Y mire usted, ante Machado y Batista se levantó una mayoría que comprendió la importancia de «el enemigo común», pero después, durante más de 65 años de tiranía castrista, el concepto se nos escapó de las mentes.
Hace muchos años, a finales del siglo
XX, cuando mi abuelo era Gran Maestro de la Logia Rayos y Soles de José Martí,
en Aguada de Pasajeros, me decía que los masones no hablaban ni de política ni
de religión cuando estaban en sesiones, y eso debería aplicar hoy para los
cubanos, porque se exaltan las pasiones, se sobrepasa la razón y se producen
declaraciones que no nos ayudan como cubanos, porque los cubanos no vivimos en
democracia, aunque votemos por las democracias más dispersas en los cuatro
puntos cardinales. Para hablar de política y religión, decía mi abuelo, como
para comer pescado, hay que tener mucho cuidado.
Un cubano que vota por un partido
democrático en cualquier otro país, no es un cubano que vive en democracia en
Cuba, nosotros no vivimos en democracia en nuestro país, y no podemos aplicar a
nuestro país lo que vemos en otros, el debate plural y democrático, por
ejemplo, no aplica para los cubanos cuando en el centro del colimador se sustituye
la tiranía por otro enemigo de la dictadura, quien por Hache o por Be no nos
gusta lo que dice y/o lo que hace.
Ahí están las declaraciones bastante
lamentables de cubanos que dicen luchar por la democracia en Cuba, que denostan
a otros que también luchan por lo mismo, pero lo hacen de otra manera. No podemos estar jugando a la
democracia cubana mientras no vivamos en una democracia cubana. Todos los que
estamos en contra del castrismo, de la tiranía castrista, tenemos un solo
enemigo, y ese enemigo es esa tiranía, es la dictadura castrista, es el enemigo
común que no debe salirse nunca del centro del colimador.
Abrir fuego entre nosotros es darle aire
al enemigo, por eso para mí lo más atinado es utilizar el principio matemático
que dice que el enemigo de mi enemigo es mi amigo, y el amigo de mi enemigo, es
mi enemigo. Los cubanos no vivimos en democracia, por lo tanto no podemos jugar
a ella entre nosotros, ni dentro ni fuera de la Isla. Los opositores que se
enfrentan a la tiranía y que han soportado los rigores de torturas, presidio y
persecución, han sido también víctimas de otros cubanos que se oponen al mismo
enemigo, porque tratan de debatir ideas sin vivir en democracia. Los cubanos no
vivimos en democracia y por lo tanto nos cuesta mucho ejercerla.
Existen muchísimos documentos
valiosísimos; entre ellos, La Patria es de Todos, donde se documenta cómo
debería ser nuestra democracia. Unos prevén qué debe suceder a partir del
derrocamiento de la tiranía. Existe una amplia bibliografía, pero muchos cubanos
la desconocemos. Hay documentos interesantísimos acerca de cómo deberá ser la
economía, cómo deberán ser las inversiones, cómo deberán ser las elecciones y
cómo ejercer la democracia en Cuba, pero de eso conocemos muy poco y se debate
mucho menos. Por lo tanto, yo lo veo muy sencillo, cuando se me traba el
paraguas solo me pregunto: ¿Es amigo de mi
enemigo o es enemigo de mi enemigo? Eso puede llevar a un mejor entendimiento y
no a estar denostando al enemigo de mi enemigo como si viviéramos en
democracia.
Incluso, en los casos en los cuales
ciertamente un agente encubierto, o chivato, se hace pasar por opositor y hace
declaraciones en contra de la dictadura, esas declaraciones van más allá de
quien las pronuncia y surten un efecto verdadero en contra de la dictadura, y
aquí lo importante es lo que se dice y no quién lo dice.
Al leer la Bohemia de los años 50's
del siglo XX es posible apreciar cómo se debatían las ideas democráticas,
incluso después del golpe de estado de Batista, porque la pérdida de la
democracia que provocó aquel nefasto acontecimiento, fue una pérdida de la
democracia muy parcial. No se perdió totalmente la libertad de prensa, los
medios no cayeron en manos de la dictadura ni se convirtieron plenamente en
voceros de la tiranía ni en herramientas para lavar cerebros como sí sucedió
poco después del golpe de estado de Fidel Castro en 1959. Entonces en Cuba
existía un régimen democrático y hasta que no aparecieron los dictadores:
Machado y Batista, no hubo un enemigo común. Y mire usted, ante Machado y
Batista se levantó una mayoría que comprendió la importancia de «el enemigo
común», pero después, durante más de 65 años de tiranía castrista, el concepto
se nos escapó de las mentes.
Y para no hacer más larga esta
historia y como es bien sencilla la conclusión, apeguémonos a la Ley de signos
que reza: El enemigo de mi enemigo es mi amigo.
