Lo que creó Julián Orbón y lo que utilizó de la tonada de Joseíto.
Por supuesto que Vitier no lleva la lengua por el justo camino del análisis musical, sino por los del tropo poético al decir que: “Julián cantaba con la música de La Guantanamera esas estrofas de Martí”. Cintio, aunque estuvo siempre rodeado de música no es músico de profesión y muy probablemente no pudo darse cuenta de la notable diferencia entre la melodía creada por Orbón y la popular tonada que improvisaba Fernández, y las dificultades para entonar el texto de Martí con la melodía de la tonada la cual como está dicho más de una vez, es una melodía variable. Orbón debió crear una nueva obra para sus canturías martianas, pero al parecer jamás le pasó por la mente registrarla.
Ya él había escrito un extenso catálogo de obras de gran valor artístico y grandes directores habían estrenado algunas de ellas. Erick Kleiber (1890-1956), el deslumbrante director austriaco, estrenó el 17 de noviembre de 1946 en el Teatro Auditórium, con la Filarmónica de La Habana, el segundo y tercer movimiento de su Sinfonía en Do; y Frieder Weissmann, el 8 de febrero de 1953, frente al mismo conjunto y en el mismo escenario Homenaje a la tonadilla; y en 1947 había comenzado a componer la obra Tres versiones sinfónicas, que fue premiada en el Primer Festival de Música Latinoamericana, celebrado en Caracas en 1954 ¿cómo podrían darle fama y fortuna aquellos compases de La Guantanamera, creados solamente para el solaz entre amigos?
En la obra creada por Orbón, que según todos los testimonios es la que popularizó Pete Seeger en 1963, la melodía consta de doce compases y, como se puede leer en la transcripción, la tonada de Joseíto es mucho más extensa. Orbón creó una melodía fija, que se puede memorizar fácilmente por el común de las personas y es sobre esa melodía, que consta de seis frases de ocho sonidos cada una, donde se montan las cuartetas octosílabas de los Versos Sencillos, cantando una sílaba por sonido y repitiendo los dos primeros versos.
Si se compara verso a verso la tonada de Joseíto con la canción de Orbón, incluso quienes desconocen la lectura musical pueden reconocer que no existe relación alguna entre una y otra.14
De la tonada de Joseíto, Orbón utilizó el bajo obstinado o basso ostinato, y sus secuencias armónicas, (I-IV-V7) un recurso utilizado desde tiempos remotos en la música occidental, sobre el que se canta tanto la melodía como el estribillo de ocho compases.
Bajo obstinado o Basso ostinato utilizado en la “tonada” de Joseíto y la canción de Orbón.
Además de esto, tomó el motivo que forman las cuatro primeras notas del bajo y lo elaboró para formar las cuatro frases del estribillo y las seis de las cuartetas; estableciendo con esto también, consciente o inconscientemente, una relación con el bolero, pues esas cuatro figuras, que comienzan en el contratiempo del tercer tiempo, coinciden con las que marcan las tumbadoras en algunas especies del bolero bailable.15
El estribillo que Joseíto utilizaba al principio y/o al final de las décimas Orbón lo alterna con cada cuarteta -como en el son-, pero con una melodía nueva, creada también por Julián, porque Joseíto, al tener que jugar con la improvisación, variaba en cada versión la melodía, aunque por lo general cierto giro melódico y el texto eran el mismo: “Guantanamera, guajira guantanamera”.16 Obsérvese que sólo hay similitud entre los compases 6 y 7 de la “tonada” y 6 y 7 de la canción de Orbón.
Estribillo de la tonada popularizada por Fernández, según registro de junio 1959.
Estribillo de la canción creada por Orbón según la edición de Fall River, Inc.
Nótese el equilibrio en la melodía del estribillo creado por Orbón.
