(Este artículo lo publiqué en 2008, pero se quedó fuera de este blog por algún motivo que aún no descubro; sin embargo, forma parte de la Historia, así que ahí les va)
«Si no puedes resolver un problema, crea otro».
Esta máxima tiene que estar escrita en las mentes de quienes rigen los destinos de la Orquesta Sinfónica Nacional de la República Dominicana en la actualidad, porque a su incapacidad para ponerla a sonar, literalmente, anteponen cualquier baladí empeño.
Foto: Fuente externa |
He aquí uno de esos raros y magníficos ejemplos de lógica irracional. Los administradores de la orquesta, son incapaces de crear la logística necesaria para la realización de ensayos y conciertos semanales, como se hizo desde la década del setenta del siglo XX hasta el año 2004. Esto quiere decir que no pueden cubrir los costos de los cuarenta (40) o cincuenta (50) conciertos anuales que incluyen, entre otros rubros, el alquiler de sala de ensayos-conciertos, del transporte de instrumentos, el pago del caché de solistas y directores, y los contratos de los músicos que le faltan al plantel.
Con esta persistente falta de lugar físico y de mano de obra para el trabajo, es imposible establecer reglas ciertas para laborar; sin embargo, los administradores concentran su acerba cultura gerencial en reglamentar horarios, composturas y otras normas, crean un nuevo problema y difuminan el medular ya existente.
Después de treinta (30) años tocando en orquestas sinfónicas, aprendí que una institución de este tipo no necesita más que tres cosas para existir dignamente: un director, un grupo de músicos y un local de ensayos-conciertos. Todo lo demás viene por añadidura.
Pero si a usted le importa un pito la sinfónica, y leyó esto por curiosidad, olvídelo.
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Eso está bueno
ResponderEliminarEsto es de hace diez años, no corresponde a la actualidad.
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