lunes, 19 de abril de 2021

Arditi y Bottesini en La Habana o La Fiesta de los Gitanos según el Diario de la Marina (1846-1851) (4 de 4)

En el bicentenario del natalicio de Giovanni Bottesini (1821-2021)

Bottesini vuelve a La Habana listado en el elenco como Maestro director y compositor y Arditi como director de orquesta. Arditi compone más danzas cubanas e introduce los tambores cubanos. Vuelven a los Estados Unidos y regresan a La Habana para hacer la quinta y última temporada. Arditi y Bottesini en Cienfuegos y Trinidad. La commedia è finita... ma chissà. Bottesini torna di nuovo.


Temporada 1849-1850 de la compañía lírica del Teatro Tacón (10 oct. 1849 - 17 mar. 1850)


Dibujo de Samuel Hazard

El elenco de la compañía italiana fue publicado el 16 de septiembre, y en él aparecieron listados Bottesini como Maestro director y compositor, y Arditi como director de orquesta. Bottesini llegó a La Habana procedente de Southampton en el vapor Teviot el 29 de septiembre de 1849 junto a los demás integrantes de la compañía contratada en Europa, pero no pudieron bajar al puerto hasta el día 1 debido a restricciones sanitarias[1].

Durante esta temporada, que comenzó el 10 de octubre[2], he podido encontrar solo dos menciones de Arditi en el DM. En una, se da la noticia de que el miércoles 10 de octubre, en el intermedio de Lucia de Lammermoor, Arditi hizo tocar su danza La llegada de Bottesini[3]; y en otra, se dice que en la gran fiesta que el Capitán general dio en la «casa de Gobierno para celebrar los días de S. M», la noche del 19 de noviembre,

[…] cuando la orquesta compuesta de cincuenta profesores dirigidos por Arditi, […] dejaba escapar sus torrentes de armonía, corría la juventud de ambos sexos a la sala principal y ya se deslizaban al compás de la danza o del rigodón sobre la alfombra de grana, ya volaba arrebatada entre los laberintos del wals y de la polka. […]

Magnífica orquesta acreedora de alabanzas por la unión, el aplomo con que tocó bellas y escogidas piezas que agradaron universalmente, entre ellas dos lindísimas danzas de un joven compositor perteneciente a nuestra alta aristocracia[4].

La compañía italiana del Tacón se va al Norte en el verano de 1850

El 17 de marzo[5] terminó la temporada, y la troupe salió el 22 para Charleston[6] en el vapor Isabel[7]. Las próximas noticias llegaron en tres cartas remitidas al DM y publicadas los días 7 de abril, 10 de mayo y 22 de junio, pero ninguna con noticias de Arditi y Bottesini.

Temporada 1850-1851 de la compañía lírica del Teatro Tacón (10 oct. 1850-16 mar. 1851)

Dibujo de Samuel Hazard

Según el anuncio publicado el 28 de septiembre de 1850 en el DM, figuraban como parte del elenco el Sr. Juan Bottesini, maestro de música y primer contrabajo, y el Sr. Luis Arditi, maestro de coros y director de orquesta. Se hacía saber además que la compañía llegaría el 4 de octubre, todo lo cual quedó verificado en el Parte Mercantil que se publicó el día 5, en el que se confirma que, procedente de Charleston, Savannah y Cayo Hueso habían llegado al puerto de La Habana, a bordo del vapor Isabel, 145 pasajeros, «entre ellos la compañía de ópera italiana». 

El 9 de octubre de 1850 apareció el anuncio de la primera función de la temporada 50-51 y como parte del elenco aparecen:

Maestro de la compañía, Sr. Bottesini.

Director de la orquesta. Sr. Arditi.

Director de escena. Sr. Badiali (F)[8]

El cronista, salvo algunas menciones a la orquesta, nada vuelve a comentarnos de Arditi y Bottesini durante el año 1850, y así lo confirma en la Crónica Local[9]. Año 1850, donde no se nombran ni de pasada. Pero ambos tuvieron su función de beneficio en la segunda parte de la temporada y así lo describió el cronista[10]:

         El sábado anterior (15 feb.) […], el beneficiado (Bottesini) tocó en su instrumento unas variaciones sobre el Carnaval de Venecia, de Paganini. Esta función se repitió el domingo como función de abono. […].

El mismo número recuerda que el Beneficio del distinguido artista-profesor señor Arditi sería el jueves 20, y en la crónica nos enteramos de sucesos muy peculiares en la escena habanera[11]:

[…] Los profesores Arditi y Bottesini ejecutaron su introducción y variaciones sobre el Carnaval de Venecia con la maestría y gusto que les son peculiares, […].

[…], y queriendo el beneficiado dar muestra de sus buenos deseos por complacer a tan benigno público no solo tuvo la buena ocurrencia de repetir su antigua danza El incendio, cuya introducción imitativa agradó tanto, sino que compuso para esta noche un gran wals sobre motivos de la ópera favorita del público Ernani, que gustó bastante, y otra danza titulada Los Tambores, porque en efecto estaba acompañada por veinte de estos instrumentos de ruido. […]. 

Lo que se componía entonces en La Habana y se estrenaba con el éxito de estas danzas, se imprimía y vendía inmediatamente como lo documenta la siguiente nota:

Los tambores[12]. Fue el título de la danza que acaba de dar a luz el Sr. Arditi. Dicha danza ha sido tocada ya en algunos lugares públicos y por su originalidad ha llamado la atención general, gustando mucho. Véndese en el almacén de música de Edelmann y en la litografía del Comercio.

