domésticos que en dos horas el pudo resolver, deben pasar “El Niágara en bicicleta”, y aun así pudieran no resolverlo.

No quisiera que en un par de años se achante en la silla de alfileres del Palacio un Presidente populista, aspirante a dictador y seguidor de los modelos del Socialismo del Siglo XXI, no quisiera que mi vecino, para comprender lo que le quise decir tenga que vivirlo en carne propia, eso no se lo deseo ni a mi mejor enemigo.    

Primera sesión Plenaria de VII Cumbre de las Américas

domingo, 5 de abril de 2015

¿REVENTAR LA CUMBRE?¿ ESA ES LA CUESTIÓN?

A propósito de la Séptima Cumbre de las Américas que se celebrará en la Ciudad de Panamá, Panamá, del 10 al 11 de abril de 2015.

...los presidentes que asistirán a esa Cumbre eran unos niños cuando el General que les hablará de tú a tú ya ostentaba todo el poder sobre una nación y capeaba por el mundo creando “dos, tres, muchos Viet Nam”; y eso, al parecer, les ha cautivado. 

Quienes han leído los libros de filosofía marxista recordarán que, para exponer lo irreconciliable entre el materialismo y el idealismo, casi todos los autores plantean un axioma: «El problema fundamental de la filosofía es saber qué es lo primero, el ser o la conciencia». Con esto, queda zanjado todo posible debate entre creyentes y no creyentes, entre materialistas e idealistas. Cada cual ha de tener sus razones y todas han de ser «respetables». Por ahí, nada que debatir.

Pero este axioma, al ser trasladado mecánicamente al terreno político e ideológico, también ha servido a las sectas marxistas para sustentar que el problema fundamental entre el capitalismo y el «comunismo» -el «Socialismo del siglo XXI» o el que para el castrismo se ha convertido en «Nuestro socialismo»-, está; en una primera etapa de «luchas», en proclamar dos visiones filosóficas distintas y «respetables»; y en una segunda etapa, declarar que el comunismo y el capitalismo son incompatibles, y que para que exista un «mundo de justicia social» el capitalismo debe extinguirse y esa es la meta de las dictaduras adscritas a las sectas marxistas, o al menos la ilusión que le colocan a sus seguidores en el horizonte, esa línea imaginaria que se aleja en la medida en que nos acercamos a ella.

Y para esta Séptima Cumbre de las Américas, los países que se han agrupado bajo el ala del castrismo no han pasado por alto el axioma de marras, como no lo han tenido en cuenta los países democráticos que, violando sus propios acuerdos, entre ellos la Carta Democrática Interamericana, han aupado y aplaudido con ingenuidad y/o malicia la entrada triunfal de una de las dictaduras más longevas del mundo y sus seguidores a un foro creado para proteger justamente la democracia representativa en el continente Americano. Una institución que en uno de sus documentos dice:

En la Tercera Cumbre de las Américas de la ciudad de Québec del 2001, los países preocupados por la fragilidad de algunas democracias propusieron la adopción de la Carta Democrática Interamericana, que sin lugar a dudas, es el mecanismo más novedoso que existe en el mundo para defender la democracia. […] La Carta Democrática ha sido un instrumento esencial que reitera nuestra constante preocupación por asegurar la subordinación constitucional de todas las autoridades del Estado a la autoridad civil legítimamente constituida. (*)

El modo de operar del ex máximo líder de la llamada «revolución cubana» -y de su sucesor sanguíneo en el poder, el General R. Castro, quien aparecerá como estrella rutilante en el foro de Panamá-, ha consistido, durante las últimas seis décadas, en destruir las instituciones que no le han sido útiles en su diligente accionar para mantener en sus manos el poder vitalicio y absoluto, es decir -si tratamos de hablar el castellano utilizando las categorías creadas partiendo de la realidad objetiva-, los hermanos Castro han sido capaces de destruir todo lo que se ha opuesto a su dictadura.

Por lo tanto, si miramos con algún interés lo sucedido a través de la historia de las dictaduras, y específicamente de las dictaduras instauradas como sectas marxistas, y si observamos cómo estas han penetrado y reventado las instituciones democráticas nacionales e internacionales, será bastante obvio predecir que así lo harán en esta Séptima Cumbre de las Américas.

Y para reventar la Cumbre el primero y gigantesco paso ya está dado, y consiste justamente en permitir que se siente a la mesa, junto a los presidentes elegidos constitucionalmente, a la dictadura más antiguo del continente americano, que se legitime de ese modo, se le dé carácter igualitario y respetable a la dictadura en una institución que se creó para defender las democracias en el continente,  que la Cumbre asuma y dé pábulo a un sistema sustentado en el poder totalitario, a un sistema que representa todo lo opuesto a lo proclamado por las Cumbres de las Américas desde su fundación, y que lejos de condenar a los caudillos los catapulte como una opción «respetable» de vida para el porvenir de nuestro continente.

Mal acabarán estas pláticas, como así terminaron con Stalin, con Jruchov, o con Mao, por solo mencionar a tres de los que, camuflados de demócratas y proveedores de paz en el mundo, fueron tenidos en cuenta por las potencias capitalistas y sentados a la mesa como pares. Con cada uno de ellos el capitalismo sufrió derrotas que aun deberían lamentarse, observarse y considerarse, derrotas que pudieran repetirse con los populistas totalitarios que asistirán a esta próxima Cumbre en Panamá, quienes han dado muestras más que fehacientes de que en sus mentes «el capitalismo está en su fase final y que desaparecerá de la faz de la tierra junto a la democracia representativa». Para estos dictadores, y para quienes han usado el sistema democrático para acabar con la democracia bajo el ala del castrismo, «el futuro pertenece por entero al socialismo». Ellos están convencido de eso.

Por otra parte, los presidentes que asistirán a esa Cumbre eran unos niños cuando el General que les hablará de tú a tú ya ostentaba todo el poder sobre una nación y capeaba por el mundo creando «dos, tres, muchos Viet Nam»; y eso, al parecer, les ha cautivado. Aparentemente, no se han podido resistir ni demócratas, ni autoritarios populistas ante el deseo de ver en vivo, sentado a su mesa, a quien algunos quisieran encarnar, y, tomados así, en éxtasis, tanto los desprevenidos como los cautos, recibir de él la fórmula del poder vitalicio, con la cual se reventará, antes sus ojos, la Séptima Cumbre de las Américas. Ojalá que me equivoque. Ojalá.