viernes, 18 de mayo de 2018

YO EXIJO

(Este artículo lo escribí cuando se convocó un día por Cuba, pero se quedó fuera de este blog por algún motivo que aún no descubro; sin embargo, a la luz de los hechos, está tan actualizado como si lo hubiera escrito hoy, así que ahí les va) 

Paráfrasis de algunas promesas incumplidas.

©ags
Para sumarme a la convocatoria de un día por Cuba he utilizado las mismas palabras que usó Fidel Castro en el juicio que se le siguió por haber participado en el ataque al cuartel Moncada de Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1953. Entonces, él enunció cinco leyes que serían puestas en vigor inmediatamente después de alcanzar el poder si aquel temerario e irresponsable acto hubiera tenido éxito. Hoy, aquellas promesas incumplidas hacen válidas esas palabras y parafraseándolas yo exijo:

Que se anule a todos los efectos la constitución actual, que ha sido impuesta por la violencia de un régimen unipartidista, que ha sido impuesta por un poder omnímodo que eliminó toda oposición, desterró el Estado de Derecho y la libertad de expresión.

Yo exijo que se devuelva al pueblo de Cuba la soberanía y sea proclamada la Constitución de 1940 como la verdadera Ley Suprema del Estado Cubano, hasta tanto el pueblo decida modificarla o cambiarla libremente.

Yo exijo que se conceda la propiedad inembargable e intransferible de la tierra a todos los campesinos que una vez fueron beneficiados por las leyes agrarias y que poco a poco fueron despojados de esas tierras para convertirlas en cooperativas o pasaron a manos del llamado Estado cubano.

Yo exijo que se indemnice a los antiguos propietarios de las tierras concedidas a los campesinos beneficiados por las leyes agrarias y que se devuelva a sus antiguos dueños la propiedad de las tierras que fueron expropiadas y que hoy permanecen inutilizadas.

Yo exijo que los obreros y empleados tengan el derecho de participar en el treinta por ciento de las utilidades en todas las empresas industriales, mercantiles y mineras incluyendo centrales azucareros.

Yo exijo que todos los empleados, tanto los que laboran en el país como los que cumplen las llamadas misiones, participen del treinta por ciento del rendimiento de las empresas en las que laboren, sean estas de capital nacional, extranjero o mixto.

Yo exijo que quienes ostentan el poder en Cuba asuman sus responsabilidades en la catástrofe económica que ha durado más de medio siglo, y que reconozcan que fueron incapaces de crear riquezas sin la dependencia financiera de los Estados Unidos, como lo demuestran más que fehacientemente las acusaciones que han hecho contra el embargo durante todos estos años.

Yo exijo que quienes han ostentado el poder durante estos últimos 56 años reconozcan que fueron incapaces de crear un país mejor sin la colaboración la potencia vecina, que fueron incapaces de propiciar un país más rico que el que encontraron en 1959.


Yo exijo que se respete mi derecho a expresarme con entera libertad. Sin ello no podrán llenarse ni las meras apariencias de justicia.

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