lunes, 19 de abril de 2021

Arditi y Bottesini en La Habana o La Fiesta de los Gitanos según el Diario de la Marina (1846-1851) (4 de 4)

En el bicentenario del natalicio de Giovanni Bottesini (1821-2021)

Bottesini vuelve a La Habana listado en el elenco como Maestro director y compositor y Arditi como director de orquesta. Arditi compone más danzas cubanas e introduce los tambores cubanos. Vuelven a los Estados Unidos y regresan a La Habana para hacer la quinta y última temporada. Arditi y Bottesini en Cienfuegos y Trinidad. La commedia è finita... ma chissà. Bottesini torna di nuovo.


Temporada 1849-1850 de la compañía lírica del Teatro Tacón (10 oct. 1849 - 17 mar. 1850)


Dibujo de Samuel Hazard

El elenco de la compañía italiana fue publicado el 16 de septiembre, y en él aparecieron listados Bottesini como Maestro director y compositor, y Arditi como director de orquesta. Bottesini llegó a La Habana procedente de Southampton en el vapor Teviot el 29 de septiembre de 1849 junto a los demás integrantes de la compañía contratada en Europa, pero no pudieron bajar al puerto hasta el día 1 debido a restricciones sanitarias[1].

Durante esta temporada, que comenzó el 10 de octubre[2], he podido encontrar solo dos menciones de Arditi en el DM. En una, se da la noticia de que el miércoles 10 de octubre, en el intermedio de Lucia de Lammermoor, Arditi hizo tocar su danza La llegada de Bottesini[3]; y en otra, se dice que en la gran fiesta que el Capitán general dio en la «casa de Gobierno para celebrar los días de S. M», la noche del 19 de noviembre,

[…] cuando la orquesta compuesta de cincuenta profesores dirigidos por Arditi, […] dejaba escapar sus torrentes de armonía, corría la juventud de ambos sexos a la sala principal y ya se deslizaban al compás de la danza o del rigodón sobre la alfombra de grana, ya volaba arrebatada entre los laberintos del wals y de la polka. […]

Magnífica orquesta acreedora de alabanzas por la unión, el aplomo con que tocó bellas y escogidas piezas que agradaron universalmente, entre ellas dos lindísimas danzas de un joven compositor perteneciente a nuestra alta aristocracia[4].

La compañía italiana del Tacón se va al Norte en el verano de 1850

El 17 de marzo[5] terminó la temporada, y la troupe salió el 22 para Charleston[6] en el vapor Isabel[7]. Las próximas noticias llegaron en tres cartas remitidas al DM y publicadas los días 7 de abril, 10 de mayo y 22 de junio, pero ninguna con noticias de Arditi y Bottesini.

Temporada 1850-1851 de la compañía lírica del Teatro Tacón (10 oct. 1850-16 mar. 1851)

Dibujo de Samuel Hazard

Según el anuncio publicado el 28 de septiembre de 1850 en el DM, figuraban como parte del elenco el Sr. Juan Bottesini, maestro de música y primer contrabajo, y el Sr. Luis Arditi, maestro de coros y director de orquesta. Se hacía saber además que la compañía llegaría el 4 de octubre, todo lo cual quedó verificado en el Parte Mercantil que se publicó el día 5, en el que se confirma que, procedente de Charleston, Savannah y Cayo Hueso habían llegado al puerto de La Habana, a bordo del vapor Isabel, 145 pasajeros, «entre ellos la compañía de ópera italiana». 

El 9 de octubre de 1850 apareció el anuncio de la primera función de la temporada 50-51 y como parte del elenco aparecen:

Maestro de la compañía, Sr. Bottesini.

Director de la orquesta. Sr. Arditi.

Director de escena. Sr. Badiali (F)[8]

El cronista, salvo algunas menciones a la orquesta, nada vuelve a comentarnos de Arditi y Bottesini durante el año 1850, y así lo confirma en la Crónica Local[9]. Año 1850, donde no se nombran ni de pasada. Pero ambos tuvieron su función de beneficio en la segunda parte de la temporada y así lo describió el cronista[10]:

         El sábado anterior (15 feb.) […], el beneficiado (Bottesini) tocó en su instrumento unas variaciones sobre el Carnaval de Venecia, de Paganini. Esta función se repitió el domingo como función de abono. […].

