Contrabajistas cubanos por el mundo
No hay perdón para el que
abandona el estudio técnico, porque es nuestro cimiento, no se hace música con
la técnica, pero ayuda a que todo sea más fácil y suene mejor.
@Oscar Rodríguez |
El día que me llevaron
a conocer el contrabajo
¿Mis primeros recuerdos con la
música?, pues están asociados con mi abuela paterna, Esperanza, ella tocaba
algo el piano, y la primera vez que la vi tocar me impresionó mucho. Recuerdo con
mucha claridad, que el primer día que me llevaron a la guardería yo no me
quería quedar y lloraba mucho, entonces ella se sentó a un piano que había en
el salón y tocó. Aquello me causó una gran impresión y dejé de llorar... hoy
creo que fue por el piano, que era la primera vez que lo veía «en persona»,
pero sobre todo por ver que mi abuela podía sacar música de él. También
recuerdo que en casa ella me cantaba nanas para que me durmiera... y también
tengo recuerdos con la música a través de mi padrastro que era trombonista de
la banda de conciertos de Matanzas. Él me llevaba a los ensayos de la banda y
allí me lo pasaba toqueteando todos los instrumentos, y además escuchaba los
ensayos y me llevaban a casi todos los conciertos los fines de semana... fue
una época bonita.
¿Y el contrabajo? Pues, como
muchos contrabajistas (o casi todos puedo decir por la experiencia de las
pruebas de conservatorio), no fue mi primera opción... Mi padrastro parece que
vio en mí algo de musicalidad y me llevó a la Escuela Vocacional de Arte
donde por decisión suya y de mi madre iba destinado a tocar la trompa, porque
era el instrumento que a él siempre le gustó tocar, pero entonces no había
profesor y solo quedaban plazas para contrabajo... y como yo nunca había
visto un contrabajo delante de mí, mi padrastro me llevó a la casa del maestro Giraldo
«Pucho» Domecq Prats, un contrabajista retirado que él conocía, quien había
sido fundador de la sinfónica de Matanzas... «Pucho» tenía un contrabajo ¾, que
ante mis ojos de niño parecía enorme... fue esa la primera vez que intenté
tocar un contrabajo y sentí que no pesaba tanto como aparentaba por su tamaño. Ja,
si Aureliano recordó muchos años después el día en que su padre lo llevó a
conocer el hielo, yo, en circunstancias muy distintas, recordaré por siempre el
día en que me llevaron a conocer el contrabajo... Ja.
Esto fue en 1980, cuando yo
tenía 11 años, entonces vinieron las clases con el maestro Ricardo «Papito»
Fernández Mora, quien se había graduado de Profesor de Contrabajo en el curso
74-75 en la Escuela
Nacional de Arte (ENA), con el maestro Orestes Urfé. Con «Papito»
terminé en 1984 el nivel elemental y me fui a La Habana, donde matriculé en la
clase del maestro Manuel
Valdés Argudín, entonces profesor de contrabajo en la ENA, quien había
estudiado en el Conservatorio
Amadeo Roldán de La Habana con el profesor búlgaro Ángel Nenov y se
había graduado con honores del Conservatorio
Chaikovski de Moscú en la clase del profesor ruso Evgeny Kolosov. Con
Manuel terminé en 1988 el nivel medio profesional, como se denominaba entonces
en Cuba ese grado académico que me daba la titulación idónea para poder trabajar
como músico y profesor de música... y me designaron para hacer el servicio
social en la provincia de Sancti
Spíritus, donde comenzó mi vida profesional como profesor de contrabajo...
El Jazz y la Academia
¿Y el jazz y la música
popular? Pues comencé a tocar música popular de manera profesional justo cuando
comencé a trabajar como profesor de contrabajo en 1988, cuando me ubicaron a
trabajar en Sancti Spiritu... por la cercanía... a unas 47 millas... estuve
tocando con un grupo de Latin jazz en la ciudad de Santa Clara, y
después, cuando comencé a tocar con la Orquesta Sinfónica de Matanzas,
alternaba con formaciones pequeñas de Jazz de aquella ciudad hasta que me fui a
La Habana definitivamente por el año 1990 o 91.
En la capital cubana comencé
tocando con el trovador Frank Delgado,
más tarde con el cuarteto de Jazz Fusión 4 y posteriormente formé parte del
grupo de Orlando
Valle y Otra Visión, que fue el último grupo con el que trabajé en Cuba
antes de venir a vivir a España. ¿Y, cómo fue? pues por amor... me pasó como a Machín... en 1997
me vine a residir a España (Galicia) donde realicé varios trabajos como músico
en orquestas de verbena, bandas de Jazz y formaciones clásicas variadas. Posteriormente,
en el 2001, nos fuimos a residir en Canarias, donde trabajé y estudié... sí,
aquí tuve que terminar mis estudios, porque los interrumpí en La Habana para
mudarme a España, así que debí cursar algunas asignaturas que no aparecían en
el pensum de allá y no podía convalidar... hice una parte en el Instituto Superior
de Arte de La Habana y otra la cursé en el Conservatorio Superior de Música de Gran
Canaria... y no te dije que en el ISA mi profesor de contrabajo volvió
a ser el maestro Valdés, quien me había graduado de nivel medio en la ENA. Eso
fue una gran suerte...
