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miércoles, 6 de noviembre de 2019

PIÑERA NO DIMENSIONA LO QUE SE LE VIENE ENCIMA


Este pudiera ser el fin de la democracia en Chile por largo tiempo, esta vez a manos de una dictadura marxista que jamás convocará un plebiscito. 

La revolución socialista está en marcha

Según la agencia EFE los daños sufridos por el Metro de Santiago 
superan los US$300 millones 
En entrevista para la BBC, Sebastián Piñera volvió a calificar de «estallido social» los sucesos que desde el pasado 18 de octubre han estremecido a la República de Chile y se extendió en su autocrítica, mostrando nuevamente su voluntad de distender la crisis; sin embargo, a estas alturas, el mandatario ya debía haberse dado cuenta de que los ataques coordinados a los que fue sometida la capital del país y otras importantes ciudades, es obra de brigadas expertas, ha sido el ataque coordinado de núcleos urbanos de acción y sabotaje que presumiblemente han dado los primeros golpes para arrasar con el sistema.

Ninguna propuesta, ni los ocho millones de chilenos que abandonaron la pobreza servirá de nada, ninguna autocrítica será suficiente para quienes buscan deponerlo y alcanzar el poder, ninguna concesión les hará aflojar el nudo a todos esos grupos de la izquierda más combativa que han proliferado en Chile y que sin dudas se han entrenado militar e ideológicamente convirtiéndose en soldados en los que «el odio intransigente al enemigo imperialista les convirtió en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar», como recomendaba Ernesto Guevara. No han sido juegos de niños las acciones terroristas que se han cometido en Chile y que inexplicablemente el presidente Sebastián Piñera culipandea al denunciarlos y presentar a los culpables de haber incendiado 78 estaciones del Metro de la capital chilena, provocando pérdidas calculadas enUS$300 millones.

Ya desde la oposición lo han criticado, Heraldo Muñoz, presidente del Partido por la Democracia (PPD), habló de la necesidad de una nueva Constitución; y Ximena Rincón, senadora por el Partido Demócrata Cristiano (PDC) entiende que el presidente debe seguir escuchando, pero estoy seguro que pocos mencionarán que faltó inteligencia para detectar a tiempo a los saboteadores y evitar sus acciones, o que, aun cuando les fue imposible prevenir los actos de terrorismo, las fuerzas represivas debieron detenerlos con rapidez y ponerlos a disposición de la justicia, procesarlos con la celeridad que ameritan actos criminales como estos y a estas alturas tener pruebas contra los culpables y así evitar el bochornoso espectáculo de un presidente constitucional, recién elegido por la mayoría de los chilenos haciéndose cargo de unas culpas que no le pertenecen.

Este pudiera ser el fin de la democracia en Chile por largo tiempo, esta vez a manos de una dictadura marxista que jamás convocará un plebiscito y que por el contrario buscará confeccionar una Constitución en la que pueda perpetuarse en el poder y establecer la «democracia de partido único».

Hotel incendiado en Chile durante las protestas de octubre
Al presidente de Chile, Sebastián Piñera, no le van a dar tregua los revolucionarios y si no es capaz de utilizar el poder que aún le quede para someter a la obediencia a los terroristas y a todos los grupos de acción y sabotaje que sí le declararon la guerra, Sebastián Piñera, el presidente constitucional de Chile será echado de la Moneda y los nuevos inquilinos llevarán hasta sus últimas consecuencias la revolución socialista que ya está en marcha y borrarán el ejemplo de lo que fuera hasta hace unas semanas una de las economías más prósperas de América Latina. Ojalá que me equivoque.

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