Arditi y Bottesini durante el verano de 1851

La última función fue el 16 de marzo y quedó disuelta la compañía, así que unos días después encontramos a los dos músicos en Cienfuegos rumbo a Trinidad:

         CORREO DE LA ISLA[13]

         Cienfuegos. Leemos en la Hoja Económica del domingo 23:

El viernes último ha entrado en este puerto en el vapor Isabel, con dirección a Trinidad y Cuba (Santiago de), multitud de pasajeros, distinguiéndose entre ellos […] la señora Bosio y los señores Bottesini y Arditi. Con tal motivo […] se improvisó una función dramática por los señores Robreño, […]. Después de concluida […], porción de personas se dirigieron a bordo del vapor […] y tuvimos el grandísimo gusto de oír cantar una magnifica aria de Roberto el Diablo […] por la señora Bosio, acompañándola al piano el señor Bottesini. Celebramos sobremanera la complacencia de la señora Bosio, como también la de los señores Bottesini y Arditi, los cuales ejecutaron a cuatro manos la soberbia abertura de Guillermo Tell en el piano.

En la misma columna se menciona el correo llegado de Trinidad en el que se confirma que: «Estaban ya en esa ciudad (con gran contento de sus dilettanti) la señora Bosio y los señores Bottesini y Arditi».

Días después se supo que «solo dieron dos conciertos con poco favorables resultados en cuanto a producto monetario», y que se habían retirado de Trinidad porque al parecer «los precios fijados […] se consideraron muy subidos»[14]. En otra columna se confirma que los artistas habían regresado a La Habana[15] y que el día 8 habían partido para Charleston en el vapor Isabel[16].

Y eso iba a ser todo para Arditi y Bottesini en Cuba y en las páginas del DM. No hubo temporada lírica y así lo lamentaba el cronista en su reseña de los acontecimientos más relevantes del año 1851: «Lejos estábamos de pensar que al hacer esta reseña nuestra pluma dejase de consignar los triunfos de los artistas que debieron componer la compañía del 51 al 52»[17].  Por su parte, Arditi recuerda que, en 1851, junto a Angiolina Bosio y Bottesini, visitó Trinidad, Matanzas y Cienfuegos y después regresó a Nueva York, donde fue contratado por Maretzek como director de la Academia de Música, y en 1852 firmó un contrato para acompañar a Alboni en una gira de ocho meses. (Arditi 1896, 16, 18)

La commedia è finita... ma chissà

Entre los días 3 de noviembre de 1846 y 8 de abril de 1851, Arditi y Bottesini pasaron largas temporadas en La Habana y algunas ciudades de los Estados Unidos, y como he podido demostrar en este artículo, las páginas del DM documentaron buena parte de sus presentaciones en público y del repertorio interpretado, convirtiéndose esta publicación periódica en una fuente documental invaluable para las investigaciones que tienen como objeto de estudio la vida y obra de estos dos músicos. Sin embargo, esta fuente primaria ha sido muy poco frecuentada por los investigadores a través del tiempo.

Quizás, a partir de la información que he vertido en este artículo, se puedan encaminar trabajos que concluyan con el descubrimiento de algunas de las obras de estos autores que fueron anunciadas, tocadas e impresas en La Habana, pero que no aparecen registradas en sus catálogos definitivos, así mismo pudiera determinarse si estas no registradas fueron usadas para integrar otras, les fueron cambiados sus títulos, o finalmente desaparecieron. Es mi intensión que la Fiesta Gitana que comenzó en el Gran Teatro de Tacón hace casi dos siglos, siga dando de qué hablar.

TORNA DI NUOVO (1854-1855)

El DM del 9 de noviembre de 1854, anotó en su columna de entradas de travesía que el día anterior había llegado al puerto de La Habana el «vapor inglés Teviot, capitán Sawyer», procedente «de Tampico y Veracruz, en una travesía de seis días», y en la columna de pasajeros llegados hizo saber que en el Teviot llegó «D. Amilcare Roncari con veinte y seis individuos de la compañía de ópera italiana». El mismo periódico dio a conocer la noticia del regreso a La Habana de la compañía de Ópera Italiana que a principios de ese año se había presentado en el Gran Teatro de Tacón con una temporada que duró del 9 de febrero al 25 de marzo de 1854.

El día 12 de noviembre el periódico publicó el elenco completo de la compañía, en el que figuraba como «director de orquesta y concertista» el celebrado Juan Bottesini. La temporada se inauguró la noche del 16 de noviembre en el Gran Teatro de Tacón con la reposición de la ópera Atila, de Verdi -la que el público habanero aplaudió de nuevo con entusiasmo-, teniendo a la Steffenone en el papel de Odabella y al señor Salvi en el de Foresto, quienes, a juicio del localista, permitieron que las piezas que ellos cantaron «se oyeran con su verdadero colorido, especialmente en el bello dúo de tiple y tenor del segundo acto en el que fueron muy aplaudidos». Y «por lo que hace a la orquesta dirigida por el señor Bottesini, nada dejó que desear»[18].

La función del día 19, en la que se presentó la ópera Atila por segunda vez, estuvo «precedida de un Himno, que compuso el señor Bottesini, y que en celebridad de los días de S. M. la Reina se cantó por toda la compañía», y según el anuncio del 24 de diciembre de 1854 el programa del día de navidad sería el siguiente:

Octava función del segundo abono para el lunes 25

La empresa ha dispuesto para ese día una brillante función en la que a petición de los concurrentes se presentará por primera vez en esta temporada el gran concertista del contrabajo, el gran Bottesini, y ejecutará una pieza de su composición.

