Casando
noticias
...al acusar a otros de la ineficiencia propia, sea al clima, al «imperialismo yanqui», o al «bloqueo» pulsa una tecla efectiva en su propaganda ideológica, provee mentiras esenciales que funcionan como respuestas rápidas a quienes insisten en defender lo indefendible.
Central Hershey, Cuba, antes de 1959. Foto: Fuente externa |
De un
tiempo a esta parte -gracias a Mr. Google quien me permite ir de un lugar a
otro a la velocidad de un clic y leer cuanto se publica en el mundo-, me doy
gusto casando noticias, hurgando aquí y allá sobre la misma historia. Y la que
publicó el Listín Diario el 14 de
enero bajo el título: Lluvias afectan plantaciones cañeras en
Cuba, me estimuló a halar del hilo para llegar
a la madeja.
Lo
primero que me llamó la atención fue que el Listín
Diario, un medio que no se ocupa con mucha frecuencia de estos temas de
zafra aquí en la República Dominicana, cediera un espacio a EFE para reproducir
un artículo que se refiere a otro país. La otra curiosidad fue el titular, diseñado
en el sutil estilo del Órgano del Partido Comunista de Cuba (PCC), con una
sintaxis en la que se denuncia al culpable desde el principio, en este caso la lluvia… Y no me equivoqué, halé
del hilo con un clic y allí estaba esperándome en la red un artículo firmado
por Yudi Castro Morales, con el título El sabor amargo de las lluvias en la zafra, publicado
por el PCC en su Órgano Oficial el pasado día 12 y del que muy probablemente
EFE tomó la información para redactar la nota que reprodujo el Listín Diario.
Cañaverales inundados en La Demajagua, Cuba. Foto: Fuente externa |
Tan
tétricos y desoladores son los desastres que provocó «la lluvia», según la
versión oficial cubana reproducida por EFE, que pudiera asegurarse que ningún
otro factor tendrá la culpa de los bajos índices que se pronostican para la
zafra azucarera 2017-2018 en Cuba, que fue tanta la bravura del clima que el
factor Humano nada pudo hacer para prevenir las pérdidas materiales y que la
vida de la gramínea depende absolutamente de la voluntad de San
Pedro.
El
artículo de Granma explica que el 70% de los cultivos fue afectado por las
lluvias en noviembre y diciembre, pero que anteriormente, durante los meses de
junio a septiembre, fue la sequía. Pero la caña de azúcar se produce en climas
tropicales y todos los países en el trópico tienen climas semejantes, tienen
lluvias y sequía; entonces, ¿por qué en la República Dominicana, por ejemplo,
llueva, truene o ventee la producción de azúcar se ha ido elevando cada año
hasta alcanzar cifras más que halagadoras y, en Cuba, cada año, durante más de
medio siglo, no deja de caer?
A otro
clic encontré un artículo con la firma de Fausto Adames, publicado en Santo
Domingo en el periódico Hoy, el 19 de
marzo de 2005, bajo el título: Lluvias, plagas y enfermedades acaban con
la agricultura de RD. Según esta publicación, a pesar del paso
del huracán Jeanne por el país, la
producción de azúcar creció, debido a «una mayor cosecha y el adelanto del
comienzo de la zafra» del central Romana y, como dato muy curioso, según afirmó
José Antonio Martínez Rojas, entonces vicepresidente de la Junta
Agroempresarial Dominicana, la producción tabacalera, a pesar de haber caído
relativamente por las inclemencias del tiempo, el país seguía siendo entonces el
primer exportador de puros habanos, «pasándole a Cuba por varios millones de
unidades».
Con
otro clic encontré un enjundioso artículo bajo el título: La industria azucarera cubana,
publicado en la página Foresight Cuba y encontré que, en la
primera década del siglo XXI, en 2002, quedaron solamente 71 fábricas de azúcar
en Cuba.
Y
seguí tirando del hilo y a otro clic encontré, en el mismo Listín Diario, una nota
firmada por Cándida Acosta el día 25 de mayo de 2012 bajo el título: La zafra azucarera alcanza crecimiento, en
el que según se afirma la República Dominicana no estaba importando azúcar
porque el consumo local, para esa fecha, estaba entre las 150 000 y 155 000 TM
y solo con la producción del central Romana se podían cubrir esas necesidades.
Volviendo
al artículo de la página Foresight Cuba, La industria azucarera cubana,
leo en la página 1 que, de los 161 centrales azucareros que el llamado
«gobierno revolucionario» expropió en la década del sesenta, en «2011 quedaban
56, de los cuales solo 39 participaron en la zafra de ese año». De tal modo
que, mientras en la segunda década del siglo XXI, un central dominicano podía
abastecer el consumo doméstico, la producción cubana se hundía sin remedio. ¿Por
la lluvia?
Cañaverales de la Romana, RD. Foto: Fuente externa |
En la página elDinero,
de la República Dominicana, aparece un artículo firmado por Esteban Delgado,
con el título: La
producción de azúcar sufre baja, pero sigue rentable, de fecha 8 de
febrero de 2016, en el que se informa que en la contienda 2013-2014 se
produjeron 561,324 TM, pero en la de 2014-2015 bajó a 495,978 TM, para una caída
del 11.6%, debido a la sequía; sin embargo, la baja en la producción no
disminuyó la rentabilidad, debido a que «el abastecimiento local fue tan
efectivo como en años anteriores, mientras que se cumplieron las metas de
exportación previamente establecidas».
