lunes, 5 de agosto de 2019

LIMPIANDO LAS NOCHES DE LA HABANA ¿Ya se acabó la diversión?

Este mercado es de propiedad privada 

No son palabras mal dichas, sino bien dinamitadas

• Han expropiado y seguirán expropiando, demostrándoles a la nueva izquierda, al socialismo del siglo XXI, a las feministas, a los trans y X, a los separatistas, a los anti «hetero» y a todos los anti sistema que sí se puede, que los anti capitalistas expropian los medios de producción y, dinamitando las palabras, también las ideas, que se puede alcanzar la hegemonía aunque después no tengan ni puta idea de qué hacer con ella, como en la isla.

En el capítulo 3: La batalla psico-política de El Libro Negro de la Nueva Izquierda, escrito por Nicolás Márquez, el autor analiza el diálogo como trampa de persuasión, algo que en mi opinión es tan viejo como los totalitarismos. Orwell le llamó neolengua, pero más recientemente varios autores tanto de izquierda como de derecha, entre ellos, Plinio Correa, citado por Márquez, han escrito obras contundentes teniendo por objeto de estudio el uso camuflado del lenguaje para inocular con anestesia las ideologías en pacientes desprevenidos.

En su obra Trasbordo ideológico inadvertido y diálogo, de 1965, Plinio señala que en la estrategia comunicacional revolucionaria para engañar a la población existen vocablos que él denomina «Palabras-Talismán», que resultan simpáticos y nobles que logran que un «anticomunista fogoso pueda ser «trasbordado» a un anticomunista adepto, son eufemismos de alto vuelo. No es casualidad que en Cuba, desde hace más de seis décadas las palabras muten sus significados, es ley de vida para los totalitarismos, la palabra es el ladrillo en la construcción del pensamiento, y si nos dinamitan las palabras hacen estallar nuestros criterios, así que de eufemismos y disfemismos estamos llenos. Tan valiosa como un misil o una bala es la palabra, tanto que:

Según la teoría del lenguaje de Sapir-Whorf, la comunicación humana a nivel verbal, el uso del lenguaje en el ser humano, no se limita a expresar nuestros contenidos mentales. Para esta teoría el lenguaje tiene un papel de gran relevancia a la hora de configurar nuestra forma de pensar e incluso nuestra percepción de la realidad, determinando o influyendo en nuestra visión del mundo. [1] 

Son muchas, muchísimas, pero siempre hay para algo más, a cada vuelta en la espiral de la miseria aparecen algunas. Todo depende de quién esté en el centro del colimador y por estos días están los «cuentapropistas», un engendro propio de la isla del Dr. Moreau, que pretende referir a algún tipo de actividad económica no pública, pero que no es más que un celaje de lo que debe ser la propiedad privada.

Entre las «Palabra-Talismán» muy usadas en Cuba está «Libreta de abastecimiento» que es ni más ni menos que una cartilla que se usa, desde hace sesenta años, a causa precisamente del desabastecimiento. Otra que aún resuena en los oídos es «Período Especial en Tiempos de Paz», para referirse a una crisis económica y social tanto o más profunda que la sufrida por el mundo en 1929. Otra muy pintoresca y compulsiva es «Llegaron los mandados del mes», una «Palabra-Talismán» que impide que la gente se pregunte ¿¡Cómo que llegaron los mandados!?, y se responda: ellos siempre deben estar en el mercado para que yo pueda adquirirlos con el salario que obtengo por mi trabajo en el momento en que yo los necesite.

Pues bien, hace meses que están dándole atrás a la catalina [2] y persiguiendo a todos aquellos emprendedores que imaginaron bailar en casa del trompo, o acumular capital en la finca del Empedrado, así que las autoridades competentes han volcado contra ellos los más pintorescos y denigrantes epítetos bajo el paraguas, por ahora, de la «ilegalidad».

Ya no se les menciona como propietarios privados como lo reconoce la Constitución en el Artículo 22, inciso d, sino que se les endilga el disfemismo de «cuentapropistas», y a su modo de producción «Modalidad» o «Forma de gestión no estatal», todo va por el mismo y repetido camino, es la noria que no se detiene, hace años fueron las operaciones Pitirre en el alambre, Maceta y otras que recordar no quiero, y ahora vuelve el decomiso de propiedades y las expropiaciones como la del mercado del Mónaco.

Han expropiado y seguirán expropiando, demostrándoles a la nueva izquierda, al socialismo del siglo XXI, a las feministas, a los trans y X, a los separatistas, a los anti «hetero» y a todos los anti sistema que sí se puede, que los anti capitalistas expropian los medios de producción y, dinamitando las palabras, también las ideas, que se puede alcanzar la hegemonía aunque después no tengan ni puta idea de qué hacer con ella, como en la isla.

Al llegar al anterior punto, que debió ser un punto final, veo que el Granma de hoy arremete contra quienes sin permiso del estado trabajan  en la «industria» del entretenimiento y les endilga un par de disfemismos de rechupete, ellos, según el tabloide oficial, son unos «reparteros» y «seudocantantes», dos perlas más para la colección de neolinguismos enajenantes, anestésicos y «expropiantes cognitivos», dos nuevos petardos para travestir ideas, que nos llegan por la generosidad combativa de Oni Acosta Llerena, en un artículo titulado: Música y nocturnidad: ¿vampiros al acecho? Y si usted pudo leer hasta aquí, intente leer la historia que Oni le ha preparado y probablemente pueda descubrir que no hay palabra mal dicha, sino mal comprendida.



[1] Castillero Mimenza, Oscar. 2019. «La Teoría del lenguaje de Sapir-Whorf». Revista Psicología y Mente [En Línea] [Consultado el 5 de agosto de 2019] Disponible en:

[2] En principio debe usarse la palabra «catalina» en su segunda acepción, aunque en definitiva, la que mejor le pega es la primera. Cfr. Diccionario de la lengua española. [En línea] [Consultado el 5 de agosto de 2019] Disponible en https://dle.rae.es/?id=7tubtZM|7u0cj9M

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