Durante la primera mitad del siglo XX, cuando en Cuba florecía la cultura republicana y la música se había convertido en uno de los productos de consumo masivo, colocar un disco en el tope de la popularidad no era nada fácil, porque la competencia era recia y el mercado volátil, lo que hoy era una novedad al otro día era viejo; sin embargo, algunos fonogramas, como el que da título a este artículo, salió al mercado hace más de setenta años, y se puede escuchar hoy como si fuera nuevo. En su género, ha podido romper las barreras del tiempo porque contiene hermosas criollas, danzas y canciones cubanas, interpretadas con arreglos y voces excepcionales, en realidad una sola voz que, gracias a la magia y el talento, se multiplica hasta cuatro veces con bellos timbres y una afinación perfecta.
Pero tantas décadas, para una obra de arte, es motivo suficiente como para investigar su historia, es por eso que en este artículo muestro algunas de las fuentes que documentan la génesis de este excepcional fonograma, y trato de responder, basado en ellas, las siguientes preguntas: ¿Quién lo produjo? ¿De quién fue la idea? ¿Dónde se grabó? ¿Cuándo se grabó? ¿Dónde se realizaron los cortes? ¿Dónde se imprimieron los vinilos? ¿Cuántos se imprimieron en la primera tirada? ¿Quiénes fueron los intérpretes? ¿Quién fue el grabador? ¿Cuál fue el sello que lo produjo? y, ¿Cuándo salió al mercado?
Y para encontrar las respuestas a todas estas preguntas presentaré; primero, la reseña que publiqué del libro Disquero*, de Mateo San Martín; seguidamente, citaré lo que el autor del libro anotó acerca del contenido del disco; a continuación, incluiré las notas que Luis Carbonell escribió en la contraportada del disco, y finalmente responderé todas las preguntas antes formuladas.
Una curiosidad bibliográfica salió al mercado y anda por los anaqueles de algunas tiendas de discos en la ciudad de Santo Domingo. Es un libro que seguramente llamará la atención de quienes de algún modo están ligados a la música, los músicos y el mercado del disco. Es un libro que tiene en sus páginas información de primera mano y que lleva por título: Disquero.
El autor de esta novedad es un pionero en su oficio, un hombre que se inició en la vida laboral cuando los fonógrafos y fonogramas comenzaban a llegar a los mercados del mundo. El autor de esta rareza es el señor Mateo San Martín, nacido en La Habana, Cuba, allá por el año 1930, quien comenzó a bregar en el negocio del disco cuando se comenzaban a vender los primeros artilugios capaces de reproducir la música con alta fidelidad, allá por los últimos años de la década del cuarenta.
Ya desde entonces, Mateo San Martín, quien apenas recién se había graduado de bachillerato y daba sus primeros pasos en el negocio, fue capaz de imaginar un mecanismo para incrementar las ventas de la compañía en la que estaba empleado, fue capaz de imaginar y poner en práctica algo muy común en el mercado moderno y que conocemos hoy como especiales. La anécdota está narrada en el libro Disquero con toda modestia y dicha así, como de paso, pero este suceso es una muestra del hombre visionario y del empresario sagaz que ya desde su juventud era Mateo San Martín. Visionario fue también cuando en 1959 pudo entender que, en Cuba, nunca más el disco volvería a ser lo que en la década pasada, tuvo la premonición de que ese artículo dejaría de formar parte de la vida cotidiana de los cubanos en los años por venir, y no se equivocó. Ya para entonces KUBANEY era un sello prestigioso fundado por Mateo San Martín, con un catálogo de más de veinte títulos. Fue en esa época y bajo esas premisas que el disquero cambió su residencia a los Estados Unidos y desde allí trabajó con lo más importante de la música bailable de América Latina.
Mateo San Martín (1930-2014)
En Disquero hay también anécdotas en las que se cuentan las andanzas de personajes protagónicos en el quehacer musical dominicano; anécdotas puramente de farándula, escándalos, amoríos, adoraciones, desplantes y todo tipo de sucesos acaecidos alrededor de Mateo San Martín.
Están contadas, con mucho amor y dolor, las frustrantes conductas adoptadas por el ídolo de multitudes Fernando Villalona, su proverbial informalidad, su relación con las sustancias tóxicas y cómo se convirtió en El Mayimbe. Están también contadas las estrecheces económicas del joven Johnny Ventura y sus resonantes triunfos por todo el mundo. Se narra también de cómo Cuco Valoy, ya en su segundo álbum, sufrió un ataque de «vanidad». De los Hermanos Rosario y la tragedia de Pepe, quien fue apuñaleado por una admiradora. De cómo Pochy Familia y su Cocoband dio origen a Kinito y la Rokabanda.
Disquero es un cuento contado por el abuelo, es la historia de una vida y un oficio que nacieron y crecieron en la misma época. Disquero es una curiosidad bibliográfica que pasará, de los anaqueles de algunas tiendas de discos, a las bibliotecas de estudiosos de la música americana, a las bibliografías de futuros estudios sobre la música bailable americana. Disquero es un trabajo que, por su contenido, circulará tanto en manos de especialistas como de faranduleros.
