martes, 16 de enero de 2018

EL AZUCAR DE CUBA NO SE FUE CON LA LLUVIA

Casando noticias

...al acusar a otros de la ineficiencia propia, sea al clima, al «imperialismo yanqui», o al «bloqueo» pulsa una tecla efectiva en su propaganda ideológica, provee mentiras esenciales que funcionan como respuestas rápidas a quienes insisten en defender lo indefendible.

Central Hershey, Cuba, antes de 1959. Foto: Fuente externa

De un tiempo a esta parte -gracias a Mr. Google quien me permite ir de un lugar a otro a la velocidad de un clic y leer cuanto se publica en el mundo-, me doy gusto casando noticias, hurgando aquí y allá sobre la misma historia. Y la que publicó el Listín Diario el 14 de enero bajo el título: Lluvias afectan plantaciones cañeras en Cuba, me estimuló a halar del hilo para llegar a la madeja.

Lo primero que me llamó la atención fue que el Listín Diario, un medio que no se ocupa con mucha frecuencia de estos temas de zafra aquí en la República Dominicana, cediera un espacio a EFE para reproducir un artículo que se refiere a otro país. La otra curiosidad fue el titular, diseñado en el sutil estilo del Órgano del Partido Comunista de Cuba (PCC), con una sintaxis en la que se denuncia al culpable desde el principio, en este caso la lluvia… Y no me equivoqué, halé del hilo con un clic y allí estaba esperándome en la red un artículo firmado por Yudi Castro Morales, con el título El sabor amargo de las lluvias en la zafra, publicado por el PCC en su Órgano Oficial el pasado día 12 y del que muy probablemente EFE tomó la información para redactar la nota que reprodujo el Listín Diario.

Cañaverales inundados en La Demajagua, Cuba.
Foto: Fuente externa
Tan tétricos y desoladores son los desastres que provocó «la lluvia», según la versión oficial cubana reproducida por EFE, que pudiera asegurarse que ningún otro factor tendrá la culpa de los bajos índices que se pronostican para la zafra azucarera 2017-2018 en Cuba, que fue tanta la bravura del clima que el factor Humano nada pudo hacer para prevenir las pérdidas materiales y que la vida de la gramínea depende absolutamente de la voluntad de San Pedro.

El artículo de Granma explica que el 70% de los cultivos fue afectado por las lluvias en noviembre y diciembre, pero que anteriormente, durante los meses de junio a septiembre, fue la sequía. Pero la caña de azúcar se produce en climas tropicales y todos los países en el trópico tienen climas semejantes, tienen lluvias y sequía; entonces, ¿por qué en la República Dominicana, por ejemplo, llueva, truene o ventee la producción de azúcar se ha ido elevando cada año hasta alcanzar cifras más que halagadoras y, en Cuba, cada año, durante más de medio siglo, no deja de caer?

A otro clic encontré un artículo con la firma de Fausto Adames, publicado en Santo Domingo en el periódico Hoy, el 19 de marzo de 2005, bajo el título: Lluvias, plagas y enfermedades acaban con la agricultura de RD. Según esta publicación, a pesar del paso del huracán Jeanne por el país, la producción de azúcar creció, debido a «una mayor cosecha y el adelanto del comienzo de la zafra» del central Romana y, como dato muy curioso, según afirmó José Antonio Martínez Rojas, entonces vicepresidente de la Junta Agroempresarial Dominicana, la producción tabacalera, a pesar de haber caído relativamente por las inclemencias del tiempo, el país seguía siendo entonces el primer exportador de puros habanos, «pasándole a Cuba por varios millones de unidades».

Con otro clic encontré un enjundioso artículo bajo el título: La industria azucarera cubana, publicado en la página Foresight Cuba y encontré que, en la primera década del siglo XXI, en 2002, quedaron solamente 71 fábricas de azúcar en Cuba.

Y seguí tirando del hilo y a otro clic encontré, en el mismo Listín Diario, una nota firmada por Cándida Acosta el día 25 de mayo de 2012 bajo el título: La zafra azucarera alcanza crecimiento, en el que según se afirma la República Dominicana no estaba importando azúcar porque el consumo local, para esa fecha, estaba entre las 150 000 y 155 000 TM y solo con la producción del central Romana se podían cubrir esas necesidades.

