martes, 29 de noviembre de 2011

EN EL CUMPLEAÑOS DE SILVIO RODRÍGUEZ


“Desde luego, él cantaba con todos; era imposible hacer otra cosa”. G. O. 1984

El calendario trae cosas inimaginables, las casualidades son muchas y a veces abrumadoras, tanto que un 29 de noviembre murió Ernesto Lecuona en Tenerife, escapando de lo que se veía venir en Cuba, y ese mismo día, pero del año 46, en un pueblito cerca de La Habana, nació Silvio Rodríguez Domínguez, otro hacedor de canciones quien, por no escapar de lo que vino después, quedó unido a Lecuona más allá de las nimiedades del calendario: Silvio hizo las canciones que Lecuona no quiso.

Dicho así pudiera parecer una herejía, y quizás lo sea, pero si Lecuona hizo cantar al mundo con acentos cubanos durante la primera mitad del siglo XX, Silvio Rodríguez lo hizo, de manera insólita, durante el resto de la centuria. Y ahora, cuando el siglo XXI nos decepciona por su insuficiente concordancia con las predicciones en las que creímos por haberlas leído en tantos relatos de ciencia-ficción, se nos aparece el «El elegido», con una nominación al Grammy Latino.  

Sospecho que eran otras las lecturas que debimos dar por posibles, debimos creer más en George Orwell que en Julio Verne, debimos creer en el Big Brother que nos acecha, debimos entender que Él, El Big, es metáfora y no ciencia-ficción porque Él, ora hace reflexiones en su tabloide, ora habla desde el más allá a través de una Médium, se revela entre el humo del tabaco dentro de los calderos y no nos quita el ojo de encima, sus oídos no se apartan de nuestras palabras, tiene el control de nuestro libre albedrío y alguien le canta al más allá en el que se encuentra cual si no pasara nada. 

Bendito Orwell que estás en 1984, porque a partir de este noviembre de 2007, me iré despidiendo de todo credo pasado, presente y futuro, me entregaré a tus predicciones-metafóricas, y en un esfuerzo supremo le cantaré al Big Brother con los acentos cubanos de Silvio Rodríguez Domínguez:


Ojalá pase algo que te borre de pronto
una luz cegadora
un disparo de nieve
ojalá por lo menos
que te lleve la muerte
para no verte tanto
para no verte siempre
en todos los segundos
en todas las visiones.


Tomado de Al son son y al vino vino. Lulu 2011

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