Declaraciones de Abel Prieto reproducidas por el órgano oficial del PCC
No
es verdad que Abel Prieto hace el ridículo por ignorante o ingenuo, no hay
casualidad en actos como este.
Decir
una mentira de ese tamaño es tan evidente que ni a Pinocho se le hubiera ocurrido.
El Granma acaba
de publicar una crónica en la que se describe la participación del ex ministro
de Cultura, Abel
Prieto, en la tertulia “Miércoles de Sonrisas” que se realiza
periódicamente en La Habana, y sus declaraciones han levantado una gran
humareda y una gran humorada, fíjense si no: Según Abel, "En los cubanos no hay un solo chiste
que aluda a la Revolución, ni a delaciones ni a presos de conciencia, ni a
personajes escindidos, más bien apuntan a las carencias o a la emigración de
forma benevolente, perdonadora, sin rencor ni hiel".
Según
se describe en Diario
de Cuba, y a juzgar por los comentarios de los lectores, la
noticia se ha regado como incendio de pólvora y ha concitado las más
variopintas opiniones, incluso se han recordado algunos de los cuentos
populares que contradicen al ex ministro.
Pero todo eso está un poco
raro, porque una pieza como él, que mienta de manera tan evidente, y que el
órgano oficial del PCC lo haga público, concita mucho más a la suspicacia que a
la risa ingenua, irresponsable y displicente.
Abel Prieto ha transitado un
larguísimo terreno, minado centímetro a centímetro y a su alrededor se han
visto caer viejos robles y jóvenes promesas. A ratos, se han rumorado achaques
de “salud” augurándole tiempos tempestuosos; a ratos, también se le ha colocado
al centro del conflicto cubano como la posible pieza para equilibrar el
tablero.
En el imaginario colectivo,
aparece con destellos aquel supuesto o real altercado público que tuvo con el
Comandante, si mal no recuerdo en un Congreso de la UNEAC, donde ya lucía su
pelo largo, tan fuera de moda que desentonaba. Pero su aureola no se opacó por
haberle “torcido el brazo” al Comandante, sino que siguió creciendo, y desde su
“trinchera”, como Presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC)
constituyó un gran pilar en el equilibrio social de la isla durante las últimas
décadas.
A través de él, se hizo realidad, en el
momento preciso, la apertura de una válvula de escape, por la que salió luna
buena parte de la enorme presión que se había acumulado en la intelligentzia cubana, producto de los
muchos años de dictadura, miserias económicas y que para muchos tuvo en el
fusilamiento de Arnaldo Ochoa y tres de sus colaboradores más cercanos, la gota
que colmó el vaso.
La década de los 90´s se
inauguró con una gran resaca que necesitaba alguna medicina, había que
contrarrestar la amenaza real que representaban las ideas de cientos de intelectuales
y artistas desempleados, y aturdidos por las necesidades inauditas que provocó
la crisis total, en el mal llamado “período especial”; ideas, que amenazaban con
establecer una gran oposición al estatu
quo y servir de asidero ideológico a una explosión social, o al menos a un
movimiento telúrico que sacara del poder a la clase dominante.
Pero justamente en ese
momento y gracias al incondicional apoyo de Abel Prieto, se produjo el más
numeroso éxodo de artistas e intelectuales de la Historia de Cuba. Cientos fueron
a parar a los cuatro puntos cardinales, y la gran mayoría; hoy, permanecen en
un exilio multicolor; hoy, cuando no han encontrado solución los conflictos
políticos, sociales y económicos que nacieron en los 60´s y se magnificaron en
los 90´s, hay cientos de intelectuales y artistas cubanos que permanecen en la
emigración, algunos de ellos apoyan desde lejos al régimen, otros no dicen nada
y remesan por obligaciones contractuales con el Ministerio de Cultura, y otros,
se manifiestan abiertamente a favor de las libertades ciudadanas y por un
cambio radical en el sistema socio-político-económico en Cuba, pero todos están
fuera de la isla, todos están fuera del tablero… y casi todos remesan. Esta es
la obra del ex ministro de Cultura.
