• ¿Qué mueve a estos asesinos, la locura, la demencia o el fanatismo? ¿Es la privación del juicio o la razón?, ¿la degeneración de las células cerebrales?, ¿o el apasionamiento desmedido en la defensa de creencias u opiniones, especialmente religiosas o políticas?
Desde hace dos artículos estoy loco con el uso y significado de las
palabras, así que vuelvo al punto y esta vez, según he podido escudriñar, locura
no es demencia, locura y demencia no son sinónimos. La locura
no es una patología y la demencia sí. La locura, según la RAE, es privación del juicio o del uso de la razón, que por lo general suele ser temporal, lo dice el refrán: de poetas y
locos todos tenemos un poco, por lo que la locura tiene un fuerte componente sicosocial. Nuestras locuras están en estrecha relación con el mundo exterior, no es
un mal que viene de adentro hacia afuera, sino al revés, viene del medio hacia
la mente y allá vamos nosotros a querer ensartar molinos de viento como si
fueran gigantes, pero la demencia es una degeneración
de las células cerebrales, es un daño interior, un mal funcionamiento del cerebro.
Por su parte, el fanatismo, la perla menos publicitada de las tres
palabritas, hasta donde sé, y sé bien poco, ninguna cultura le ha dedicado un
refrán como a los locos… - Ah, ¿recuerdan el Elogio de la Locura de
Erasmo de Rotterdam? –; entonces, si el fanatismo no es ni locura
ni demencia, ¿qué cosa es?; pues bien, según la RAE, es un estado de «apasionamiento y tenacidad desmedida en
la defensa de creencias u opiniones, especialmente religiosas o políticas».
Mount Carmel Center, cede de los davidianos en Waco al momento de estallar en llamas |
Entonces, probablemente, los davidianos que se atrincheraron en Waco y soportaron
el asedio del FBI fueran fanáticos, David Koresh quizás fue un demente, pero la
policía, en un rapto de locura propició que ellos se hicieran volar en
pedazos -uno de los suicidios colectivos más grandes de la historia- solamente unos
12 davidianos sobrevivieron y fueron juzgados, pero no sé si en esa, que ha
sido una de las tragedias más publicitadas (Las cadenas de TV transmitieron las
24 horas desde el 28 de febrero hasta el 19 de abril de 1993) la justicia
consiguió estudiar a aquellos seres humanos que, apasionados hasta morir,
defendían las ideas de su líder.
Víctima del atentado en París |
Las conductas se repiten, aunque por estos días ya no son sectas
atrincheradas con armamento de alto calibre enfrentando a las fuerzas del orden, sino «lobos solitarios» los que atacan a quemarropa, con armas de alto poder a
personas indefensas. ¿Qué mueve a estos asesinos, la locura, la demencia
o el fanatismo? ¿Es la privación del juicio o la razón?, ¿la
degeneración de las células cerebrales?, ¿o el apasionamiento desmedido en la
defensa de creencias u opiniones, especialmente religiosas o políticas?
Entiendo que tipificar un crimen de manera equivocada, obviar o poner bajo
la alfombra sus causas, no nos está haciendo ningún bien. No sé si los que
juzgan tantos crímenes al día tendrán paciencia y/o conocimientos e interés en
determinar la salud mental de los homicidas que pasan por sus cortes, no sé si
se toman el tiempo necesario para endilgarles un estigma, no sé si tipificar a
los homicidas inadecuadamente, sin apenas mirar sus ojos, nos hace cada vez más
vulnerables. No lo sé ¿Y tú?
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