El concierto se verificó y esto fue lo que recogió en su crónica el localista[19]:

[…] el Sr. Bottesini entusiasmó a la concurrencia ejecutando en su dificilísimo instrumento, el contrabajo, una gran fantasía de su composición sobre «El Carnaval de Venecia». La suavidad, la dulzura de los sonidos que el Sr. Bottesini arranca a uno de los más ingratos instrumentos y la limpieza, la rapidez y la seguridad con que ejecuta, particularmente en los armónicos, son cosas cuyo mérito no podrán menos de conocer hasta los que no están iniciados en las dificultades de este instrumento, y que a los que lo están dejan convencidos de que el Sr. Bottesini es una verdadera notabilidad en el contrabajo, acaso una notabilidad sin rival. El público entero lo aplaudió con calor, lo llamó a la escena y volvió a aplaudir a su paso por el patio para ir a ocupar su puesto a la cabeza de la orquesta.

El domingo 18 de febrero de 1855 se verificó la función de beneficio de Bottesini y el programa estuvo compuesto por los dos primeros actos de la ópera Don Juan, de Mozart -que recién el día 11 se había estrenado en Cuba por esa compañía-; el Gran dúo para clarinete, contrabajo y orquesta de Bottesini, que el autor interpretó junto al clarinetista de la orquesta, el maestro Enrique Belletti, primer clarinete de Su Majestad Británica[20], [21], [22]; y la gran fantasía sobre temas de La Sonámbula, y esto fue lo que escribió el localista:

Gran Teatro. […] Por lo que hace al Sr. Bottesini, que tocó en el contrabajo una pieza de su composición arreglada para ese instrumento y para el clarinete con acompañamiento de orquesta, y una gran fantasía para el primero también de su composición sobre temas de «La Sonámbula», todo lo que pudiéramos decir no daría una idea de la perfección a que ha llegado en el manejo de ese instrumento, uno de los más ingratos, y que parece encerrar en su mismo nombre la idea de la inaudita constancia y de la disposición natural que se necesita para brillar en él como brilla el Sr. Bottesini, para arrancar como este arranca de sus toscas cuerdas esos sonidos delicados, sonoros, que halagan el oído y penetran hasta el alma, y para ejecutar con la rapidez y limpieza con que toca el mencionado artista. El contrabajo en manos del Sr. Bottesini puede decirse que se transforma en un violín. El público, entusiasmado, colmó de aplausos al gran contrabajista, a cuya demostración se hizo igualmente acreedor el Sr. Belleti en el perfecto desempeño de la parte de clarinete, y ambos fueron llamados a la escena[23].

Aquella compañía de ópera italiana alternó en el Tacón con otra de zarzuelas, y ambas se despidieron del público habanero con una función el día 22 de febrero, en la que volvieron a presentarse Bottesini y Belletti, y aunque ni en el anuncio[24], ni en la crónica[25] del localista se menciona la obra que tocaron, es de suponer que haya sido el dúo para clarinete y contrabajo. 

Pero no porque se disolviera la compañía que trajo a La Habana el empresario Roncari el público habanero estuvo dispuesto a dejar partir a todos sus integrantes. Desde el 28 comenzaron a publicarse noticias acerca de un «notable concierto» que se preparaba en el Liceo, en el que participarían la señora Fiorentini y los señores Bottesini y Belletti, quienes serían secundados además por los artistas habaneros Aristi, Desvernine y Bousquet; la noticia del día 2 de marzo agregaba en el programa al tenor Salvi y se anunciaba que en el Villanueva, en el beneficio del actor Argente, también se presentarían la señora Fiorentini, quien cantaría en carácter la canción andaluza La Calesera, y el señor Bottesini que tocaría el tan celebrado Carnaval de Venecia. El día 3 «varios filarmónicos suplicaron por conducto del periódico al Sr. Bottesini que tuviera a bien tocar la gran fantasía de su composición sobre temas de La Sonámbula», y ese mismo día, en la columna correspondiente a los anuncios se publicó el programa completo de la función del domingo 4 en el Villanueva a beneficio del actor Argente, en la que se presentarían Claudina Fiorentini y don Juan Bottesini.

Este concierto se verificó como estaba anunciado, y según el localista, el público, numeroso como pocas veces en el Villanueva, premió con aplausos generales, frecuentes y entusiastas las actuaciones de la Fiorentini, quien «cantó con tanto gusto como gracia», y a Bottesini, quien tocó El Carnaval de Venecia.

El día 4 apareció el anuncio de la función del jueves 8 en el Liceo Artístico y Literario de la Habana, según el cual el concierto comenzaría con una Gran fantasía para dos pianos, sobre temas de la Norma, ejecutada por Desvernine y Aristi; a continuación, Belletti tocaría Souvenir de la Lucia de Lammermoor; Salvi se presentaría con Romanza de La Favorita; Bousquet, tocaría La Melancolía, y la primera parte terminaría con Rondó final de la María de Rohan, interpretada por la soprano Fiorentini.

La segunda parte comenzaría con la, Fantasía cerrito para contrabajo interpretada por Bottesini; seguida de Romanza de Elixir de Amor, interpretada por Salvi y luego el Gran dúo para clarinete y contrabajo por Belletti y Bottesini; Bousquet tocaría un sorprendente solo en el violín, y la velada terminaría con Mira la blanca luna, de Rossini, dúo nocturno sentimental que cantarían Fiorentini y Salvi.

El concierto se realizó, y según lo que anotó el localista en su crónica[26], no hubo cambios en el programa, por lo que se volvió a escuchar en La Habana la Fantasía cerrito, para contrabajo solo, y el Gran Dúo Concertante para clarinete en La, contrabajo y orquesta / piano.