El mismo número recuerda que el Beneficio del distinguido artista-profesor señor Arditi sería el jueves 20, y en la crónica nos enteramos de sucesos muy peculiares en la escena habanera[11]:

[…] Los profesores Arditi y Bottesini ejecutaron su introducción y variaciones sobre el Carnaval de Venecia con la maestría y gusto que les son peculiares, […].

[…], y queriendo el beneficiado dar muestra de sus buenos deseos por complacer a tan benigno público no solo tuvo la buena ocurrencia de repetir su antigua danza El incendio, cuya introducción imitativa agradó tanto, sino que compuso para esta noche un gran wals sobre motivos de la ópera favorita del público Ernani, que gustó bastante, y otra danza titulada Los Tambores, porque en efecto estaba acompañada por veinte de estos instrumentos de ruido. […]. 

Lo que se componía entonces en La Habana y se estrenaba con el éxito de estas danzas, se imprimía y vendía inmediatamente como lo documenta la siguiente nota:

Los tambores[12]. Fue el título de la danza que acaba de dar a luz el Sr. Arditi. Dicha danza ha sido tocada ya en algunos lugares públicos y por su originalidad ha llamado la atención general, gustando mucho. Véndese en el almacén de música de Edelmann y en la litografía del Comercio.

Arditi y Bottesini durante el verano de 1851

La última función fue el 16 de marzo y quedó disuelta la compañía, así que unos días después encontramos a los dos músicos en Cienfuegos rumbo a Trinidad:

         CORREO DE LA ISLA[13]

         Cienfuegos. Leemos en la Hoja Económica del domingo 23:

El viernes último ha entrado en este puerto en el vapor Isabel, con dirección a Trinidad y Cuba (Santiago de), multitud de pasajeros, distinguiéndose entre ellos […] la señora Bosio y los señores Bottesini y Arditi. Con tal motivo […] se improvisó una función dramática por los señores Robreño, […]. Después de concluida […], porción de personas se dirigieron a bordo del vapor […] y tuvimos el grandísimo gusto de oír cantar una magnifica aria de Roberto el Diablo […] por la señora Bosio, acompañándola al piano el señor Bottesini. Celebramos sobremanera la complacencia de la señora Bosio, como también la de los señores Bottesini y Arditi, los cuales ejecutaron a cuatro manos la soberbia abertura de Guillermo Tell en el piano.

En la misma columna se menciona el correo llegado de Trinidad en el que se confirma que: «Estaban ya en esa ciudad (con gran contento de sus dilettanti) la señora Bosio y los señores Bottesini y Arditi».

Días después se supo que «solo dieron dos conciertos con poco favorables resultados en cuanto a producto monetario», y que se habían retirado de Trinidad porque al parecer «los precios fijados […] se consideraron muy subidos»[14]. En otra columna se confirma que los artistas habían regresado a La Habana[15] y que el día 8 habían partido para Charleston en el vapor Isabel[16].

Y eso iba a ser todo para Arditi y Bottesini en Cuba y en las páginas del DM. No hubo temporada lírica y así lo lamentaba el cronista en su reseña de los acontecimientos más relevantes del año 1851: «Lejos estábamos de pensar que al hacer esta reseña nuestra pluma dejase de consignar los triunfos de los artistas que debieron componer la compañía del 51 al 52»[17].  Por su parte, Arditi recuerda que, en 1851, junto a Angiolina Bosio y Bottesini, visitó Trinidad, Matanzas y Cienfuegos y después regresó a Nueva York, donde fue contratado por Maretzek como director de la Academia de Música, y en 1852 firmó un contrato para acompañar a Alboni en una gira de ocho meses. (Arditi 1896, 16, 18)

La commedia è finita... ma chissà

Entre los días 3 de noviembre de 1846 y 8 de abril de 1851, Arditi y Bottesini pasaron largas temporadas en La Habana y algunas ciudades de los Estados Unidos, y como he podido demostrar en este artículo, las páginas del DM documentaron buena parte de sus presentaciones en público y del repertorio interpretado, convirtiéndose esta publicación periódica en una fuente documental invaluable para las investigaciones que tienen como objeto de estudio la vida y obra de estos dos músicos. Sin embargo, esta fuente primaria ha sido muy poco frecuentada por los investigadores a través del tiempo.