Volviendo al artículo de la página Foresight Cuba, La industria azucarera cubana, leo en la página 1 que, de los 161 centrales azucareros que el llamado «gobierno revolucionario» expropió en la década del sesenta, en «2011 quedaban 56, de los cuales solo 39 participaron en la zafra de ese año». De tal modo que, mientras en la segunda década del siglo XXI, un central dominicano podía abastecer el consumo doméstico, la producción cubana se hundía sin remedio. ¿Por la lluvia?

Cañaverales de la Romana, RD. Foto: Fuente externa
En la página elDinero, de la República Dominicana, aparece un artículo firmado por Esteban Delgado, con el título: La producción de azúcar sufre baja, pero sigue rentable, de fecha 8 de febrero de 2016, en el que se informa que en la contienda 2013-2014 se produjeron 561,324 TM, pero en la de 2014-2015 bajó a 495,978 TM, para una caída del 11.6%, debido a la sequía; sin embargo, la baja en la producción no disminuyó la rentabilidad, debido a que «el abastecimiento local fue tan efectivo como en años anteriores, mientras que se cumplieron las metas de exportación previamente establecidas».

A otro clic encontré una nota en el Listín del 23 de noviembre de 2017, bajo el título: El Ingenio Colón aspira a superar la producción azucarera anterior, en la que Alberto Portes, vicepresidente Ejecutivo del Consorcio de Empresas Industriales (CAEI) informó en la reunión anual previa al inicio de la zafra que el Ingenio Cristóbal Colón produciría «más de 148,000 TM del dulce, unas 15,000 TM más que las producidas en el ejercicio de 2016-2017. Y vaya curiosidad, no dijo ni una palabra del paso de los huracanes Irma y María por el territorio nacional unos días antes.

Y ya para terminar, metí el dedo y saqué de la red un libro exótico en estos días: Cuba, la isla fascinante, escrito por Juan Bosch a mediados del siglo XX y publicado en La Habana en 1955. En este libro, que es un retrato de Cuba hecho por el intelectual dominicano, hay un capítulo dedicado a la historia de la industria azucarera, bien documentado y que revisó uno de los más sabios historiadores cubanos: Don Ramiro Guerra. Según los datos que aporta Bosch en la página 265 de la edición que consulté en línea hoy mismo, hacia 1860 se producían en la mayor de Las Antillas, «casi quinientas mil toneladas largas, de dos mil doscientas cuarenta libras cada una» y «antes de terminar la centuria, en 1894, alcanzó a más de un millón».

A consecuencia de la Guerra de Independencia (1895-1898), los campos de Cuba quedaron devastados por la tea incendiaria de los mambises, pero a partir de 1902 comenzó a normalizarse la producción del dulce y a mediados del siglo XX «se habían estabilizado ciento sesentaiuna fabricas» que producían «más de cinco millones de toneladas largas, casi cuarenta millones de sacos de trescientas veinticinco libras».

Ruinas del Central Hershey a finales del s. XX.
Foto: Fuente externa
Pero todo eso comenzó a cambiar a partir de 1959, de manera tan drástica que, de los cinco millones de TM que producían 161 centrales en la década del 50, bajó a producirse 1,1 millón en la zafra de 2011, tan solo con 39 de los 56 ingenios existentes para ese año. Las causas de este derrumbe, nada tienen que ver con las lluvias, están en el sistema, no en el clima, sino en la mano del Hombre, quien, durante los primeros años de la década del sesenta, en nombre del llamado «gobierno revolucionario», se apoderó de 161 centrales azucareros, de los cuales el 62% pertenecía a propietarios cubanos y el 37% a firmas norteamericanas[1] y los puso bajo la administración de un personal poco o nada capacitado, pero de total adhesión al poder. Se re ubicaron poblados campesinos enteros, como se re ubicaron todas las plantaciones. Lo primero, con fines de dominación absoluta de la clase campesina, aliada potencial de la «contrarrevolución» y; lo segundo, por el delirio de plantar caña de azúcar por toda la isla para hacer una zafra de diez millones de TM en 1970, lo que produjo más miseria y frustración entre los cubanos.