No es verdad que Abel
Prieto hace el ridículo por ignorante o ingenuo, no hay casualidad en actos
como este. Todos los cubanos, de todas las generaciones conocen cientos de
cuentos que demuestran la falsedad de estas declaraciones, cientos de historias
que utilizando el humor van directamente contra eso que él llama “revolución”.
Decir una mentira de ese tamaño es tan evidente que ni a Pinocho se le hubiera
ocurrido.
Al parecer la respuesta hay
que encontrarla en la Historia, quizás por eso inmediatamente después de leer
la crónica de Granma me vinieron a la mente dos apellidos: Fouché y Jrushchov. El primero supo transitar
por todas las marañas de la Revolución Francesa, hacerse invisible, ridículo,
ignorante e inofensivo para después, cuando le tocó su turno, usar el poder. El
segundo, regordete, campesino, rústico, insignificante, capaz de bailar polkas
con aquel cuerpo torpe y propicio para hacer reír consiguió que la mirada de
Stalin se posara sobre él y que sus amigos y enemigos lo subestimaran lo
suficiente como para que ninguno se le presentara como obstáculo en su camino
al mando.
Este aparente ridículo que
acaba de hacer el ex ministro no debe ser tomado tan a la ligera, un hombre
como él no es poca cosa, sobre todo ahora que el
hermano menor le pone a menudo la mano sobre el hombro y le escucha,
quizás esta sea la polka que Prieto tiene que bailar para que sus amigos y
enemigos lo subestimen y le permitan sortear todas las minas que le separan del
poder.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Nota: A propósito de los
cuentos que según Abel no existen en Cuba, voy a hilar uno de ellos:
Una noche de diciembre, Pepito
iba de La Habana a Nueva Paz, y unos pocos kilómetros antes de llegar al pueblo
se encontró conque la autopista estaba cerrada y nadie le quería decir lo que estaba
sucediendo. Pero Pepito es mucho Pepito y se fue escurriendo hasta que se enteró de
que el Comandante acababa de sufrir un aparatoso accidente, y que después de
dar muchas vueltas el vehículo en el que iba, cuando la escolta que le
seguía en otros vehículos fue a socorrerle, el hombre no estaba. De tal modo que Pepito comenzó
una ardua búsqueda. Pero como son las cosas, en la oscuridad de la noche, era
casi imposible ver mucho, a pesar de los reflectores de los autos que apuntaban
hacia el monte en el que se suponía estaba perdido el Comandante, era muy poco
lo que se podía ver entre las malezas.
Pepito se había conseguido
una pala, quién sabe dónde, para mejor investigar en aquel monte, que a ratos
era cenagoso, pero también tenía isletas de marabú, verdolaga, romerillo y
otras hierbas. Y quiso el destino o San Fan Con, que en medio de la intensa
búsqueda, Pepito sintiera que una pierna se le quedaba trabada en vaya usted a
saber qué cosa. Sería un hueco, un tronco, un perro jibaro que le atrapaba la
pierna, pero al mismo tiempo Pepito sintió una voz, como de ultratumba, que
decía:
- Pepito, ayúdame que estoy mal herido.
Pepito miró bien, trato de
remover la hierba que obstruía su visión, y descubrió, atorado, en unas arenas
movedizas, el rostro del Comandante. Pepito se le acercó con cuidado, miró a
todas partes y le dijo al oído:
- ¿Así que mal herido? No jorobe compadre usted
lo que está es mal enterrado -Y comenzó a sepultarlo completamente-.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Están permitidos todos los argumentos, sobre todo los que están en contra de los expresados en este blog. No están permitidas las ofensas personales por innecesarias para defender una idea. Así que me tomaré el trabajo de censurarlas.