22. 02. 2025. Santo Domingo. Enrique Ramil, invitado; Banda de FC; Amaury Sánchez, dir; Orquesta Filarmónica de Santo Domingo.
Pues sí, lo hicimos otra vez, la Filarmónica de Santo Domingo, conducida por Amaury Sánchez acompañó otro espectáculo en el Teatro Nacional, pero este fue muy distinto, esta vez el artista fue Francisco Céspedes, que no es lo mismo ni es igual. Y voy a contar lo que vi y escuché desde mi atril y por qué digo que Céspedes no es lo mismo ni es igual. Por supuesto, con eso no quiero decir que Pancho tenga una calidad distinta a todos los demás, NO, quiero decir, que en el estilo de Pancho, no habíamos acompañado a ningún artista.
Y no se apure, que se lo explico en pocas palabras.
Orden del programa
Todo el mundo conoce, que cuando se monta un show con música en vivo, la orquesta, sea del formato que sea, necesita coordinar las acciones, es decir, seguir un guion y ensamblar un repertorio, tanto con los cantantes como con los bailarines, actores o presentadores que puedan aparecer a través del espectáculo. En la concreta, hay que ensayar para que las cosas salgan bien y el público aplauda. Eso es lo estándar, pero Pancho, el estilo de Pancho Céspedes está muy pegado a lo que en Cuba se ha conocido como Feeling, o más cubanizado aún, filing.
¿Y esto qué cosa es? Pues según nos dicen algunos investigadores, este fue «uno de los movimientos más interesantes en la historia de la música popular cubana del siglo XX» y que tuvo sus inicios en La Habana durante la década del 40. Su «nombre, surgió cuando (algunos de sus iniciadores) escucharon el número I gotta feeling interpretado por la cantante afronorteamericana Maxine Sullivan» (Leonardo Acosta). Nos dicen además, que los cultores del filing o filineros, volvieron «la espalda a la rima estable, (y utilizaron) letras que rayaban en la prosa o que se servían de consonancias», y lo más importante, tenían «un modo de interpretar letra y melodía cuasi parlando, con pausas profusas». En síntesis, tenían «la huella del jazz, la canción norteamericana, y del impresionismo musical, (y todo eso) pasado por el agua de lo cubano». (Helio Orovio).
Y Céspedes, un heredero de ese filing que invadió los clubes nocturnos de La Habana desde la década del 40, cantó en el Teatro Nacional Eduardo Brito el pasado sábado 22 de febrero, acompañado por la Filarmónica de Santo Domingo como si esta fuera su guitarra, sin hacer la más mínima concesión al bolero bailable, sin evadir su estilo, sin traicionar el filing.
Por eso, este fue un show muy distinto para la Orquesta, la que, en manos de su director, siguió a Pancho en sus improvisaciones, latidos, murmullos, alargamientos de frases, sus cuasi parlando, sus rubatos, y toda su agógica filinesca.
Por todo eso, digo yo, el Francisco Céspedes Sinfónico que el público aplaudió a manos llenas en el Teatro Nacional. fue muy distinto.
¿Cómo fue? No tengo la menor idea, no recuerdo por qué este artículo se me quedó en ristre y no lo publiqué ocho años atrás, cuando se anunciaba la llegada de Bond, de James Bond a La Habana; sin embargo, como en Cuba la noria de sangre no se detiene y siempre lleva a los mismos lugares -sin siquiera bombear agua-, hoy, como ayer, tiene una vigencia innegable. Mire usted, sumidos en la peor crisis económica, política y social, la tiranía castrista no tiene nada mejor que hacer que profundizar el genocidioespiritual de los cubanos, y esta vez no será Bond en una sala de cine infernal, sino perpetrando nuevamente barrios debates antimperialistas, en infernales barrios equipados como los más conspicuos campos de exterminio.
Fuente externa. @Jeniree Segando almas con la oz y el martillo
Lea usted lo que sucedió en la cruenta y accidentada temporada de Bond en la Cinemateca de Cuba en agosto de 2017, y dígame si hoy, como ayer, no se está perpetrando en Cuba un barriotero genocidio espiritual.
Y dice así...