A otro
clic encontré una nota en el Listín del
23 de noviembre de 2017, bajo el título: El Ingenio Colón aspira a superar la
producción azucarera anterior, en la que Alberto Portes,
vicepresidente Ejecutivo del Consorcio de Empresas Industriales (CAEI) informó
en la reunión anual previa al inicio de la zafra que el Ingenio Cristóbal Colón
produciría «más de 148,000 TM del dulce, unas 15,000 TM más que las producidas
en el ejercicio de 2016-2017. Y vaya curiosidad, no dijo ni una palabra del paso
de los huracanes Irma y María por el territorio nacional unos días antes.
Y ya
para terminar, metí el dedo y saqué de la red un libro exótico en estos días: Cuba, la isla fascinante,
escrito por Juan Bosch a mediados del siglo XX y publicado en La Habana en
1955. En este libro, que es un retrato de Cuba hecho por el intelectual
dominicano, hay un capítulo dedicado a la historia de la industria azucarera,
bien documentado y que revisó uno de los más sabios historiadores cubanos: Don
Ramiro Guerra. Según los datos que aporta Bosch en la página 265 de la edición
que consulté en línea hoy mismo, hacia 1860 se producían en la mayor de Las
Antillas, «casi quinientas mil toneladas largas, de dos mil doscientas cuarenta
libras cada una» y «antes de terminar la centuria, en 1894, alcanzó a más de un
millón».
A
consecuencia de la Guerra de Independencia (1895-1898), los campos de Cuba
quedaron devastados por la tea incendiaria de los mambises, pero a partir de
1902 comenzó a normalizarse la producción del dulce y a mediados del siglo XX
«se habían estabilizado ciento sesentaiuna fabricas» que producían «más de
cinco millones de toneladas largas, casi cuarenta millones de sacos de
trescientas veinticinco libras».
Ruinas del Central Hershey a finales del s. XX. Foto: Fuente externa |
Pero
todo eso comenzó a cambiar a partir de 1959, de manera tan drástica que, de los
cinco millones de TM que producían 161 centrales en la década del 50, bajó a
producirse 1,1 millón en la zafra de 2011, tan solo con 39 de los 56 ingenios
existentes para ese año. Las causas de este derrumbe, nada tienen que ver con las
lluvias, están en el sistema, no en el clima, sino en la mano del Hombre,
quien, durante los primeros años de la década del sesenta, en nombre del
llamado «gobierno revolucionario», se apoderó de 161 centrales azucareros, de
los cuales el 62% pertenecía a propietarios cubanos y el 37% a firmas
norteamericanas[1]
y los puso bajo la administración de un personal poco o nada capacitado, pero
de total adhesión al poder. Se re ubicaron poblados campesinos enteros, como se
re ubicaron todas las plantaciones. Lo primero, con fines de dominación absoluta
de la clase campesina, aliada potencial de la «contrarrevolución» y; lo segundo,
por el delirio de plantar caña de azúcar por toda la isla para hacer una zafra de
diez millones de TM en 1970, lo que produjo más miseria y frustración entre los
cubanos.
Para preparar
todos los terrenos de la isla y cosechar caña de azúcar, en 1968 la Brigada Ché Guevara desbrozó la isla de
una punta a la otra, haciendo desaparecer todos los cultivos, sembrando a capricho
solamente caña hasta en los solares yermos. ¿Qué sucedió con las tierras
apropiadas para el cultivo de la caña? ¿Qué sucedió con las fábricas de azúcar
que convirtieron a la isla en la azucarera del mundo? ¿La lluvia se las llevó?[2]
Arrozales del Cibao, RD. Foto: Fuente externa |
No, no
fue la lluvia, porque cuando salgo de Santo Domingo, la capital de la República
Dominicana, y me enrumbo a Santiago de los Caballeros puedo ver a la vera de la
autopista tierras bajas, anegadas, en las que se pierde la vista en extensos
campos de arroz, y si tomo el camino de la Romana e Higüey, veo paños verdes
infinitos en los que crece la caña de azúcar. Puedo ver también terrenos
pedregosos, irregulares, con elevaciones y lagunas, cubiertos por un manto de forraje
donde crece el ganado, puedo ver un paisaje en el que la tierra produce porque
la mano del Hombre actúa de manera eficiente sobre ella. En Cuba, la isla
vecina, la que fascinó a Juan Bosch, fue así durante muchísimos años.
Así
que, casando las noticias, puedo concluir que el PCC, al acusar a otros de la
ineficiencia propia, sea al clima, al «imperialismo yanqui», o al «bloqueo» pulsa
una tecla efectiva en su propaganda ideológica, provee mentiras esenciales que
funcionan como respuestas rápidas a quienes insisten en defender lo
indefendible y esta respuesta es la que contiene el artículo de EFE que
reproduce el Listín Diario: «La baja producción de azúcar en Cuba la causó la
lluvia».
Ojalá
que la mano del Hombre no se vuelva contra el azúcar dominicana. Ojalá que los
anticapitalistas no puedan tocarla ni en canciones. Ojalá que, como en Cuba, no
puedan acabarla y luego decir que se fue con la lluvia. Ojalá.
[1] Cfr. Foresightcuba. 2013. «La industria azucarera cubana». [En línea]
[fecha de consulta 16 de enero de 2018] Disponible en: http://foresightcuba.com/la-industria-azucarera-cubana/
[2] Para
conocer en detalles las causas de la desaparición de la industria azucarera
cubana (Cfr. Foresightcuba 2013 8-9)
Lo que queda del principal ingenio azucarero de Guantánamo.
Así enfrentan las lluvias en Honduras
Así lo hacen en La Florida.