Contrabajistas cubanos por el mundo
...
pues sí, había mucha diferencia entre la escuela búlgara y la rusa, sobre todo
en la mano derecha, en la manera de emitir el sonido, la manera de pasar el
arco sobre las cuerdas.
Solista
y músico de orquesta
El
contrabajista Manuel Valdés Argudín (1956) nació en la ciudad de Cienfuegos,
Cuba, estudió el contrabajo en el Conservatorio
Amadeo Roldán de la Habana, se graduó con
honores en el Conservatorio
Chaikovski de Moscú, y desde hace más de dos
décadas es contrabajista de la Orquesta de la Comunidad de
Madrid. Manuel fue entre los estudiantes de su
generación uno de los más populares por sus logros académicos, sus
presentaciones en concursos lo dieron a conocer y al pasar los años se ha
convertido en un profesional que prestigia a los contrabajistas cubanos por el
mundo. He tenido el gusto de conversar con él y esto es lo que me ha contado de
su larga y fructífera carrera:Manuel Valdés Argudín
@ Fuente externa
El
contrabajo estaba predestinado para mí
Mi
padre era músico, y en mi casa había un piano que tocaba mi hermana, pero yo
solo podía chapurrearlo, nunca lo toqué con seriedad, y mirando hacia atrás,
pienso ahora que el contrabajo estaba predestinado para mí o yo estaba
predestinado para el contrabajo, porque donde yo nací, en Cienfuegos, y frente
a mi casa vivía Orestes
Aragón, el
fundador de la Orquesta
Aragón, quien fue contrabajista, y cuando me
mudé para La Habana, viví a dos casas del contrabajista del Septeto
Nacional.
Cuando
yo era adolescente, esa época en que la cabeza se nos pone mala, mis padres
decidieron que yo debía estudiar música, y el destino volvió a acercarme al
instrumento, porque mi padre era muy amigo de Orlando
Cachaíto López, y aunque a ciencia cierta yo
no sé qué fue lo que ellos hablaron o si algo pensaron o si algo pensó mi
padre, el caso es que cuando me llevaron al Conservatorio mi opción fue
estudiar contrabajo, así que allí me hicieron la prueba y Ángel Nenov me aceptó
como su alumno. Yo conocía de vista el instrumento por todas estas
coincidencias que te conté, pero nunca lo había tocado.
Después
de un tiempo estudiando con Nenov, mi padre quiso que yo estudiara con su amigo
Cachaíto, pero fue él mismo quien le aconsejó a mi padre que continuara
con Ángel, porque él entendía que Nenov era un gran profesor y porque con él yo
tendría muy buenos resultados, como en realidad sucedió. Así que entre 1969 y
1976, mientras estudiaba en el Conservatorio de La Habana fui primer premio en
dos concursos nacionales para contrabajo que me avalaron para acceder a una
beca de estudios superiores en Moscú, los que completé entre 1978 y 1983 con el
profesor Evgeny Kolosov.
De
regreso en Cuba ocupé el puesto de asistente del principal de los contrabajos en
la Orquesta
Sinfónica Nacional, fui profesor en la Escuela
Nacional de Música y en el Instituto Superior de Arte, (Universidad de las
Artes). Con la OSN actué como solista interpretando el concierto para
contrabajo y orquesta de Kussevizky, estrené en Cuba el concierto en si menor
de Bottesini, e integré la Orquesta de Cámara de la OSN en una gira por Francia,
interpretando obras del compositor, guitarrista y director cubano Leo
Brouwer. Como pedagogo del contrabajo, he podido
graduar a contrabajistas que hoy se desempeñan como músicos y profesores en
diferentes orquestas y conservatorios tanto en Cuba como en otros países, entre
ellos a Luis
Cojal.
En
1994 emigré a España donde he trabajado con la orquesta sinfónica de Valencia,
la Orquesta de Cámara del Mediterráneo dirigida por el violinista León Ara, y como
profesor en la ciudad de Melilla, donde participé en la creación de la orquesta
de esa escuela de música con la que realicé una gira por distintas provincias
españolas interpretando el concierto de Bottesini, y en 1998 por examen de
oposición ingresé en la Orquesta de la Comunidad de
Madrid, ciudad en la que resido actualmente y
donde he colaborado con varios proyectos, entre ellos con el cuarteto
ASSAI.
