¿POR QUÉ ESCUCHAR LA MÚSICA?

La música clásica como herramienta en la formación de las personas

Contenido de la conferencia dictada el 20 de febrero de 2013 en el Club Cultural Banreservas, Santo Domingo, RD

RESUMEN 
Durante años los musicólogos, historiadores, antropólogos, neurólogos y científicos de diferentes disciplinas se han interesado por la persistencia de la música en todas las sociedades humanas. Se han descubierto artefactos y se ha probado que estos fueron construidos y utilizados en la creación de sonidos desde hace miles de años.


Hipótesis resientes plantean la aparición de la música, o al menos la creación de sonidos con alto grado de organización, mucho antes que el lenguaje articulado. Diversos estudios han probado la importancia de la práctica musical como herramienta para el desarrollo del lenguaje, e incluso hay investigaciones recientes que presentan la hipótesis de que ya el hombre de Neandertal era capaz de emitir sonidos altamente organizados.
Sin embargo, no siempre sabemos por qué escuchamos la música, no siempre la sociedad y sus líderes tienen clara la idea de por qué es importante utilizar la música como herramienta idónea para la formación de individuos capaces de organizar sus ideas, de individuos aptos para establecer vínculos humanos en los que prevalezcan la concordia, la tolerancia y el orden.

Conocer por qué escuchamos música, y por qué estamos dispuestos a hacer lo necesario para ponernos en contacto con aquella que nos gusta, es una de las interrogantes que trata de responder esta conferencia.

Introducción
Según todas las Historias, la música acompaña al Hombre desde tiempos ancestrales y para probarlo existen documentos arqueológicos suficientes. La práctica musical se ve en los muros de Bonampak, en los lienzos del Barroco europeo o en las fotografías de nuestros días, pero una práctica que ha tenido lugar en casi todas las culturas, tiene por necesidad que haber sido muy distinta en cada lugar. Entonces, también se hace necesario establecer una definición de «música», ¿qué es lo que consideramos música?, porque no es lo mismo para nuestros oídos escuchar la ópera de Pekín que a Roberto Carlos, ni es igual tampoco a ninguno de los dos ejemplos anteriores la experiencia de escuchar a los Beatles, una ópera de Wagner, una sinfonía, un merengue o un bossa nova; sin embargo, una definición debería conservar unas cualidades esenciales idénticas para todas estas expresiones, así que para continuar entiendo apropiado definir lo que por lo general entendemos como «música».


Definición de música
Música es el resultado al que llega un creador al organizar conscientemente los sonidos, para producirlos con uno o más de los medios sonoros conocidos: voces humanas, instrumentos musicales, artefactos creados para esos fines u objetos capaces de producir sonidos, con la intención de comunicar sensaciones diversas y emocionar a quienes los escuchan.

Las fuentes históricas: Arqueológicas, escritas y audio visuales
Y aquí tenemos otra incógnita: ¿Desde cuándo la música acompaña a nuestra especie? Pero responder a esta pregunta se nos hace difícil, porque no son suficientes las fuentes históricas de las que disponemos, sobre todo anteriores a la Edad Media.

Contamos con gran cantidad de piezas arqueológicas; entre ellas, instrumentos datados en unos 40,000 años a.C. También encontramos muestras de la práctica musical en las pictografías y la arquitectura de casi todas las culturas conocidas, aunque las fuentes con música escrita anteriores a la Edad Media son ínfimas, y no pueden darnos una idea precisa de cómo fue la música en culturas como la Sumeria, unos 4,000 años a.C.

Un poco mejor documentada está la música occidental en las obras creadas después de la aparición de la escritura musical en el siglo X d. C., y mucho más aun con la aparición de las grabaciones magnetofónicas a partir del siglo XX.

Flauta Divje Baby
Periodización de la Historia
Prehistoria:
Haciendo una periodización de la Historia de la Música, encontramos rastros de la práctica musical en todas las edades y culturas conocidas, así podemos encontrar en la pre historia algunas flautas; entre ellas, la conocida Divje Baby y la flauta de marfil de mamut, ambas datadas en 40,000 a. C.