Disponible en Incredible CD’s, Calle El Conde, Santo Domingo.
En su libro Disquero, Mateo San Martín nos dice del disco Esther Borja Canta a dos, tres y cuatro voces, lo siguiente:
[…] se me presentó Luis Carbonell, quien, conociendo de mi relación con Montilla, me informó de un proyecto que él tenía con Esther Borja […], en el cual ella grabaría un disco cantando a dos, tres y cuatro voces, con acompañamiento de dos pianos, uno ejecutado por Numidia Vaillant y el segundo por él mismo, así como un bajo y la percusión correspondiente. Le presenté la idea a Montilla y ésta le gustó, ya que en 1952 él le había grabado un disco a la Borja en España bajo el título «Rapsodia de Cuba» (Montilla #M-121). Esta producción tuvo un gran éxito. Sin embargo, él consideró que, por lo complejo de la grabación, ésta debería ser realizada en New York, lo cual requeriría el viaje de Esther Borja y Luis Carbonell a dicha ciudad.
[…] en lo referente a la parte económica él estaba dispuesto a pagar los siguientes valores. Un pago único a Esther Borja de quinientos dólares. Un pago, también único, a Luis Carbonell de doscientos dólares. Además, el pasaje aéreo y el pago del hotel para ambos. En lo referente a las dietas, la cifra de diez dólares diarios para Esther y cinco dólares diarios para Luis. Cuando le informé a Luis sobre la misiva de Montilla, ese mulato cambió de colores. No sé si se puso más «prieto» o más blanco. Sus primeras palabras, cuando se recuperó de la primera impresión, fueron «¿Qué se habrá creído ese boricua sin Patria, qué yo me como las sobras de Esther?, si cuando yo salgo con ella me gasto el dinero para comer filete. Dile a este señor que no hago la producción con él a ningún precio». Luego me dijo «Mateo, vamos a hacerla contigo». Yo me quedé titubeando. En primer lugar, yo no tenía el más mínimo conocimiento sobre cómo hacer una grabación, y, por otro lado, me encontraba «más pelado que una mazorca de maíz». De todas formas, no tenía muchas alternativas, pues Mateo y compañía se encontraba al borde de la quiebra y yo tenía que hacer algo.
Más adelante Mateo San Martín nos cuenta lo siguiente acerca de la grabación del disco:
Fruto de mi estadía en Sonido y Proyección se estableció una amistad entre Ovidio Fernández, dueño de Radio Progreso, y yo, ya que ellos nos compraban muchos equipos para la estación de radio. Le planteé a Ovidio la situación de que necesitaba efectuar unas grabaciones y que requeriría un tiempo reservado, así como un precio asequible. Él se limitó a decirme «No hay problema, todo lo que quieras y me pagas a treinta pesos la hora».
Le informé a Carbonell y todo quedó concertado. Contratamos a Bol, el bajista, hermano del «Negro Vivar» el trompeta, a Laserie en las pailas, conseguimos los dos pianos y se citó a los participantes para comenzar a grabar en octubre de 1955, no recuerdo qué día, pero sí la hora, a las diez de la noche.
Llegó la fecha, y cual no sería la sorpresa del ingeniero de sonido Medardo Montero y mía, cuando siendo ya la una de la madrugada, tan solo se habían presentado la Borja, Numidia y Carbonell. Luego nos enteramos de que el problema estaba en que los músicos trabajaban en el Tropicana y no podían ausentarse hasta que el show no hubiera terminado.
[…] La primera sección se terminó a las seis de la mañana, grabándose en un solo canal de un cuarto de pulgada. Era una grabación directa, diferente a como se realizan en la actualidad, en las que se graba por partes y luego se efectúa el mezclado. […] En tres secciones más terminamos el disco.
Con esas matrices grabadas en Radio Progreso -continúa contando Mateo-, debió viajar a New York para realizar los cortes en los estudios de la RCA, y cuando los tuvo le pidió a Montilla que, «usando su crédito, le mandara fabricar cinco mil álbumes […], y que se los enviara a Cuba antes del primero de diciembre».
De regreso en La Habana, Mateo presentó el disco en La Feria del Sonido, «que era algo que él había instituido cuando se encontraba en Sonido y Proyección» y la «reacción fue tan positiva que los pedidos cubrieron casi la totalidad de lo ordenado a Montilla en aquellos momentos.
Finalmente, los discos llegaron a principios de diciembre de aquel año 1955, y para el 6 de enero ya habían vendido los cinco mil discos bajo la marca «Antilla Records» que ya para esa fecha Mateo había establecido, lo que sirvió para que Esther Borja, Luis Carbonell y el propio Mateo lograran su primer éxito.
