Por Roberto Sotolongo (**)
Sé desaparecer, pero no desaparecerá mi pensamiento
El 18 de mayo, bajo la sombra de un viejo cedro, comienza a escribir el Apóstol su célebre carta a Manuel Mercado. Y justamente no la concluye por la sorpresiva llegada de Masó con sus 350 hombres.
El 17 de mayo vuelve a quedar en el campamento sin la compañía de Gómez, quien ha salido a aguijonear a un convoy enemigo salido de Bayamo. Está al frente de las tropas: doce hombres le acompañan, y se le suman después, venidos de Santiago, siete más. Ese día el Apóstol concentra su actividad en las copias de la circular «Instrucciones a los jefes y oficiales», para lo cual cuenta con el auxilio de los escribientes Garriga y Feria. Salvo esto no aparecen en los apuntes del Diario de este 17, informaciones medulares. Bartolomé Masó no ha aparecido. Al menos en esta fecha, tampoco puede Martí tener con este jefe y con Gómez, las urgentes conversaciones a las que nos hemos referido. ¿Será aún posible ese encuentro? ¿Ocurrió por fin?
Por el Diario de Campaña de José Martí nunca lo sabríamos: justamente el 17 de mayo es el último día en que él escribe en sus páginas. ¿Llegó finalmente el General Masó? No, al menos ese día. El 18 de mayo, bajo la sombra de un viejo cedro, comienza a escribir el Apóstol su célebre carta a Manuel Mercado. Y justamente no la concluye por la sorpresiva llegada de Masó con sus 350 hombres. El Maestro dejó de escribir y doblando la cuartilla la guardó en uno de los bolsillos de su saco. Fue una noche de júbilo, en medio de la cual, el veterano de las tres guerras y Martí conversaron largamente, exponiendo sus consideraciones sobre la contienda. A las diez de la noche el General Masó y su tropa marchan a acampar en la finca de La Vuelta Grande. Por dos razones lo hacen; primero, porque necesitaban descanso y el lugar en que acampaban Martí y sus acompañantes era pequeño y escaso de pastos; y segundo, por la indicación recibida el 16 de parte de Gómez, donde le pedía que se ubicara en esa zona.
Las últimas palabras de Martí en su Diario de Campaña, pertenecientes al día 17 fueron estas:
Está muy turbia el agua crecida del Contramaestre, y me trae Valentín un jarro hervido en dulce, con hojas de higo.
El 18 de mayo nos parece una fecha premonitoria, si atendemos a estas ideas expresadas hacia el final involuntario de la carta a Manuel Mercado:
Sé desaparecer, pero no desaparecerá mi pensamiento, ni me agriaría mi oscuridad. Y en cuanto tengamos forma, obraremos, cúmplame esto a mí, o a otros.
Aunque no se refería a su muerte física sino a la deposición de su cargo ante la Asamblea de Delegados que le daría gobierno a la Revolución, de todas formas estaba haciendo la profecía del holocausto del 19.
Ese día 18 queda de esta manera recogido en las décimas de Ramón Guerra:
72
Bajo un cedro centenario
le escribo a Manuel Mercado.
Y de pronto, el esperado
encuentro tan necesario.
El general legendario
Masó, jefe de este frente,
llega entre sudada gente
a darnos la bienvenida.
Amarra al moño su brida
y viene hacia mi sonriente.
(*) Los 12 artículos que conforman esta serie fueron publicados por su autor en su página de Facebook entre el 1 y el 19 de mayo de 2025, como un homenaje de recordación a la caída en combate de José Martí.
(*) Tomado de Facebook, publicado el 19 de mayo a las 8:28 am
Otros Artículos de Roberto Sotolongo en este blog:
José Martí: El asta contra el hacha.
La reseña como parte de la crítica literaria.
(**) Roberto Sotolongo (Aguada de Pasajeros 1956) Es graduado en Filosofía por la Universidad Lomonósov de Moscú. Narrador, poeta e investigador. Miembro de la Sociedad Cultural «José Martí». En 1976 Obtuvo el Premio Nacional de Narrativa. En 1987 obtuvo Primer Premio en el Concurso Provincial «Raúl Aparicio». Ha publicado cuentos, poemas y artículos en Conceptos, Creación, Revista cultural Ariel y en el Boletín Literario Mercedes Matamoros.
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