En el bicentenario del natalicio de Giovanni Bottesini (1821-2021)
Bottesini
vuelve a La Habana listado en el elenco como Maestro director y compositor y Arditi
como director de orquesta. Arditi compone más danzas cubanas e introduce los
tambores cubanos. Vuelven a los Estados Unidos y regresan a La Habana para
hacer la quinta y última temporada. Arditi y Bottesini en Cienfuegos y
Trinidad. La commedia è finita... ma chissà. Bottesini torna di nuovo.
Temporada 1849-1850 de la compañía lírica del
Teatro Tacón (10 oct. 1849 - 17 mar. 1850)
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Dibujo de Samuel Hazard |
El elenco de la compañía italiana fue publicado
el 16 de septiembre, y en él aparecieron listados Bottesini como Maestro
director y compositor, y Arditi como director de orquesta. Bottesini
llegó a La Habana procedente de Southampton en el vapor Teviot el 29 de
septiembre de 1849 junto a los demás integrantes de la compañía contratada en
Europa, pero no pudieron bajar al puerto hasta el día 1 debido a restricciones
sanitarias[1].
Durante esta temporada, que comenzó el 10 de
octubre[2], he podido
encontrar solo dos menciones de Arditi en el DM. En una, se da la
noticia de que el miércoles 10 de octubre, en el intermedio de Lucia de
Lammermoor, Arditi hizo tocar su danza La llegada de Bottesini[3]; y en
otra, se dice que en la gran fiesta que el Capitán general dio en la «casa de
Gobierno para celebrar los días de S. M», la noche del 19 de noviembre,
[…] cuando la orquesta compuesta de cincuenta
profesores dirigidos por Arditi, […] dejaba escapar sus torrentes de armonía,
corría la juventud de ambos sexos a la sala principal y ya se deslizaban al
compás de la danza o del rigodón sobre la alfombra de grana, ya volaba
arrebatada entre los laberintos del wals y de la polka. […]
Magnífica orquesta acreedora de alabanzas por
la unión, el aplomo con que tocó bellas y escogidas piezas que agradaron universalmente,
entre ellas dos lindísimas danzas de un joven compositor perteneciente a
nuestra alta aristocracia[4].
La compañía italiana del Tacón se va al Norte
en el verano de 1850
El 17 de marzo[5]
terminó la temporada, y la troupe salió el 22 para Charleston[6] en el
vapor Isabel[7]. Las
próximas noticias llegaron en tres cartas remitidas al DM y publicadas
los días 7 de abril, 10 de mayo y 22 de junio, pero ninguna con noticias de
Arditi y Bottesini.
Temporada
1850-1851 de la compañía lírica del Teatro Tacón (10 oct. 1850-16 mar. 1851)
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Dibujo de Samuel Hazard |
Según el anuncio publicado el 28 de septiembre
de 1850 en el DM, figuraban como parte del elenco el Sr. Juan Bottesini,
maestro de música y primer contrabajo, y el Sr. Luis Arditi, maestro de coros y
director de orquesta. Se hacía saber además que la
compañía llegaría el 4 de octubre, todo lo cual quedó verificado en el Parte
Mercantil que se publicó el día 5, en el que se confirma que, procedente de
Charleston, Savannah y Cayo Hueso habían llegado al puerto de La Habana, a
bordo del vapor Isabel, 145 pasajeros, «entre ellos la compañía de ópera
italiana».
El 9
de octubre de 1850 apareció el anuncio de la primera función de la temporada
50-51 y como parte del elenco aparecen:
Maestro de la compañía, Sr. Bottesini.
Director de la orquesta. Sr. Arditi.
Director de escena. Sr. Badiali (F)[8]
El cronista, salvo algunas menciones a la
orquesta, nada vuelve a comentarnos de Arditi y Bottesini durante el año 1850,
y así lo confirma en la Crónica Local[9].
Año 1850, donde no se nombran ni de pasada. Pero ambos tuvieron su función
de beneficio en la segunda parte de la temporada y así lo describió el cronista[10]:
El sábado anterior (15 feb.) […], el beneficiado (Bottesini) tocó en su instrumento
unas variaciones sobre el Carnaval de Venecia, de Paganini. Esta función
se repitió el domingo como función de abono. […].