Luis Carbonell escribió en la contraportada del disco lo siguiente:
ESTHER BORJA, CANTA A DOS, A TRES Y A CUATRO VOCES CANCIONES CUBANAS***
DR. RAÚL GUTIERRES S
(...como de un mar en diástole,
Como de un mar en sístole
Como de un mar concéntrico
De un mar como en si mismo derramado.
(Elegía Cubana, de Nicolás Guillén)
Los ideales son formaciones naturales. Aparecen cuando la función de pensar alcanza tal desarrollo que la imaginación puede anticiparse a la expresión. No son entidades misteriosamente infundidas en los hombres, ni nacen del azar. Se forman como todos los fenómenos accesibles a nuestra observación. Un ideal es un punto y un momento entre los infinitos posibles que pueblan el espacio y el tiempo. (José Ingenieros)
Aprovecho las frases del eminente filósofo argentino para dedicar a usted, doctor, este trabajo que nos ha tenido preocupados por algún tiempo, y el que nos ha proporcionado muchas alegrías, ansiedades y esa inquietud emocionante que se apodera del individuo cuando va realizando poco a poco alguna obra que espera ansiosamente ser terminada.
Del presente empeño usted fue de los primeros, junto con el inestimable Vicente Herrero, en conocer y alentar.. Luego es estímulo de amigos y maestros como Gonzalo Roig y Félix Guerrero, contribuyeron a insistir y a crecer en nosotros la fe en nuestro propio esfuerzo, gestos todos que nunca agradeceremos bastante
Paréntesis.
ESTHER BORJA. -Calidad, cualidad sinceridad artística, dominio absoluto de sus facultades, sensibilidad exquisita, conocimiento amplio de nuestra música, y, en una palabra: oficio. Se entregó de lleno a la realización del presente trabajo -y. Créame sinceramente, solamente una artista como ella, con una capacidad técnica absoluta de su habilidad, sería capa de enfrascarse en l estudio de TODAS y cada una de las voces y combinaciones que componen los arreglos vocales que aquí le mostramos-, y lo ha conseguido después de un verdadero esfuerzo con olvido absoluto del tiempo; y lográndolo, además, de manera tan sugestiva.
NUMIDIA VAILLANT.-Pianista absoluta, completa. Joven y con conocimiento definitivo del instrumento que ejecuta. Le hemos sugerido nos construyera para dos pianos los acompañamientos de las presentes inspiraciones en el clima en que se produjeron aquellas. Lo consigue: se acerca deliberadamente a la guitarra y mira hacia Cervantes. Creemos que tiene un luminoso porvenir.
«Toda la música de mi país de verde», dice maravillosamente Ernesto Víctor Matute en su “Elogio de un poeta a su Isla Antillana”.
Hay como un constante resucitar romántico en nuestras páginas más perdurables. Nos parece, al oírlas, que palpamos con tacto invisible nuestro suelo, nuestro sol, nuestras palmas, nuestras mujeres; parece que algo se nos pega a la piel con calor imponderable. Es una primavera constante. El romanticismo de muchas de nuestras canciones es de una ingenuidad cubanamente universal.
TE ODIO y ¿ME ODIAS?. Criollas. (Dos y cuatro voces) -Muy pocas veces se ha dado el caso en nuestra música, en el que una composición del género «contestación a...» -estilo por demás, de muy frecuente recurrencia por nuestros autores-, haya logrado un plano de popularidad igual a la composición original. Este es un caso singular. Ernestina Lecuona («¿Me odias?») lo logró afortunadamente utilizando inclusive el mismo formato armónico que Félix B. Caignet («Te odio»). Ambos números alcanzaron en su época un «rating» elevadísimo. La super-imposición que logra Esther Borja al final de ambos números (interpretándola a cuatro voces) me parece de interés considerable.
EN EL SENDERO DE MI VIDA. Bolero (Dos voces) -Oscar Hernández acaba de obtener un premio en el Concurso anual del «Dia de la Canción Cubana» con un bolero precioso. «Justicia de amor», en el que se comprueba cómo el genuino sabor nacional, el mismo estilo, y una invariable gracia profunda se manifiesta a través de toda la obra del autor -obra que abarca casi lo que va de este siglo-. En su principio, «En el sendero de mi vida» fue realmente titulado por el autor «Ella y yo».
DANZA CUBANA. (Dos pianos: Numidia Vaillant y Luis Carbonell) -«Ignacio Cervantes Kawanagh fue el músico más importante del siglo XIX cubano. Nadie pudo situarse más algo que él en lo que se refiere a la solide del oficio, a un buen gusto innato -distinción en las ideas, elegancia en el estilo, cabal sonido- que se manifiesta, incluso, en sus obras menores. Estaba particularmente dotado para hablar el idioma de su isla. De ahí que sus célebres Danzas para piano constituyan la mas auténtica expresión de su temperamento. Como ciertos músicos noruegos, españoles y eslavos. Cervantes acababa siempre por volver al acento del terruño, aun cuando aspirara a expresarse en un lenguaje exento de localismos» (Alejo Carpentier en su libro La Música en Cuba).
