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lunes, 5 de octubre de 2009

JORGE LUIS PRATS Y LA OSN EN UN CONCIERTO CON PASADO PRESENTE Y FUTURO

30-09-09. Santo Domingo, R.D. Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito. José Antonio Molina, Fanfarria Novi Temporis. Piotr I. Tchaikovsky, Concierto No. 1 en si bemol menor, para piano y orquesta, Op. 23. Jean Sibelius, Sinfonía No. 1 en mi menor, Op. 39. José A. Molina, Director. Jorge Luis Prats, solista. Orquesta Sinfónica Nacional. Aforo: 85%.

Pasado
La Orquesta Sinfónica Nacional de la República Dominicana es la institución cultural más antigua del país. Fundada por Ley en 1941 ha desplegado una importantísima labor en la cultura y se le reconocen temporadas de conciertos y presentaciones memorables en las que han participado algunas de las figuras más descollantes del arte musical. Entre otros grandes artistas, se recuerdan los conciertos en los que actuaron como solistas Michel Camilo, Plácido Domingo, José Carreras, Ana María Martínez, Priya Mitchel, Miglena Savova, Mark Drobinsky, Jon Nakamatsu, David Kim y Philippe Entremont. Por el podio de la institución han pasado destacados directores; entre ellos, Pablo Casals, Félix Carrasco, Eduardo Diazmuñoz, Yeruham Scharovsky, Nurhan Arman, Germán Cáceres, Jan Josef Wnek, Eugene Kohn y Piero Gamba, y la orquesta ha acompañado, entre otras, las óperas Traviata, Rigoletto y Aida de Verdi, Carmen de Biset, Madame Butterfly de G. Puccini, El Barbero de Sevilla de Rossini y Salomé de Strauss.

Durante casi siete décadas, la Orquesta Sinfónica Nacional de la República Dominicana ha tenido también que enfrentar múltiples borrascas y sufrir las decepciones que provocan las promesas incumplidas de políticos y gobernantes. Casi todos prometieron construir la sala de conciertos que aun no existe, equiparla con los instrumentos de calidad que tampoco posee, y asignar los decorosos salarios que aun esperan sus integrantes. Sin embargo, nunca se suspendió un concierto o un ensayo por incapacidad de los músicos, quienes siempre han estado ahí para hacer lo que mejor conocen: interpretar la música. La orquesta tuvo un seguro apoyo en la Fundación Sinfonía, que la gerenció durante décadas y propició algunos de los más destacados conciertos.

Durante los últimos años, la falta de un espacio físico en el que realizar los ensayos y conciertos desestabilizó la programación y provocó que las actuaciones de alta calidad artística se convirtieran en sucesos esporádicos. Con el nombramiento de José Antonio Molina como Director Titular de la institución en marzo de 2009 y la disponibilidad permanente de los salones indispensables para los ensayos, la orquesta comenzó en agosto pasado el proceso de montaje de las obras que se presentaron el pasado miércoles 30. Fue un trabajo intenso, continuo y de alta productividad que, guiado por los Maestros Mihnea Ignat, Director Asistente, y José A. Molina rindió sus frutos, propició la realización de un excelente concierto, una audición comparable con las mejores que la orquesta ha podido realizar en el pasado.

Presente
La velada comenzó más allá de la hora señalada con las notas del Himno Nacional y seguidamente el señor Secretario de Cultura, José Rafael Lantigua, hizo la presentación de la renovada Orquesta Sinfónica Nacional, un discurso que sin dudas pasará a la historia. Después comenzó el concierto con una muy agradable interpretación de la Fanfarria. Los alientos entregaron una obra con buen tono, potable, fácil de escuchar y con un magnífico ensamble.

