Todo lo referente a su vida de simple mortal comenzó a esfumarse, como se esfumaron para siempre las conexiones terrenales de Elvis, Lennon, Jimi Hendrix, Chalie Parker, Wilde, Tchaikovsky, Beethoven, Bach, Wagner, y otros de sus pares. Michael resucitó en Neverland y allí vivirá para siempre, volvió a nacer al mundo mágico en el que habita su obra monumental e imperecedera.
Nada volvió a ser igual en la música, la danza, los medios audiovisuales, los conciertos, o el marketing del disco después que Michael Jackson cimbró con su talento el mundo del espectáculo. Ganó todos los premios, impuso records que difícilmente puedan igualarse, e hizo feliz a millones.
Aunque, como casi siempre en estos casos, nunca estuvo en paz ni con su obra ni consigo mismo. Pero eso fue hasta el 25 de junio de 2009, cuando un escueto parte médico anunció que su vida se había extinguido, a partir de hoy, Michael será intocable, y su obra se reproducirá hasta el final de los tiempos.
Indudable, este hombre modificó el mundo en una sola noche, con un solo baile, de una manera distinta que cautivó hasta a los más intelectuales escépticos. Yo crecí escuchando su música en Cuba, un fanático a sus videos, tan solo era un niño. La noticia me cayó como a todo el mundo, chocante. Te dejo un enlace por si puedes leer un artículo que hice al respecto, no sé si en el comentario podrá reconocer el enlace
ResponderEliminarhttp://laedadeoro.blogspot.com/2009/07/donde-se-fue-michael-jackson.html