NOCHE AZUL. Danza (Tres voces) -Del Maestro Ernesto Lecuona -a quien tanto le debe la música de nuestra isla- ya se ha dicho mucho, aunque no lo suficiente. Guía y estímulo. Punto de referencia. Pauta. El bajo obstinadamente rítmico, (estilo, personalísimo en sus danzas) apoya una melodía inolvidable.
ES EL AMOR LA MITAD DE LA VIDA. Canción. (Dos voces) -Durante los primeros años del presente siglo el teatro cubano tuvo un auge extraordinario. Muchas obras, revistas, sainetes y zarzuelas se estrenaron, que fueron fijando poco a poco los diversos géneros de nuestra música tradicional. Hemos tomado de la zarzuela «El Brujo» una hermosa selección que por el lirismo de sus estrofas y por el hálito romántico que se desprende de su música, es ejemplo puro de una «canción cubana». Su autor, José Marín Varona, que utilizó los versos de J. R. Barreiro, nos ha dejado múltiples y gratísimas inspiraciones.
AUSENCIA. Bolero, (Dos voces) -Esta es otra de las páginas que vivirán por mucho tiempo todavía en nuestros corazones y recuerdos. Su autor, Jaime Prats, ha contribuido no poco a extraer de nuestra cantera bien cinceladas y hermosas culminaciones.
LA TARDE. Bolero (Tres voces) -Sindo Garay, ese viejito cariñoso de ojos cuyos párpados tan unidos solo dejan ver dos puntos pequeñísimos escrutadores, agudísimos, inteligentes y soñadores -que parece no percibir el paso de los años, conservando su espíritu tan alerta y juvenil como todas sus composiciones -de la que es vivo reflejo- nos a dado inspiraciones inmortales. Su música vivirá y palpitará eternamente en la historia de nuestra Isla.
LA HIJA DE ORIENTE (Contradanza para piano de J. Marín Varona. (Arreglo para dos pianos de Numidia Vaillant) -Le transcribo aquí un párrafo del libro «La Música en Cuba» que a mi juicio es una obra trascendental en nuestra cultura general. Su autor, Alejo Carpentier, nos dice a propósito de las contradanzas de Manuel Saumell: «Hay que ir más lejos, leyendo y seleccionando. Se penetra entonces en una zona de preocupaciones más hondas, poblada de páginas tiernas, emocionadas, finísimas, o, por el contrario, dinámicas, agitadas y nerviosas en las que se advierte siempre la presencia del buen músico. Muchas de las contradanzas no fueron compuestas para el baile. Es evidente que se escribieron para ser tocadas y oídas».
OJOS BRUJOS. Criolla capricho. (Tres voces) -Uno de los géneros desgajados de la Contradanza es este de la criolla, en el que su autor, nuestro Gonzalo Roig, cubanísima ceiba de tronco añoso prodigiador de sombra bondadosa, de ramaje innumerable, de raíces con temblor de patria sabor eterno ha elevado su inspiración a altísimas esferas de lo hermoso. Hemos añadido (con aprobación del autor) una cadencia «a capella», como para recrearnos un poco más en los temas que forman una de las páginas privilegiadas de nuestra lírica musical.
LONGINA. Canción romántica, (Tres voces) -Aun vive, Sí, aún vive la que «En el lenguaje misteriosos de sus ojos hay un tema que destaca sensibilidad».
¡Cuántos ensueños no florecerán en un recuerdo! Romanticismo eterno, sortilegio apasionado. Manuel Corona entretejió en su trovadoresca canción todo un estilo, toda una época, todo un mensaje.
Y nada más, doctor. Volviendo al principio, al ideal, queremos que sepa que el nuestro ha sido tratar de que no caigan en el olvido tantas páginas hermosas que han escrito nuestros autores, que en nuestras razones se encuentran sus propias razones.
A usted, siempre afectuoso, siempre atento, a usted, sin más dedico el presente trabajo. Usted merece más. LUIS CARBONELL.
En resumen, para contar la historia de este fonograma excepcional en la extensísima discografía cubana de la época republicana, considero que los datos que mejor se pueden documentar son los siguientes.
Productor: Mateo San Martín
Autor del proyecto: Luis Carbonell
Lugar de grabación: Radio Progreso, La Habana, Cuba.
Fecha de las grabaciones: Octubre 1955
Cortes y edición: Estudios de la RCA, New York.
Impresión de los Lps.: New York
Cantidad de discos impresos en la primera tirada: 5,000
Intérpretes de las grabaciones: Esther Borja, voces; Numidia Vaillant y Luis Carbonell, piano; Bol, contrabajo; Rolando Laserie, percusión.
Grabador: Medardo Montero
Sello que lo introdujo en el mercado: Antilla Record
Lp Antilla 101 reeditado casi inmediatamente como Kubaney 101. «Esther Borja canta a dos, tres y cuatro voces» La Habana, 1955. Acompañada al piano por Numidia Vaillant y Luis Carbonell. Notas de Luis Carbonell. Reeditado como CDK-354 en 1993.