Antigüedad (s. IV a. C.- s. V d. C.)
En la Antigüedad conocemos a los “Tres músicos de la tumba de Nakht”, de unos 1,422 años a. C., y los músicos de los mosaicos de Pompeya realizados hacia unos 120 años a. C.

Edad Media (s. V – s. XV)
Ha finales de la Edad Media, las fuentes escritas comenzaron a aparecer y de entonces se conservan obras musicales, las más antiguas con símbolos llamados neumas, que ayudaban a los cantantes de las iglesias a recordar las melodías.

Edad Moderna (s. XV – s. XVIII) y Edad Contemporánea (s. XVIII actualidad)
Y por supuesto en la Edad Moderna y la Edad Contemporánea es mucho más fluida la información, tanto en partituras como en obras pictóricas y arquitectónicas.

Antigüedad (s. IV a. C.- s. V d. C.)
Mesopotamia

Arpa o lira de Ur
Haciendo un corto recorrido por las culturas más importantes de la Antigüedad, es necesario recordar que 4,000 a. C., los sumerios se establecieron en la zona conocida como Mesopotamia, ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates y allí se construyeron instrumentos musicales; entre ellos, liras, arpas, laúdes, flautas, chirimías dobles y sistros.

En esa misma región se establecieron a lo largo de los milenios diferentes pueblos y culturas, allí estuvieron el Imperio Babilónico, los asirios, los hititas, los persas y en el 331 a. C., Alejandro Magno estampó la huella de su extenso imperio.

Entre los instrumentos musicales que han llegado a nuestros días está una bella arpa o lira sumeria que se encontró en la ciudad de Ur y que está datada en 2,400 años a.C., una joya preciosa que denota la importancia que aquella civilización le daba a la música, dado el lujo y las dimensiones de la pieza.

De la misma región y de la cultura sumeria se conservan unas tablas de barro con escritura cuneiforme encontradas en la ciudad de Ugarit, en Siria, y que están datadas en unos 1,400 años a. C., en las que aparece escrito un himno que ya ha sido descifrado e interpretado dando una muestra de la música de aquella época.

Egipto
Los egipcios utilizaron la música en su vida cotidiana, tanto para comunicar con sus muertos en los cultos religiosos, como para la diversión profana. Entre los instrumentos musicales que conocemos está el arpa encontrada en la tumba de Any, que data de unos 1,550 años a. C.

Grecia
Además de los instrumentos musicales encontrados en Grecia existen pictografías tanto en muros como en objetos de uso doméstico, entre estos últimos vale mencionar un kílix o copa que data del siglo V a. C., en el que aparece Apolo con una lira.

El hecho de que Apolo, el dios más importante para los griegos después de Zeus, fuera quien tocaba la lira para las musas y tenido por su líder, da una idea de lo importante que llegó a ser la música en las culturas greco-latinas, de hecho, la palabra música procede del griego: μουσική [τέχνη] – mousikē [téchnē],  que significa "el arte de las musas".

El Imperio Romano
En el imperio romano, las artes fueron prácticamente copiadas del arte griego, así que la música no alcanzó mayor esplendor que el que ya tenía Se tocaba música en los Juegos Píticos, las Olimpiadas y otros grandes eventos, pero algunos autores afirman que en todo caso la música dejó de tener un papel protagónico y se convirtió en diversión, abandonando la sobriedad y el profundo contenido moral que tuvo en Grecia.

La dinastía Shang (Yin)
Los instrumentos musicales más antiguos que se han encontrado en China, pertenecen a la dinastía Yin, unos 1,600 años a C.; entre ellos, el guqin (guchin), un milenario cordófono, que por su forma no es difícil suponer que influyó en el diseño y construcción de muchos otros instrumentos de su tipo en otras culturas.