Para preparar todos los terrenos de la isla y cosechar caña de azúcar, en 1968 la Brigada Ché Guevara desbrozó la isla de una punta a la otra, haciendo desaparecer todos los cultivos, sembrando a capricho solamente caña hasta en los solares yermos. ¿Qué sucedió con las tierras apropiadas para el cultivo de la caña? ¿Qué sucedió con las fábricas de azúcar que convirtieron a la isla en la azucarera del mundo? ¿La lluvia se las llevó?[2]

Arrozales del Cibao, RD. Foto: Fuente externa
No, no fue la lluvia, porque cuando salgo de Santo Domingo, la capital de la República Dominicana, y me enrumbo a Santiago de los Caballeros puedo ver a la vera de la autopista tierras bajas, anegadas, en las que se pierde la vista en extensos campos de arroz, y si tomo el camino de la Romana e Higüey, veo paños verdes infinitos en los que crece la caña de azúcar. Puedo ver también terrenos pedregosos, irregulares, con elevaciones y lagunas, cubiertos por un manto de forraje donde crece el ganado, puedo ver un paisaje en el que la tierra produce porque la mano del Hombre actúa de manera eficiente sobre ella. En Cuba, la isla vecina, la que fascinó a Juan Bosch, fue así durante muchísimos años.

Así que, casando las noticias, puedo concluir que el PCC, al acusar a otros de la ineficiencia propia, sea al clima, al «imperialismo yanqui», o al «bloqueo» pulsa una tecla efectiva en su propaganda ideológica, provee mentiras esenciales que funcionan como respuestas rápidas a quienes insisten en defender lo indefendible y esta respuesta es la que contiene el artículo de EFE que reproduce el Listín Diario: «La baja producción de azúcar en Cuba la causó la lluvia».

Ojalá que la mano del Hombre no se vuelva contra el azúcar dominicana. Ojalá que los anticapitalistas no puedan tocarla ni en canciones. Ojalá que, como en Cuba, no puedan acabarla y luego decir que se fue con la lluvia. Ojalá.



[1] Cfr. Foresightcuba. 2013. «La industria azucarera cubana». [En línea] [fecha de consulta 16 de enero de 2018] Disponible en: http://foresightcuba.com/la-industria-azucarera-cubana/
[2] Para conocer en detalles las causas de la desaparición de la industria azucarera cubana (Cfr. Foresightcuba 2013 8-9)

Lo que queda del principal ingenio azucarero de Guantánamo.

Así enfrentan las lluvias en Honduras

Así lo hacen en La Florida.

jueves, 11 de enero de 2018

JUAN E. MARTÍNEZ INTERPRETARÁ EL CONCIERTO PARA SAXOFÓN DE B. BUSTAMANTE

Una brillante carrera que recién comienza

…estoy seguro de que va conseguir sus metas, que tiene una carrera por delante muy rica y que de él vamos a escuchar con mucha frecuencia en el futuro. Juan Esteban es un joven músico que ya es una realidad con una brillante carrera que recién comienza.

Juan Esteban Martínez
Foto: Fuente externa
El joven de 22 años Juan Esteban Martínez actuará como solista con la Orquesta Sinfónica Nacional de la República Dominicana en el Gran Concierto Altagraciano que se presentará el próximo día 12 de enero de 2018 en la Basílica Nuestra Señora de la Altagracia, en Higüey, a unos 160 kms de Santo Domingo.

El músico nacido en Colombia, pero afincado en la República Dominicana desde hace casi dos décadas, primero en Barahona y después en Santo Domingo, realizó estudios de clarinete con el profesor Roberto Medina en el Conservatorio Nacional, y en la actualidad está terminando la Licenciatura en Música en el Conservatorio Peabody Institute de la Universidad de Johns Hopkins, bajo la tutela de Anthony McGill, primer clarinetista de la Orquesta Filarmónica de New York[1].