* San Martín, Mateo. 1997. Disquero. Miami: Litho Color Plate.
** Publicado en Santo Domingo, el 22 de enero de 2000 en el periódico El Siglo
***Para escuchar el disco en Spotify pincha aquí Ojo, en Spotify faltan las piezas En el Sendero de mi vida y Danza Cubana.
22. 02. 2025. Santo Domingo. Enrique Ramil, invitado; Banda de FC; Amaury Sánchez, dir; Orquesta Filarmónica de Santo Domingo.
Pues sí, lo hicimos otra vez, la Filarmónica de Santo Domingo, conducida por Amaury Sánchez acompañó otro espectáculo en el Teatro Nacional, pero este fue muy distinto, esta vez el artista fue Francisco Céspedes, que no es lo mismo ni es igual. Y voy a contar lo que vi y escuché desde mi atril y por qué digo que Céspedes no es lo mismo ni es igual. Por supuesto, con eso no quiero decir que Pancho tenga una calidad distinta a todos los demás, NO, quiero decir, que en el estilo de Pancho, no habíamos acompañado a ningún artista.
Y no se apure, que se lo explico en pocas palabras.
Orden del programa
Todo el mundo conoce, que cuando se monta un show con música en vivo, la orquesta, sea del formato que sea, necesita coordinar las acciones, es decir, seguir un guion y ensamblar un repertorio, tanto con los cantantes como con los bailarines, actores o presentadores que puedan aparecer a través del espectáculo. En la concreta, hay que ensayar para que las cosas salgan bien y el público aplauda. Eso es lo estándar, pero Pancho, el estilo de Pancho Céspedes está muy pegado a lo que en Cuba se ha conocido como Feeling, o más cubanizado aún, filing.
¿Y esto qué cosa es? Pues según nos dicen algunos investigadores, este fue «uno de los movimientos más interesantes en la historia de la música popular cubana del siglo XX» y que tuvo sus inicios en La Habana durante la década del 40. Su «nombre, surgió cuando (algunos de sus iniciadores) escucharon el número I gotta feeling interpretado por la cantante afronorteamericana Maxine Sullivan» (Leonardo Acosta). Nos dicen además, que los cultores del filing o filineros, volvieron «la espalda a la rima estable, (y utilizaron) letras que rayaban en la prosa o que se servían de consonancias», y lo más importante, tenían «un modo de interpretar letra y melodía cuasi parlando, con pausas profusas». En síntesis, tenían «la huella del jazz, la canción norteamericana, y del impresionismo musical, (y todo eso) pasado por el agua de lo cubano». (Helio Orovio).
Y Céspedes, un heredero de ese filing que invadió los clubes nocturnos de La Habana desde la década del 40, cantó en el Teatro Nacional Eduardo Brito el pasado sábado 22 de febrero, acompañado por la Filarmónica de Santo Domingo como si esta fuera su guitarra, sin hacer la más mínima concesión al bolero bailable, sin evadir su estilo, sin traicionar el filing.
Por eso, este fue un show muy distinto para la Orquesta, la que, en manos de su director, siguió a Pancho en sus improvisaciones, latidos, murmullos, alargamientos de frases, sus cuasi parlando, sus rubatos, y toda su agógica filinesca.
Por todo eso, digo yo, el Francisco Céspedes Sinfónico que el público aplaudió a manos llenas en el Teatro Nacional. fue muy distinto.
¿Cómo fue? No tengo la menor idea, no recuerdo por qué este artículo se me quedó en ristre y no lo publiqué ocho años atrás, cuando se anunciaba la llegada de Bond, de James Bond a La Habana; sin embargo, como en Cuba la noria de sangre no se detiene y siempre lleva a los mismos lugares -sin siquiera bombear agua-, hoy, como ayer, tiene una vigencia innegable. Mire usted, sumidos en la peor crisis económica, política y social, la tiranía castrista no tiene nada mejor que hacer que profundizar el genocidioespiritual de los cubanos, y esta vez no será Bond en una sala de cine infernal, sino perpetrando nuevamente barrios debates antimperialistas, en infernales barrios equipados como los más conspicuos campos de exterminio.
Fuente externa. @Jeniree Segando almas con la oz y el martillo
Lea usted lo que sucedió en la cruenta y accidentada temporada de Bond en la Cinemateca de Cuba en agosto de 2017, y dígame si hoy, como ayer, no se está perpetrando en Cuba un barriotero genocidio espiritual.
Y dice así...
Para miles de personas, ingenuas o tontas, la proyección en Cuba de algunas películas del Agente 007 -¡¡¡a estas alturas del siglo XXI!!!-, pudiera ser la muestra de que los cambios democráticos y las libertades ciudadanas son perceptibles en la Isla. Pero esto, como todo lo de allí, hay que agarrarlo con pinzas. Los muchachos de la orientación ideológica o la propaganda oficial son muy listos.
