lunes, 10 de abril de 2017

EL DISCO CLÁSICOS DOMINICANOS VOL. 1, UNA FUENTE DOCUMENTAL DEL SINFONISMO Y EL CANTO CORAL EN SANTO DOMINGO

Desempolvando archivos patrimoniales

El fonograma contiene tres obras en las que se aprecian los elementos que caracterizaron el estilo compositivo de una generación de músicos dominicanos, que durante la primera mitad del siglo XX abordaron la creación musical sinfónica utilizando elementos del folklor nacional…

Después de la creación de la escritura musical, la invención de los registros fonográficos se convirtió en el acontecimiento más importante para la conservación de los sonidos y proporcionó a los investigadores fuentes documentales inequívocas para la conformación de juicios de valor acerca de determinados momentos en la historia de músicos, orquestas, compositores, directores y culturas.

La música sinfónica en la República Dominicana cuenta con registros que permiten valorar algunos momentos en su larga historia; entre ellos, los que grabó en estudio la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la conducción de su entonces Director Titular, el Maestro Manuel Simó, los conciertos de temporada grabados en vivo durante los años en los que el Maestro Julio de Windt fue Titular de la institución; y, muy probablemente aún se conserven registros de audio y también vídeos en archivos privados y algunas televisoras nacionales.

Pero, ¿lo que suena en esos discos adquiere su valor por el mayor o menor grado de perfección en las interpretaciones?, ¿es acaso la modernidad en la estética de los compositores lo importante?, ¿se conserva en estos trabajos una parte del patrimonio musical de la nación?, ¿qué valores pudieran tener estos discos para la cultura nacional?, ¿deberían ser catalogados, conservados y difundidos como parte del patrimonio sonoro de la nación o deberían seguir en silencio?

Para responder estas preguntas analizaré el fonograma Clásicos Dominicanos Vol. 1, en el que se conserva una muestra del trabajo realizado en la República Dominicana por una agrupación musical, una agrupación coral, un grupo de compositores y un director de orquesta. El disco de Larga Duración -LP por su sigla en inglés-, está acompañado de un inserto firmado por Elila Mena de Rivera en el que aparecen datos biográficos de los compositores, directores, orquesta y coro. La carátula del fonograma está ilustrada por un lado con una obra del pintor dominicano Oviedo y por la otra con sendas fotos de la Orquesta y el Coro. Fue fabricado por Industria de Discos Salón Mozart en Santo Domingo, con el patrocinio del Banco de Reservas de la República Dominicana.

El disco contiene por la cara A: Suite Recuerdos de Infancia (1.- Mangulina y Carabiné Parte No. 13 Final / Autor: Luis E. Mena / Intérpretes: Orquesta Sinfónica Nacional, Manuel Simó, Dir. / Tiempo: 6´07); y Suite Folklórica (1.- Al Son de los Atabales / 2.- Canción Bucólica / 3.- Zarambo / Autor: Rafael Ignacio / Intérpretes: Orquesta Sinfónica Nacional, Manuel Simó, Dir. / Coro Nacional, José E. del Monte, Dir. / Tiempo: 18´32); y por la cara B Sinfonía No. 1 “Quisqueyana” (1.- Adagio – Allegro non troppo - Tiempo de merengue / 2.- Andante – A la media tuna- / 3.- Allegro giubiloso –rondó- / Autor: Juan Francisco García / Intérpretes: Orquesta Sinfónica Nacional, Manuel Simó, Dir. / Tiempo: 23´30)

Los intérpretes:
La Orquesta Sinfónica Nacional de la República Dominicana (OSN-RD), fundada por Ley 504, de 10 de julio de 1941, es una de las instituciones de su tipo más antiguas del continente americano y la única del país. (1) En su quehacer ininterrumpido la Orquesta se ha propuesto alcanzar uno de los objetivos para los que fue instituida: promover la creación musical entre los compositores nacionales y dar a conocer entre todos los públicos las obras sinfónicas nacionales y del repertorio universal.

En esta labor ha objetivado el patrimonio musical y estrenó cada una de las obras que se presentan en este fonograma. Solo durante los primeros 25 años de creada, interpretó 73 obras de compositores nacionales, de las cuales solo dos habían sido estrenadas en versiones para banda antes de 1941 (Memorias OSN, 1966 p. 8). La OSN-RD es además, por los fondos que la alimentan, patrimonio de los contribuyentes dominicanos.

El Coro Nacional de la República Dominicana (CN-RD) fue fundado en 1957 y al igual que la OSN-RD ha contribuido de manera directa en la difusión del repertorio universal y nacional. La Suite Folklórica que aparece en este disco fue versionada para coro y orquesta por el compositor, y su estreno tuvo lugar en enero de 1969, interpretada por la OSN-RD y el CN-RD bajo la dirección de Manuel Simó.

Manuel Simó (1916-1988) tomó clases de dirección y composición con Enrique Casal Chapí durante casi una década, primero en Santo Domingo y después en el Conservatorio Kolisher de Montevideo (Jorge 2010) entre 1947 y 1951 (Mena ¿?). Sus obras son representativas de una época en la música dominicana y continental, porque en ellas se amalgaman las vanguardias y los nacionalismos como sucedió en la música en casi toda Sudamérica.