La obra que interpretará en esta oportunidad es el Concierto para Saxofón y Orquesta del compositor dominicano Bienvenido Bustamante, una obra que ha sido interpretada por excelentes músicos, tanto dominicanos como extranjeros. Después que Choco de León lo estrenó el 9 de octubre de 1996 con la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por el Maestro Julio de Windt, la obra ha sido interpretada; entre otros, por los saxofonistas Remy Vargas, Miguel Villafruela, Sandy Gabriel y Paquito D´Rivera, y por el Maestro Luis Ruiz, quien lo presentó en una magnífica versión para flauta, y ahora Martínez lo traerá al público en una versión para clarinete.

El pasado día 10 de enero, en el Teatro Nacional Eduardo Brito y poco antes de comenzar un ensayo, pude conversar con Juan Esteban Martínez acerca de su corta, pero fructífera carrera y del concierto de Bustamante que interpretará el viernes 12 de enero en la Basílica de Higüey y esto fue lo que me dijo:

JEM: Cuando empecé a estudiar música era muy pequeño y por eso el primer instrumento que toqué fue la flauta dulce, así me lo recomendó el profesor Librado Santana, quien fue mi primer maestro de música allá en Barahona. Dos años después él entendió que yo tenía potencial y facilidad para mover con rapidez los dedos, así que me sugirió el clarinete y él mismo me dio las primeras clases… como él pudo, porque él era maestro de todo y me enseñó las posiciones y comencé a tocar hasta que llegó el momento en que mi mamá decidió buscarme un profesor de otro nivel y fue entonces cuando llegamos por primera vez a Santo Domingo, y en el Conservatorio conocimos al maestro Roberto Medina quien comenzó a darnos clases privadas dos veces por semana a mi hermano y a mí.

Cuando estuve en el último año del Bachillerato me mudé para Santo Domingo y ya matriculado formalmente en el Conservatorio me gradué en mayo de 2013. Así que, al terminar el nivel medio tanto en el colegio como en la música, estuve hasta el verano del 2014 llenando aplicaciones para universidades en los Estados Unidos hasta que conseguí esta en la que estudio hoy y donde estoy a punto de graduarme.

AGS: Voy a concentrarme ahora en el Concierto de Bustamante que es la obra que tocarás el viernes 12 en la Basílica de Higüey. ¿La versión para clarinete que vas a tocar tiene muchos cambios de acuerdo con el original, que es para saxofón, o no?

JEM: No, yo trato de mantener los conceptos que el maestro Bustamante utilizó para el saxofón y creo que se adapta muy bien, aunque hay algunos lugares en los que por cuestiones de registro puedo tocar un poco más agudo que el saxofón y esa ventaja la utilizo.

AGS: ¿De los tres movimientos cuál te ha dado más trabajo técnicamente?

JEM: Cualquiera pensaría que el tercero, pero yo digo que el primero, porque hay dos o tres pasajes que son como cadencias que son bastante incómodas y he tenido que trabajarlas bien lento… Hace mucho tiempo que un pasaje no me daba tanta brega.

AGS: La obra está muy cargada de música popular. ¿No has tenido conflicto con eso?

JEM: Sí, pero es algo que yo manejaba porque siempre me ha gustado tocar merengue y además de eso tiene mucha influencia del porro y la cumbia de Colombia. Con la banda de mi mamá[2] tocábamos siempre una obra que se titula Fiesta de negritos que es una obra colombiana en la que el clarinete improvisa de todas las formas, es un poco más lento, es como un merengue lento. Las armonías son las mismas y por ese sentido no me ha resultado tan complicado improvisar.

AGS: ¿En el concierto las cadencias están escritas o las improvisas?

JEM: En el tercer movimiento hay mucha improvisación.

AGS: ¿Cómo has trabajado esas cadencias improvisadas?

JEM: Lo primero que hice fue escuchar mucho la grabación de Paquito D´Rivera de donde tomé el ejemplo de cómo hacerlas y luego ya con las armonías en la cabeza yo comencé a intentarlo y unas veces me salía y otras no, pero ya… sobre todo con la orquesta, que me ha ayuda mucho a improvisar dentro de la armonía y no se me está dificultando tanto como yo pensaba.