Bond, James Bond llegó a la pantalla grande en La Habana. Con un retraso de más de medio siglo ya está en la capital de Cuba, pero antes, muchos días antes, Granma, como órgano oficial, y Cibercuba, como repetidor, explicaron quién era el Agente 007 mediante unas concisas y contundentes notas al margen. En las que se le enjuaga el cerebro al público afirmándole que: «las versiones cinematográficas, [basadas en las novelas de Ian Fleming] conservaron, el sexismo, la oda al machismo y a los valores occidentales, [una] abundante acción, lo último de la tecnología, e intrigas internacionales».
En ellas, en esas notas lavativas, hicieron saber que Bond es un genio del mal, es por supuesto capitalista y anticomunista; vamos, todo lo que un cubano no ha sido, ni querrá ser jamás, y, que ni se le ocurra.
Capítulo aparte merece Bohemia, que muestra un tono poco «combativo» y se limita a describir al personaje sin juzgarlo, lo que me hace pensar que el redactor de PL, quien hizo la nota, no recibió a tiempo las «sugerencias» del Departamento de Orientación Revolucionaria, o como quiera que se llame la oficina que se ocupa de la propaganda oficial a estas alturas del Partido.
Conociendo el paño, entiendo que la causa de tamaña propaganda no está en hacer valer el derecho a la información o el interés por promover el entretenimiento. No está en que las taquillas reporten en Cuba, como en todas partes del mundo, millonarias sumas que contribuyan a mejorar la calidad de las salas de cine, la vida de sus empleados y pagar a quienes corresponda los derechos de autor sobre esos filmes.
Nada de eso. Este es un recurso de expansión ideológica con dos sentidos; uno, hacia adentro; y otro, hacia afuera. En ambos sentidos tiene como objetivo confundir, desestabilizar e ilusionar las mentes del público -mire usted cómoLa Jornada, El Nuevo Día, y El Clarín mordieron el anzuelo-, apartarlos del bullicio de Venezuela y del desastre cubano, utilizando, mire usted, las películas que ellos mismos califican de enajenantes. Las utilizan, como un morboso instrumento, para enajenar a propios y extraños del trágico destino de las democracias en Cuba y Venezuela, para alejarlos del deterioro cada vez mayor de la calidad de vida en ambos países.
Hacia afuera, va destinado a esas asociaciones de «progres», de los llamados amigos de Cuba -quienes en realidad son amigos del dictador-, para que vean que en Cuba ya no hay censura... Ya los cubanos pueden ver las películas del Agente 007 ¿y para qué tanto anuncio?, pues para confundir, para echarle más leña al fuego del cambio fraude, para que los «progres» del mundo vean que ahora sí están construyendo el socialismo del siglo XXI en Cuba, que están «actualizando el modelo» y que eso significa desbordar de libertades el sistema, incluso, darle a los ciudadanos la libertad de poder ver las películas del Agente 007... ja, pero mira tú, sucede que en agosto, en el cine donde se está proyectando la saga del enemigo de los comunistas, según informó 14 y Medio.com, no funciona el aire acondicionado... ¿Casual?, pues no, casual si fuera La Cenicienta de Walt Disney, Liberación o Mi hermano Fidel, con esas pelis sí sería posible que el aire estuviera roto o apagado para ahorrar electricidad, pero con Bond, con James Bond no hay casualidad.
Así que hoy, como ayer, el Ministerio para la Ilustración Popular y Propaganda del PCC, o como quiera que se llame ese departamento a estas alturas del Partido, está perpetrando el mismo genocidio espiritual, llevando a cabo su solución final. Hoy, como ayer, las miradas cómplices siguen esquivando a Cuba, siguen convenientemente sin dar crédito a los testimonios de millones de Vrba y Wetzler, quienes con pelos y señales han puesto ante los ojos del mundo lo que se muere en la Isla.
Hoy, como ayer, la tiranía tiene licencia para matar, pero lo hace con tanta «gracia», con tanto «garbo», que, tanto dentro de la alambrada, como fuera, a los espectadores les parece pura ficción, les es convenientemente difícil a estas alturas dar crédito y siguen preguntando: «¿Cómo saber que no son fantasías?»
María Teresa Vera y Lorenzo Hierrezuelo, Miguelito Cuní y El Conjunto Chapotín, Esther Borja, América Crespo, Numidia Vaillant y Luis Carbonell, Gonzalo Roig, Ramón Veloz, Roberto Faz, Tata Ramos, Celina y Reutilio, Luisa María Güell, Orlando Contreras, Bola de Nieve, Zoraida Marrero y las Hermanas Martí son nombres imborrables en la música cubana del siglo XX.
La extensa obra de cada uno de estos artistas está registrada con tinta indeleble en la historia musical de nuestro continente. Kubaney, presenta ahora en dos discos compactos veintiséis piezas antológicas escogidas de ese extenso repertorio, veintiséis piezas que durante más de medio siglo han permanecido en la preferencia de todos los públicos.
