martes, 6 de agosto de 2024

EN LA MESA REDONDA SE HABLÓ DE MÚSICA ¿Y MERCADO?

Sin libre mercado no hay mercado

Mientras sigan montados en esa noria de sangre que no lleva a ningún lugar, sobre la que no se pueden producir riquezas ni capitales, la música cubana seguirá siendo un celaje de lo que fue y sobre todo un sistema de propaganda del régimen, una sutil cobertura para el proselitismo político y la siembra de «personas que con disimulo y secreto observa o escucha lo que pasa, para comunicarlo a quien tiene interés en saberlo»


El vídeo que comparto más abajo, es de un programa de hace seis años, pero pudiera ser de hace 30, 35 o 40, el lenguaje es el mismo, las «dificultades» son las mismas, los enfoques son los mismos, y la incapacidad para relacionar la música y el mercado en Cuba, sigue siendo «caquita», es decir, un tema escabroso y delicado como un examen coprológico. 

Así que en esa noria redonda no pudieron decir lo que era menester, lo que muestra la realidad de más de medio siglo de calamidades y callejones sin salida provocados por un sistema que ha sido capaz de destruir la Cultura Cubana Colonial y Republicana e incapaz de crear riquezas materiales y espirituales. 

La música cubana perdió todos sus mercados a partir de 1959 cuando se desmontó todo el sistema capitalista de mercado, se instauró la economía planificada y la oferta y la demanda dejó de ser la rueda dentada que movilizaba toda la industria. ¿Se imaginan cuánto pudo conocer del mercado del disco nuestro gran novelista Alejo Carpentier cuando lo plantaron a «administrar» en lo que quedó de la expoliada Panart -que había fundado Ramón Sabat en 1944- con sus estudios y fábricas de discos? Nada, absolutamente nada, y desde entonces acá, ha sido imposible todo esfuerzo de los músicos por colarse en los mercados como el mercado manda, porque justamente es imposible compaginar una economía de mercado con una economía no capitalista, es por eso que la música cubana es una pluma en el mercado, muy lejos de lo que había sido durante la Colonia y la República, cuando La Habana se convirtió en el centro de la industria de la música en el Caribe.

No se rompan más la cabeza, ese sistema que ustedes han impuesto en Cuba es la causa de todos los males, así como es imposible producir café en las cantidades que se produjeron antes de 1959, es imposible competir en el mercado de la música como lo hicieron miles de músicos cubanos por los cuatro puntos cardinales mientras participaron de una industria en la que oferta y demanda era la rueda dentada que movía a gran velocidad la creación musical cubana, la que era consumida por millones de personas alrededor del mundo, y, que por eso, produjo millonarios capitales.

Así que, mientras sigan montados en esa noria de sangre que no lleva a ningún lugar, sobre la que no se puede producir riquezas ni capitales, la música cubana seguirá siendo un celaje de lo que fue y sobre todo un sistema de propaganda del régimen, una sutil cobertura para el proselitismo político y la siembra de «personas que con disimulo y secreto observa o escucha lo que pasa, para comunicarlo a quien tiene interés en saberlo». (RAE)



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