América pre hispánica
Para los mexicas el sonido y el movimiento tenían un significado mágico religioso y los propios instrumentos estaban vinculados con la fertilidad, el inframundo y los sacrificios.

En los muros de las ruinas de Bonampak, en Chiapas, México, aparecen trompetas, instrumentos de percusión como el huéhuetl y el teponaztli y otros instrumentos musicales, algunos de los cuales aun se conservan.

Para los nahuas fue Ehécatl, el Dios de los vientos, quien les llevó la música, y he aquí otra vinculación de las ideas divinas, de lo más complejo del pensamiento humano relacionado y dando origen a la música.

Según afirma la profesora Graciela Mirna Marroquín Narváez “para los nahuas, la concepción sobre el artista […], se refiere siempre al que dialoga con su corazón, al que conoce los antiguos mitos, las tradiciones y, sobre todo, al que hace descender sobre los hombres las flores y los cantos”.

Para los mexicas, afirma la misma autora, “el huéhuetl y el teponaztli eran dioses que vivían un exilio terrenal” y que “poseían el poder de traspasar el umbral de lo sobrenatural para crear estados emocionales”.

¿Cómo sonaba la música en la prehistoria y en la antigüedad?
Entonces, después de este breve repaso a algunas de las más importantes culturas de la Humanidad, podemos preguntarnos ¿cómo sonaba la música en la prehistoria y en la antigüedad?

Y aquí nos tropezamos con un gran obstáculo, porque la cualidad más notable de la música es que existe solamente mientras suena, después no hay nada. Solamente tenemos los instrumentos, que no sabemos lo que en ellos se tocaba, las piezas arqueológicas en las que aparecen imágenes de instrumentos musicales y músicos, y unas pocas muestras de escritura muy primitiva.

Edad Media (s. V – s. XIV)
Repasando los diferentes períodos estilísticos europeos podemos constatar que en la Edad Media la música estuvo destinada a cubrir las necesidades de La Iglesia y las Cortes. Los primeros demandaban música para sus servicios religiosos, y la realeza para sus fiestas y para el lucimiento personal de los monarcas. El Canto Gregoriano, los motetes, y las misas predominaban en la música religiosa; y en los salones cortesanos y las ciudades, la música secular o profana, las más difundidas eran los romances y los motetes seculares que cantaban los trovadores. Uno de los últimos trovadores medievales fue Guillaume de Machaut (1330-1377) de quien se conservan algunas obras.

En esta época, Guido D’ Arezzo (995–1050) concibió un sistema de notación musical que más tarde se desarrolló y permitió una mayor complejidad en la utilización de las voces. Este recurso propició la aparición de la polifonía, un estilo que consiste en cantar varias líneas melódicas al mismo tiempo, que se popularizó en los inicios del renacimiento italiano.

El Renacimiento (s. XIV – s. XVII)
Los filósofos, artistas y pensadores del Renacimiento se plantearon retomar los cánones de belleza establecidos por las culturas clásicas de la antigüedad, esa es precisamente la esencia del estilo. Sin embargo, esto no sucedió en la música porque del universo sonoro que acompañó al arte clásico, sólo perduraron ciertos vestigios. Según afirma la autora Gloria Antolitia, “el Renacimiento nace donde la cultura del espíritu y de las maneras de la vida interior y de la vida social habían alcanzado mayor expansión”.

Los compositores debieron crear nuevas formas, entre ellas el madrigal, la chanson, el lied, el villancico y desarrollar otras ya existentes como la misa, que alcanzó nuevas dimensiones con el uso de la polifonía.

También a finales del Renacimiento aparece la ópera como un nuevo género en el que se encuentran el teatro, la danza y la música, un género basado en el teatro clásico que nació en Florencia, pero que se desplazó a Venecia debido a que en 1637se inauguró el Teatro de San Cassiano, donde se presentaron las primeras óperas fuera de los muros de los castillos y las residencias de la nobleza.



