viernes, 16 de agosto de 2013

CLARO, CLARINETE, CLARINETÍSIMO… el arte pudiera darte dinero, pero el dinero no te hará artista (3 de 4)

Entrevista con el Licenciado Roberto Medina, fundador de Clarinetísimo

El objetivo más importante de la enseñanza de cualquier instrumento es que los estudiantes toquen frente al público, que los padres vean el resultado del trabajo y que el estudiante crezca como músico.

Los primeros resultados
AG: ¿Y quién es Darleny?

RM: Darleny fue del primer grupo que tomó ese programa en la Escuela Elila Mena, ella es el fruto de la primera etapa. Como te había dicho antes, en el Conservatorio al primero que gradué a Jorge Félix Núñez, eso fue el 10 de febrero de 1995, y después a Randy de Luna, ellos son los dos primeros y después en el orden está Darleny González, quien no se graduó en el CNM, porque fue aceptada en un Conservatorio en los Estados Unidos y allá se graduó con muy buenos resultados académicos.

AG: Vamos a ver, entiendo que esta joven Darleny es uno de tus mejores estudiantes en la primera etapa, así que sería bueno que me hablaras un poco más de ella para entender mejor los procesos que has seguido en la formación académica de tus estudiantes.

RM: A Darleny la llevó su padre a la escuela cuando ya el cupo estaba lleno y las clases habían comenzado, pero a pesar de la negativa, el padre insistió en ver al profesor de clarinete.

Con la insistencia finalmente la vi, ella estaba pequeñita y había venido con sus padres que volvían a vivir en Santo Domingo. Habían vivido en los Estados Unidos y ella había tocado en la banda del colegio y tuvo un instructor. Había aprendido muy bien, tenía muy bien colocadas las manos en el instrumento y me di cuenta que ella era de esas personas que nacen con el instrumento debajo del brazo. Yo estaba dando una clase y le pedí que fuera armando el clarinete para escucharla y en cuanto ella sonó le dije al padre, despreocúpese que ya es alumna mía.

Ella fue una suerte para mí, porque es formal, disciplinada, capaz y las cosas se las explico una sola vez. Es del tipo de estudiante que escucha, entiende y está capacitado para reproducir con el instrumento lo que uno le enseña.

AG: ¿Qué tiempo estudió contigo?

Darleny González, Enmanuel Pérez y Roberto
Medina.
RM: Darleny comenzó a estudiar conmigo el NE en 1994 y en 1997 pasó al Conservatorio… ah, estando ya en el Conservatorio le pregunté cuál sería la carrera que estudiaría en la universidad, a lo que ella me respondió con mucha seguridad y responsabilidad que ella iba a ser clarinetista. Entonces entendí que eso cambiaba un poco las cosas, si esas eran sus aspiraciones yo tenía entonces que variar un poco el sistema con ella, no es que yo enseñe a unos de una manera y a otros de otra, lo que sucede es que si el estudiante tiene esta convicción entonces mi responsabilidad es mucho mayor, tengo que encenderle las alarmas para indicarle que la competencia es fuerte, que la preparación es mucho más dura y que de eso dependerá el resto de su vida, así que cuando ella me dejó claro que era por ahí que iba, entendí que había que buscarle una institución fuera del país en la que pudiera alcanzar la preparación que ella merecía, sobre todo para que pudiera cumplir con sus planes de vivir de la música, algo que por múltiples razones en todas partes del mundo es bastante difícil.

Yo le preparé un repertorio para que hiciera estudios en una universidad de alto nivel, grabamos un vídeo en el que la acompañó la excelente pianista María de Fátima Geraldes, enviamos esa aplicación a la Manhattan School y en 2001 se fue a estudiar con beca completa.

Allí en poco tiempo se convirtió en la más destacada, entonces le sugerí que había que buscar otra universidad donde las exigencias fueran aun mayores, entonces aplicó y fue admitida en SUNY Purchase College. Conservatory of Music, donde se graduó como Licenciada en interpretación (Cum Laude), con la profesora japonesa Ayako Oshima.  

En conclusión, Darleny terminó sus estudios, regresó, se ganó la plaza de segundo clarinete en la Orquesta Sinfónica Nacional, donde trabaja muy bien y es mi colega en el Conservatorio, es un regalo, es una fortuna tenerla a ella como colega, porque además es como si fuera mi hija mayor dominicana, mi amiga, mi equipo de trabajo. De hecho, en los festivales, sin ella yo no sería nada.

