Entrevista con el Licenciado
Roberto Medina, fundador de Clarinetísimo
El
objetivo más importante de la enseñanza de cualquier instrumento es que los
estudiantes toquen frente al público, que los padres vean el resultado del
trabajo y que el estudiante crezca como músico.
Los primeros resultados
AG: ¿Y quién es Darleny?
RM: Darleny fue del primer grupo
que tomó ese programa en la Escuela Elila Mena, ella es el fruto de la primera
etapa. Como te había dicho antes, en el Conservatorio al primero que gradué a Jorge
Félix Núñez, eso fue el 10 de febrero de 1995, y después a Randy de Luna, ellos
son los dos primeros y después en el orden está Darleny González, quien no se graduó en
el CNM, porque fue aceptada en un Conservatorio en los Estados Unidos y allá se
graduó con muy buenos resultados académicos.
AG: Vamos a ver, entiendo
que esta joven Darleny es uno de tus mejores estudiantes en la primera etapa,
así que sería bueno que me hablaras un poco más de ella para entender mejor los
procesos que has seguido en la formación académica de tus estudiantes.
RM: A Darleny la llevó su
padre a la escuela cuando ya el cupo estaba lleno y las clases habían
comenzado, pero a pesar de la negativa, el padre insistió en ver al profesor de
clarinete.
Con la insistencia
finalmente la vi, ella estaba pequeñita y había venido con sus padres que
volvían a vivir en Santo Domingo. Habían vivido en los Estados Unidos y ella
había tocado en la banda del colegio y tuvo un instructor. Había aprendido muy
bien, tenía muy bien colocadas las manos en el instrumento y me di cuenta que
ella era de esas personas que nacen con el instrumento debajo del brazo. Yo
estaba dando una clase y le pedí que fuera armando el clarinete para escucharla
y en cuanto ella sonó le dije al padre, despreocúpese que ya es alumna mía.
Ella fue una suerte para mí,
porque es formal, disciplinada, capaz y las cosas se las explico una sola vez.
Es del tipo de estudiante que escucha, entiende y está capacitado para
reproducir con el instrumento lo que uno le enseña.
AG: ¿Qué tiempo estudió
contigo?
Darleny González, Enmanuel Pérez y Roberto Medina. |
RM: Darleny comenzó a
estudiar conmigo el NE en 1994 y en 1997 pasó al Conservatorio… ah, estando ya
en el Conservatorio le pregunté cuál sería la carrera que estudiaría en la universidad,
a lo que ella me respondió con mucha seguridad y responsabilidad que ella iba a
ser clarinetista. Entonces entendí que eso cambiaba un poco las cosas, si esas
eran sus aspiraciones yo tenía entonces que variar un poco el sistema con ella,
no es que yo enseñe a unos de una manera y a otros de otra, lo que sucede es
que si el estudiante tiene esta convicción entonces mi responsabilidad es mucho
mayor, tengo que encenderle las alarmas para indicarle que la competencia es
fuerte, que la preparación es mucho más dura y que de eso dependerá el resto de
su vida, así que cuando ella me dejó claro que era por ahí que iba, entendí que
había que buscarle una institución fuera del país en la que pudiera alcanzar la
preparación que ella merecía, sobre todo para que pudiera cumplir con sus
planes de vivir de la música, algo que por múltiples razones en todas partes
del mundo es bastante difícil.
Yo le preparé un repertorio
para que hiciera estudios en una universidad de alto nivel, grabamos un vídeo
en el que la acompañó la excelente pianista María de Fátima Geraldes, enviamos
esa aplicación a la Manhattan School y en 2001 se fue a estudiar con beca
completa.
Allí en poco tiempo se
convirtió en la más destacada, entonces le sugerí que había que buscar otra
universidad donde las exigencias fueran aun mayores, entonces aplicó y fue
admitida en SUNY Purchase College. Conservatory of
Music, donde se graduó como Licenciada en interpretación (Cum Laude), con la profesora
japonesa Ayako Oshima.
En conclusión, Darleny
terminó sus estudios, regresó, se ganó la plaza de segundo clarinete en la
Orquesta Sinfónica Nacional, donde trabaja muy bien y es mi colega en el Conservatorio,
es un regalo, es una fortuna tenerla a ella como colega, porque además es como
si fuera mi hija mayor dominicana, mi amiga, mi equipo de trabajo. De hecho, en los
festivales, sin ella yo no sería nada.