En conclusión, durante esta última visita de Juan Bottesini a la Isla, las obras que de él se interpretaron fueron: un Himno dedicado a Su Majestad la Reina; se estrenó el dúo para clarinete y orquesta, que ya había tocado en México con el mismo Enrico Belletti, y se volvieron a interpretar las muy aplaudidas variaciones sobre temas de la Sonámbula y del Carnaval de Venecia y la Fantasía Cerrito, tres obras que hasta prueba en contrario tuvieron su estreno mundial en La Habana, en las fechas antes citadas. Santo Domingo, 10 dic. 2020. Editado para el blog El Tren de Yaguaramas 2da. Época el 17 de abril de 2021.

Para seguir leyendo:

-          (1 de 4) (Disponible el 17 abr. 2021) Arditi y Bottesini La Habana o La Fiesta de los Gitanos según el Diario de la Marina (1846-1851)

El entusiasmo juvenil de Bottesini y Arditi, y los designios de la providencia. Estreno de la ópera Ernani, de Verdi en La Habana por la compañía italiana de ópera del Gran Teatro de Tacón. Arditi violín y director de la compañía y Bottesini primer contrabajo al cémbalo. Estreno del Gran Dúo Concertante para contrabajo y violín. Arditi y Bottesini viajan por primera vez a Estados Unidos.

-          (2 de 4) (Disponible el 17 abr. 2021) Arditi y Bottesini La Habana o La Fiesta de los Gitanos según el Diario de la Marina (1846-1851)

La compañía de ópera italiana del Gran Teatro de Tacón regresa a La Habana y Arditi estrena Gulnara y Bottesini Colón en Cuba, pero antes se presentan, en el mismo escenario del Tacón, el violinista Ernesto Sivori y el pianista Henry Herz. El trío Arditi, Bottesini y Desvernine se presenta en los Estados Unidos.

-          (3 de 4) (Disponible el 18 jun. 2021) Arditi y Bottesini La Habana o La Fiesta de los Gitanos según el Diario de la Marina (1846-1851)

Los solos de Arditi en Los Lombardos llaman la atención del público y la prensa. Se estrena un Himno de Bottesini en el Tacón y se bailan las danzas de Arditi por toda la Habana. Bottesini viaja a Londres y desde allá le escribe una carta a su amigo Arditi.

Bibliografía:

Arditi, Luigi. 1896. My Reminiscenses. Edited and compiled whit introduction and notes by the Baroness von Zedlitz. Second Edition. London: Skeffington and Son.

Nelo Vetro, Gaspare. 1989. «Elenco delle composizioni e delle edizioni», en Giovanni Bottesini, Centro Studi e Ricerche dell`Universita degli Studi di Parma, 165-184

Publicaciones periódicas en bibliotecas digitales

Diario de la Marina. 1844-1961. [En línea] [Fecha de consulta 11 de jul.  de 2020] Disponible en:

https://www.dloc.com/UF00001565/06350/allvolumes?search=cuba


[1] 30 sep.

[2] 12 oct.

[3] 12 oct.

[4] 22 nov.

[5] 17 mar. 1850

[6] 19 mar.

[7] 23 mar.

[8] Coincidieron en La Habana los hermanos César (C) y Federico (F) Badiali

[9] 1 ene. 1851

[10] 18 feb.

[11] 22 feb.

[12] 21 mar.

[13] 27 mar.

[14] 3 abr.

[15] Ídem

[16] 9 abr.

[17] 1 ene. 1852

[18] DM, 12 nov. 1854

[19] 27 dic.

[20] Cf.: Elenco en DM, 12 nov. 1854

[21] Olavarría de, Enrique. 1895. Reseña histórica del teatro mexicano. 2ª e. México: La Europea. 147

[22] «Belletti también se asoció con Lind, tocando solos en sus conciertos en 1851 en Nueva York y otros lugares. Todavía actuaba en Nueva York en 1853, pero después se fue al sur a Charleston, Nueva Orleans y La Habana». The Clarinet. Vol. 43. Nº. 2, mar. 2016, p. 42.

[23] DM, 20 feb. 1855

[24] 22 feb.

[25] 24 feb.

[26] 10 mar.

domingo, 18 de abril de 2021

Arditi y Bottesini en La Habana o La Fiesta de los Gitanos según el Diario de la Marina (1846-1851) (3 de 4)

 En el bicentenario del natalicio de Giovanni Bottesini (1821-2021)

Los solos de Arditi en Los Lombardos llaman la atención del público y la prensa. Se estrena un Himno de Bottesini en el Tacón y se bailan las danzas de Arditi por toda la Habana. Bottesini viaja a Londres y desde allá le escribe una carta a su amigo Arditi que está en La Habana.

Temporada 1848-1849 de la compañía lírica del Teatro Tacón (18 oct. 1848 - 28 feb. 1849)

Gran Teatro de Tacón. F. Mialhe

El día 9, a bordo del vapor norteamericano Crescent City, habían llegado Arditi y Bottesini a La Habana procedentes de New York como parte de la compañía lírica[1], la que según noticias había salido de Londres el día 2 de agosto[2], pero estos dos artistas, según lo menciona Arditi en sus Memorias[3], habían permanecido en los Estados Unidos, donde se sumaron a la troupe que debió hacer escala en New York.

Después de un largo silencio, el 12 de octubre, el DM volvió a dedicarles un párrafo a los dos artistas:

A los Sres. Arditi y Bottesini, especialmente al último, damos la enhorabuena por su regreso a esta capital, donde tan bien se aprecia su mérito. Bottesini viene a ocupar el lugar que a su inteligencia corresponde: es maestro de la compañía.