Estos recursos utilizados en La Guantanamera: el bajo obstinado y las tonadas del romancero, nos llegaron por cientos desde España y se transformaron de mil maneras por los caminos de América, por lo que es absolutamente imposible que Fernández registrara la melodía de la “tonada”, la que constantemente él mismo variaba. El registro al que se refieren los testimonios y los documentos, como ya está dicho, es al registro del estribillo y la secuencia armónica, que constituyen la parte más estable de la pieza, pero este material procede, como lo asegura Carpentier, de ese inmenso catálogo anónimo. El hecho de que Joseíto lo registrara no constituye en lo más mínimo un plagio, sino un recurso perfectamente válido en el mercado.
Orbón sintetizó el caos controlado que constituye toda improvisación y lo convirtió en orden y simetría. El estribillo que creó Orbón, consta de cuatro secciones, y se alterna con cada cuarteta, de las que se repiten las dos primeras, es decir, las cuartetas se convierten en seis versos octosílabos, que sumados a los cuatro del estribillo nos proporcionan las diez secciones de una décima.
Obsérvese cómo en cada una de las seis frases Orbón varía los motivos (A) y (B) creando seis diferencias.
Además, las diez frases están hechas en forma de variaciones, utilizando el motivo que forman las cuatro primeras notas del bajo como elemento unificador. Orbón concibió una décima con texto fijo, de pura esencia cancionística, no improvisatoria lo que le imprime una nueva función al texto martiano, y al texto en el contexto de la obra musical.
Joseíto canta su tonada en el cine y Brouwer realiza una versión sinfónica de La Guantanamera de Orbón.
Otra magnífica versión de la tonada popularizada por Joseíto es la que aparece en la banda sonora del filme Lucía, dirigido por el cineasta cubano Humberto Solás (1941- ) en 1968. La música original de todo el filme es de Leo Brouwer (1939- ), pero en el tercer cuento, que se desarrolla en Cuba durante la década del 60, “la fuerza del lenguaje discursivo está en la voz en off de Joseíto Fernández, que narra los sucesos que acontecen en la película con la música de La Guantanamera. […] lo que contribuye grandemente a dar sentido expresivo al relato”.17 Justo en la función que Fernández siempre le dio a la tonada”.
Al final de la película Brouwer utiliza una orquesta sinfónica para recrear el tema de La Guantanamera, pero esta vez con la melodía originalmente creada por Orbón, la de los doce compases para el texto martiano, más los ocho del estribillo. Sin dudas esto lo hizo porque en 1968 esa era en realidad la Guantanamera más conocida en Cuba y el mundo.
Es lamentable que en los créditos de la película no aparezca el nombre de Orbón, y más triste aun que del artículo “Lucía en tres movimientos”, se infiera la ignorancia de Brouwer sobre el origen verdadero de esta melodía. “[Tuve] la necesidad de orquestar una Guantanamera distinta y cubana […] que no podía ser ni el producto excelentemente terminado de la importación, ni la elementalmente original del autor”.18 Ese “producto excelentemente terminado de la importación” es la canción creada por Julián Orbón, y la “elementalmente original” la tonada improvisada por Fernández.
Notas
14 Ver ejemplo 2 al final de este artículo.
15 Este figurado comenzó a evolucionar en los 40s con la entrada de la tumbadora en el conjunto de Arsenio Rodríguez, y se definió durante los 50s en boleros tan conocidos como Vida consentida, de H. Parra, y Morir soñando, de M. Pelayo. (Lp Modiner NG 229 “Éxitos de Lino Borges”) (Ver ejemplo 3 al final de este artículo)
16 En Así es el arte, por ejemplo, Joseíto canta el estribillo, con el texto de Guantanamera, antes de la primera décima y después de la última, y en la grabación de Junio 1959, sólo al final.
17 Isabel Serrano Fuentes, La banda sonora como ambientación de la cinematografía revolucionaria: La Obra de Humberto Solás. (Santiago de Cuba: Universidad de Oriente, Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas, Departamento de Historia del Arte, Trabajo de Diploma inédito, 1994) 41, 42.
18 Leo Brouwer, La música, lo cubano y la innovación. (La Habana: Editorial Letras Cubanas, 1982) 74.
19 Política Cultural de la Revolución Cubana. Documentos. (La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 1977) 59.
Ejemplo 2
Ejemplo 3
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