Simó entendió con claridad el significado de las rupturas estéticas que se produjeron durante el s. XX, y estuvo al tanto de lo que producían los creadores en todas partes del mundo. Poseyó una vasta cultura musical y llevó a los atriles de la OSN-RD la música de su tiempo, siendo además un activo promotor de los compositores nacionales; entre ellos, Manuel Marino Miniño, Juan Francisco García y Enrique Mejía Arredondo, entre otros. (Gómez 2001).
Los compositores:
Luis Emilio Mena Perdomo tomó clases de composición y orquestación con Casal Chapí “lo cual le permitió trazarse metas más cualificadas en lo formal y estilístico” (Jorge 2010: p. 149). Compuso obras orquestales, de cámara y para piano entre otras, las que se dieron a conocer durante las décadas del 40 y 50 del siglo XX. Su obra Obertura se estrenó en el primer concierto de la OSN-RD en 1941 (Memorias OSN, 1966: p. 25) y su obra Tres preguntas, para orquesta de cuerdas, ha sido elogiada por la crítica y el público, manteniéndose como parte del repertorio de la OSN-RD hasta los últimos años del siglo XX cuando formaba parte del repertorio del entonces Director Titular Julio de Windt. La suite Recuerdos de Infancia, fue estrenada por la OSN-RD bajo la dirección del compositor en 1944 (Memorias OSN, 1966: p. 36).

Rafael Ignacio creó un catálogo de obras permeado por el folklor dominicano, «en el que ha vaciado un caudal de temas vernáculos los cuales ha elaborado con maestría enalteciendo la pureza y sencillez de la música criolla» (Mena ¿?). Sus orígenes como músico de orquestas de baile, le dieron la posibilidad de conocer desde las raíces los temas que después incorporó a sus obras sinfónicas.

Juan Francisco García es parte de ese grupo de compositores dominicanos que durante la primera mitad del siglo XX crearon un conjunto de obras en las que afloran los temas folklóricos y populares; entre sus obras más mencionadas en las bibliografías, están Cuarteto de cuerdas No. 1, compuesto en 1922, y la Sinfonía No. 1 «Quisqueyana» que se estrenó el 21 de marzo de 1941 por la Orquesta de la Sociedad Sinfónica de Santo Domingo bajo la dirección del autor (Mena ¿?). De este concierto la prensa dominicana comentó: «La música dominicana está en hora buena. Juan Francisco García acaba de abrirle una senda imperial al dirigir anoche […] su propia sinfonía» (2).

Las obras:
La Suite Recuerdos de Infancia consta de 13 partes y la que se registra en el fonograma es la última de ellas, Mangulina y Carabiné. Estas son dos danzas populares de la zona sur de la República Dominicana. Refiriéndose a esta obra la investigadora dominicana Flérida Nolasco escribió: «Ha tomado usted de la boca del pueblo sus motivos» (Mena ¿?).

Suite Folklórica fue concebida para banda en 1939 y se tituló Quisqueya lírica; en 1941, fue versionada para orquesta sinfónica y se estrenó en 1942 por la OSN-RD bajo la conducción de Enrique Casal Chapí, y posteriormente el autor le agregó las partes del coro, adaptación esta que se estrenó el 27 de enero de 1969, interpretada por la OSN-RD y el CN-RD bajo la dirección de sus respectivos titulares: Manuel Simó y José E. del Monte, siendo esta la primera obra sinfónico coral de un autor dominicano. El primer movimiento de esta obra «Al son de los atabales», fue interpretado en Radio Televisión Italiana, en Roma, bajo la conducción del Maestro Roberto Caggiano en 1955 (Mena ¿?). La obra evoca en el primer movimiento una danza ritual que se baila en las festividades del Espíritu Santo en los campos del Cibao del Este; en el segundo, melodías que se cantan en las noches de velación en las festividades de Nuestra Señora de las Mercedes; y en el tercero, un zapateado que se baila en los campos dominicanos (Mena ¿?). 

Sinfonía No. 1 «Quisqueyana», según su propio autor, contiene temas de fisonomía criolla, que recuerdan sábados de fiesta en alguna ciudad cibaeña o en algún campo monte adentro (Incháustegui, A. y Delgado M., B. 1998: p. 67) y de su estreno, el crítico musical del diario La Nación escribió que: «La Sinfonía quisqueyana nos parece marcar el primer paso para la creación de un arte nacional dominicano, inspirado en los temas folklóricos de nuestra tierra, pero no por eso desvinculado de la tradición del gran arte universal» (3). Esta fue sin dudas otra de las obras que marcó un hito en la creación musical dominicana, enmarcándose en lo que algunos autores definen como estilo romántico-nacionalista. (Jorge 2010: p. 149)

El valor patrimonial
Al momento de realizarse estas grabaciones ya Manuel Simó había dirigido la institución por más de una década, por lo que el sonido que aquí se guarda es representativo de la estética que él le imprimió a la OSN-RD. El Coro Nacional ya había interpretado la Suite Folklórica en su estreno, también bajo la dirección de José del Monte, por lo que esta institución había alcanzado un sonido y un entendimiento de la obra que debe ser conocido por intérpretes e investigadores como parte de la historia de la interpretación de este repertorio.