AGS: Pude apreciar en el ensayo que tu digitación y dicción son muy precisas, algo que no encaja en el estilo de la música popular, sino que tocas con un gran rigor académico. ¿Esto no te provoca ningún conflicto?

JEM: Decidí hacerlo así por el contexto, porque es la Sinfónica Nacional, es un concierto, que, aunque es de merengue, es como un merengue clásico, yo lo veo así. Tal vez en la parte de la improvisación me salga un poco de esas casillas… En el segundo movimiento hay muchos pasajes en los que yo voy a rubatear mucho la melodía, algo que pudiera parecer fuera de lugar, pero es la idea en la que Paquito lo toca.

AGS: Y mi última pregunta: ¿Cómo te ves en el futuro?

JEM: Me cuesta un poquito porque en los EE. UU., la enseñanza está orientada únicamente a la interpretación en orquesta y no es un secreto que disfruto mucho más tocar como solista. Entonces me veo como un solista, pero estoy recibiendo el entrenamiento de un músico de orquesta.

AGS: ¿Y no te gustaría estudiar en Europa, por ejemplo, en el Conservatorio de París?

JEM: Sí, lo he pensado mucho, incluso este año yo quería, al terminar la universidad, ir a hacer audiciones en Europa, pero creo que por ahora debería dar un salto dentro de los EE. UU., y si mi Universidad está entre las diez mejores, pudiera seguir estudiando en la mejor del país y eso es un salto de calidad y de ahí también salen los grandes solistas… y la educación para los buenos músicos es gratuita, por más que sea muy costoso estudiar allá, existen planes de becas completas, así que por eso me contuve, pero dependiendo de lo que pase yo me veo estudiando en Europa o haciendo algo allá.

AGS: Después de escuchar a Juan Esteban tocando en los ensayos y después de escucharle hablar con tanta propiedad de su carrera y de lo que él pretende llegar a hacer, estoy seguro de que va conseguir sus metas, que tiene una carrera por delante muy rica y que de él vamos a escuchar con mucha frecuencia en el futuro. Juan Esteban es un joven músico que ya es una realidad, con una brillante carrera que recién comienza.

Grabado el 10 de enero de 2018 en el Teatro Nacional Eduardo Brito, en Santo Domingo, República Dominicana.



[1] En junio del 2016 fue ganador del primer lugar en el Cynthia Woods Mitchell Young Artist Competition en el Texas Music Festival de la Universidad de Houston, interpretando el concierto de Jean Françaix con la orquesta del festival, bajo la dirección de la aclamada Mei Ann Chen. En Peabody Conservatory, fue ganador del segundo lugar en el Yale Gordon Competition y ha recibido el reconocimiento the Sidney Jensen Memorial como el clarinetista más destacado de la institución por dos años consecutivos, (2016 y 2017). En 2017 fue finalista del Concurso Backun International Clarinet Competition en Nashville Tenesse. En el año 2012 con 15 años de edad debutó como solista en el Concierto Altagraciano de la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la dirección del maestro José Antonio Molina en la Basilica de Higuey. En el año 2013, fue seleccionado por la Organización de Estados Iberoamericanos OEI para representar a República Dominicana en la primera edición de la Orquesta Juvenil iberoamericana en Panamá. En el mismo año 2013 fue uno de los ganadores del Concurso Internacional Jóvenes Intérpretes en Colombia, como Solista de la Orquesta Sinfónica de Caldas en Manizales – Colombia. Además, Participó como solista con la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil de República Dominicana en varias ocasiones, bajo la dirección del maestro Darwin Aquino. Juan fue el único representante de República Dominicana en la gira Southern Cone Tour de la YOA - Orquesta Joven de las Américas, con la cual se presentó en las mejores salas de Chile, Argentina y Brasil, bajo la dirección del maestro Carlos Miguel Prieto. Recientemente fue seleccionado para participar en el prestigioso New York String Orchestra Seminar, una orquesta formada por los mejores músicos jóvenes de los Estados Unidos, presentándose en la sala principal de Carnegie Hall en New York.

[2] Claudia, la madre de Juan Esteban, además de haber entusiasmado a sus hijos a estudiar música, ella terminó por estudiar música también y fundó una academia en Barahona en la que integró una banda infantil.

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