Después salió un gran pianista a exponernos una obra que hemos escuchado decenas de veces por disímiles intérpretes, pero con la fuerza de sus argumentos el Maestro Jorge Luis Prats la magnificó. Conozco a este pianista desde que era prácticamente un niño y siempre sobresalió en su clase, y cuando en 1977 tocó en La Habana el programa con el que había ganado el “Primer Gran Premio” del Concurso Internacional Marguerite Long-Jacques Thibaud, estuve seguro de que quienes tuvieran la posibilidad de escucharle cuando llegara a su plena madurez sentirían algo extraordinario. La noche del pasado 30 de septiembre, después de más de una década sin escucharle en vivo, tuve la sensación de encontrar justamente eso­: a un artista en plena madurez y capaz de hacer que la música se convierta en un acontecimiento estremecedor, inigualable e inolvidable.

Prats tiene el don del sonido, los fortes son enormes, bellos, monumentales, capaces de remover al mayor de los auditorios. Los pianos son casi inaudibles, a veces sólo sentimos la sospecha de haberlos escuchado, y entre ambos extremos una paleta prácticamente infinita, muy difícil de encontrar en otros artistas. Su sentido del ritmo y la manera de construir las melodías es una fiesta, es el impulso intenso ora hacia el canto, ora hacia la danza que nos lleva como una ola mar adentro.

Al final el público obligó al pianista a regalar algo más, y entonces el Maestro interpretó algunas danzas de Ignacio Cervantes. Otro lenguaje, otra música, pero con el mismo inigualable poder seductor.

El acompañamiento del Maestro Molina fue preciso, con el nervio y la intensidad del espectáculo vivo, con el nervio a flor de piel. Fue la suya una gran labor de concertación entre el solista y la masa orquestal, fue el significativo soporte para la creación de una interpretación magnífica.

Después del intermedio se escuchó una obra muy demandante para los músicos, una sinfonía que se trabajó largamente en ensayos agotadores, en los que el Maestro Mihnea Ignat propició, con su sabiduría y paciencia, el debido ensamble y la adecuada ejecución de los escabrosos pasajes de los que está llena la obra.

Sin dudas que la masa orquestal pudo demostrarse a si misma que está en capacidad de enfrentar obras complejas del repertorio, y que tiene el deseo de remontar cualquier cuesta como siempre lo ha hecho; sin embargo, los tormentos que provocan en los músicos la ejecución de tantos malabares, no se recompensan con la música que es capaz de trasmitir la obra. Aunque en el concierto el Maestro Molina le sacó el máximo y la ejecución fue incluso mejor que en el ensayo general, la obra transcurre por momentos verdaderamente aburridos para quienes la escuchan.

Futuro
El concierto de la Sinfónica Nacional, con sus nuevos Directores, y mediante el intenso e ininterrumpido trabajo de montaje, fue todo un acontecimiento cultural y será en el futuro, si no desterramos de la memoria el pasado y lo tenemos bien en cuenta para no tropezar de nuevo con las mismas piedras, el inicio de una nueva vuelta en la espiral eterna del desarrollo cultural de la nación. Si no se vuelven a incumplir las promesas, si se mantienen estables las condiciones propicias para los ensayos, si se favorecen las presentaciones en salas apropiadas, con la debida afluencia de público, y finalmente los músicos alcanzan el prometido salario decoroso, la Orquesta Sinfónica Nacional, la institución cultural más antigua del país, interpretará muchos inolvidables conciertos, incluso, cuando no estemos aquí ninguno de los que asistimos al Teatro Nacional el pasado 30 de septiembre.

domingo, 9 de agosto de 2009

LA ÓPERA SANTA ANNA, ¿UNA ZARZUELA MEXICANA?

31.07.2009. Xalapa, Veracruz, México. Teatro del Estado. Ópera Santa Anna. Libreto, Carlos Fuentes. Composición, José Ma. Vitier. Director concertador, Fernando Lozano. Dirección de escena, Lorena Maza. Fernando de la Mora (tenor), Santa Anna. Lourdes Ambriz (soprano), Inés. Verónica Alexanderson (mezzosoprano), Tosta. Grace Echauri (Mezzosoprano), La Nana. Hernán del Riego (tenor), La Muerte. Orquesta Universitaria de Música Popular. Director, Mateo Oliva.