Quizás, a partir de la información que he vertido en este artículo, se puedan encaminar trabajos que concluyan con el descubrimiento de algunas de las obras de estos autores que fueron anunciadas, tocadas e impresas en La Habana, pero que no aparecen registradas en sus catálogos definitivos, así mismo pudiera determinarse si estas no registradas fueron usadas para integrar otras, les fueron cambiados sus títulos, o finalmente desaparecieron. Es mi intensión que la Fiesta Gitana que comenzó en el Gran Teatro de Tacón hace casi dos siglos, siga dando de qué hablar.

TORNA DI NUOVO (1854-1855)

El DM del 9 de noviembre de 1854, anotó en su columna de entradas de travesía que el día anterior había llegado al puerto de La Habana el «vapor inglés Teviot, capitán Sawyer», procedente «de Tampico y Veracruz, en una travesía de seis días», y en la columna de pasajeros llegados hizo saber que en el Teviot llegó «D. Amilcare Roncari con veinte y seis individuos de la compañía de ópera italiana». El mismo periódico dio a conocer la noticia del regreso a La Habana de la compañía de Ópera Italiana que a principios de ese año se había presentado en el Gran Teatro de Tacón con una temporada que duró del 9 de febrero al 25 de marzo de 1854.

El día 12 de noviembre el periódico publicó el elenco completo de la compañía, en el que figuraba como «director de orquesta y concertista» el celebrado Juan Bottesini. La temporada se inauguró la noche del 16 de noviembre en el Gran Teatro de Tacón con la reposición de la ópera Atila, de Verdi -la que el público habanero aplaudió de nuevo con entusiasmo-, teniendo a la Steffenone en el papel de Odabella y al señor Salvi en el de Foresto, quienes, a juicio del localista, permitieron que las piezas que ellos cantaron «se oyeran con su verdadero colorido, especialmente en el bello dúo de tiple y tenor del segundo acto en el que fueron muy aplaudidos». Y «por lo que hace a la orquesta dirigida por el señor Bottesini, nada dejó que desear»[18].

La función del día 19, en la que se presentó la ópera Atila por segunda vez, estuvo «precedida de un Himno, que compuso el señor Bottesini, y que en celebridad de los días de S. M. la Reina se cantó por toda la compañía», y según el anuncio del 24 de diciembre de 1854 el programa del día de navidad sería el siguiente:

Octava función del segundo abono para el lunes 25

La empresa ha dispuesto para ese día una brillante función en la que a petición de los concurrentes se presentará por primera vez en esta temporada el gran concertista del contrabajo, el gran Bottesini, y ejecutará una pieza de su composición.

El concierto se verificó y esto fue lo que recogió en su crónica el localista[19]:

[…] el Sr. Bottesini entusiasmó a la concurrencia ejecutando en su dificilísimo instrumento, el contrabajo, una gran fantasía de su composición sobre «El Carnaval de Venecia». La suavidad, la dulzura de los sonidos que el Sr. Bottesini arranca a uno de los más ingratos instrumentos y la limpieza, la rapidez y la seguridad con que ejecuta, particularmente en los armónicos, son cosas cuyo mérito no podrán menos de conocer hasta los que no están iniciados en las dificultades de este instrumento, y que a los que lo están dejan convencidos de que el Sr. Bottesini es una verdadera notabilidad en el contrabajo, acaso una notabilidad sin rival. El público entero lo aplaudió con calor, lo llamó a la escena y volvió a aplaudir a su paso por el patio para ir a ocupar su puesto a la cabeza de la orquesta.