Para miles de personas, ingenuas o tontas, la proyección en Cuba de algunas películas del Agente 007 -¡¡¡a estas alturas del siglo XXI!!!-, pudiera ser la muestra de que los cambios democráticos y las libertades ciudadanas son perceptibles en la Isla. Pero esto, como todo lo de allí, hay que agarrarlo con pinzas. Los muchachos de la orientación ideológica o la propaganda oficial son muy listos.
Bond, James Bond llegó a la pantalla grande en La Habana. Con un retraso de más de medio siglo ya está en la capital de Cuba, pero antes, muchos días antes, Granma, como órgano oficial, y Cibercuba, como repetidor, explicaron quién era el Agente 007 mediante unas concisas y contundentes notas al margen. En las que se le enjuaga el cerebro al público afirmándole que: «las versiones cinematográficas, [basadas en las novelas de Ian Fleming] conservaron, el sexismo, la oda al machismo y a los valores occidentales, [una] abundante acción, lo último de la tecnología, e intrigas internacionales».
En ellas, en esas notas lavativas, hicieron saber que Bond es un genio del mal, es por supuesto capitalista y anticomunista; vamos, todo lo que un cubano no ha sido, ni querrá ser jamás, y, que ni se le ocurra.
Capítulo aparte merece Bohemia, que muestra un tono poco «combativo» y se limita a describir al personaje sin juzgarlo, lo que me hace pensar que el redactor de PL, quien hizo la nota, no recibió a tiempo las «sugerencias» del Departamento de Orientación Revolucionaria, o como quiera que se llame la oficina que se ocupa de la propaganda oficial a estas alturas del Partido.
Conociendo el paño, entiendo que la causa de tamaña propaganda no está en hacer valer el derecho a la información o el interés por promover el entretenimiento. No está en que las taquillas reporten en Cuba, como en todas partes del mundo, millonarias sumas que contribuyan a mejorar la calidad de las salas de cine, la vida de sus empleados y pagar a quienes corresponda los derechos de autor sobre esos filmes.
Nada de eso. Este es un recurso de expansión ideológica con dos sentidos; uno, hacia adentro; y otro, hacia afuera. En ambos sentidos tiene como objetivo confundir, desestabilizar e ilusionar las mentes del público -mire usted cómoLa Jornada, El Nuevo Día, y El Clarín mordieron el anzuelo-, apartarlos del bullicio de Venezuela y del desastre cubano, utilizando, mire usted, las películas que ellos mismos califican de enajenantes. Las utilizan, como un morboso instrumento, para enajenar a propios y extraños del trágico destino de las democracias en Cuba y Venezuela, para alejarlos del deterioro cada vez mayor de la calidad de vida en ambos países.
Hacia afuera, va destinado a esas asociaciones de «progres», de los llamados amigos de Cuba -quienes en realidad son amigos del dictador-, para que vean que en Cuba ya no hay censura... Ya los cubanos pueden ver las películas del Agente 007 ¿y para qué tanto anuncio?, pues para confundir, para echarle más leña al fuego del cambio fraude, para que los «progres» del mundo vean que ahora sí están construyendo el socialismo del siglo XXI en Cuba, que están «actualizando el modelo» y que eso significa desbordar de libertades el sistema, incluso, darle a los ciudadanos la libertad de poder ver las películas del Agente 007... ja, pero mira tú, sucede que en agosto, en el cine donde se está proyectando la saga del enemigo de los comunistas, según informó 14 y Medio.com, no funciona el aire acondicionado... ¿Casual?, pues no, casual si fuera La Cenicienta de Walt Disney, Liberación o Mi hermano Fidel, con esas pelis sí sería posible que el aire estuviera roto o apagado para ahorrar electricidad, pero con Bond, con James Bond no hay casualidad.
Así que hoy, como ayer, el Ministerio para la Ilustración Popular y Propaganda del PCC, o como quiera que se llame ese departamento a estas alturas del Partido, está perpetrando el mismo genocidio espiritual, llevando a cabo su solución final. Hoy, como ayer, las miradas cómplices siguen esquivando a Cuba, siguen convenientemente sin dar crédito a los testimonios de millones de Vrba y Wetzler, quienes con pelos y señales han puesto ante los ojos del mundo lo que se muere en la Isla.
Hoy, como ayer, la tiranía tiene licencia para matar, pero lo hace con tanta «gracia», con tanto «garbo», que, tanto dentro de la alambrada, como fuera, a los espectadores les parece pura ficción, les es convenientemente difícil a estas alturas dar crédito y siguen preguntando: «¿Cómo saber que no son fantasías?»