Pocas veces en la historia de la ópera un libreto y su autor van en busca del músico, por lo general sucede lo contrario, el compositor elige un argumento ya existente para ponerlo en escena, sea de una novela o una obra de teatro, y solicita a un libretista que realice la adaptación, también es común que algunos compositores creen sus propios textos y que el autor de la música ocupe el primer lugar en los créditos; sin embargo, Carlos Fuentes, uno de los escritores más importantes del siglo XX, creó un libreto y buscó a un músico para que compusiera la partitura de la Ópera Santa Anna.

El estreno tuvo lugar el pasado 20 de noviembre de 2008, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, como uno de los festejos por el cumpleaños 80 de Carlos Fuentes; el día 1 de diciembre se presentó en Guadalajara, en el marco de la Feria Internacional del Libro; y en Xalapa, Veracruz, subió a escena en el contexto de la creación de la “Cátedra Carlos Fuentes” en la Universidad Veracruzana.

De tal modo, la puesta que vimos aquí fue apenas la tercera, un dato de gran peso para establecer un criterio acerca de la obra, sobre todo, si tenemos en cuenta que este es un género que se consolida únicamente ante el público, es en la escena donde se depuran los elementos que funcionan y lo artísticamente valioso, cada representación es una prueba en la que el compositor, los cantantes, el libretista, el escenógrafo, el coreógrafo y todo el equipo tienen la posibilidad de comprobar lo que funciona y lo que no, para entonces corregir, editar, eliminar y adicionar lo que sea más adecuado.

Sin dudas el texto y la construcción dramática de la historia tienen un gran valor; sin embargo, no se le puede despojar de la música, puesto que es ella la que amarra todos los elementos y los convierte en un todo, la música hace valer la escena, incluso en los parlamentos, porque concierta el ritmo general de la obra. El libreto, que cuenta una historia decimonónica utilizando los recursos de la literatura del siglo XX, la hilaridad y desparpajo de la zarzuela y el sainete, tiene la música del mismo jaez.

El Maestro José María Vitier creó la música utilizando técnicas modernas y post modernas, arias en las que sobresalen las disonancias -que contrastan en ocasiones con acompañamientos distendidos-, melodías construidas con intervalos áridos que exigen mucho de los solistas. Sin embargo, las armonías se van suavizando en la medida que avanza la obra… -¿o será que el oído se va acostumbrando?-. Vitier no perdió la oportunidad de evocar la canción, la romanza y la habanera, géneros obligados en la zarzuela, como tampoco fue parco en el uso de elementos musicales de las diversas culturas que pueblan nuestro continente, obviamente están los sones veracruzanos, pero mucho más que eso hay en el entramado de toda la obra.

Los solistas y el coro tuvieron una noche magnífica, pero mención aparte merece Hernán del Riego en su papel de La Muerte. Su figura, movimiento escénico, maquillaje, vestuario, voz y actuación trasmitieron la magia, provocaron conmociones y su personaje llevó al auditorio por infinitos recovecos emocionales.

En la Ópera Santa Anna que se vio en Xalapa hubo elementos suficientes como para poder afirmar que más que una ópera es una zarzuela; entre otros, sobresalen la hilaridad, el desenfado, la irreverencia, y el localismo de los textos; el desparpajo de escenas como la guerra de los pasteles, abundantes y largos parlamentos desbordados de chanza, la ausencia total de recitativos y más canciones y habaneras que arias.

La tercera puesta en escena aun estuvo falta del hechizo que debe provocar esta obra, el que está planteado en su esencia, el que se consigue con la magnificación de efectos musicales y escénicos que no salieron de la “lámpara”. Ah, y si el chile jalapeño no es de Xalapa, ni el habanero de La Habana, nada raro debe haber en que la Ópera Santa Anna sea zarzuela.

Sinopsis (Escrita por Carlos Fuentes)

Antonio López de Santa Anna, once veces presidente de México, vive su vejez en un retiro solitario donde su mujer, María Dolores Tosta, recluta mendigos de la calle para hacerle honores al Señor Presidente de la República.

Santa Anna y su mujer miran al pasado y recuerdan al joven gallero jarocho, al héroe de Tampico, al hombre que rehusaba la banda presidencial y acabó por ocupar la silla del águila once veces.

