SKETCHBOOK OF A JOURNEY. Sketchbook of a Journey
(2015) Corte-1: I Port Seagull; C-2: II Nigth at the sea With Stars: C-3: III
Mediterranean Reflections; C-4: IV Winds of Andalucía; C-5: V The Cloister of
San Esteban; C-6: VI The Garden of Dreams; C-7: Returning. C-8: From a Chinese
Waterfall (2011). Florentine Preludes (para guitarra sola) (2004-2011) C-9: Prelude No.
1; C-10: Prelude No. 2; C-11: Prelude No. 3; C-12: Prelude No. 4; C-13: Prelude
No. 5; C-14: Prelude No. 6; C-15: Prelude No. 7. C-16: Sonata for Harp and
Guitar (2014) C-17: I The Glass Vase with Butterflies; C-18: II A Portrait of
Parsifal; C-19: III Chalice of Mystery; C-20: IV Light Dark Light; C-21: V
Returning to Future´s Past. Vero Duo: Gretchen Chell Cover, arpa; Miguel
Bonachea, guitarra. Música para arpa y guitarra de Anthony
Sidney. Ingenieros: Aaron Gandia y Christopher Willis;([1])
Ingenieros asistentes: Elliot Glen, Ry Kovalevich y Jay Jerkes. Arpa Salvi
Apollo 16885; guitarra Diego Valencia, Colombia S.A. Portada: Bote Rojo con
Velas azules, de Odilon
Redon; Grabado en Phat
Planet Studio, Orlando, FL., 2016.
La
obra, el compositor y los intérpretes
Sketchbook of a Journey,
salió al mercado el 18 de marzo de 2017 y se puede adquirir en las tiendas
online iTunes, Amazon y CDBaby. La
pieza contiene la premier discográfica de cuatro obras del compositor,
concertista y profesor Anthony Sidney (1952), quien nació en New York, estudió
música en el Conservatorio de Florencia, Italia, y Diseño Escenográfico en la
Academia de Bellas Artes de esa misma ciudad.
Los
intérpretes que aparecen en el fonograma son Gretchen Chell Cover, quien estudió arpa
con las renombradas maestras Clementine White en la Universidad de la Florida,
y con Jeanne Chalifoux. Actualmente reside en Vero Beach, Florida y actúa como arpista
independiente.
Miguel
Bonachea es concertista y profesor, y se ha presentado en importantes escenarios
de Europa y América Latina. Ha participado en recitales y como solista invitado
de orquestas sinfónicas y de cámara, también ha sido, durante más de veinte
años, profesor de guitarra en universidades de Cuba y Colombia.
Génesis
Cuando
el Maestro Bonachea llegó a residir en Vero Beach, Fl., conoció a Gretchen a
través de un amigo común quien les invitó a tocar juntos en un evento. A ambos
les agradó tanto la sonoridad del dúo, que decidieron hacer un repertorio con
piezas que encontraron a mano. Luego hallaron una versión de From a Chinese Waterfall de Anthony
Sidney y lo contactaron para obtener la música. Después de algunos ensayos y
presentaciones públicas decidieron grabar un disco, para lo cual le
comisionaron una obra a Sidney, de donde salió Sonata para arpa y guitarra y finalmente surgió la idea de hacer la
grabación solamente con música del compositor neoyorquino, por lo que le
encargaron una segunda obra y esta fue la que da título al álbum: Sketchbook of a Journey. Finalmente,
para completar la producción, le pidieron algunas piezas para guitarra sola y
entonces llegaron los Preludios
Florentinos para guitarra sola.[2]
Una
obra apacible
A
veces me sucede que una obra me proporciona muy pocas palabras para poder
caracterizarla y esto, he pensado, pudiera tener dos causas; una, que yo esté
completamente errado; y otra, que la obra sea tan compacta en su discurso, que
no permita divagaciones, que sea una obra total, con una unidad sólida de
principio a fin. Y esto me ha sucedido con el fonograma Sketchbook of a Journey.
«Apacible»
fue la primera palabra que me proporcionó la escucha total del disco, las
metáforas que me sugiere no rondan episodios tormentosos, no me conminan al
dolor, la ira o el desasosiego porque las melodías reposan, respiran, y las
secuencias armónicas resuelven tranquilamente o al menos sin rupturas que
anuncien peligro. Los timbres, que son muchos y sugestivos, las melodías y el
tejido armónico me proporcionan imágenes que tienen su génesis en los títulos
de las obras, las metáforas que Sidney concibió comienzan en el título, proponen
un acertijo que el público puede resolver en el transcurso de la escucha. Por
ahora, solamente comentaré unas pocas para que cada cual pueda disfrutar la
solución de los enigmas y crear sus propias metáforas, sus propias imágenes y, a causa de estas, emocionarse.