Un festival para los
clarinetistas
AG: Clarinetísimo, que es el
festival de clarinete que tú has fundado en Santo Domingo, ¿tiene como objetivo
estimular a los jóvenes a que estudien ese instrumento o para que los
estudiantes de ese instrumento tengan un lugar en el que demostrar sus
habilidades cada año?
RM: En el año 1996 preparé
el Ensamble Chalumeau con el objetivo de presentar conciertos con la clase de
clarinete y promover el instrumento, tenía nueve estudiantes y el nivel técnico
era endeble, pero mi interés era estimularlos. El objetivo más importante de la
enseñanza de cualquier instrumento es que los estudiantes toquen frente al
público, que los padres vean el resultado del trabajo y que el estudiante
crezca como músico.
Pero aquello no podía ser
solamente el ensamble, porque podía resultar poco atractivo, así que preparamos
dúos, tríos, y diferentes conjuntos que al final terminaba por supuesto con el
ensamble de todos.
Así las cosas, en el año
2009 se dieron las condiciones y con el apoyo del Conservatorio organizamos el
Primer Festival Clarinetísimo. Ya había con quienes hacerlo, ya era necesario
un espacio para que los estudiantes tocaran y se foguearan ante el público,
para que tuvieran la oportunidad de asistir a clases magistrales, talleres y
exposiciones.
Fue una experiencia
extraordinaria para todos, que por suerte en un lustro ha trascendido. En este
último contamos con la participación de un gran número de estudiantes y con la
participación de renombrados maestros extranjeros.
Las fuentes que surten el
talento
AG: ¿Me dices que hay otros lugares
en los que se estudia el clarinete en la República Dominicana además de los ya
conocidos?
Manuel Galvá, Jaime Estepan, Andrés Vidal y Orquesta Dominicana de Vientos |
También he podido ayudar a estudiantes
que provienen del ensamble de Gualey, una banda que se formó en el Politécnico
Parroquial Santa Ana, de Gualey y que ha tenido el apoyo de la ex Primera Dama,
doña Margarita Cedeño. Ese grupo de muchachos también se ha convertido en una
vía para acercar a los niños a la música, de tal modo que el estudiante Manuel
Marmolejos, a quien tengo ahora en punta para graduar del Conservatorio
Nacional de Música, proviene de ese proyecto.
Pero a pesar de estas
iniciativas de las que yo he podido obtener frutos, existen muchos obstáculos
que frenan el mejor desarrollo de estos niños. Por ejemplo, en la Escuela
Elemental y en el Conservatorio es necesario invertir, porque ya los dos
edificios están en muy mal estado, además los profesores no alcanzan, la
población de estudiantes supera las capacidades actuales y esos niños se ven
frustrados.
La otra fuente es Barahona.
Hace algunos años llegó a trabajar a aquella zona u técnico colombiano que
trajo a su familia. Tenía dos hijos y enseguida la madre buscó la manera de
ponerlos en una escuela de música, pero como no había ella misma comenzó una
banda infantil y al poco tiempo vino a la capital en busca de un profesor.
Aquellos dos niños
inmediatamente comenzaron a tomar clases a pesar de que eran muy pequeños y aun
las manos no les alcanzaban para cubrir las llaves del clarinete. Finalmente el
tiempo pasó, los niños crecieron, la madre de los niños creó una academia de música
en Barahona y yo por supuesto comencé a apoyar ese trabajo, así que por ahí las
cosas fueron creciendo hasta que fue creada la Banda Sinfonías, que ha sido
premiada en los encuentros nacionales que promueve FESTIBAND, que es la
fundación que dirige el profesor Andrés Vidal, y que es en definitiva el evento
más importante de bandas infantiles y juveniles que se hace en el país, y de
donde han salido durante los últimos años la mayor cantidad de estudiantes de
música. Finalmente, aquellos dos niños se convirtieron en jóvenes y en la
actualidad son grandes clarinetistas con alto nivel profesional a los que
gradué del Conservatorio. Estos jóvenes son Esteban y Carlos Martínez, la mamá de ellos, que es la Directora de la Academia Sinfonías de Barahona, es Claudia Martínez, y el padre, el técnico colombiano que trajo su familia al país, es Carlos Martínez. Continuará…
Querido Antonio; En estos tiempos que vivimos, donde casi todo es negativo, leer tu entrevista a Roberto Medina, su dedicación a la música, casos como su alumna Arleny, te hacen pensar que no todo está perdido en el mundo, y que hay seres humanos muy especiales...CDA
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