El sueño se hace a mano y
sin permiso. Silvio Rodríguez
Los cambios en Cuba
Si fingen el cambio es porque en última instancia reconocen que lo hecho está errado, o que por lo menos no es conveniente, o que es políticamente incorrecto ante el concierto de las naciones insistir a gritos en sus intransigentes órdenes de apretar los grilletes.
Si fingen el cambio es porque en última instancia reconocen que lo hecho está errado, o que por lo menos no es conveniente, o que es políticamente incorrecto ante el concierto de las naciones insistir a gritos en sus intransigentes órdenes de apretar los grilletes.
Cuando han volado en todas
direcciones las palomas salidas de la chistera con la última de las buenas
nuevas: esa de las Reformas Migratorias en Cuba, vistas las reacciones en los rostros
de aquí, allá y acullá, y leídos algunos artículos de quienes de manera sagaz siguen
la actualidad de la isla, no se me ocurre nada nuevo: El dictador sigue en sus
trece, y como siempre quienes no están con Él contra Él están, nada de matices,
nos mantienen impuesto el ir en dos bandos; sin embargo, a pesar de que son ya
demasiados los artículos que he escrito asegurando que en Cuba nada cambiará
mientras quienes la devastaron permanezcan en el poder, y así lo sostengo, al
parecer, visto y leído el documento con categoría de Ley reformada que el
próximo enero de 2013 cambiará el modo y la proporción en la que los ciudadanos
cubanos recibirán sus “dosis de libertad controlada”, y vistos y conocidos
algunos de los empujoncitos que desde todas direcciones ha recibido Él para que
afloje o al menos haga algún "chenche", creo haber descubierto que, además de los
cambios provocados por Natura, se pueden apreciar otros que tienen que ver con lo
que sucede de las costas de la ínsula hacia afuera.
Me refiero a que esta
marejada de simulados cambios en múltiples direcciones, publicitados hasta la
saciedad en los momentos y lugares más oportunos, significan que al menos Él ha
reconocido que sus magias ya no son del agrado del Gran Público, y que de su
chistera no pueden salir, como en otros tiempos, consignas demoledoras como
aquellas de “que se vaya la escoria” o la sangrienta “hemos fusilado y
seguiremos fusilando”, o la ensordecedora y escalofriante “patria o muerte”. Y
para que la claque incondicional le siga celebrando, es necesario servirle algo
a cambio, y una gran simulación es lo máximo, los deleita y hace aplaudir hasta
rabiar, los hace apalancar remesas sin fin; entonces, Él piensa: “Vale la pena
el chenche”.
Si finge el cambio, si comete
fraude es porque en última instancia reconoce que lo hecho está errado, o que
por lo menos no es conveniente, o que es políticamente incorrecto ante el
concierto de las naciones insistir a gritos en sus intransigentes órdenes de
apretar los grilletes. Pero todos los simulacros, todos los cambios de
escenografía tienen múltiples dobleces, insinceridades, son hipócritas, y es
por eso que las libertades ciudadanas no están en el centro de ninguno de los
pasitos de avance hacia atrás -como si anduvieran en una guagua repleta de
pasajeros agolpados en un pasillo que va de la Punta de Maisí hasta el Cabo de
San Antonio-, y ninguna movida de las que con tanta efectividad política y buen
marketing salieron de su chistera han proporcionado a los ciudadanos cubanos ni
una pizca de independencia o un aflojar del bocado.
Allá en la guagua, que es
como un caimán largo y verde, continúan los atropellos, los encarcelamientos
exprés -en el mejor estilo de los cárteles o las narco-guerrillas-, continúan
los actos de repudio, que aunque ya no están en las primeras planas sí están en
las calles de los opositores para denigrarlos, coartarlos y mutilarlos
moralmente.
Este nuevo acto, que ya ha
concitado aplausos y rechiflas, es otro adiós, otro episodio de conservación,
una rutina más de conejos aparecidos, otra prestidigitación para seguir
bloqueando el paso de la razón sobre el poder. En este nuevo número del largo
espectáculo, el dictador y sus usufructuarios saben que avanzan hacia atrás
buscando la salida de un autobús que nunca se detendrá, y que les dejará sobre
la marcha. El asunto ahora es acomodar la salida, y para eso el gran comediante
amolda las ilusiones con las que pretende arrebatar aplausos y remesas, aplausos
y remesas que a su vez intenta transmutar en un chorro de agua limpia para asearse
el rostro y pagar más tiempo en el poder. Nada más.
NOTA: La Ley modificada establece
en su Artículo 23 más limitaciones para la solicitud del pasaporte que las establecidas
anteriormente para la obtención de la tarjeta blanca o permiso de salida, con
lo que simplemente se CAMBIA EL COLOR
DEL PERMISO, si hasta ahora ha
sido una tarjeta blanca, a partir de enero será un pasaporte azul, al que se
tendrá acceso solamente “cuando lo determinen las autoridades facultadas”. El
mismo perro con el mismo collar.
“Artículo 23:
Los ciudadanos cubanos residentes en el territorio nacional no pueden obtener
pasaporte corriente mientras se encuentren comprendidos en alguno de los
supuestos siguientes:
a) Estar sujeto a proceso penal,
siempre que haya sido dispuesto por las autoridades correspondientes.
b) Tener pendiente el cumplimiento de
una sanción penal o medida de seguridad, excepto en los casos que se autorice
de forma expresa por el tribunal.
c) Encontrarse sujeto al cumplimiento
de las disposiciones sobre la prestación del Servicio Militar.
d) Cuando razones de Defensa y
Seguridad Nacional así lo aconsejen.
e) Tener obligaciones con el Estado
cubano o responsabilidad civil, siempre que hayan sido dispuestas expresamente
por las autoridades correspondientes.
f) Carecer de la autorización
establecida, en virtud de las normas dirigidas a preservar la fuerza de trabajo
calificada para el desarrollo económico, social y científico-técnico del país,
así como para la seguridad y protección de la información oficial.
g) Los menores de edad o incapaces que
no cuenten con la autorización de los padres o representantes legales,
formalizada ante Notario Público.
h) Cuando por otras razones de interés
público, lo determinen las autoridades facultadas.
i) Incumpla los requisitos exigidos en
la Ley de Migración, su Reglamento y en las disposiciones complementarias relacionadas
con la solicitud, emisión y otorgamiento de pasaportes.
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Solo una pregunta: ¿Cuales son las exigencias para el otorgamiento de los Pasaportes en República Dominicana, los Estados Unidos de América, México, o aquí en Chile, es mucha la diferencia?
ResponderEliminarSí Alexis, es mucha la diferencia porque en los países que mencionas el pasaporte es un derecho para todos los ciudadanos y no "un otorgamiento a discreción de las autoridades competentes", es un derecho que no se le retira ni siquiera a las personas que están sometidas a la acción de la justicia, a estos reos en algunos casos se les sanciona con un impedimento de salida.
ResponderEliminarLomejor que he visto escrito sobre la famosa nueva ley, bien claro, el art 23 vuelve al punto de partida, como bien dices, la supuesta autorización sólo cambia de color o de documento, pero las excepciones vuelven al asunto al punto cero. S, ipero, no, no pero si... CDA
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