La compañía debutó el 18 de octubre con la ópera Ernani, de Verdi[4], la que se repuso los días 19 y 20. De la segunda puesta en escena, el DM publicó una detallada crónica el día 21 de octubre, en la que, como sucedió en la temporada anterior, se le dedica un párrafo a Bottesini y Arditi:

La orquesta, conducida por el inteligente artista Sr. Arditi, y con el seguro timón del señor Bottesini, ha desempeñado perfectamente su parte, con afinación y unión y así mismo hemos advertido buena afinación en la banda militar, marchando ésta muy unida a la orquesta, cosa sumamente satisfactoria.

La próxima noticia que he podido encontrar apareció en la crónica publicada el 11 de noviembre en la que se vierten elogios para Arditi y sus originales solos en la ópera Los Lombardos:

La orquesta ha marchado generalmente muy bien, y cada día admiramos más a su director el Sr. Arditi, a quien varias veces hemos oído el gran solo de violín del acto tercero, y siempre entusiasma, por su gusto, su afinación, su agilidad y franqueza en el hacer, siendo lo más notable que, dejándose llevar de su alma artística, añade a lo escrito nuevos cantos, fermatas caprichosas y difíciles, y otros pasajes que lo hermosean, así el público, satisfecho, le colma de bravos y aplausos.

Parecería una competencia entre ambos músicos, pero nada de malo tendría eso; el caso es que, pocos días después de ser publicado el párrafo anterior, se dio a conocer la siguiente nota:

Otra composición de Bottesini[5]. Nos informan que este joven y aventajado profesor, que en el año pasado dio a conocer lo que vale como compositor, poniendo en música la opereta Colón en Cuba, ha compuesto un himno, que ensaya la compañía lírica para cantarlo el domingo (19 nov.) en obsequio del cumpleaños de S. M. […].

Y la octava función del segundo abono de la ópera italiana de Tacón fue, según se anunció, una «gran fiesta en celebridad de los días» de la reina doña Isabel II, y en esa función se estrenó un «Himno de gratitud y homenaje a tan excelsa reina, escrita la poesía por el señor Millán[6] y puesta en música por el señor Bottesini»[7].

Se bailan danzas de Arditi en los salones habaneros.

En esa esquina estuvo el café Escauriza en el s. XIX

El café de D. Andrés Escauriza, casi a las puertas de Tacón, recibió la sana influencia del público de la ópera y el drama que asistía al teatro, haciéndose por entonces muy populares los bailes que allí se ofrecían. En un anuncio publicado en el DM el 25 de noviembre se invitaba al público para que asistiera el día 26 al «tercer gran baile en los salones altos de este local», el que estaría «amenizado por una de las orquestas más acreditadas» de La Habana, la que tocaría «dos danzas nuevas, la una del señor Arditi, director de la orquesta del Gran Teatro titulada El sol de Colón, y otra El salón de Escauriza». Según la redacción no se entiende quien es el autor de «la otra» danza. 

La nota del día 6 de diciembre anuncia el comienzo de los beneficios de la compañía lírica, y tal como en las dos temporadas anteriores Bottesini y Arditi se dejaron escuchar entre los solistas, esta vez entre unos cantantes, con los que ellos se sintieron absolutamente bendecidos, y así lo dice Arditi:

Cuando miro hacia atrás a esos conjuntos, en los que estábamos orgullosos de incluir artistas de primera clase como Steffenone, Bosio, Salvi, Geremia, Bettini, Badiali y Marini, todos los cuales lograron éxitos completos y brillantes en Europa más tarde, no dudo en decir que nunca, por el momento y el lugar, habría sido posible obtener representaciones operísticas más admirables que las de esta compañía en particular[8]. (Arditi 1896, 9)

El día 9 se publicó el anuncio completo de la función extraordinaria en beneficio de Badiali, en el que se reiteraba que después de la puesta en escena de la ópera Norma, se presentarían Bottesini y Arditi «a ejecutar un dúo de contrabajo y violín, compuesto por los mismos». El concierto se verificó la noche del 11 y el DM publicó una extensa crónica en su edición del día 14, en la que, como casi siempre, hubo un párrafo para Arditi y Bottesini:

[…] No terminaremos este artículo sin dar el parabién a los profesores Arditi y Bottesini por el dúo concertante de violín y contrabajo con que amenizaron la función: lo desempeñaron con su acostumbrada maestría, con la que tanto hemos admirado y aplaudido. Gusto, expresión, dulzura y fuerza, exactitud y afinación, y la dificultad vencida, he aquí las dotes que adornan a estos profesores, que fueron como siempre muy aplaudidos.

El día 2 de enero de 1849, el DM publicó en una columna que tituló: Revista General, de espectáculos, Modas y Acontecimientos Notables en 1848, un extenso artículo en el que se menciona lo más relevante del año, y vuelve a aparecer un párrafo dedicado a Arditi y Bottesini:

[…] hemos tenido dos compañías de ópera. La primera, que se disolvió en marzo, y que era antigua conocida, se hizo memorable por haber cantado dos óperas nuevas compuestas aquí, una por Bottesini, otra por Arditi sobre los libretos castellanos Colón en Cuba, producción de D. Ramón de Palma, y Gulnara, obra de D. Rafael M. de Mendive. 