Derrotado en la guerra de Texas, llevado cautivo a la capital norteamericana, derrotado nuevamente en 1848, exiliado, gallero de vuelta a los palenques de Colombia, Santa Anna resume la trágica historia de una nación con independencia, pero sin estado.

Al final de sus días le toca a Santa Anna ver cómo Benito Juárez echa las bases de un Estado Mexicano. Para Santa Anna es demasiado tarde…

jueves, 9 de julio de 2009

EL CARRUSEL DEL PENCO.

Yo no sé si es que en mi memoria se atiborran selectivamente fragmentos repetidos periódicamente, o en realidad los años provocaron que los recuerdos desfilen ante mí como una noria. El caso es que desde hace décadas no sucede nada en mi país, no se emprende campaña alguna a favor o en contra de algo que ya no se haya realizado, nada se publica, nada dicen sus "dirigentes" que no se haya dicho antes, y toda su actualidad se me presenta como la destartalada imagen del pasado.

Estimulado por el artículo “Causas y consecuencias”, de Jorge Olivera Castillo, me puse a buscar el la red y leí, con cierto retraso, algunas noticias acerca de la educación en Cuba, entre ellas la destitución el pasado año del Ministro de Educación Superior , y me pareció estar leyendo el Granma de hace 30 años.

Las críticas oficiales a las deficiencias en la educación, por supuesto -y que valga la aclaración- maquilladas como brujas, han aparecido de tiempo en tiempo en los medios de mi patria, claro, que unas "críticas constructivas", "dentro de la revolución" que en realidad no persiguen atacar las causas de los males, sino sus consecuencias, es decir, a los dirigentes a purgar en cada vuelta de tuerca, sea por “cansancio y pérdida de la conciencia revolucionaria”, "desviaciones ideológicas" , borracheras "con las mieles del poder" o el estigma epocal creado por el caudillo.

La educación en Cuba no será la peor del mundo, pero no es ni la sombra de lo que debió ser en el siglo XXI, ni por su desarrollo desde el siglo XIX hasta mediados del siglo XX, ni por los innumerables recursos materiales y humanos que se dedicaron al sector durante el último medio siglo.

Todo falló porque el fin supremo no fue la educación y la instrucción libre, sino el adoctrinamiento de los individuos en la ideología voluble del “máximo líder”. “La universidad es para los revolucionarios”, reza la consigna, y parafraseando otros dos eslóganes: “quienes no estén dispuestos a ser revolucionarios que se vayan, que se vaya escoria”.

Cuba pasa como la sombra de lo que fue, y quienes la administran la repiten hasta el cansancio –más que el ajo hubiera dicho mi abuelo-, y no puedo evitar, cada vez que la veo, recordar el carrusel que de tiempo en tiempo pasaba por mi pueblo, cada año con los corceles más destartalados, cada vez más mugrosos, más viejos… cada año más pencos hasta que ya no volvieron .

sábado, 27 de junio de 2009

MICHAEL JACKSON RESUCITÓ TRES DÍAS DEPUÉS DE SU MUERTE

Michael Jackson, El Rey del Pop, murió el pasado 25 de junio en circunstancias que aun no se aclaran del todo; sin embargo, mucho antes de cumplirse el tercer día de su escape prematuro, volvió a estar en el número uno de todas las listas, en la portada de todos los periódicos del mundo, su salida intempestiva le colocó en el medio de todos los recuerdos, y el Rey volvió a elevarse por entre las miserias humanas, y comenzó a habitar en la intangibilidad del Nunca Jamás.

Todo lo referente a su vida de simple mortal comenzó a esfumarse, como se esfumaron para siempre las conexiones terrenales de Elvis, Lennon, Jimi Hendrix, Chalie Parker, Wilde, Tchaikovsky, Beethoven, Bach, Wagner, y otros de sus pares. Michael resucitó en Neverland y allí vivirá para siempre, volvió a nacer al mundo mágico en el que habita su obra monumental e imperecedera.