Un festival para los clarinetistas
AG: Clarinetísimo, que es el festival de clarinete que tú has fundado en Santo Domingo, ¿tiene como objetivo estimular a los jóvenes a que estudien ese instrumento o para que los estudiantes de ese instrumento tengan un lugar en el que demostrar sus habilidades cada año?

RM: En el año 1996 preparé el Ensamble Chalumeau con el objetivo de presentar conciertos con la clase de clarinete y promover el instrumento, tenía nueve estudiantes y el nivel técnico era endeble, pero mi interés era estimularlos. El objetivo más importante de la enseñanza de cualquier instrumento es que los estudiantes toquen frente al público, que los padres vean el resultado del trabajo y que el estudiante crezca como músico.

Pero aquello no podía ser solamente el ensamble, porque podía resultar poco atractivo, así que preparamos dúos, tríos, y diferentes conjuntos que al final terminaba por supuesto con el ensamble de todos.

Así las cosas, en el año 2009 se dieron las condiciones y con el apoyo del Conservatorio organizamos el Primer Festival Clarinetísimo. Ya había con quienes hacerlo, ya era necesario un espacio para que los estudiantes tocaran y se foguearan ante el público, para que tuvieran la oportunidad de asistir a clases magistrales, talleres y exposiciones.

Fue una experiencia extraordinaria para todos, que por suerte en un lustro ha trascendido. En este último contamos con la participación de un gran número de estudiantes y con la participación de renombrados maestros extranjeros.  

Las fuentes que surten el talento
AG: ¿Me dices que hay otros lugares en los que se estudia el clarinete en la República Dominicana además de los ya conocidos?

Manuel Galvá, Jaime Estepan, Andrés Vidal y Orquesta
Dominicana de Vientos
RM: Sí, hace algunos años comenzó en el colegio APEC un proyecto de música que tiene como eje una banda de la que yo soy el instructor de clarinete. Este proyecto, que dirige el profesor Andrés Vidal, también ha sido una cantera de músicos para el país.

También he podido ayudar a estudiantes que provienen del ensamble de Gualey, una banda que se formó en el Politécnico Parroquial Santa Ana, de Gualey y que ha tenido el apoyo de la ex Primera Dama, doña Margarita Cedeño. Ese grupo de muchachos también se ha convertido en una vía para acercar a los niños a la música, de tal modo que el estudiante Manuel Marmolejos, a quien tengo ahora en punta para graduar del Conservatorio Nacional de Música, proviene de ese proyecto.

Pero a pesar de estas iniciativas de las que yo he podido obtener frutos, existen muchos obstáculos que frenan el mejor desarrollo de estos niños. Por ejemplo, en la Escuela Elemental y en el Conservatorio es necesario invertir, porque ya los dos edificios están en muy mal estado, además los profesores no alcanzan, la población de estudiantes supera las capacidades actuales y esos niños se ven frustrados.

La otra fuente es Barahona. Hace algunos años llegó a trabajar a aquella zona u técnico colombiano que trajo a su familia. Tenía dos hijos y enseguida la madre buscó la manera de ponerlos en una escuela de música, pero como no había ella misma comenzó una banda infantil y al poco tiempo vino a la capital en busca de un profesor.

Aquellos dos niños inmediatamente comenzaron a tomar clases a pesar de que eran muy pequeños y aun las manos no les alcanzaban para cubrir las llaves del clarinete. Finalmente el tiempo pasó, los niños crecieron, la madre de los niños creó una academia de música en Barahona y yo por supuesto comencé a apoyar ese trabajo, así que por ahí las cosas fueron creciendo hasta que fue creada la Banda Sinfonías, que ha sido premiada en los encuentros nacionales que promueve FESTIBAND, que es la fundación que dirige el profesor Andrés Vidal, y que es en definitiva el evento más importante de bandas infantiles y juveniles que se hace en el país, y de donde han salido durante los últimos años la mayor cantidad de estudiantes de música. Finalmente, aquellos dos niños se convirtieron en jóvenes y en la actualidad son grandes clarinetistas con alto nivel profesional a los que gradué del Conservatorio. Estos jóvenes son Esteban y Carlos Martínez, la mamá de ellos, que es la Directora de la Academia Sinfonías de Barahona, es Claudia Martínez, y el padre, el técnico colombiano que trajo su familia al país, es Carlos Martínez. Continuará…


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1 comentario:

  1. Cristobal Diaz Ayala16/8/13 11:13 p. m.

    Querido Antonio; En estos tiempos que vivimos, donde casi todo es negativo, leer tu entrevista a Roberto Medina, su dedicación a la música, casos como su alumna Arleny, te hacen pensar que no todo está perdido en el mundo, y que hay seres humanos muy especiales...CDA

    ResponderEliminar

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