El 9 de enero de 1849, al final de la crónica que publicó el DM acerca de la puesta en escena de I Lombardi, dice: «Hásenos olvidado decir que el Sr. Arditi ejecutó perfectamente su solo de violín», y al día siguiente daba a conocer que próximamente se ejecutaría la función de beneficio de Arditi y Bottesini, en la que subiría a escena la ópera Elixir d’Amore. El día 16 aún no se conocían los detalles de la función extraordinaria, pero el DM publicó lo siguiente:

Deseos. Muchos filarmónicos concurrentes a Tacón nos han manifestado deseos de que en el próximo beneficio de los Sres. Arditi y Bottesini se toque el hermoso wals compuesto por estos distinguidos profesores, y que fue dedicado a Marini y tocado en la serenata que a este gran cantante se le dio la noche de Marino Faliero. Nosotros nos adherimos a esta manifestación y esperamos que los Sres. Arditi y Bottesini se mostrarán complacientes.   

El 23 de enero, mismo día de la función, salió publicado el programa con todos los detalles, incluido el deseado Vals, pero la función se suspendió y no se verificó hasta el día 29, y ya para entonces se publicó otro anuncio[9] en el que no se mencionaba el Vals. La crónica del espectáculo se publicó en la columna Noticias Locales el día 31, pero nada se dijo del Vals de Marini compuesto por Arditi y Bottesini, así que, lo más probable es que no lo tocaran; sin embargo, la nota de los Deseos sí nos permite conocer que la pieza había sido tocada en esa serenata a Marini en la función de su beneficio el día 13 de enero de 1849, y podemos conocer por el primer anuncio la descripción que de ella hacen los propios compositores cuando escriben que: «lo único particular que tiene esta pequeña composición, es el componerse de los principales motivos de todas las óperas en que ha trabajado este gran artista en esta capital». Con estos datos puedo afirmar que este Vals de Marini, es una de las obras compuestas y estrenadas en La Habana por Arditi y Bottesini en 1849, y que no aparece en el catálogo de ninguno de los dos compositores.

Pero hay otras menciones del Vals. Al final de la crónica publicada el día 2 de febrero bajo el título: Elixir de amor, ópera en dos actos, de Donizetti, el periodista escribe lo siguiente:

La orquesta ha cumplido muy bien su cometido en la ópera, y hemos oído con muchísimo gusto la magnífica obertura Guillermo Tell, de Rossini, ejecutada con todo el esmero y perfección de que tiene dadas pruebas la orquesta de la ópera, bajo la dirección del Sr. Arditi. […] Otro tanto debemos decir del lindo vals, que compusieron los Sres. Arditi y Bottesini para el día del beneficio de Marini, sobre motivos de ópera, del cual ya hablamos en aquella ocasión.

Arditi y Bottesini durante el verano de 1849

La temporada terminó el 28 de febrero de 1849, y, como lo hizo al final de las temporadas anteriores, el cronista publicó en el DM[10] un registro detallado con todo lo que había sucedido durante la temporada, y según este, Arditi y Bottesini tocaron un dúo de violín y contrabajo -del que no se anota el título-, en la función de beneficio del Sr. Badiali, la que se verificó el 11 de diciembre de 1848. Según este registro, los dos músicos no se presentaron como solistas ni siquiera en la función de su propio beneficio; sin embargo, ambos se habían ganado el favor de los habaneros y la prensa, un hecho que confirma la siguiente nota del 18 de marzo:

Los Sres. Arditi y Bottesini. Hay grandes probabilidades de que esos dos hábiles artistas se queden en la Habana para trabajar en las funciones líricas de la próxima temporada. Nos alegramos tanto más de esto cuanto que sus simpatías entre los dilettanti y el conocimiento que estos tienen de su mérito son desde luego antecedentes para cualquier compañía que se forme.

Bottesini a Londres, y las danzas de Arditi por toda La Habana

Bottesini viajó a Londres según la nota del DM publicada el día 17 de abril, en la que, citando a «un periódico francés de Nueva York del sábado 31 de marzo», el contrabajista había llegado a aquella ciudad procedente «de la capital de Cuba» en tránsito a Londres, y que durante su estadía daría un concierto. 

Arditi, además del prestigio ganado como director de la orquesta de Tacón, tuvo mucho éxito, sobre todo en ese verano, con sus danzas cubanas:

         CAFÉ ESCAURIZA[11]

Gran baile. Para el domingo 15 del corriente (abr. 1849) se prepara un magnífico baile en los salones altos de este local, […]. El baile dará principio a las 8 de la noche con la magnífica danza nueva del señor Arditi titulada La bruja y el brujo[12], con el acompañamiento de triángulo, que tanto agradó en el baile pasado. La acreditada orquesta de la Sociedad Filarmónica tocará otras danzas nuevas del señor Sierra, y el Avisador del Comercio[13] del señor Arditi. […]

Otra danza, La Angelita, se tocaría el domingo 23 en el mismo lugar y por la misma orquesta[14]. Y para corroborar el éxito de Arditi con sus danzas, se puede leer lo siguiente[15]:

El Sr. Arditi. Este joven artista, querido del público habanero, está componiendo dancitas a toda prisa y con éxito sumamente satisfactorio. Ténganlo presente los aficionados, así como sus lecciones de piano, violín y canto. El Sr. Arditi vive en la calle Águila núm. 181.

Una de las más populares danzas de Arditi fue la titulada El Incendio, la que se menciona en el siguiente anuncio:

CAFÉ ESCAURIZA[16]

La despedida… de esta semana. El domingo 13 del corriente (mayo) tendrá lugar un baile en los salones altos de este local, […]. La acreditada orquesta de la Sociedad Filarmónica tocará varias danzas nuevas, entre ellas una del señor Arditi, titulada El incendio[17], que da principio con una introducción de campana, corneta y pito, como anunciando fuego […], y enseguida entra la danza.