El fonograma contiene tres obras en las que se aprecian los elementos que caracterizaron el estilo compositivo de una generación de músicos dominicanos, que durante la primera mitad del siglo XX abordaron la creación musical sinfónica utilizando elementos del folklor nacional, conformando un estilo que Bernarda Jorge califica como nacionalismo musical, «integrado por obras sinfónicas en las cuales las peculiaridades rítmico-melódicas autóctonas alcanzaron un tratamiento técnico-musical y aliento expresivo remarcables» (Jorge 2010 p. 149), por lo que este registro sonoro es portador de valores patrimoniales; entre ellos, valor histórico, estético, musical y cultural que merecen ser rescatados, preservados, catalogados y difundidos.

La Constitución de la República define que el patrimonio cultural de la Nación, material e inmaterial, está bajo la salvaguarda del Estado (Cfr. Const. RD 2016 p. 23); por su parte, la Ley 41-00 que crea la Secretaría de Estado de Cultura define que el patrimonio cultural de la Nación incluye los bienes, valores y símbolos culturales tangibles e intangibles que son expresión de la Nación dominicana y que poseen un especial interés lingüístico, sonoro y musical.

La República Dominicana es signataria de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, y está incluida en la lista de los Estados Partes (Cfr. Estados Partes 2003), los que, según el artículo 11 de la mencionada Convención, deben adoptar las medidas necesarias para proteger el patrimonio cultural inmaterial en sus territorios (Cfr. Convención 2003).

En este fonograma se pueden apreciar los resultados del trabajo realizado durante décadas por la OSN-RD, el CN-RD y sus directores y los estilos compositivos y las estéticas de algunas de las obras más reconocidas por la crítica y el público dominicano durante la primera mitad del siglo XX.  Este fonograma retrata un momento de la historia de la música dominicana y de su interpretación, por lo que hace parte del patrimonio musical de la nación.
En la actualidad, en algunos lugares del mundo existen archivos sonoros en los que se conservan, catalogan, protegen y difunden registros sonoros y audiovisuales pertenecientes al patrimonio musical; entre ellos, el Archivo Sonoro de Radio Televisión de España y el Registro Sonoro Musical de la Biblioteca Digital Hispánica, instituciones que trabajan para que el polvo y el desuso no sepulten en el olvido determinados momentos en la historia de músicos, orquestas, compositores, directores y culturas.

Notas:
([1]) Desde entonces hasta ahora la OSD-RD ha tenido diez Directores Titulares: Enrique Casal Chapí (1941-1945); Abel Eisenberg (1946-1950); Roberto Caggiano (1951-1959); Manuel Simó (1959-1981); Jacinto Gimbernard (1981-1984); Carlos Piantini (1984-1994); Rafael Villanueva (1994-1995); Julio de Windt (1995-2001); Álvaro Manzano (2001-2004) (2007-2009); José Antonio Molina (2009). 
(2) (La Nación, 28 mar., 1941, p. 7)
(3) Ídem.

Bibliografía:
Incháustegui, A. y Delgado M., B. (1998). Vida Musical en Santo Domingo (1940-1965) Santo Domingo: Publicación Especial de la Colección Banreservas, Corripio.

Jorge, Bernarda (2010). Caracterización del modernismo en la música dominicana: 1940-1945. Santo Domingo: Editora Nacional.

Mena, Elila (¿?). Clásicos Dominicanos. Datos biográficos acerca de los compositores, directores, orquesta y coro. Notas al disco.

ORQUESTA SINFÓNICA NACIONAL (1966). Memoria 25 años Orquesta Sinfónica Nacional. 1941-1966. Santo Domingo: Arte y Cine. C. por A.

ORQUESTA SINFÓNICA NACIONAL (1976). Memoria Orquesta Sinfónica Nacional correspondiente a los años 1966-1976. Santo Domingo: Editorial Arte y Cine. C. por A.

Gómez Sotolongo, Antonio (2000) Los Cien Músicos del Siglo. Santo Domingo: Caña Brava.

Webgrafía:
Gómez Sotolongo, Antonio (2001). Manuel Simó: un artista de vanguardia. Mundo Clásico. Recuperado el 20 de mayo de 2016 en:

Constitución de la República Dominicana (Const. RD 2016)
Recuperado el 15 de mayo de 2016 a partir de:

Los Estados Partes en la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (2003) (Estados Partes 2003)
Recuperado el 22 de mayo de 2016 a partir de:

Texto de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (Convención 2003)Recuperado el 22 de mayo de 2016 a partir de:


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Están permitidos todos los argumentos, sobre todo los que están en contra de los expresados en este blog. No están permitidas las ofensas personales por innecesarias para defender una idea. Así que me tomaré el trabajo de censurarlas.

LAS CANCIONES CUBANAS QUE LA FANIA NOS RECORDÓ

Nunca agradeceremos lo suficiente a los músicos y empresarios capitalistas que hicieron regresar a los mercados los productos de la música p...