Cosas del destino para
las que estaba preparado
¿En Canarias? Pues sí, allí toqué
en dos orquestas, en la Filarmónica de Gran Canaria y en la Orquesta
Sinfónica de Tenerife. Llegué a las Islas porque a mi esposa la habían
destinado a trabajar allí, y tuve la suerte de que entonces, en el Auditorio Alfredo Kraus,
donde radica la Filarmónica, habían ofertado una plaza de refuerzo
oficial y nos presentamos tres contrabajistas a la audición y gané la plaza....
también estuve ocasionalmente en la Orquesta de Tenerife como refuerzo
en algunos conciertos en los que solicitaban mi trabajo.
¿El regreso a la Península?
Pues otra vez mi esposa y yo tuvimos oportunidades de trabajo... fui llamado
como profesor en el Conservatorio
Profesional de Música Xoán Montes, en Lugo (Galicia)... también por
esos años trabajé en el Conservatorio
Profesional de Música de Segovia...
¿Y en Vigo? Pues en el año
2007, aprobé la oposición al cuerpo de profesor de Contrabajo de la Xunta de Galicia
y en la actualidad, tengo la plaza en el Conservatorio Profesional de Vigo.
Como sabes, para obtener la plaza hay que aprobar unos exámenes en los que
básicamente hay que demostrar las cualidades pedagógicas y como instrumentista...
son pruebas bien difíciles, porque siempre son muy pocas plazas y muchos quienes
optan por ellas... y ¿cuántos alumnos tengo? Pues en la actualidad tengo
catorce estudiantes, entre grado elemental y medio, aunque con esto de la
pandemia ha bajado mucho la matricula... también doy clases de música de
cámara, conjunto y orquesta... Y sí, ya he titulado con Grado Profesional, a 9
estudiantes.
Te cuento, la enseñanza aquí
se divide en Grado Elemental (GE) y Grado Profesional (GP), por lo que en este
curso 2021-2022 tengo cuatro alumnos de GE: tres de 2º y una niña de 4º; y 7 alumnos
de GP: dos de 1º, dos de 3º, dos de 5º y uno de 6º. Como es de suponer, los
cursos más importantes acá son los de 4º (GE) y 6º (GP), porque son los que
terminan cada uno de los dos ciclos, así que los de 4º (GE) se preparan para el
pase de grado y los de 6º (GP) para el superior.
La escuela rusa y la
alemana
Acá la metodología que utilizo
es la que me enseñó mi maestro Manuel Valdés, la escuela rusa del arco francés
con el método de Evgeny Kolosov, a lo que yo le sumé el estudio del agarre del
arco alemán al estilo de Ludwig Streicher, el cual aprendí solo, leyendo y
mirando videos, y practicando mucho, me acordé mucho de lo que me decía Manolo
cuando estudiaba con él, que el principio técnico era el mismo, solo era un
cambio de agarre y muchas cuerdas al aire, escalas y arpegios, de ahí que
enseño los dos tipos de agarres, el francés (escuela rusa de Manuel-Kolosov) y
el alemán (escuela de Streicher) y claro está, utilizo los dos agarres según
con quien y lo que toque, aunque reconozco que soy más de la escuela francesa
cuando el pasaje se pone difícil.
¿Y cómo los preparo para los
exámenes, obras, estudios, métodos?, pues esa es una pregunta que me hace
gracia, porque tiene una respuesta muy amplia, porque como sabes cada estudiante
es un mundo y para enseñarles algo en concreto hay que decírselo de veinte
formas distintas, en función del alumno con el que trabajas y el curso. Yo
tengo desde primero de elemental hasta sexto de profesional, y lo primero
siempre es el estudio técnico, eso tiene que ser y estar constantemente, no hay perdón para el que abandona el estudio técnico,
porque es nuestro cimiento, no se hace
música con la técnica, pero ayuda a que todo sea más fácil y suene mejor,
por lo que trabajo ciclos de escalas, arpegios, golpes de arcos, ejercicios de
fortalecimiento de ambas manos para un buen agarre del arco, colocación de la
mano izquierda y posición del cuerpo, sea sentado o de pie, según el nivel del estudiante
y para ello utilizo obras grandes o pequeñas, y estudios muy diversos porque
todos aportan algo en función de lo que quiera lograr con los estudiantes, pero
sobre todo, elijo que tengan una buena edición, que sean lo más claro posible, porque
el estudio de la técnica es muy pesado y, hasta que los estudiantes no
entiendan su importancia hay un largo camino... creo que eso se llega a
entender en la vida profesional...
¿Los planes para este año? Bueno, eso es complicado, porque aún se sienten los efectos de la pandemia y continúa la incertidumbre, pero entre las fechas más próximas que ya tengo confirmadas están el día 28 de abril con Alfonso Medela Trío y el 30 con el Carlos Segovia Trío. Así que estás invitado.
Discografía:
-
Alfredo
Rodríguez y los Acerekó
-
Ritmo
– Compañía de flamenco de María Serrano
-
Havana
Calling – Orlando “Maraca” Valle y Otra visión
-
Quinteto
Cimarrón-20 Cuerdas
-
Aires
Tropicales- (Quinteto Cimarrón y Paquito D´Rivera)
-
Na
Lingua que eu falo- Naja Shami
-
Havana
Flute Summit- Jane Bunnett y Orlando “Maraca” Valle
-
Espirales – Sergio De
Miguel