Nada volvió a ser igual en la música, la danza, los medios audiovisuales, los conciertos, o el marketing del disco después que Michael Jackson cimbró con su talento el mundo del espectáculo. Ganó todos los premios, impuso records que difícilmente puedan igualarse, e hizo feliz a millones.

Aunque, como casi siempre en estos casos, nunca estuvo en paz ni con su obra ni consigo mismo. Pero eso fue hasta el 25 de junio de 2009, cuando un escueto parte médico anunció que su vida se había extinguido, a partir de hoy, Michael será intocable, y su obra se reproducirá hasta el final de los tiempos.

martes, 9 de junio de 2009

EL REVÉS EN VICTORIA O VIRAR LA TORTILLA

¿No les parece a todos bien ridícula la historieta del espionaje cubano?, pero no esta que ahora se devela en una nota del 7 de junio implicando a Walter Kendall Myers y su esposa Gwendolyn Steingraber Myers, sino muchas muchas otras, durante muchos muchos años, tantos años como medio siglo y tantas ridículas historietas que llenan, según los expertos, miles de páginas en cientos de expedientes top secret y otros no tan secret que el propio Castro se ocupó de divulgar con la pertinente dosis de ficción.

Puedo recordar aquella que nos contaron en el filme "El hombre de Maisinicú", en la que un agente del G2 entrampa a uno de los grupos armados que participaron en la guerra civil del Escambray en la década del 60 del siglo XX, o la que nos contó en el tribunal del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes de 1978 en La Habana, el súper doble agente cubano Nicolás Sirgado, quien se jactó públicamente de espiar a los americanos hasta el tuétano en favor de Castro por más de dos décadas, algo que hizo con tanto profesionalismo que -según dijo-, recibió del mismísimo Henry Kissinger un Rolex de oro como muestra de gratitud del gobierno de los Estados Unidos, una historia que se convirtió con toda pompa, ridiculez y patrioterismo en la serie televisiva "En silencio ha tenido que ser".

También resalta la grotesca historieta de los 5 espías llamados "compatriotas", que medra en todos los medios informativos del gobierno de los Castro, una historieta que desde el título tiene poca credibilidad porque algunos no son precisamente connacionales sino que adquirieron una nacionalidad distinta a la cubana.

En definitiva todo el conato de estos dos nuevos espías está muy bien montado por y para los Castro, el objetivo es mantener a toda costa la beligerancia del enemigo "imperialista", y ya que Obama no presenta pelea y ni siquiera tira el pulso en la OEA, sino que le deja el camino expedito para que Cuba regrese, entonces para azuzar la beligerancia del enemigo, es oportuno quemar un par de espías obsoletos y que el FBI termine por capturarlos, justo en este momento; es adecuado también, renunciar a la entrada en la OEA, denostar esa organización, incluso cuando la mayoría de los países miembros mantienen relaciones comerciales y diplomáticas con La Habana, y proclamar como derrota de los Estados Unidos lo que en realidad es el fracaso del castrismo en la OEA, lo que en realidad es la muestra más que fehaciente de la incapacidad de los Castro para dar a su pueblo la democracia que todo el continente disfruta, la prueba del revés que como siempre los Castro pretenden convertir en victoria.

No será la primera vez que los pródigos hijos de Birán tiren al fuego a los suyos para salvarse del frío. Vivir por ver, si Obama no pierde el tino y continúa sin presentar pelea como hasta ahora, dejando siempre el balón en el terreno del frente, los castristas terminarán por hacer cualquier cosa por mantener en alto la beligerancia de su enemigo favorito, el enemigo que les ha servido de cabeza de turco para cometer infinidad de fechorías, harán lo inimaginable para sacar de sus casillas al nuevo inquilino de la Casa Blanca, o quizás encontrarán un enemigo alternativo, sea en la Comunidad Europea, o en la luna, o quizás pase algo que los quite de pronto y quede definitivamente la tortilla al revés.

jueves, 21 de mayo de 2009

DISCULPE USTED SEÑOR GALEANO, LE FALTÓ LA COLETILLA.

Hace algún tiempo me siento muy halagado, todos los días recibo información muy valiosa desde amigos y otras listas en las que por casualidad se coló mi correo-e. A veces, como hoy, aparecen artículos que me conminan a participar, a exponer mis propios criterios acerca de.

