viernes, 28 de octubre de 2011

NEGOCIAR CON EL VERDUGO

Capitalista que apoya al castrismo jamás su tronco endereza.

La capacidad que tienen algunos capitalistas norteamericanos de influyentes opiniones, para cagarse fuera del tibor, es proverbial. En la reciente reunión organizada por la Oficina de Intereses de Cuba en Washington, Betsy Ward, presidenta de la Federación de Arroz de Estados Unidos expresó: "Vemos a Cuba como un socio comercial vital", dijo Ward.

Y es alucinante escuchar semejante afirmación de una persona que debía estar lo suficientemente informada como para saber que justamente eso es lo que Fidel Castro cortó, rompió impidió desde que comenzó a expropiar todo en Cuba; primero, las empresas extranjeras; después, hasta los timbiriches de fritas y croquetas con pan de propietarios nacionales.
Justamente ese es el punto que Castro I y Castro II comprenden perfectamente: si los Estados Unidos de Norteamérica hubiera seguido siendo el primer socio comercial de los capitalistas cubanos, el cuento del socialismo en Cuba no hubiera sido posible, ni el embargo hubiera existido y la dictadura nunca hubiera tenido tan fuertes asideros.
Lo que deben reconocer los emisores de influyentes opiniones en el gigante vecino del norte, es que el castrismo ha sido es y será la única y mordaz impedimenta para que la economía cubana sea vital en el comercio de los Estados Unidos. Deberían comprenderlo por absurdo que esto les parezca.
Para que Cuba produzca los bienes y servicios suficientes y la conviertan nuevamente en socio comercial de los Estados Unidos, es imprescindible que el castrismo sea sepultado, porque éste ha preferido una y mil veces hundir la isla en el mar que ceder un ápice ante “el imperio”. No es sino terminando con el castrismo que las economías de ambos países podrán regresar a las mesas de negociaciones; mientras, es irresponsable querer “ver a Cuba como un socio comercial vital" de la nación más poderosa del mundo.
Es denunciando el bloqueo impuesto por el castrismo a los cubanos, para que estos puedan crear capitales libremente en la isla, es reforzando el apoyo internacional a quienes en la isla desean un verdadero y radical cambio en la economía, es denunciando las expropiaciones ilegales de todos los bienes de propiedad norteamericana que esa misma dictadura realizó hace más de medio siglo, como se podrá llegar a lo pretendido por la señora Betsy Ward. No es posible negociar con el verdugo en el cadalso.

No es pretender vivir en el pasado, sino enderezar los tuertos que en el se cometieron para poder seguir adelante. La causa no es el embargo, por muy pesado que este parezca, la causa de la incapacidad productiva de la economía cubana está en el bloqueo impuesto por el castrismo a todo sistema económico capaz de generar riquezas.

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