Barroco (s. XVII – 1750 ±)
El término Barroco se empleó primeramente en la arquitectura, y se refiere a construcciones magnificas y exageradas, luego la pintura y después la escultura adoptaron formas complicadas, en oposición a la sencillez de las líneas clásicas renacentistas. Estos conceptos estilísticos del Barroco fueron extendidos de las artes plásticas, al teatro y de ahí a la literatura. En la música, los compositores comenzaron a crear obras de gran complejidad, basadas en polifonías, con abundantes adornos (grupetos y trinos).

Clasicismo (1750 – 1789)
La música del estilo clásico se caracteriza por la perfección de sus formas, la sencillez de sus melodías, el uso limitado de los adornos y la armonía homófona que consiste en bloques de acordes que acompañan las melodías, en contraposición a las intrincadas voces en la polifonía del estilo barroco. Se concretan el concierto y la sinfonía como formas instrumentales, conformándose la plantilla de la orquesta sinfónica.

Las formas más utilizadas son, el Concierto para solo y orquesta, la sinfonía, la ópera, el cuarteto de cuerdas, y la música de cámara.



Romanticismo (1789 – 1894)
La Revolución Francesa (1789), detonó una serie de acontecimientos, que provocaron cambios sociales por toda Europa, con importantes repercusiones en el continente americano. El desplazamiento de la monarquía y el ascenso de la burguesía al poder, cambió el orden social, político, económico, y los ideales estéticos en todas las artes.

El estilo Romántico, se caracteriza por la exageración de las pasiones, se subrayan los contrastes en el tempo y los matices, con la intención de provocar estados de ánimo extremos. Se cultivan las formas extensas como por ejemplo en la Sinfonía Fantástica, de Héctor Berlioz (1803–1869) y también las piezas cortas, como los Caprichos para violín solo, de Nicolò Paganini (1782-1840), todas con énfasis en el virtuosismo interpretativo. Se exacerban los sentimientos nacionales en las obras musicales.

Las formas más utilizadas son el Concierto, el lied, la ópera, la sinfonía, el poema sinfónico, los estudios, preludios, valses, polkas, polonesas, y rapsodias.



Impresionismo (1873 – 1913)
El estilo impresionista se caracteriza en la música por el empleo de melodías difusas, armonías irritantes, inestabilidad tonal, escalas por tonos enteros y la conducción de terceras cuartas y quintas paralelas, provocando fuertes impresiones en los sentidos. Se utilizan todas las formas conocidas, tanto instrumentales como vocales.

Siglo XX (Las Vanguardias)
El siglo XX amanece con una guerra mundial (1914-1918), va al mediodía con otra más devastadora (1939-1945) y se debate hasta el ocaso entre dictaduras, regímenes totalitarios y democracias imperfectas y los artistas buscan la inacabada libertad y así lo expresan en sus obras.

La música del siglo XX, fue la reacción de los compositores ante las catástrofes y quietudes que se produjeron en su contexto, y se caracterizó por la diversidad creativa, que se plasmó en múltiples tendencias; entre ellas, dodecafonismo, aleatorismo, atonalismo, minimalismo, expresionismo y muchas otras. Esto, impidió el surgimiento de un estilo universal, como el de otras épocas. A través de toda la centuria, se produjeron múltiples confrontaciones estéticas, cuyas consecuencias flotan en el siglo XXI, provocando en los artistas contemporáneos un profundo sentido de libertad estilística.



¿Cómo sonaba la música en la cultura occidental desde la Edad Media?
Hasta aquí podemos concluir que cada período histórico ha producido obras musicales representativas del espíritu y la realidad de la época, y podemos escucharlas tal cual fueron creadas porque se conservan escritas. Sin embargo, ante la pregunta:

¿Cómo sonaban las obras musicales en la prehistoria y en la antigüedad?
Podemos suponer que fueron creadas como representación del espíritu y la realidad de la época, pero es imposible saber cómo sonaban exactamente porque no se pudo conservar por ningún medio escrito.