Hoy recibí “Disculpe la molestia”, de Eduardo Galeano, y salí al ciberespacio a encontrar la fuente para colocar al pie mi comentario, pero quien lo reproduce no da esa oportunidad. Por eso, abrí mi blog y comencé a escribir:

Lo aprendí en las clases de Filosofía Marxista que impartía el legendario y sabio Pellón... ¿se escribe así?... toda ideología sigue una tendencia, la justifica y defiende tomando partido, algo que resumíamos en un solo enunciado: "Los comunistas son los buenos y los capitalistas son los malos". Después, leyendo más allá del Manifiesto, mirando detenidamente a Orwell, Benedetti, o Silvio Rodríguez; descubriendo textos prohibidos en Cuba, repasando aquellos sobre producidos y de obligatoria lectura en mis años de estudiante, y viviendo la realidad aprendí que tan abominables son los campos de concentración del fascismo como los del comunismo, deplorables son los crímenes de Hitler, Franco, Stalin, Pinochet, Castro, Chávez, Ceaucescu, Machado, Breshniev, Batista, Bush, las Farc, los Montoneros, ETA, IRA o el M-26-7.

Con el tiempo descubrí que lo bueno es tener elecciones libres y democráticas que saquen del poder a gobernantes indeseables, y no tener que esperar que se los lleve la muerte con el cetro entre las piernas, disfrutando el incuestionable cargo de dictadores vitalicios. Descubrí, y disculpe usted señor Galeano, que el enunciado que nos enseñó el sabio maestro de Filosofía llevaba una coletilla muy benedettiana (1): "Los comunistas son los buenos y los capitalistas son los malos... y también viceversa".

(1) Viceversa, por Mario Benedetti

Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte

Tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte

Tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte

o sea
resumiendo
estoy jodido y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también viceversa.

PE: (Lectura opcional) Lo que no le perdono a MB ni a mi mismo, es haber puesto alguna vez en las manos de un dictador la esperanza de un mundo mejor, yo me siento estafado y ojalá que él también, pero de todos modos le agradeceré su obra por toda mi vida. La de EG... no tanto. AGS.

viernes, 17 de abril de 2009

RAÚL CASTRO: … PERO EN IGUALDAD DE CONDICIONES

Acertijos y prestidigitación.

Prestidigitando palabras no hay quien le gane a los Castro, su hermano, el ex presidente, nos tiene acostumbrados a esos acertijos, y ahora el más pequeño se nos muestra en su discurso del diá 16 en la reunión del ALBA con una frase que acapara los medios de información del mundo entero como si todos hubieran comprendido lo que quiso decir.

Mucho me temo que lo que significa para un sueco, por ejemplo, "discutir algo en igualdad de condiciones" no es ni por asomo lo que significa para Raúl Castro. Lo sé, por el lenguaje corporal que lució y por los muchos años descifrando las curvas discursivas de su hermano mayor.

Si se fijaron, su declaración fue echada a volar con rostro iracundo, entre manotazos al aire, e inclinaciones al frente en busca del combate cuerpo a cuerpo, algo que en el imaginario cubano remite, inevitablemente, a sobrecogedoras estampas de gallos finos dispuestos a pelear.

No tengo la menor duda de que esta declaración lleva la esencia de todas las anteriores con las que quiso hacernos creer que aportaría cambios a la depauperada economía cubana. A saber: que los cubanos compren celulares, DVD y alquilen habitaciones en los hoteles, entre otras medidas. Algo imposible de implementar porque los cubanos no tienen dinero para acceder a ninguno de estos artículos y servicios, y quienes lo tienen es fruto del enriquecimiento ilícito, una figura jurídica capaz de demoler a “macetas” y ministros.

Así que la frase “en igualdad de condiciones”, en la mente de Raúl Castro significa que como Obama fue electo en elecciones libres, él también lo es; que si Obama es el presidente de un país en el que existe la libertad de prensa, él también; que si Obama es el presidente de un país en el que las leyes promueven el respeto a los derechos humanos, él también; que si Obama es el presidente de un país en el que no hay presos políticos, él también.

