Este mercado es de propiedad privada |
No son palabras mal
dichas, sino bien dinamitadas
• Han expropiado y seguirán expropiando, demostrándoles a la nueva izquierda, al socialismo del siglo XXI, a las feministas, a los trans y X, a los separatistas, a los anti «hetero» y a todos los anti sistema que sí se puede, que los anti capitalistas expropian los medios de producción y, dinamitando las palabras, también las ideas, que se puede alcanzar la hegemonía aunque después no tengan ni puta idea de qué hacer con ella, como en la isla.
En el capítulo 3: La
batalla psico-política de El Libro Negro de la Nueva Izquierda, escrito
por Nicolás Márquez, el autor analiza el diálogo como trampa de persuasión, algo
que en mi opinión es tan viejo como los totalitarismos. Orwell le llamó
neolengua, pero más recientemente varios autores tanto de izquierda como de
derecha, entre ellos, Plinio Correa, citado por Márquez, han escrito obras
contundentes teniendo por objeto de estudio el uso camuflado del lenguaje para
inocular con anestesia las ideologías en pacientes desprevenidos.
En su obra Trasbordo
ideológico inadvertido y diálogo, de 1965, Plinio señala que en la
estrategia comunicacional revolucionaria para engañar a la población existen vocablos
que él denomina «Palabras-Talismán», que resultan simpáticos y nobles que logran
que un «anticomunista fogoso pueda ser «trasbordado» a un anticomunista adepto,
son eufemismos de alto vuelo. No es casualidad que en Cuba, desde hace más de
seis décadas las palabras muten sus significados, es ley de vida para los
totalitarismos, la palabra es el ladrillo en la construcción del pensamiento, y
si nos dinamitan las palabras hacen estallar nuestros criterios, así que de eufemismos
y disfemismos estamos llenos. Tan
valiosa como un misil o una bala es la palabra, tanto que:
Según la teoría del lenguaje de Sapir-Whorf, la
comunicación humana a nivel verbal, el uso del lenguaje en el ser humano, no se
limita a expresar nuestros contenidos mentales. Para esta teoría el lenguaje
tiene un papel de gran relevancia a la hora de configurar nuestra forma de
pensar e incluso nuestra percepción de la realidad, determinando o influyendo
en nuestra visión del mundo. [1]
Son muchas, muchísimas, pero
siempre hay para algo más, a cada vuelta en la espiral de la miseria aparecen
algunas. Todo depende de quién esté en el centro del colimador y por estos días
están los «cuentapropistas», un engendro propio de la isla del Dr. Moreau, que
pretende referir a algún tipo de actividad económica no pública, pero que no es
más que un celaje de lo que debe ser la propiedad privada.
Entre las «Palabra-Talismán» muy
usadas en Cuba está «Libreta de
abastecimiento» que es ni más ni menos que una cartilla que se
usa, desde hace sesenta años, a causa precisamente del desabastecimiento. Otra
que aún resuena en los oídos es «Período Especial en Tiempos
de Paz», para referirse a una crisis económica y social tanto o más
profunda que la sufrida por el mundo en 1929. Otra muy pintoresca y compulsiva
es «Llegaron los mandados del mes», una «Palabra-Talismán» que impide que la
gente se pregunte ¿¡Cómo que llegaron los mandados!?, y se responda: ellos siempre
deben estar en el mercado para que yo pueda adquirirlos con el salario que
obtengo por mi trabajo en el momento en que yo los necesite.
Pues bien, hace meses que
están dándole atrás a la catalina [2] y persiguiendo a todos
aquellos emprendedores que imaginaron bailar en casa del trompo, o acumular
capital en la finca del Empedrado, así que las autoridades competentes han
volcado contra ellos los más pintorescos y denigrantes epítetos bajo el paraguas,
por ahora, de la «ilegalidad».
Ya no se les menciona como
propietarios privados como lo reconoce la Constitución en el Artículo 22,
inciso d, sino que se les endilga el disfemismo de «cuentapropistas», y a su
modo de producción «Modalidad» o «Forma de gestión no estatal», todo va por el
mismo y repetido camino, es la noria que no se detiene, hace años fueron las
operaciones Pitirre en el alambre, Maceta y otras que recordar no
quiero, y ahora vuelve el decomiso
de propiedades y las expropiaciones como la del mercado
del Mónaco.
Han expropiado y seguirán
expropiando, demostrándoles a la nueva izquierda, al socialismo del siglo XXI,
a las feministas, a los trans y X, a los separatistas, a los anti «hetero» y a
todos los anti sistema que sí se puede, que los anti capitalistas expropian los
medios de producción y, dinamitando las palabras, también las ideas, que se puede
alcanzar la hegemonía aunque después no tengan ni puta idea de qué hacer con
ella, como en la isla.
Al llegar al anterior punto,
que debió ser un punto final, veo que el Granma de hoy arremete contra quienes sin
permiso del estado trabajan en la «industria»
del entretenimiento y les endilga un par de disfemismos de rechupete, ellos,
según el tabloide oficial, son unos «reparteros» y «seudocantantes», dos perlas
más para la colección de neolinguismos enajenantes, anestésicos y «expropiantes
cognitivos», dos nuevos petardos para travestir ideas, que nos llegan por la
generosidad combativa de Oni Acosta Llerena, en un artículo titulado: Música
y nocturnidad: ¿vampiros al acecho? Y si usted pudo leer hasta aquí,
intente leer la historia que Oni le ha preparado y probablemente pueda descubrir
que no hay palabra mal dicha, sino mal comprendida.
[1]
Castillero Mimenza, Oscar. 2019. «La Teoría del lenguaje de Sapir-Whorf».
Revista Psicología y Mente [En Línea] [Consultado el 5 de agosto de 2019]
Disponible en:
[2] En
principio debe usarse la palabra «catalina» en su segunda acepción, aunque en
definitiva, la que mejor le pega es la primera. Cfr. Diccionario de la lengua española.
[En línea] [Consultado el 5 de agosto de 2019] Disponible en https://dle.rae.es/?id=7tubtZM|7u0cj9M
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