PATRIA Y VIDA es un disparo de nieve que borró de pronto ese miedo, esa canción que acumula las estéticas más disímiles puso una luz cegadora en el rostro de la dictadura.
Esos músicos deshicieron las vendas que sobre los ojos de los cubanos ha tendido la propaganda castrista, propaganda que ocupó el nicho de las artes y ha impuesto durante más se seis décadas sus consignas aterradoras a todo aquel que, por ingenuidad o desidia, ha sido víctima del miedo.
PATRIAY VIDA se levantó junto al Movimiento San Isidro, el 27N y se hizo eco de los millones de cubanos que deseamos el fin del castrismo, que deseamos tener libertad para construir con nuestras manos y en nuestros propios términos la patria y la vida que nos merecemos, sin tener un intermediario inepto y despiadado, que a sangre y fuego ha sido capaz de arruinar nuestro país y trancar el juego.
PATRIAY VIDA es un disparo de nieve que borró de pronto ese miedo, esa canción
que acumula las estéticas más disímiles y donde la ética le da vida a la estética, puso una luz cegadora en el rostro de la
dictadura y le cantó las cuarenta con una voz que no solo se escucha en los
barrios de Cuba, sino en los cuatro puntos cardinales, como se escuchó siempre
la música cubana antes de que el castrismo la convirtiera en un arma letal,
pero YASE ACABÓ.
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Lindo artículo Antonio. Directo al corazón de la ley 349.
ResponderEliminarTengamos fe en que los cubanos entiendan la canción de Yotuel como un punto de partida hacia libertad, y no se queden –para variar– esperando a que se la entreguen en bandeja de plata sin disparar un chícharo.
Sinceramente:
Paquito D'Rivera