Y la siguiente nota documenta que el baile se verificó tal como había sido anunciado:

Escauriza[18]. Efectivamente anoche se tocó en este baile la danza del apreciable artista Sr. Arditi El Incendio, produciendo un efecto sorprendente. El mismo Arditi tocaba la campana y el pito de serenos, y nos han asegurado algunos concurrentes de inteligencia que, en medio del alboroto de pitos, cornetas, y campanas, y chispear del incendio, que estaba en su punto, se distinguía una cadencia armoniosa y animadora que tenía a toda la concurrencia bailando y quemándose. Estos bailes se están haciendo cada vez más atractivos por las novedades que ofrecen y la multitud de bonitas muchachas que los animan.

No solo en los salones de bailes se tocaron las danzas habaneras de Arditi, sino que también se escucharon en la escena del Gran Teatro de Tacón. En la crónica publicada el 19 de mayo, dedicada al concierto que la cantante Mme. Anna Bishop[19] presentó el día 17, se puede leer:

Por último, se tocó por la orquesta la imitativa danza del Sr. Arditi titulada El incendio, que se estrenó pocos días antes en el baile de Escauriza, y aquí como allí produjo grande efecto toda ella, principalmente su introducción, porque los pitos de los serenos, las cornetas de los bomberos, y las campanas, y el ruido, y los murmullos de las gentes estaban imitados cuanto era dable en tan corto período; y tanto gustó a la concurrencia, y tantos aplausos dieron a su autor, que agradecido este a tan señaladas muestras de contento la hizo repetir, en vez de la obertura anunciada, y obtuvo los mismos animados sufragios.

También en la crónica publicada el 22 de mayo, dedicada al concierto que presentó la misma cantante[20] el domingo 20, se menciona que se interpretaron dos danzas de Arditi, «una llamada Tancredi… con el tema del allegro, Di tanti palpiti, dedicada a la distinguida artista», y «El Incendio, que causó la misma bulla y el mismo entusiasmo que en el concierto anterior» y también hubo que repetirla.

Los días 27 y 28 habría bailes en el Escauriza, y tocaría la «acreditada orquesta Filarmónica […] todas las danzas nuevas que tanta aceptación» habían tenido; entre ellas, «El lunar de Pilarcito, Agua para el incendio, El Tancredi y El incendio, del señor Arditi, esta última, a petición de varios amigos» la dirigiría el propio autor[21].

Y como para no dejar nada que desear en cuanto a las danzas de Arditi, en una nota publicada el día 30 de mayo se puede leer lo siguiente:

Danzas de Arditi. Hemos recibido un ejemplar de cada una de las siguientes danzas: El incendio, La Angélica, La bruja y el brujo y Tancredi, compuestas por el Sr. Arditi y litografiadas con primor en la litografía del Comercio. Se venden en los almacenes de música de Edelmann, de Maristany y de Esperez. Estas danzas no pueden ser más lindas.

El día 3 de junio el pianista José Miró (1815-1878) se presentó en un gran concierto de despedida en el Tacón, y allí estuvo acompañándole Luigi Arditi, dirigiendo la orquesta y tocando el violín. La crónica del DM publicada el día 5 dice lo siguiente:

[…] No menos aplausos obtuvieron el gran dúo concertante para piano y violín, del célebre Beriot sobre motivos del Guillermo Tell, entre el mismo (José Miró) y el Sr. Arditi. Teníamos también grandes deseos de volver a oír al brillante y expresivo violinista, que tan bellos ratos nos ha proporcionado en las temporadas pasadas, y se nos han cumplido satisfactoriamente. La obra es del mejor gusto y la ejecución como debía esperarse acabada. Bravos estrepitosos resonaron por toda la sala, y no contento el público con esta demostración de entusiasmo, los llamó a la escena para volverlos a aplaudir con más fuerza.

[…] Por último, la orquesta, dirigida por el Sr. Arditi, cumplió fiel y exactamente con su cometido, quedando completamente satisfecha la concurrencia. […]

La danza El Incendio se tocó por todas partes durante aquel verano del 49, se bailó, escuchó y quedó impresa, sonó en salones, en el más imponente teatro de La Habana, y uno de los más renombrados de su época, y también en las retretas de la Alameda de Paula.

Alameda de Paula. F. Miahle 1839

Retretas[22]. La de anoche en Paula estuvo muy concurrida, tocando la música de artillería varias lindas piezas, entre otras la bullanguera danza El incendio.

En el Circo Habanero se presentaba entonces la compañía ecuestre del Sr. Escopeleti, en la que uno de los números, «Campanario de Toledo», consistía en colgar del cuerpo de una de las gimnastas «dos campanas de ocho a diez arrobas cada una[23]», y después de alzadas, se tocaba en ellas la introducción de la danza El Incendio, que interpretaba la banda militar que amenizaba el espectáculo. En este número, según el cronista, «la señora Escopeleti daba pruebas de tener una fuerza prodigiosa para su tamaño»[24].

Y para terminar con la popularidad de Arditi, no porque falten menciones en el DM sino porque me faltará espacio para lo que sigue, anotaré que en la inauguración del establecimiento La Dominica de Guanabacoa, «cuando el reloj apuntó las ocho, la señal que dio a conocer que las puertas del establecimiento se abrían al público, fue el clarín de la orquesta que preludiaba la introducción del Incendio, interpretada por la orquesta de Juan de Dios Alfonso (1825-1877)[25].

