Leonel descalificó al PRD y se apropió del legado duartiano
“La patria necesita sacrificios. Es ara y no pedestal.”
José Martí.
Fidel Castro y Hugo Chávez descalificaron a la oposición como Leonel lo hace ahora; ambos, son admirados por Leonel Fernández y los lazos entre ellos tres no se limitan al ámbito personal, sino al institucional y al económico.
Foto: Fuente externa |
El pasado día 26 de enero se cumplieron doscientos años del natalicio
del prócer dominicano Juan
Pablo Duarte; y el domingo 27, se produjeron dos eventos de lesa democracia.
Uno, en el local
del PRD; y otro, justamente en el mausoleo
que guarda los restos del patricio. Uno, en forma de batalla campal; y
otro, en forma de disciplinada apropiación del patrimonio nacional. En uno, el
pugilato por el poder se salió de madre y llegó a la violencia; y en otro, la
disciplina y el orden propiciaron, con palabras, un golpe por obtener el poder vitalicio
en un futuro cercano.
Es muy peligroso para la salud de la patria, que un partido quiera
secuestrar a sus próceres y auto proclamarse como su único heredero. La
bandera, el himno, la patria y sus héroes y mártires no le pertenecen a ningún
partido, estos son patrimonio de todos los
dominicanos. Es muy peligroso para la salud de la patria que Leonel Fernández descalifique al PRD, y con este a toda la
oposición, porque ese puede ser un primer paso en la peligrosa senda del
partido único, un trillo que lleva sin lugar a dudas a la pérdida de las
libertades democráticas por las que lucharon precisamente los próceres de la
nación.
En su discurso, Leonel utilizó como saeta los
hechos de violencia que protagonizaron integrantes del más importante partido
de oposición, pero esos deplorables disturbios entre dos facciones del PRD no
justifican en lo absoluto la postura mesiánica del Presidente del PLD, no justifican
para nada que éste se proclame como el único y legítimo heredero de Juan Pablo
Duarte.
Esta vía ya la han experimentado muchos
caudillos a través de la Historia, y dos de ellos -quienes exhiben lauros
envidiados por todo aquel que desee con vehemencia el poder vitalicio y
heredable-, mantienen, desde tiempos del génesis, una alarmante cercanía con el
PLD y otras fuerzas que en la República Dominicana están sirviendo de recipiente
a esas ideas.
Fidel Castro se apropió en 1968 -además de los
últimos reductos de propiedad privada que quedaban en Cuba-, del patrimonio
histórico de los cubanos. En la celebración del centenario del inicio de las
Guerras de Independencia, él se auto proclamó como único heredero de aquellos
próceres, y consolidó lo que había esbozado en 1953, cuando, dislocando el
pensamiento martiano se apropió de él para justificar una acción que bañó de
sangre a las familias cubanas.
Hugo Chávez, quien se ha mantenido en el poder
por casi dos décadas en Venezuela, se auto proclamó como único heredero de Simón
Bolívar, cambió el nombre al país y lo proclamó bolivariano, ha desmontado
punto por punto las instituciones democráticas, y aun cuando su voz ha dejado
de estar entre nosotros por varios meses, el poder chavista se impone por sobre
todas las razones y leyes promulgadas por el mismo Hugo Chávez.
Ambos, Fidel Castro y Hugo Chávez
descalificaron a la oposición como Leonel lo hace ahora; ambos, son admirados
por Leonel Fernández y los lazos entre ellos tres no se limitan al ámbito personal, sino al institucional
y al económico. Los aires del castrismo no han dejado de batir sobre la patria
de Duarte, no terminaron con la última esperanza armada que Francisco Caamaño
trajo desde Cuba el 3 de febrero de 1973, y las influencias del chavismo no se
limitan al abastecimiento del petróleo, ni a la posesión de REFIDOMSA como accionista mayoritario.
Con estas premisas visibles y otras que deben
existir fuera de la vista del ciudadano desprevenido, los vínculos entre el PLD
y los “Maestros Fundadores del Socialismo del Siglo XXI” se perciben demasiado
poderosos como para poder cortarlos, y se han convertido en una peligrosa
premisa para la instauración en la República Dominicana de una democracia “de
otro tipo”, como algunos ingenuos y oportunistas suelen llamarle
eufemísticamente a las dictaduras de izquierda.
Ojalá que, como otras tantas veces, las malas palabras
de Leonel en la celebración del doscientos aniversario del natalicio del prócer
Juan Pablo duarte se las lleve el viento, y jamás esas ideas se conviertan en
acciones despóticas y en alimento de gobiernos autoritarios. Ojalá.
PD: Es deplorable que actos como este sean
liderados por el Presidente de un partido, transmitido en cadena de radio y
televisión, y el Presidente de la República no esté ni siquiera en el país –y con
esta van dos-. Los Partidos han de celebrar en sus recintos, pero el Altar de
la Patria le pertenece a todos los dominicanos, no es propiedad de ningún
partido, ni siquiera del que está en el poder. Le toca a Danilo Medina asumir
estas responsabilidades, y convertir estas celebraciones, que son de todos los
dominicanos, en una fiesta nacional, con todos los colores, con todas las
banderas y con todas las ideologías, fue para eso que los electores votaron por
él. ¿O no?
DE ACUERDO CONTIGO, LOS TIRANOS O PICHONES DE TIRANO siempre descalifican de la manera más vulgar la imagen del oponente. Es un recurso usado por todos los dictadores para enlodando al contrario, brillar ellos, aprovechando los medios de comunicación, la propaganda y el culto a su propia personalidad. Para mi Leonel un manipulador y un corrupto más.
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