En fin, que en el universo ideológico de Raúl Castro, no hay nada de qué discutir con él, porque él y su país son iguales al resto del mundo e incluso mejores.

jueves, 12 de febrero de 2009

CACHAITO SE FUE SIN DESPEDIRSE, PERO ESTARÁ EN EL PRÓXIMO TUMBAO.

Cuando lo conocí, a principio de los 70’s, él era Cachao, el contrabajista de la Sinfónica Nacional y de infinitas descargas en los clubes de La Habana; sin embargo, el 10 de febrero de 2009, cuando decenas de diarios alrededor del mundo daban la noticia de su muerte el día anterior, él era Cachaito. Dicen que el diminutivo del apodo fue necesario para distinguirlo de su tío Israel, el legendario Cachao, y no confundirlos en el mercado del disco, pero ese es un razonamiento demasiado complicado y prefiero pensar que en realidad él se hacía cada vez más joven, que iba de regreso a la semilla.
Su nombre completo era Candelario Orlando López Vergara y había nacido en la capital cubana el 2 de febrero, día de la Candelaria, en 1933. Su padre, Orestes “Macho” López, había sido contrabajista de la Filarmónica de La Habana y una de las estrellas de Arcaño, creador del danzón de nuevo ritmo y otras innovaciones que transformaron la música cubana, así que eso de domar estilos musicales aparentemente disímiles lo traía Orlando de familia.
Cuando se fundó la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, fue contratado para integrarla y en ella estuvo por más de dos décadas, llegando a ocupar la plaza de Principal de los contrabajos durante varias temporadas. Estos repertorios clásicos los alternaba con todos los estilos de la música popular cubana o foránea, integrando diversas agrupaciones y orquestas, entre ellas la Orquesta de Música Moderna y Los Amigos, agrupación esta última que fundó y dirigió Frank Emilio Flynn.
Fue con Los Amigos que grabó la pieza Canta contrabajo, compuesta por su tío Israel, una de las más emblemáticas para ese instrumento escritas en la música popular cubana -basada en la obra clásica Canción triste, para contrabajo y piano de Serguei Koussevitzky-; así como Lázara y Georgina, una descarga compuesta por el propio Cachaito y muchas otras en las que sus solos desbordan sabor y musicalidad.
Además ejerció el magisterio durante muchos años en la escuela de música Guillermo Tomás de Guanabacoa, donde formó a gran cantidad de contrabajistas que en cualquier lugar del mundo ejercen hoy su profesión con notable solvencia.
A mediados de los 70´s llegó a Cuba el Maestro checo Karel Kopriva, quien se desempeñó como Principal de los contrabajos en la Orquesta Sinfónica Nacional, siendo Cachito su asistente. Fue en este tiempo en el que Orlando asimiló las técnicas de la escuela clásica checa para el contrabajo que luego trasmitiría a sus estudiantes.
Participó en las grabaciones de infinidad de bandas sonoras en los estudios del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC), tocó óperas, ballets, zarzuelas, música sinfónica y de cámara, todo con la misma gran maestría que los sones, rumbas, guarachas y tumbaos que finalmente le conquistaron la fama alrededor del mundo.
A finales de los 80’s dejó la Sinfónica para integrar el grupo Oru fundado y dirigido por Sergio Vitier y casi una década después, en 1997, participó en el Buena Vista Social Club, la parte de su vida profesional más ampliamente conocida, la del renacer de la música tradicional cubana en los escenarios y el mercado internacional. Fue en este proyecto que finalmente, en 2001, realizó la producción Cachaito, su único disco en primera persona.
Por eso, el 10 de febrero, cuando la noticia volaba como pólvora a los cuatro vientos y le llamaban Cachaito, quise pensar que era porque Orlando Candelario López Vergara, estaba naciendo, llegaba a la eternidad con una descarga, se nos quedaba en el recuerdo para siempre, en el alma del contrabajo cubano, pensé que se acababa de ir sin despedirse, pero que regresará cuando suene el próximo tumbao.