La Escuela
Búlgara y la Escuela Rusa para el contrabajo
¿Qué
si había diferencias entre la Escuela Búlgara y la Rusa? Primero te diré que
Ángel Nenov se convirtió en mi padre adoptivo, él fue más que un maestro para
mí, y con su manera de trabajar me disciplinó la cabeza, me organizó la manera
de estudiar, y no solo a mí, sino a todos los que estudiaron con él, lo que
posiblemente yo fui uno de los que más le escuchó y pude tener los éxitos que
tuve en mi época de estudiante, los que me permitieron llegar a Moscú... Ángel
era muy meticuloso en la enseñanza de la técnica, y utilizaba el método de Todor
Toshev, con quien él había estudiado, y por el
que me enseñó a tocar el contrabajo... Como sabes y como se puede leer en la
Wikipedia, Toshev estudió en la Academia de Música de Sofía con Asen Vapordjiev
quien había estudiado con Édouard Nanny,
y Toshev, al terminar sus estudios en el Conservatorio de Sofía, también fue a estudiar
en Praga, donde se graduó en la clase de Oldrich Shoreis... así que
presumiblemente por ahí la escuela búlgara debió tener desde sus inicios buenas
influencias de las escuelas francesa y checa... y Toshev, al regresar a
Bulgaria, se convirtió, por su trabajo y por los métodos de enseñanza que creó,
en el iniciador de la Escuela Búlgara para el contrabajo... ahora bien, la
pregunta concreta que me haces... pues sí, había mucha diferencia entre la
escuela búlgara y la rusa, sobre todo en la mano derecha, en la manera de
emitir el sonido, la manera de pasar el arco sobre las cuerdas. Todo esto era
completamente distinto, de hecho yo tuve que sentarme a hacer muchas cuerdas al
aire durante mucho tiempo para ir incorporando la Escuela Rusa e ir
desaprendiendo lo que había aprendido, o sea, que en ese sentido, la técnica de
la mano derecha en la Escuela Búlgara no tenía nada que ver con la Rusa, son
dos escuelas completamente diferentes en lo que respecta a la emisión del
sonido y cómo pasar el arco sobre las cuerdas.
¿La
mano izquierda? Pues aunque las diferencias entre una escuela y la otra no son
tan grandes para la mano izquierda, sí que las hay. Históricamente, como saben
todos los contrabajistas, se ha utilizado la digitación primero (1), tercero
(3), cuarto (4), o primero (1), segundo (2), cuarto (4). De esa manera siempre
queda un dedo inutilizado, por lo que en la Escuela Rusa, a partir de la
tercera posición se comienza a utilizar un semitono por cada dedo, de esa
manera se abarcan muchas más notas y se evitan cambios de posiciones, y para
aprender esta técnica se utilizan muchos ejercicios de escalas, y esas
digitaciones se van aplicando al repertorio. En mi caso el profesor Kolosov me
iba indicando cómo aplicar esas digitaciones en el repertorio que yo iba
estudiando. Por otra parte, dependiendo de las posibilidades físicas de cada
contrabajista, se pueden utilizar esas extensiones desde la primera posición.
¿Cuál
de las dos escuelas influyó más en mí? Pues sin duda ha sido la Escuela Rusa la
que más influyó en mi manera de tocar. Debes tener en cuenta que en Cuba la
información era muy limitada y las referencias eran las que veía en los escasos
contrabajistas clásicos que existían. En Moscú era todo lo contrario, era
evidente el nivel técnico musical que tenían y como te he dicho gracias a la
educación que recibí del maestro Ángel Nenov, estaba preparado para asimilar
nuevos conceptos, algo que por supuesto no fue fácil. Recuerdo que en una de
las primeras clases que recibí de Evgeny Kolosov, me dijo: «Sus padres y
profesores le han dado lo mejor de ellos, pero usted tiene muchas lagunas que
aquí puede llenar». Y más adelante, al entrar en conflicto con las diferencias
de conceptos de las escuelas, me dijo: «Usted ya conoce una forma de tocar,
dese la oportunidad de conocer y aprender otra, y luego decida cual le conviene».
No sé si con esto respondo a tu pregunta, pero sí, fue la Escuela Rusa la que
influyó y determinó mi manera de tocar.
¿Cómo
ha sido mi trabajo en estos tiempos de pandemia? Pues creo que para nadie ha
sido fácil este período de confinamiento, y como durante los últimos años mi
trabajo ha estado ligado básicamente a la Orquesta, te puedo decir que
finalmente estamos comenzando a las programaciones habituales, tanto en los
conciertos sinfónicos como en la Zarzuela. Ya estamos regresando a las
programaciones habituales y pienso que en los próximos meses estaré a plena
capacidad, porque el gobierno de Madrid suspendió las restricciones y nos
estamos presentando con aforo completo.
¿El futuro? Pues sí, he recorrido un largo camino, soy contrabajista de orquesta desde hace más de tres décadas, y lo seguiré siendo por mucho tiempo más, así que en el futuro próximo seguiré tocando y enseñando a tocar el contrabajo, seguiré utilizando todos los recursos técnicos y musicales que me han dado las escuelas Búlgara y Rusa y todos estos años de experiencia, así que si decides asistir a alguno de nuestros conciertos o a alguna de las presentaciones en el Teatro de la Zarzuela, me dará mucho gusto poder saludarte.
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