El mismo número
recuerda que el Beneficio del distinguido artista-profesor señor Arditi
sería el jueves 20, y en
la crónica nos enteramos de sucesos muy peculiares en la escena habanera[11]:
[…] Los profesores Arditi y Bottesini
ejecutaron su introducción y variaciones sobre el Carnaval de Venecia con la maestría y gusto
que les son peculiares, […].
[…], y queriendo el beneficiado dar muestra de
sus buenos deseos por complacer a tan benigno público no solo tuvo la buena
ocurrencia de repetir su antigua danza El incendio, cuya introducción imitativa agradó tanto, sino que
compuso para esta noche un gran wals sobre motivos de la ópera favorita del
público Ernani, que gustó bastante, y otra danza titulada Los Tambores,
porque en efecto estaba acompañada por veinte de estos instrumentos de ruido.
[…].
Lo que se componía entonces en La Habana y se
estrenaba con el éxito de estas danzas, se imprimía y vendía inmediatamente
como lo documenta la siguiente nota:
Los tambores[12]. Fue el título de la danza que acaba de dar a luz el Sr. Arditi. Dicha
danza ha sido tocada ya en algunos lugares públicos y por su originalidad ha
llamado la atención general, gustando mucho. Véndese en el almacén de música de
Edelmann y en la litografía del Comercio.
Arditi y Bottesini durante el verano de 1851
La última función fue el 16 de marzo y quedó
disuelta la compañía, así que unos días después encontramos a los dos músicos
en Cienfuegos rumbo a Trinidad:
CORREO
DE LA ISLA[13]
Cienfuegos. Leemos en
la Hoja Económica del domingo 23:
El viernes último ha entrado en este puerto en
el vapor Isabel, con
dirección a Trinidad y Cuba (Santiago de), multitud de pasajeros,
distinguiéndose entre ellos […] la señora Bosio y los señores Bottesini y
Arditi. Con tal motivo […] se improvisó una función dramática por los señores
Robreño, […]. Después de concluida […], porción de personas se dirigieron a
bordo del vapor […] y tuvimos el grandísimo gusto de oír cantar una magnifica
aria de Roberto el Diablo […] por la señora Bosio, acompañándola al
piano el señor Bottesini. Celebramos sobremanera la complacencia de la señora
Bosio, como también la de los señores Bottesini y Arditi, los cuales ejecutaron
a cuatro manos la soberbia abertura de Guillermo Tell en el piano.
En la misma columna se menciona el correo llegado
de Trinidad en el que se confirma que: «Estaban ya en esa ciudad (con gran
contento de sus dilettanti) la señora Bosio y los señores Bottesini y Arditi».
Días después se supo que «solo dieron dos
conciertos con poco favorables resultados en cuanto a producto monetario», y
que se habían retirado de Trinidad porque al parecer «los precios fijados […]
se consideraron muy subidos»[14]. En otra
columna se confirma que los artistas habían regresado a La Habana[15] y que el
día 8 habían partido para Charleston en el vapor Isabel[16].
Y eso iba a ser todo para Arditi y Bottesini en
Cuba y en las páginas del DM. No hubo temporada
lírica y así lo lamentaba el cronista en su reseña de los acontecimientos más
relevantes del año 1851: «Lejos estábamos de pensar que al hacer esta reseña
nuestra pluma dejase de consignar los triunfos de los artistas que debieron
componer la compañía del 51 al 52»[17]. Por
su parte, Arditi recuerda que, en 1851, junto a Angiolina Bosio y Bottesini,
visitó Trinidad, Matanzas y Cienfuegos y después regresó a Nueva York, donde
fue contratado por Maretzek como director de la Academia de Música, y en 1852
firmó un contrato para acompañar a Alboni en una gira de ocho meses. (Arditi
1896, 16, 18)
La commedia è finita... ma chissà
Entre los días 3 de noviembre de 1846 y 8 de
abril de 1851, Arditi y Bottesini pasaron largas temporadas en La Habana y
algunas ciudades de los Estados Unidos, y como he podido demostrar
en este artículo, las páginas del DM documentaron buena parte de sus
presentaciones en público y del repertorio interpretado, convirtiéndose esta
publicación periódica en una fuente documental invaluable para las
investigaciones que tienen como objeto de estudio la vida y obra de estos dos
músicos. Sin embargo, esta fuente primaria ha sido muy poco frecuentada por los
investigadores a través del tiempo.