La prehistoria se rebela a través de algunas investigaciones científicas actúales.
En 2006, el profesor Steven Mithen publicó el libro titulado The Singing Neanderthals: the Origins of Music, Language, Mind and Body, y en 2007 apareció la versión en castellano titulada Los neandertales cantaban rap: los orígenes de la música y el lenguaje.

El argumento principal del libro se basa en la hipótesis de la existencia de un sistema de comunicación en el linaje homínido (al menos a parir del Homo ergaster) que habría sido al mismo tiempo el antecesor directo de la música y el lenguaje del hombre moderno. (230,000 – 29,000 años ±)

En una entrevista para la Televisión Española, transmitida en el capítulo 339 del programa Redes, Mithen afirmó lo siguiente: “la música y el lenguaje son muy similares y estoy seguro de que tuvieron un origen común y provienen de una forma única de comunicación que tenía elementos musicales y lingüísticos”.

Y más adelante, en la misma entrevista, dijo que: “La emoción resulta esencial para la inteligencia, que no se puede ser un ser humano con buena inteligencia funcional si se carece de habilidades emocionales”.

Sin embargo, las hipótesis de Mithen no han conseguido el consenso de la comunidad científica, así que entre las críticas que ha recibido está la que bajo el título: Steven Mithen: The Singing Neanderthals. The Origins of Music, Language Mind, and Body, han publicado Ana Tropea y el Dr. Favio Shifres en la revista Transcultural de Música, núm. 14 de 2010, en España.

Para ambos investigadores «los temas que trata Mithen están en el cruce de la musicología y las ciencias cognitivas», […] por lo que «los especialistas en ellas podrían reprocharle al autor un tratamiento muy superficial de algunos tópicos».  

Afirman que lo que hace Mithen […] es «simplemente una especulación imaginativa, un cuento, del cómo y del porqué de esta historia única. Lamentablemente, estas imprecisiones teóricas resultan perjudiciales».

La flauta Divje Baby
Este es un artefacto con apariencias de flauta, construida con un pedazo del fémur de un oso de las cavernas, encontrado en Cerkno, Eslovenia, en 1995 y que ha sido datado en 43,000 años ±.

De ser probado que fue construido y utilizado como instrumento musical, este sería el más antiguo del que se tienen noticias; sin embargo, como en el caso de las hipótesis de Mithen, tampoco existe consenso en la comunidad científica, puesto que hay un sector que afirma que este artefacto no pudo ser una flauta porque los neandertales aun no estaban en capacidad de construir algo así, y que los orificios fueron hechos por la mordida de otro animal y no por el trabajo de un neandertal.

Quizás no sea el momento de probar con precisión que la música y el lenguaje aparecieron al mismo tiempo; pero, al ritmo que avanzan las ciencias nos permitirán en breve tiempo tener las respuestas a esa incógnita, y conocer exactamente en qué momento los humanos comenzamos a relacionarnos con la música.

Cazadores-recolectores europeos de hace 7.000 años.

El pasado 26 de enero la agencia Europa Press publicó que  “Un estudio dirigido por el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Carles Lalueza-Fox, en colaboración con el Centre for GeoGenetics de Dinamarca”, había “recuperado el primer genoma de un individuo cazador-recolector del mesolítico, de 7.000 años de antigüedad, y” determinó “que tenía la piel oscura y los ojos azules”.

De tal modo, si fue posible descubrir el color de los ojos y la piel de un individuo que vivió hace 7,000 años, en algún momento será posible conocer cuáles individuos y en que época comenzaron a producir sonidos organizados con la intención de provocar sensaciones.

Los estudios con el homo sapiens actual
Si bien es cierto que las investigaciones con nuestros antepasados aun no dan resultados aceptables en el campo de la música, con el homo sapiens actual sí. Entre los estudios que se conocen está el que bajo el título: Music training for the development of auditory skills, publicaron en la revista Nature, de agosto de 2010 los profesores Nina Kraus y Bharath Chandrasekaran.

