jueves, 20 de febrero de 2014

CRÍTICA DE LA CRÍTICA CRÍPTICA

Comentando la crítica “respetuosa de Arnaldo Mirabal”

Si siguen los Castro en el poder, y por uno de esos milagros -unido a la jurisprudencia que nos dejó el “Caso Matusalén”-, ninguno de los dos se muere a su debido tiempo, nunca, pero nunca -aunque nunca sea mucho tiempo-, se podrán cosechar papas, zanahorias, nabos, mangos, papayas, limones, ni nada de lo que el campo ofrece solamente con tirarle unas semillas y un poco de agua…

No sé del cambio climático con muchos pelos y señales, pero esa que nos cuentan los muchachones aguerridos de Matanzas, parecen ser historias sobre un ser de la nada, vaya, como si el de los zapatos blancos, con sus pies de Aquiles fuera matando canallas, aplastando burócratas -como les gusta decir ahora para estar en la moda de la diversión en la que se convirtió en Cuba echarles las culpas al Totí, y cuando se acabaron los totíes, pues al burócrata.

Pero si ahora viene el cambio climático a ponerle la tapa al pomo, deben saber que el primero, el primerito de todos en devastar el campo cubano, fue el ex máximo líder, con aquella brigada -que llevó el nombre de quien “descubrió que la guerra era la paz del futuro”-, que “preparó” la tierra, desde El Cabo de San Antonio hasta la punta de Maisí, para acometer aquella hazaña propia de Hércules que se llamó “La Zafra de los 10 Millones”, y para la cual se arrasó, milímetro a milímetro, con todo lo que no fuera la dulce gramínea, misma planta que convirtió a mi país en el más amargo del que se tenga noticia.

De aquellos polvos nacieron estos lodos, pero más aun, nunca… -y eso que nunca pudiera ser demasiado tiempo-, nunca después de aquella debacle se intentó -y si se intentó no se pudo y si no se pudo es como si nunca se hubiera intentado-, hacer en el campo cubano lo que había divisado la constitución del 40 con una Reforma Agraria y ponerle orden a los latifundios, pero lo que hicieron fue lo que nunca, pero nunca debieron hacer: destruir el latifundio privado y extraordinariamente eficiente para hacer una caricatura de Reforma Agraria y crear un ineficiente latifundio estatal.

Pero de esos polvos no van a hablar ni una palabra los jóvenes comunistas… o quizás ex comunistas ya, pero al pie del cañón defendiendo el castrismo a como dé lugar, y su lugar ahora es la blogosfera, algo mejor que las trincheras… ja, ¿y para qué recordé las trincheras? -creo que si soportaron leer hasta aquí, ahora sí que me borrarán con un clic-.

No hablarán tampoco de las trincheras en todas las costas de Cuba, forzadas con trabajo en el “dienteperro” o la arena, que camuflaron con una plantita que suelen llamar pino, pero que según dicen los que saben se llama Casuarina.

Pues miren por qué no hablarán ni de las trincheras ni de las casuarinas, no será por “casuaridad” sino porque esas plantitas destruyeron muchas de las playas más bellas de Cuba, entre ellas Varadero. Y seguro que saben por qué, pero les recuerdo… pues porque esas plantitas tienen unas raíces que propician que la arena se vaya de la playa, pero al regresar le sirve como barrera de contención, vaya, como un cheque, pero no un cheque al portador sino un cheque de tuberías hidráulicas… Así que anótenle esa también al ex máximo líder, que si no fue directamente el autor intelectual de la idea, fue el de la loca idea de preparar a todos los cubanos para hundir la isla, y quien, en los aprestos para dar la pelea, la tiene hundida sin que le tiren ni un hollejo de naranja.

Si ahora viene el cambio climático a ponerle la tapa al pomo y finalmente la agricultura desaparece en Cuba, y si siguen los Castro en el poder, y por uno de esos milagros -unido a la jurisprudencia que nos dejó el “Caso Matusalén”-, ninguno de los dos se muere a su debido tiempo, nunca, pero nunca -aunque nunca sea mucho tiempo-, se podrán cosechar papas, zanahorias, nabos, mangos, papayas, limones, ni nada de lo que el campo tropical ofrece con solamente tirarle unas semillas y un poco de agua…

De nada de esto hablarán los ex jóvenes que escriben en ese blog que pagamos todos los cubanos, menos los que en él escriben, pero ya esto es harina de otro costal… !ah¡, ni maíz para hacer harina podrán cosechar tampoco, pero esto se acabó, esta crítica de la critica, que tiene que ser críptica, porque debe llevar un fuerte mensaje que yo no consigo descifrar, alguna queja –ya que no protesta porque eso sería irrespetuoso-, algo muy adecuado al primer mandamiento del castrismo: “Con la revolución todo, contra la revolución ningún derecho”, o quizás un mensaje que parece crítica pero que no lo es.

Y para los que llegaron hasta aquí, pues un saludo fraterno y que el cambio climático nos agarre preparados, porque el “cambio” castrista y chavista ya se llevó todo por delante.

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