Se nos ofrecen en estos dos discos, increíbles canciones y boleros que vieron la luz en producciones hechas, casi todas, entre los años 1955 y 1959. Boleros y canciones que vencieron el tiempo, obras discográficas que se convirtieron en clásicos populares y que Kubaneyreúnen ahora bajo el título de «El disco de oro de Cuba. Sus boleros, canciones y cantantes».
Veinte años (d1-1) es una joya que proviene del disco «María TeresaVera» (K-MT-109), un fonograma en el que las voces y guitarras de María Teresa y Lorenzo Hierrezuelo cuentan con el acompañamiento del conjunto de Nene Allué. Con esta bella muestra de la canción cubana se inicia el compacto número uno.
Cuando en 1949 Arsenio Rodríguez decidió radicarse en Nueva York, el conjunto que él dirigía en La Habana, uno de los más importantes en la década del cuarenta, quedó en las manos expertas del legendario trompetista Félix Chapotín, para entonces hacía mucho tiempo que Miguelito Cuní era uno de los grandes cantantes de aquella agrupación. Vendaval sin Rumbo (d1-2) y Para qué hablar de amores (d2-7) son dos boleros estelares interpretados por el inconfundible Cuní, un cantante que hizo época en todo el continente.
De la producción «Esther Borja canta a dos tres y cuatro voces» (#MT-101), aparecen las canciones Ausencia (d1-3), Longina (d1-6) y Noche azul (d1-13). Esta producción fue todo un acontecimiento en su época, puesto que la tecnología aún no era lo que es hoy. El grabador Medardo Montero, consiguió hacer en los Estudios de Radio Progreso, en La Habana, un milagro que pocos creían posible: regrabó la voz de Esther Borja hasta cuatro veces en una cinta de un cuarto de pulgada.
En este disco, que fue preparado musicalmente por Luis Carbonell quien también acompaña al piano, aparecen además la pianista Numidia Vaillant, Bol en el contrabajo, El Negro Vivar en la trompeta y Rolando Laserie en la percusión.
Están también en este disco increíble las canciones Quiéreme mucho (d2-5), una pieza que apareció originalmente en el fonograma «Gonzalo Roig – con América Crespo y Esther Borja» (MT-121) y Ahora que eres mía, tomada de la producción «De nuevo Esther Borja», un fonograma dedicado a las canciones de Ernesto y Ernestina Lecuona.
Están también incluidas en este disco increíble dos mosaicos del Conjunto Casino en los que cantan Roberto Faz, Ribot y Espí. Tiene también el bolero Miseria en la voz de Orlando Contreras, El amor de mi bohío, interpretado por Ramón Veloz y otras tantas hasta llegar a veintiséis. (Santo Domingo, El Siglo. 15 jul. 2000) (Revisado para El Tren de Yaguaramas 2da. Época 28 nov. 2024)
(*) Hace más de veinte años, bajo el título «Clásicos populares en discos increíbles», publiqué una serie de reseñas de discos en diferentes medios de prensa de Santo Domingo, entonces había que comprar el fonograma; sin embargo, hoy solamente es necesario tener la app Spotify, o YouTube, es por eso que me animé a subirlos a Facebook y a mi blog, algunos con la Playlist del álbum original y otros en YouTube, como en el caso de este Disco de Oro de Cuba que aún no aparece en Spotify.
Usted miente y lo sabe, ese idilio
duró muy poco, los primeros en oponerse a la traición de FC fueron muchos de
los que integraron las guerrillas, tanto del M-26-7, como del Directorio. Entre
ellos Huber Matos, quien había sido uno de los tres hombres que con sus
acciones bélicas obligaron a replegarse al ejército nacional y rendirse. Sin
embargo, FC persiguió, asesinó, expolió y desterró a todos los que con palabras,
acciones o sospechas se le opusieran y por supuesto en pocos años se deshizo de
toda oposición.
Debe recordar que en las sierras del
Escambray y Los Órganos y eventualmente en otros lugares intrincados de la isla
hubo «alzados» contra el castrismo y en 1961 una expedición intentó derrocar la
dictadura, pero alguien que había prometido ayudar se acobardó. Decir que los
cubanos apoyan el castrismo es como aceptar que el pueblo alemán apoyó a
Hitler. El pueblo cubano ha sido sometido por la fuerza física, además, el
castrismo, mediante un eficaz «lavado de cerebro» ha perpetrado un genocidio cultural sistemático, el que a su vez ha creado una sociedad con un profundo daño antropológico, dejándola indefensa, pero a pesar de todo eso es capaz de
moverse después de 66 largos años de oprobiosa tiranía y a estas alturas
guardan injusta prisión cientos de jóvenes cubanos en las cárceles castristas.
No señor, el pueblo de Cuba no apoya al castrismo, aunque calle, como no apoya
a su carcelero el reo que muere en silencio en una celda.