Night at Sea with Stars
(Noche en el mar con estrellas): Puedo partir del título y, como un texto
sugestivo y no programático, construir el mar como metáfora. ¿Por qué?, pues
porque el compositor, haciendo justo uso de sus técnicas compositivas, utiliza
melodías que ondulan sobre acompañamientos arpegiados, propiciando una línea
ondulante en el discurso. Las armonías reposan, pero al estar construidas sobre
escalas modales provocan esa sensación de inestabilidad controlada, como de mar
tranquilo.
Mediterranean Reflections
(Reflejos mediterráneos): El compositor, utilizando una melodía muy conocida,
me estimula a construir imágenes de una región muy específica, en medio de dos
continentes, con múltiples culturas, diversa, pero, sin embargo, unida por una
sencilla canción, por una nana común a todos los países mediterráneos. Para
unos puede ser Fray Santiago, para otros Frère Jacques, diversos y
esencialmente humanos.
Winds of Andalucía
(Aires de Andalucía): Al viento, pero también refiere a los aires sonoros, a
los signos que identifican esta región de España.
Returning
(Regresando): Es posible sentir la danza, el baile de origen quizás
iberoamericano, zarabanda que puede evocar imágenes de deseados retornos al lar
de origen, de regresos o renacimientos estéticos y filosóficos. Retorno a lo
básico, a lo sosegado del ser humano.
Y para
reforzar mi idea de que Sidney está absolutamente comprometido con el público,
quiero anotar que él aporta al intérprete, en las partituras, textos que sirven
de guía, de norte estético. Entiende que para lograr la mejor comprensión de su
obra debe contar con la absoluta complicidad del intérprete, quien es a su vez
el primer escucha de su música.
En la
obra From a Chinese Waterfall,
dedicada a Adriano y Sabina, escribe: «Esta es la historia musical del dibujo
en acuarela de una cascada china, la que, encerrada en una botella, viajó por
los mares y fue encontrada por dos amantes en las costas de Irlanda muchos años
después».
Refiriéndose
a la Sonata for Harp and Guitar,
dedicada a Gretchen Cover y Miguel Bonachea, el compositor escribió en un
correo electrónico dirigido a la arpista: «Cuando una flor que ha estado
escondida se levanta de repente a exhibir su belleza, es imposible mirar a otra
parte».[3]
En los
Preludios Florentinos, dedicados a
personas significativas en la vida del compositor, aparecen indicaciones tales
como: (No. 1) «Porque he visto tus ojos sonrientes»; (No. 2) «San Gersolè»; (No.
4) «Cuentos cortos de Florencia».
La interpretación
Pero todo esto es posible construirlo por la perfecta dicción en el discurso, la precisión digital que exhiben ambos artistas, la complicidad en el pulso, en las agógicas, en el juego con los colores y las sugestivas pinceladas - ¿impresionistas? anunciadas desde la portada del disco-, y, sobre todo -en este mundo digital en el que cada vez el listón tecnológico se coloca más alto-, por un trabajo perfecto en la grabación, por una ingeniería de sonido excelente que permite a los instrumentos que portan sonar de manera espléndida.
Pero todo esto es posible construirlo por la perfecta dicción en el discurso, la precisión digital que exhiben ambos artistas, la complicidad en el pulso, en las agógicas, en el juego con los colores y las sugestivas pinceladas - ¿impresionistas? anunciadas desde la portada del disco-, y, sobre todo -en este mundo digital en el que cada vez el listón tecnológico se coloca más alto-, por un trabajo perfecto en la grabación, por una ingeniería de sonido excelente que permite a los instrumentos que portan sonar de manera espléndida.
¿Renacimiento postmoderno?
Una vez Eduardo Martín me comentó que quizás algún día
a él y a otros compositores, con los que nunca tuvo contacto, los catalogarían
en un mismo cajón por haber escrito obras con marcadas similitudes, una
reflexión que me parece muy válida. Por ahora, conozco la música de al menos
tres compositores guitarristas: Roland
Dyens, Eduardo
Martín y Anthony
Sidney quienes comparten un estilo (¿Renacentista? ¿postmoderno?
¿Renacentista postmoderno? ¿Modernismo global?) basado en un lenguaje de signos
claramente inteligibles, que nos hacen volar la imaginación por sobre temas,
armonías y timbres descifrables por el gusto y la razón, que transcurren a
través de músicas del mundo. Un estilo en el que los compositores acuden a
sonoridades pretéritas para disfrutar ahora, para emocionar a sus
contemporáneos. Lo que escucho en este disco me reconforta, es una magnífica
obra y una respetable carta de presentación para el dúo y el compositor.
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