Quizás,
a partir de la información que he vertido en este artículo, se puedan encaminar
trabajos que concluyan con el descubrimiento de algunas de las obras de estos
autores que fueron anunciadas, tocadas e impresas en La Habana, pero que no
aparecen registradas en sus catálogos definitivos, así mismo pudiera
determinarse si estas no registradas fueron usadas para integrar otras, les
fueron cambiados sus títulos, o finalmente desaparecieron. Es mi intensión que
la Fiesta Gitana que comenzó en el Gran Teatro de Tacón hace casi
dos siglos, siga dando de qué hablar.
TORNA
DI NUOVO (1854-1855)
El
DM del 9 de noviembre de 1854, anotó en su columna de entradas de
travesía que el día anterior había llegado al puerto de La Habana el «vapor
inglés Teviot, capitán Sawyer», procedente «de Tampico y Veracruz, en una
travesía de seis días», y en la columna de pasajeros llegados hizo saber
que en el Teviot llegó «D. Amilcare Roncari con veinte y seis individuos
de la compañía de ópera italiana». El mismo periódico dio a conocer la noticia
del regreso a La Habana de la compañía de Ópera Italiana que a
principios de ese año se había presentado en el Gran Teatro de Tacón con
una temporada que duró del 9 de febrero al 25 de marzo de 1854.
El
día 12 de noviembre el periódico publicó el elenco completo de la compañía, en
el que figuraba como «director de orquesta y concertista» el celebrado Juan
Bottesini. La temporada se inauguró la noche del 16 de noviembre en el Gran
Teatro de Tacón con la reposición de la ópera Atila, de Verdi -la
que el público habanero aplaudió de nuevo con entusiasmo-, teniendo a la
Steffenone en el papel de Odabella y al señor Salvi en el de Foresto,
quienes, a juicio del localista, permitieron que las piezas que ellos
cantaron «se oyeran con su verdadero colorido, especialmente en el bello dúo de
tiple y tenor del segundo acto en el que fueron muy aplaudidos». Y «por lo que
hace a la orquesta dirigida por el señor Bottesini, nada dejó que desear»[18].
La
función del día 19, en la que se presentó la ópera Atila por segunda
vez, estuvo «precedida de un Himno, que compuso el señor Bottesini, y
que en celebridad de los días de S. M. la Reina se cantó por toda la compañía»,
y según el anuncio del 24 de diciembre de 1854 el programa del día de navidad
sería el siguiente:
Octava función del segundo abono para el
lunes 25
La
empresa ha dispuesto para ese día una brillante función en la que a petición de
los concurrentes se presentará por primera vez en esta temporada el gran
concertista del contrabajo, el gran Bottesini, y ejecutará una pieza de su
composición.
El
concierto se verificó y esto fue lo que recogió en su crónica el localista[19]:
[…]
el Sr. Bottesini entusiasmó a la concurrencia ejecutando en su dificilísimo
instrumento, el contrabajo, una gran fantasía de su composición sobre «El
Carnaval de Venecia». La suavidad, la dulzura de los sonidos que el Sr.
Bottesini arranca a uno de los más ingratos instrumentos y la limpieza, la
rapidez y la seguridad con que ejecuta, particularmente en los armónicos, son
cosas cuyo mérito no podrán menos de conocer hasta los que no están iniciados
en las dificultades de este instrumento, y que a los que lo están dejan
convencidos de que el Sr. Bottesini es una verdadera notabilidad en el
contrabajo, acaso una notabilidad sin rival. El público entero lo aplaudió con
calor, lo llamó a la escena y volvió a aplaudir a su paso por el patio para ir
a ocupar su puesto a la cabeza de la orquesta.