El domingo 18 de febrero de 1855 se verificó la función de beneficio de Bottesini y el programa estuvo compuesto por los dos primeros actos de la ópera Don Juan, de Mozart -que recién el día 11 se había estrenado en Cuba por esa compañía-; el Gran dúo para clarinete, contrabajo y orquesta de Bottesini, que el autor interpretó junto al clarinetista de la orquesta, el maestro Enrique Belletti, primer clarinete de Su Majestad Británica[20], [21], [22]; y la gran fantasía sobre temas de La Sonámbula, y esto fue lo que escribió el localista:

Gran Teatro. […] Por lo que hace al Sr. Bottesini, que tocó en el contrabajo una pieza de su composición arreglada para ese instrumento y para el clarinete con acompañamiento de orquesta, y una gran fantasía para el primero también de su composición sobre temas de «La Sonámbula», todo lo que pudiéramos decir no daría una idea de la perfección a que ha llegado en el manejo de ese instrumento, uno de los más ingratos, y que parece encerrar en su mismo nombre la idea de la inaudita constancia y de la disposición natural que se necesita para brillar en él como brilla el Sr. Bottesini, para arrancar como este arranca de sus toscas cuerdas esos sonidos delicados, sonoros, que halagan el oído y penetran hasta el alma, y para ejecutar con la rapidez y limpieza con que toca el mencionado artista. El contrabajo en manos del Sr. Bottesini puede decirse que se transforma en un violín. El público, entusiasmado, colmó de aplausos al gran contrabajista, a cuya demostración se hizo igualmente acreedor el Sr. Belleti en el perfecto desempeño de la parte de clarinete, y ambos fueron llamados a la escena[23].

Aquella compañía de ópera italiana alternó en el Tacón con otra de zarzuelas, y ambas se despidieron del público habanero con una función el día 22 de febrero, en la que volvieron a presentarse Bottesini y Belletti, y aunque ni en el anuncio[24], ni en la crónica[25] del localista se menciona la obra que tocaron, es de suponer que haya sido el dúo para clarinete y contrabajo. 

Pero no porque se disolviera la compañía que trajo a La Habana el empresario Roncari el público habanero estuvo dispuesto a dejar partir a todos sus integrantes. Desde el 28 comenzaron a publicarse noticias acerca de un «notable concierto» que se preparaba en el Liceo, en el que participarían la señora Fiorentini y los señores Bottesini y Belletti, quienes serían secundados además por los artistas habaneros Aristi, Desvernine y Bousquet; la noticia del día 2 de marzo agregaba en el programa al tenor Salvi y se anunciaba que en el Villanueva, en el beneficio del actor Argente, también se presentarían la señora Fiorentini, quien cantaría en carácter la canción andaluza La Calesera, y el señor Bottesini que tocaría el tan celebrado Carnaval de Venecia. El día 3 «varios filarmónicos suplicaron por conducto del periódico al Sr. Bottesini que tuviera a bien tocar la gran fantasía de su composición sobre temas de La Sonámbula», y ese mismo día, en la columna correspondiente a los anuncios se publicó el programa completo de la función del domingo 4 en el Villanueva a beneficio del actor Argente, en la que se presentarían Claudina Fiorentini y don Juan Bottesini.

Este concierto se verificó como estaba anunciado, y según el localista, el público, numeroso como pocas veces en el Villanueva, premió con aplausos generales, frecuentes y entusiastas las actuaciones de la Fiorentini, quien «cantó con tanto gusto como gracia», y a Bottesini, quien tocó El Carnaval de Venecia.

El día 4 apareció el anuncio de la función del jueves 8 en el Liceo Artístico y Literario de la Habana, según el cual el concierto comenzaría con una Gran fantasía para dos pianos, sobre temas de la Norma, ejecutada por Desvernine y Aristi; a continuación, Belletti tocaría Souvenir de la Lucia de Lammermoor; Salvi se presentaría con Romanza de La Favorita; Bousquet, tocaría La Melancolía, y la primera parte terminaría con Rondó final de la María de Rohan, interpretada por la soprano Fiorentini.

La segunda parte comenzaría con la, Fantasía cerrito para contrabajo interpretada por Bottesini; seguida de Romanza de Elixir de Amor, interpretada por Salvi y luego el Gran dúo para clarinete y contrabajo por Belletti y Bottesini; Bousquet tocaría un sorprendente solo en el violín, y la velada terminaría con Mira la blanca luna, de Rossini, dúo nocturno sentimental que cantarían Fiorentini y Salvi.

El concierto se realizó, y según lo que anotó el localista en su crónica[26], no hubo cambios en el programa, por lo que se volvió a escuchar en La Habana la Fantasía cerrito, para contrabajo solo, y el Gran Dúo Concertante para clarinete en La, contrabajo y orquesta / piano.