María Teresa Vera y Lorenzo Hierrezuelo, Miguelito Cuní y El Conjunto Chapotín, Esther Borja, América Crespo, Numidia Vaillant y Luis Carbonell, Gonzalo Roig, Ramón Veloz, Roberto Faz, Tata Ramos, Celina y Reutilio, Luisa María Güell, Orlando Contreras, Bola de Nieve, Zoraida Marrero y las Hermanas Martí son nombres imborrables en la música cubana del siglo XX.
La extensa obra de cada uno de estos artistas está registrada con tinta indeleble en la historia musical de nuestro continente. Kubaney, presenta ahora en dos discos compactos veintiséis piezas antológicas escogidas de ese extenso repertorio, veintiséis piezas que durante más de medio siglo han permanecido en la preferencia de todos los públicos.
Se nos ofrecen en estos dos discos, increíbles canciones y boleros que vieron la luz en producciones hechas, casi todas, entre los años 1955 y 1959. Boleros y canciones que vencieron el tiempo, obras discográficas que se convirtieron en clásicos populares y que Kubaneyreúnen ahora bajo el título de «El disco de oro de Cuba. Sus boleros, canciones y cantantes».
Veinte años (d1-1) es una joya que proviene del disco «María TeresaVera» (K-MT-109), un fonograma en el que las voces y guitarras de María Teresa y Lorenzo Hierrezuelo cuentan con el acompañamiento del conjunto de Nene Allué. Con esta bella muestra de la canción cubana se inicia el compacto número uno.
Cuando en 1949 Arsenio Rodríguez decidió radicarse en Nueva York, el conjunto que él dirigía en La Habana, uno de los más importantes en la década del cuarenta, quedó en las manos expertas del legendario trompetista Félix Chapotín, para entonces hacía mucho tiempo que Miguelito Cuní era uno de los grandes cantantes de aquella agrupación. Vendaval sin Rumbo (d1-2) y Para qué hablar de amores (d2-7) son dos boleros estelares interpretados por el inconfundible Cuní, un cantante que hizo época en todo el continente.
De la producción «Esther Borja canta a dos tres y cuatro voces» (#MT-101), aparecen las canciones Ausencia (d1-3), Longina (d1-6) y Noche azul (d1-13). Esta producción fue todo un acontecimiento en su época, puesto que la tecnología aún no era lo que es hoy. El grabador Medardo Montero, consiguió hacer en los Estudios de Radio Progreso, en La Habana, un milagro que pocos creían posible: regrabó la voz de Esther Borja hasta cuatro veces en una cinta de un cuarto de pulgada.
En este disco, que fue preparado musicalmente por Luis Carbonell quien también acompaña al piano, aparecen además la pianista Numidia Vaillant, Bol en el contrabajo, El Negro Vivar en la trompeta y Rolando Laserie en la percusión.
Están también en este disco increíble las canciones Quiéreme mucho (d2-5), una pieza que apareció originalmente en el fonograma «Gonzalo Roig – con América Crespo y Esther Borja» (MT-121) y Ahora que eres mía, tomada de la producción «De nuevo Esther Borja», un fonograma dedicado a las canciones de Ernesto y Ernestina Lecuona.
Están también incluidas en este disco increíble dos mosaicos del Conjunto Casino en los que cantan Roberto Faz, Ribot y Espí. Tiene también el bolero Miseria en la voz de Orlando Contreras, El amor de mi bohío, interpretado por Ramón Veloz y otras tantas hasta llegar a veintiséis. (Santo Domingo, El Siglo. 15 jul. 2000) (Revisado para El Tren de Yaguaramas 2da. Época 28 nov. 2024)
(*) Hace más de veinte años, bajo el título «Clásicos populares en discos increíbles», publiqué una serie de reseñas de discos en diferentes medios de prensa de Santo Domingo, entonces había que comprar el fonograma; sin embargo, hoy solamente es necesario tener la app Spotify, o YouTube, es por eso que me animé a subirlos a Facebook y a mi blog, algunos con la Playlist del álbum original y otros en YouTube, como en el caso de este Disco de Oro de Cuba que aún no aparece en Spotify.