El
domingo 18 de febrero de 1855 se verificó la función de beneficio de Bottesini
y el programa estuvo compuesto por los dos primeros actos de la ópera Don
Juan, de Mozart -que recién el día 11 se había estrenado en Cuba por esa
compañía-; el Gran dúo para clarinete, contrabajo y orquesta de Bottesini, que
el autor interpretó junto al clarinetista de la orquesta, el maestro Enrique
Belletti, primer clarinete de Su Majestad Británica[20],
[21],
[22];
y la gran fantasía sobre temas de La Sonámbula, y esto fue lo que
escribió el localista:
Gran
Teatro. […] Por lo que hace al Sr. Bottesini, que
tocó en el contrabajo una pieza de su composición arreglada para ese
instrumento y para el clarinete con acompañamiento de orquesta, y una gran
fantasía para el primero también de su composición sobre temas de «La Sonámbula»,
todo lo que pudiéramos decir no daría una idea de la perfección a que ha
llegado en el manejo de ese instrumento, uno de los más ingratos, y que parece
encerrar en su mismo nombre la idea de la inaudita constancia y de la
disposición natural que se necesita para brillar en él como brilla el Sr.
Bottesini, para arrancar como este arranca de sus toscas cuerdas esos sonidos
delicados, sonoros, que halagan el oído y penetran hasta el alma, y para
ejecutar con la rapidez y limpieza con que toca el mencionado artista. El
contrabajo en manos del Sr. Bottesini puede decirse que se transforma en un
violín. El público, entusiasmado, colmó de aplausos al gran contrabajista, a
cuya demostración se hizo igualmente acreedor el Sr. Belleti en el perfecto
desempeño de la parte de clarinete, y ambos fueron llamados a la escena[23].
Aquella
compañía de ópera italiana alternó en el Tacón con otra de zarzuelas, y
ambas se despidieron del público habanero con una función el día 22 de febrero,
en la que volvieron a presentarse Bottesini y Belletti, y aunque ni en el
anuncio[24],
ni en la crónica[25]
del localista se menciona la obra que tocaron, es de suponer que haya
sido el dúo para clarinete y contrabajo.
Pero
no porque se disolviera la compañía que trajo a La Habana el empresario Roncari
el público habanero estuvo dispuesto a dejar partir a todos sus integrantes.
Desde el 28 comenzaron a publicarse noticias acerca de un «notable concierto»
que se preparaba en el Liceo, en el que participarían la señora
Fiorentini y los señores Bottesini y Belletti, quienes serían secundados además
por los artistas habaneros Aristi, Desvernine y Bousquet; la noticia del día 2
de marzo agregaba en el programa al tenor Salvi y se anunciaba que en el
Villanueva, en el beneficio del actor Argente, también se presentarían la
señora Fiorentini, quien cantaría en carácter la canción andaluza La
Calesera, y el señor Bottesini que tocaría el tan celebrado Carnaval de
Venecia. El día 3 «varios filarmónicos suplicaron por conducto del
periódico al Sr. Bottesini que tuviera a bien tocar la gran fantasía de su
composición sobre temas de La Sonámbula», y ese mismo día, en la columna
correspondiente a los anuncios se publicó el programa completo de la función
del domingo 4 en el Villanueva a beneficio del actor Argente, en la que
se presentarían Claudina Fiorentini y don Juan Bottesini.
Este
concierto se verificó como estaba anunciado, y según el localista, el
público, numeroso como pocas veces en el Villanueva, premió con aplausos
generales, frecuentes y entusiastas las actuaciones de la Fiorentini, quien
«cantó con tanto gusto como gracia», y a Bottesini, quien tocó El Carnaval
de Venecia.