En dicho estudio ellos prueban que: «Practicar la música estimula la facilidad para aprender idiomas, la memoria, la capacidad de reconocer patrones y la concentración, entre otros beneficios cognitivos».

Demuestran que: «El entrenamiento musical no sólo mejora la neuroplasticidad, también permite al sistema nervioso proporcionar un andamiaje estable de patrones significativos, vitales en el proceso de aprendizaje».

Y finalmente afirman que: «El cerebro no puede procesar toda la información sensorial que recibe, por lo que tiene que seleccionar. Tocar un instrumento entrena al cerebro a elegir lo que es importante en un proceso complejo».

Aterrizando los resultados de las investigaciones científicas en la educación musical.
Un estudio bajo el título de: «Influencia del entrenamiento musical en el desarrollo cognitivo y lingüístico de niños de 3 a 4 años», publicado en la revista “Sicodidáctica”, y realizado por un equipo multidisciplinario integrado por Lucía Herrera, Martha Hernández-Candelas, Oswaldo Lorenzo y Cindy Ropp, basado en la práctica que realizan los niños del programa Head Start ubicado en Puerto Rico, concluyó que: «el adiestramiento musical puede suponer una diferencia significativa en el desarrollo general de los niños, incluido el ámbito del lenguaje».

En la actualidad existen muchos estudios de todo crédito científico que prueban la importancia que tiene la práctica musical para mejorar la capacidad cognitiva de las personas. Es decir, las ciencias se acercan cada vez más al establecimiento de un vínculo entre la práctica musical y el desarrollo de la mente y del cuerpo en nuestra especie.

Datos curiosos que relacionan música e inteligencia.

Muchos son los casos de grandes personalidades que sin ser músicos profesionales han dedicado tiempo a la práctica musical. Entre ellos Charles Chaplin, actor, director de cine, y escritor fue capaz de componer obras musicales de gran valor, especialmente para el cine. Woody Allen, también cineasta y actor ha sido un intérprete apasionado del clarinete, el que toca habitualmente. Bill Clinton, el ex presidente de los Estados Unidos, toca saxofón y Sherlock Holmes, el virtuoso detective creado por Arthur Conan Doyle, dedicaba muchas horas a tocar el violín, un Stradivari, cuando necesitaba pensar largamente en algún caso por resolver.


Resumiendo hasta aquí:
El creador responde a una cultura determinada que está fundamentada en el mundo que le rodea, la música tiene muchas funciones y cada grupo humano trata de elaborar la que mejor le representa, esta es el resultado de la creación humana y va dirigida al público, tiene por tanto una función social.

La llamada música culta, clásica o académica, es un tipo de música de la cultura occidental que se distingue por su alta elaboración y es un arte regido por leyes estéticas que varían a través de la Historia. Entonces, este tipo de música exige del público una preparación previa sin la cual se hace poco probable su pleno disfrute, y es a través de este entrenamiento intelectual que las personas adquieren una formación estética que les proporciona un mayor regocijo espiritual.

Desde este punto de vista, escuchar la llamada música clásica o académica puede ser una herramienta para la formación de las personas.

Entonces ¿por qué escuchar la música?
Creo que ahora estamos preparados para responder a la pregunta que da inicio a esta conferencia.

Entiendo que debemos escuchar la música porque nos impulsa a crear imágenes que nos provocan emociones y sensaciones espirituales, y todo esto nos propicia una sensación de bienestar; porque esas emociones y sensaciones nos distinguen entre las demás criaturas del Universo.

Entiendo que escuchar, crear e interpretar la música nos identifica como Humanos.

Pero resulta que como hemos visto hasta aquí, existen muchas músicas, cada pueblo tiene la suya, cada cultura, en cada época cambia la estética, entonces tendríamos que preguntarnos ¿cómo escuchar la música?, pero este es el tema de otra u otras conferencias.

Muchas gracias.

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