Usted miente y lo sabe, ese idilio
duró muy poco, los primeros en oponerse a la traición de FC fueron muchos de
los que integraron las guerrillas, tanto del M-26-7, como del Directorio. Entre
ellos Huber Matos, quien había sido uno de los tres hombres que con sus
acciones bélicas obligaron a replegarse al ejército nacional y rendirse. Sin
embargo, FC persiguió, asesinó, expolió y desterró a todos los que con palabras,
acciones o sospechas se le opusieran y por supuesto en pocos años se deshizo de
toda oposición.
Debe recordar que en las sierras del
Escambray y Los Órganos y eventualmente en otros lugares intrincados de la isla
hubo «alzados» contra el castrismo y en 1961 una expedición intentó derrocar la
dictadura, pero alguien que había prometido ayudar se acobardó. Decir que los
cubanos apoyan el castrismo es como aceptar que el pueblo alemán apoyó a
Hitler. El pueblo cubano ha sido sometido por la fuerza física, además, el
castrismo, mediante un eficaz «lavado de cerebro» ha perpetrado un genocidio cultural sistemático, el que a su vez ha creado una sociedad con un profundo daño antropológico, dejándola indefensa, pero a pesar de todo eso es capaz de
moverse después de 66 largos años de oprobiosa tiranía y a estas alturas
guardan injusta prisión cientos de jóvenes cubanos en las cárceles castristas.
No señor, el pueblo de Cuba no apoya al castrismo, aunque calle, como no apoya
a su carcelero el reo que muere en silencio en una celda.
«El Septeto Nacional murió y nació muchas veces, por él pasaron muchos músicos y cantantes notables. Etapas distintas también tuvo bastante. ¿Cómo? ¿El Septeto sin Ignacio? No, no, nunca» Esta afirmación rotunda la hizo Lázaro Herrera, trompetista que estuvo en la agrupación en todas las épocas y a quien la vida le hizo el regalo de la longevidad (**).
El Septeto Nacional,segúnapunta Sergio Santana Archbold, salió a la calle por primera vez el 27 de enero de 1927 y fue disuelto diez años después. En 1940, Miguelito Valdés volvió a reunir al Septetopara grabar algunos temas y luego, pasarían 20 años de silencio. No es hasta 1954, a instancias del musicólogo Odilio Urfé, que la agrupación vuelve a la palestra para entrar en los estudios de grabación y hacer radio y televisión.
«16 Grandes Éxitos del Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro», es un fonograma que contiene obras que fueron producidas durante esta última época y que se nos presentan ahora por Discos Fuentes, en su Línea Media. En la obra se incluyen dieciséis piezas imprescindibles para la comprensión del son como algo más que un género musical, algo que se convirtió en un modo de hacer la música y filosofar. Esas dieciséis obras fueron éxitos indiscutibles desde la primera época del Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro. Piezas como Échale salsita, Suavecito, Guanajo relleno, Bardo, Esas no son cubanas, La cachimba de San Juande Piñeiro; Son de la loma,de Matamoros; Trompeta querida, de Lázaro Herrera y otros tantos clásicos nos llegan en este disco increíble en una versión fresca, renovada y con técnicas de grabación más modernas.
Estas dieciséis piezas clásicas en el repertorio popular vienen en el cantar de Carlos Embale, un sonero de voz increíble, de vozperfectamente afinada, de amplio registro, potente, de un timbre arrullador y capaz de improvisar los más inusitados malabares rítmicos con la poesía. (Santo Domingo, El Siglo 3 jun. 2000 / Mundoclasico.com, 23 may. 2000) (Revisado para El Tren de Yaguaramas 2da. Época, 17 nov. 2024)
(*) Hace más de veinte años, bajo el título «Clásicos populares en discos increíbles», publiqué una serie de reseñas de discos en diferentes medios de prensa de Santo Domingo, entonces había que comprar el fonograma; sin embargo, hoy solamente es necesario tener la app Spotify, o YouTube, es por eso que me animé a subirlos a Facebook y a mi blog, algunos con la Playlist del álbum original y otros en YouTube, como en el caso de este fonograma de 16 Grandes Éxitos del Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro que aún no aparece en Spotify.
(**) Entrevista concedida a Félix Contreras, en La música cubana una cuestión personal. Ediciones UNIÓN. La Habana, Cuba. 1999.