El
día 4 apareció el anuncio de la función del jueves 8 en el Liceo Artístico y
Literario de la Habana, según el cual el concierto comenzaría con una Gran
fantasía para dos pianos, sobre temas de la Norma, ejecutada por
Desvernine y Aristi; a continuación, Belletti tocaría Souvenir de la Lucia
de Lammermoor; Salvi se presentaría con Romanza de La Favorita;
Bousquet, tocaría La Melancolía, y la primera parte terminaría con Rondó
final de la María de Rohan, interpretada por la soprano Fiorentini.
La
segunda parte comenzaría con la, Fantasía cerrito para contrabajo
interpretada por Bottesini; seguida de Romanza de Elixir de Amor,
interpretada por Salvi y luego el Gran dúo para clarinete y contrabajo
por Belletti y Bottesini; Bousquet tocaría un sorprendente solo en el violín, y
la velada terminaría con Mira la blanca luna, de Rossini, dúo nocturno
sentimental que cantarían Fiorentini y Salvi.
El
concierto se realizó, y según lo que anotó el localista en su crónica[26],
no hubo cambios en el programa, por lo que se volvió a escuchar en La Habana la
Fantasía cerrito, para contrabajo solo, y el Gran Dúo Concertante
para clarinete en La, contrabajo y orquesta / piano.
En
conclusión, durante esta última visita de Juan Bottesini a la Isla, las obras
que de él se interpretaron fueron: un Himno dedicado a Su Majestad la
Reina; se estrenó el dúo para clarinete y orquesta, que ya había tocado en
México con el mismo Enrico Belletti, y se volvieron a interpretar las muy
aplaudidas variaciones sobre temas de la Sonámbula y del Carnaval de
Venecia y la Fantasía Cerrito, tres obras que hasta prueba en
contrario tuvieron su estreno mundial en La Habana, en las fechas antes
citadas. Santo Domingo, 10 dic. 2020. Editado para el blog El
Tren de Yaguaramas 2da. Época el 17 de abril de 2021.
Para
seguir leyendo:
-
(1 de 4) (Disponible el 17 abr. 2021) Arditi y Bottesini La Habana o La Fiesta
de los Gitanos según el Diario de la Marina (1846-1851)
El
entusiasmo juvenil de Bottesini y Arditi, y los designios de la providencia.
Estreno de la ópera Ernani, de Verdi en La Habana por la compañía italiana de
ópera del Gran Teatro de Tacón. Arditi violín y director de la compañía y
Bottesini primer contrabajo al cémbalo. Estreno del Gran Dúo Concertante para
contrabajo y violín. Arditi y Bottesini viajan por primera vez a Estados
Unidos.
-
(2 de 4) (Disponible el 17 abr. 2021) Arditi y Bottesini La Habana o La Fiesta de los Gitanos según el Diario de
la Marina (1846-1851)
La
compañía de ópera italiana del Gran Teatro de Tacón regresa a La Habana y Arditi
estrena Gulnara y Bottesini Colón en Cuba, pero antes se presentan,
en el mismo escenario del Tacón, el violinista Ernesto Sivori y el pianista
Henry Herz. El trío Arditi, Bottesini y Desvernine se presenta en los Estados
Unidos.
-
(3 de 4) (Disponible el 18 jun. 2021) Arditi y Bottesini La Habana o La Fiesta de los Gitanos según el Diario de
la Marina (1846-1851)
Los solos de Arditi en Los Lombardos llaman la
atención del público y la prensa. Se estrena un Himno de Bottesini en el Tacón
y se bailan las danzas de Arditi por toda la Habana. Bottesini viaja a Londres
y desde allá le escribe una carta a su amigo Arditi.
Bibliografía:
Arditi, Luigi. 1896. My
Reminiscenses. Edited and compiled whit introduction and notes by the
Baroness von Zedlitz. Second Edition. London: Skeffington and Son.
Nelo Vetro, Gaspare.
1989. «Elenco delle composizioni e delle edizioni», en Giovanni Bottesini,
Centro Studi e Ricerche dell`Universita degli Studi di Parma, 165-184
Publicaciones periódicas en bibliotecas digitales
Diario de la Marina. 1844-1961. [En línea] [Fecha de consulta 11 de jul. de 2020] Disponible en:
https://www.dloc.com/UF00001565/06350/allvolumes?search=cuba