En conclusión, durante esta última visita de Juan Bottesini a la Isla, las obras que de él se interpretaron fueron: un Himno dedicado a Su Majestad la Reina; se estrenó el dúo para clarinete y orquesta, que ya había tocado en México con el mismo Enrico Belletti, y se volvieron a interpretar las muy aplaudidas variaciones sobre temas de la Sonámbula y del Carnaval de Venecia y la Fantasía Cerrito, tres obras que hasta prueba en contrario tuvieron su estreno mundial en La Habana, en las fechas antes citadas. Santo Domingo, 10 dic. 2020. Editado para el blog El Tren de Yaguaramas 2da. Época el 17 de abril de 2021.

Para seguir leyendo:

-          (1 de 4) (Disponible el 17 abr. 2021) Arditi y Bottesini La Habana o La Fiesta de los Gitanos según el Diario de la Marina (1846-1851)

El entusiasmo juvenil de Bottesini y Arditi, y los designios de la providencia. Estreno de la ópera Ernani, de Verdi en La Habana por la compañía italiana de ópera del Gran Teatro de Tacón. Arditi violín y director de la compañía y Bottesini primer contrabajo al cémbalo. Estreno del Gran Dúo Concertante para contrabajo y violín. Arditi y Bottesini viajan por primera vez a Estados Unidos.

-          (2 de 4) (Disponible el 17 abr. 2021) Arditi y Bottesini La Habana o La Fiesta de los Gitanos según el Diario de la Marina (1846-1851)

La compañía de ópera italiana del Gran Teatro de Tacón regresa a La Habana y Arditi estrena Gulnara y Bottesini Colón en Cuba, pero antes se presentan, en el mismo escenario del Tacón, el violinista Ernesto Sivori y el pianista Henry Herz. El trío Arditi, Bottesini y Desvernine se presenta en los Estados Unidos.

-          (3 de 4) (Disponible el 18 jun. 2021) Arditi y Bottesini La Habana o La Fiesta de los Gitanos según el Diario de la Marina (1846-1851)

Los solos de Arditi en Los Lombardos llaman la atención del público y la prensa. Se estrena un Himno de Bottesini en el Tacón y se bailan las danzas de Arditi por toda la Habana. Bottesini viaja a Londres y desde allá le escribe una carta a su amigo Arditi.

Bibliografía:

Arditi, Luigi. 1896. My Reminiscenses. Edited and compiled whit introduction and notes by the Baroness von Zedlitz. Second Edition. London: Skeffington and Son.

Nelo Vetro, Gaspare. 1989. «Elenco delle composizioni e delle edizioni», en Giovanni Bottesini, Centro Studi e Ricerche dell`Universita degli Studi di Parma, 165-184

Publicaciones periódicas en bibliotecas digitales

Diario de la Marina. 1844-1961. [En línea] [Fecha de consulta 11 de jul.  de 2020] Disponible en:

https://www.dloc.com/UF00001565/06350/allvolumes?search=cuba


[1] 30 sep.

[2] 12 oct.

[3] 12 oct.

[4] 22 nov.

[5] 17 mar. 1850

[6] 19 mar.

[7] 23 mar.

[8] Coincidieron en La Habana los hermanos César (C) y Federico (F) Badiali

[9] 1 ene. 1851

[10] 18 feb.

[11] 22 feb.

[12] 21 mar.

[13] 27 mar.

[14] 3 abr.

[15] Ídem

[16] 9 abr.

[17] 1 ene. 1852

[18] DM, 12 nov. 1854

[19] 27 dic.

[20] Cf.: Elenco en DM, 12 nov. 1854

[21] Olavarría de, Enrique. 1895. Reseña histórica del teatro mexicano. 2ª e. México: La Europea. 147

[22] «Belletti también se asoció con Lind, tocando solos en sus conciertos en 1851 en Nueva York y otros lugares. Todavía actuaba en Nueva York en 1853, pero después se fue al sur a Charleston, Nueva Orleans y La Habana». The Clarinet. Vol. 43. Nº. 2, mar. 2016, p. 42.

[23] DM, 20 feb. 1855

[24] 22 feb.

[25] 24 feb.

[26] 10 mar.

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