Un ensayo de la Orquesta Simón Bolívar, dirigida por Gustavo Dudamel
Esta orquesta tiene un valor agregado que ninguna en el mundo puede exhibir: un "teamwork" inaudito.
Santo Domingo 05.02.13 Sala Carlos Piantini, del Teatro Eduardo Brito. En realidad -después de tocar durante tantos años en orquestas sinfónicas,
haber realizado tantos ensayos y haber visto pasar por delante de mi a tantos
directores-, asistir al ensayo de la Orquesta Simón Bolívar, con Dudamel en el podio, me provocó infinitas sensaciones, muchas no las puedo
describir aquí, pero una de ellas fue la negación... "¡No puede ser que
suenen mejor que en los discos!".
Por otra parte, la mística del ensayo es algo que nunca había visto...
pero claro, tiene que ser nunca vista, porque la gran mayoría de estos músicos
creció, desde la más tierna infancia hasta la adolescencia, tocando juntos,
conociéndose, enfrentando la vida con la música por delante y enfrentándose
todos como equipo a un trabajo que después de varios años se convirtió en algo
tan natural como lo que se escucha y se ve en estos ensayos.
Esta orquesta tiene un valor agregado que ninguna en el mundo puede
exhibir: un "teamwork" inaudito, de convivencias y complicidades
añejas, de triunfos y calamidades compartidas, de amores y desamores que
entretejen sus personalidades, ellos tienen una complicidad ante el hecho
artístico, todos son protagonistas de un suceso que después de muchos años de
trabajo les ha puesto en la mira del público en más de medio mundo y eso los compromete.
Quizás esta sea una percepción poco objetiva, porque no fue más que un
ensayo... pero cuando uno lleva más de cuatro décadas tocando con orquestas
sinfónicas dirigidas por Maestros de muy variopintos objetivos y capacidades
artísticas, asistir a un ensayo de la Orquesta Simón Bolívar es toda una
revelación: “Existe algo más después de la música”.
Post scríptum: Para unir en el espíritu de la música a
centenares de ángeles como estos, no basta con el voluntarismo, ni con políticas
tradicionales o populistas, ni con aportaciones millonarias del sector privado.
Para alcanzar resultados como estos hay que trabajar durante décadas, no hay
manera de llegar hasta ahí con esfuerzos intermitentes, pretendiendo pavonearse
ante la opinión pública a través de eventos espasmódicos, discontinuos, sin
método y sin una sustentación pedagógica perseverante.
Solamente la inversión en instrumentos arroja cifras que pudieran
constituir un obstáculo insalvable, para quienes pretendan tomar las experiencias
y alcanzar los lauros del Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e
Infantiles de Venezuela, creado por José Antonio Abreu en 1975.Tan solo ver los 12 contrabajos de primera calidad que porta esta
orquesta es una muestra de la inversión millonaria y a largo plazo que
significa la creación de un sistema como este.
Si bien es cierto que los primeros núcleos pueden comenzar con
instrumentos de muy bajo costo, apropiados a las necesidades de los principiantes,
los escalones superiores van necesitando más y mejores instrumentos, como los
que exhibe esta institución, una de las más representativas del sistema.
Quienes pretendan tomar experiencias de este sistema, deben tomar en
cuenta que es necesario, además de un sólido poder económico, tener una lúcida
metodología pedagógica, administrativa y publicitaria. Para tratar de seguir
los pasos de este sistema e involucrar a miles de jóvenes en una labor como
esta, el camino es claro, pero muy empedrado.
Fotos del ensayo.
Conciertos en Santo Domingo.
Fotos del ensayo.
Conciertos en Santo Domingo.
Excelente tu articulo querido amigo !!!!! La verdad es q ese ensayo fue simplemente extraordinario
ResponderEliminarqué experiencia y elogios merecidos!!!!!
ResponderEliminarabrazo!
bravo Tony que artículo!!!
ResponderEliminarte felicito ..le diste directamente al punto álgido!!