Luis Rivera (1901-1986) |
El siglo XX dominicano. Los 100 músicos del siglo
Luis Armando Rivera
González nació el 22 de junio de 1901, en San Fernando de Monte Cristi, y
comenzó sus estudios de música con su padre José Luis Rivera, quien le inició
en la ejecución del piano y el violín. En Santiago de los Caballeros continuó perfeccionándose
como violinista con el maestro Carlos Manuel García Vila y, siendo adolescente
aún, integró la sección de los primeros violines de la orquesta del Centro
Lírico Ildefonso Arté, bajo la dirección de José Oviedo.
Luis Rivera recorrió
casi todo el país como músico de las compañías de zarzuela, ópera y operetas
que venían frecuentemente a realizar giras. También formó parte de diversas
agrupaciones que se dedicaban a tocar en los cines, cuando los filmes eran
silentes.
En 1922, tocando el
violín, visitó Cabo Haitiano como parte de un conjunto que estaba integrado por
Juan Francisco García en la trompeta; Julio Alberto Hernández al piano; Rafael Almánzar
a la mandolina y el tenor Susano Polanco como vocalista.
En 1930 Rivera se
presentó con el trío México Lindo, mientras este cumplía un contrato de trabajo
en la República Dominicana. Concluida la gira por Quisqueya, el violinista
dominicano salió rumbo al país azteca junto a la agrupación, que antes de
llegar a su destino recorrió, luego de presentarse en Cabo Haitiano, la isla de
Cuba. Viajaron desde Santiago de Cuba hasta La Habana y se presentaron en las
plazas más importantes del vecino país. Llegados a la capital de la entonces
Perla de las Antillas, el joven Rivera decidió establecerse allí y posponer su
viaje a México. Entonces formó parte de los primeros violines de la Filarmónica
de La Habana, que dirigía su fundador, el maestro español Pedro San Juan. Y fue
en La Habana donde Rivera tomó clases de armonía con Amadeo Roldán, quien
fungía por aquella época como Concertino de la Filarmónica.
El año 1932 fue de gran
importancia en la vida del ilustre dominicano. En esa fecha publicó su primer
álbum de canciones, conoció a Ernesto Lecuona, se le rindió un homenaje como compositor
y violinista en el Conservatorio Falcón, compuso Dulce Serenidad, una de
sus mejores canciones, y dirigió la orquesta que acompañó en el Teatro Nacional
de La Habana (Hoy Gran Teatro de La Habana) a José Mojica.
Su talento como
orquestador le permitió arreglar obras de Ernesto Lecuona que alcanzaron gran
renombre en la historia de la música cubana, entre ellas la revista-opereta Lola
Cruz y la zarzuela El torrente.
De 1937 a 1938 estuvo
en México, donde compuso varias canciones con textos del poeta mexicano Manuel
Bernal; entre ellas, una de las más resonantes fue Jugando y llorando,
que fuera estrenada por Juan Albizu y que grabara Pedro Vargas. También en
México estrenó la revista de su autoría Pa´ L´Habana me voy.
En 1939 se presentó en
Puerto Rico como pianista de las Estrellas de Lecuona, y en marzo de ese mismo
año regresó a su patria con el objetivo de recuperarse de algunos problemas de
salud que le aquejaban. Lecuona y su compañía siguieron viaje hacia Venezuela,
donde supuestamente unos meses después de le uniría el maestro Rivera. Eso no
pudo ser porque el Gobierno dominicano de entonces le retiró el pasaporte al
ciudadano Luis Rivera, lo que provocó que la carrera del artista perdiera el
brillo intenso que en poco tiempo había adquirido allende los mares. En lo
adelante le fueron nombrando en funciones pública que, aunque importantes para
el desarrollo artístico del país, frenaron la proyección internacional del
maestro Rivera.
En 1942 fue nombrado
director de la Banda de Música del Distrito de Santo Domingo y profesor de
violín del Liceo Municipal; en 1945 director de La Voz del Yuna, donde dirigió
la Súper Orquesta San José, adscrita a dicha empresa; y en 1947 profesor de
Curso Superior de Solfeo y Armonía, en el Conservatorio Nacional de Música.
Como compositor, el
maestro Rivera dejó un extenso catálogo integrado por danzas para piano; el Poema
indio, para orquesta, barítono y narrador; la Rapsodia dominicana No. 1,
para piano y orquesta; y varias obras para piano, entre las que se destacan Sierra
del Bahoruco, Danza en merengue, Fiesta de palos, Siñá
Anacleta y Merengueando.
El 16 de septiembre de
1986 falleció en la ciudad de Santo Domingo el ilustre músico dominicano,
nacido 85 años atrás.
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