Una carta de Bottesini para Arditi

El 29 de junio de 1849, el DM insertó en sus páginas una carta de Bottesini para Arditi fechada en Londres el 26 de mayo, y que había publicado unos días antes el periódico el Avisador:

El día de ayer fue para mi uno de los más felices, pues obtuve un éxito extraordinario en El Carnaval de Venecia, que toqué en un magnífico concierto que dio madama Anderson, maestra de piano de la reina Victoria. Tomaron parte en esta soirée musical la Grissi, l`Angri, la Dorus, Gras, Mario, el violonchelista Piatti y el violinista Sainton; pero no puedo negarte, y lo digo sin vanidad, que mi buena estrella quiso que yo consiguiera la mayor ovación y los más lisonjeros aplausos.

El entusiasmo del público rayaba en frenesí. Todos los profesores de la orquesta, y su director, el maestro Costa, que me acompañaron, no cesaban de prodigarme las más halagüeñas demostraciones de aprobación con vivas y bravos. Seis veces me obligaron los concurrentes a presentarme después del Carnaval a ser de nuevo el objeto de las palmadas.

El maestro Costa me ha prometido que me haría tocar ante la Reina, si logro esta gracia queda asegurada para siempre mi suerte (entiendo que esto no sucederá sino dentro de dos años, después de haber terminado el nuevo contrato celebrado con Badiali para el teatro de la Habana). Mientras llega el tiempo de volver a abrazarte, y siguiendo los consejos del maestro Costa, que me profesa una amistad que mucho me honra, pues sabes que es un artista de sobresaliente mérito, me dedico a ir a tocar a las casas dei signori, que pagan muy bien a los concertistas.

He tenido la fortuna de que el día siguiente del concierto en Covent Garden me solicitasen en todas partes, y te aseguro que no es mal negocio, pues por un solo se pagan 5 £, equivalentes a 25$. Cediendo yo a las instancias de varias personas he subido el precio, y me abonan 10, 15 y hasta 20 por cada pieza que toco.

En suma, me va muy bien en Londres, y te aseguro que a no haber firmado la escritura de buena gana me quedaría aquí, pues gozo de buena salud, y tanto en el teatro como en muchas casas me ofrecen ventajosísimas proposiciones. Mañana estoy comprometido a tocar un solo en un concierto que da Julien, y en el que toman parte 300 instrumentistas de orquesta, dos bandas militares, 150 coristas y 15 concertistas. Me dan 20 libras. Non e male.

Para seguir leyendo:

-          (1 de 4) (Disponible el 17 abr. 2021) Arditi y Bottesini en La Habana o La Fiesta de los Gitanos según el Diario de la Marina (1846-1851)

El entusiasmo juvenil de Bottesini y Arditi, y los designios de la providencia. Estreno de la ópera Ernani, de Verdi en La Habana por la compañía italiana de ópera del Gran Teatro de Tacón. Arditi violín y director de la compañía y Bottesini primer contrabajo al cémbalo. Estreno del Gran Dúo Concertante para contrabajo y violín. Arditi y Bottesini viajan por primera vez a Estados Unidos.

-          (2 de 4) (Disponible el 17 abr. 2021) Arditi y Bottesini en La Habana o La Fiesta de los Gitanos según el Diario de la Marina (1846-1851)

La compañía de ópera italiana del Gran Teatro de Tacón regresa a La Habana y Arditi estrena Gulnara y Bottesini Colón en Cuba, pero antes se presentan, en el mismo escenario del Tacón, el violinista Ernesto Sivori y el pianista Henry Herz. El trío Arditi, Bottesini y Desvernine se presenta en los Estados Unidos.

-         (4 de 4) (Disponible el 19 abr. 2021) Arditi y Bottesini en La Habana o La Fiesta de los Gitanos según el Diario de la Marina (1846-1851)

Bottesini vuelve a La Habana listado como Maestro director y compositor y Arditi como director de orquesta. Arditi compone más danzas cubanas e introduce los tambores cubanos. Vuelven a los Estados Unidos y regresan a La Habana para hacer la quinta y última temporada. Arditi y Bottesini en Cienfuegos y Trinidad. La commedia è finita... ma chissà. Bottesini torna di nuovo.

Bibliografía:

Arditi, Luigi. 1896. My Reminiscenses. Edited and compiled whit introduction and notes by the Baroness von Zedlitz. Second Edition. London: Skeffington and Son.

Nelo Vetro, Gaspare. 1989. «Elenco delle composizioni e delle edizioni», en Giovanni Bottesini, Centro Studi e Ricerche dell`Universita degli Studi di Parma, 165-184

Publicaciones periódicas en bibliotecas digitales

Diario de la Marina. 1844-1961. [En línea] [Fecha de consulta 11 de jul.  de 2020] Disponible en:

https://www.dloc.com/UF00001565/06350/allvolumes?search=cuba


[1] 10 oct.

[2] 1 oct.

[3] «Contrario a mis expectativas, no regresé a Europa en los próximos diez años después de mi primera visita a Cuba». (Arditi 1896, 9)

[4] 18. oct.

[5] 16 nov.

[6] Se refiere al escritor habanero José Agustín Millán (1810-1863)

[7] 19 nov.

[8] Este y todos los textos originales en inglés e italiano los traduje con Google y los edité de acuerdo con mi interpretación.

[9] 28 ene. 1849

[10] 4 mar.

[11] 14 abr.

[12] (Cat. A) No reg.

[13] (Cat. A) Reg. L`Avvisador

[15] 20 abr.

[16] 12 may.

[17] (Cat. A) Reg. L`Incendio.

[18] 15 may.

[19] 17 may.

[20] 20 may.

[21] 27 may.

[22] 12 jun.

[23] 21 jun.

[24] 23 jun.

[25] 27 jun.

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