miércoles, 4 de junio de 2025

LA OFRENDA DEL PRIMOGÉNITO (*) (2 de 12)

Por Roberto Sotolongo (**)

Arriba por piedras, espinas y cenagal

¡Oh, Dios, cómo un hombre de apenas 1,68 metros de estatura, con un peso de 140 libras, de hombros estrechos, de manos finas, como de dama, pudo llegar a protagonizar aquel esfuerzo titánico!

El mismo día en que le escribió a su hijo la breve, angustiosa y premonitoria carta a la que hacíamos referencia ayer, Martí parte de Montecristi en la goleta Brothers. Lo acompañan en la peligrosa cruzada Máximo Gómez, Francisco Borrero, Ángel Guerra, César Salas y Marcos del Rosario.

El 6 de abril todos desembarcan en Cabo Haitiano. El Apóstol se hospeda en casa de Ulpiano Dellundé, cubano amigo y miembro del PRC, exiliado en Haití. El 9 de ese mismo mes regresan al carguero alemán Nordstrand, que los llevará a Cuba. Desde el balcón de su casa los despiden Ulpiano y su esposa Doña Dolores Aran, a quien Martí nombra en el Diario como Lola. Hay lágrimas en el rostro de ella.

Durante la travesía son perseguidos por un buque de guerra inglés y por el cañonero Partridge, a los cuales logran burlar. Y cuando están a una milla de la costa sur oriental, en medio de una noche cerrada y bañados por un violento aguacero, echan un bote al mar y, abordado este, reman exasperadamente. 

Para mayor infortunio pierden el timón. Martí esgrime el remo de proa...¡Oh, Dios, cómo un hombre de apenas 1,68 metros de estatura, con un peso de 140 libras, de hombros estrechos, de manos finas, como de dama, pudo llegar a protagonizar aquel esfuerzo titánico! 

De él, dijo Marcos del Rosario: «Cuando lo vi, creí que era demasiado débil, y después vi que era un hombrecito vivo, que daba un brinco aquí y caía allá».

Finalmente logran llegar a La Playita. Desembarcan, cada uno cargando un arma y dos mil cápsulas, además de sus mochilas. Se adentran en el monte, pasadas las diez de la noche. Se tiran sobre el suelo a dormir. Están cerca de un bohío. En la madrugada se deciden a llamar a sus moradores.

Así reflejó el Maestro en su Diario estos luminosos momentos de alegrías y riesgos:

9 Abril.---Lola, jolongo, llorando en el balcón. Nos embarcamos.

10.---Salimos del Cabo. Amanecemos en Inagua.---Izamos velas.

11.---Bote. Salimos a las 11. Pasamos rozando a Maisí, y vemos la farola.

Yo en el puente. A las 7 y media, oscuridad. Movimiento a bordo. Capitán conmovido. Bajan el bote. Llueve grueso al arrancar. Rumbamos mal. Ideas diversas y revueltas en el bote. Más chubasco. El timón se pierde. Fijamos rumbo. Llevo el remo de proa. Salas rema seguido. Paquito Borrero y el General ayudan de popa. Nos ceñimos los revólveres.---Rumbo al abra. La luna asoma, roja, bajo una nube. Arribamos a una playa de piedras. ( La Playita, al pie de Cajobabo). Me quedo en el bote el último, vaciándolo. Salto. Dicha grande. Viramos el bote, y el garrafón de agua. Bebemos Málaga. Arriba por piedras, espinas y cenagal.

Oímos ruidos, preparamos, cerca de una talanquera. Ladeando un sitio, llegamos a una casa. Dormimos cerca, por el suelo.

12.---A las 3 nos decidimos a llamar.

Y estos son los versos alegóricos del autor de Corazón a diario:


1

Lola se asoma al balcón

con las pupilas mojadas

y las manos enlazadas

elevando una oración.

Se echa al mar la expedición

salida de Cabo Haitiano,

y escucho un clamor lejano

en la noche oscura cuando

nos baña el cielo tronando

en un forcejeo lejano.

2

Gómez lumina en la popa

a la luz del rayo urgido

y el remo se hunde al bramido

del oleaje que nos copa.

El aire hiere y se arropa

como empecinada hiedra;

y ya nada nos arredra.

Bajo una luna bermeja,

mi patria a la mar se queja

desde una playa de piedra.

3

Después que bote viramos

los revólveres nos ceñimos.

Al leve ruido que oímos

en guardia nos preparamos.

Las seis sombras caminamos

sobre espinas, cenagal,

el trecho se hace infernal.

Cerca de una talanquera

descansa la tropa entera.

Dormimos sobre el terral.

4

Bajo el cielo como abrigo

la expectativa nos bulle

y el extenuamiento huye.

Atisbo un bohío y digo

¿será amigo o enemigo?

Muy sigilosos tocamos.

Prenden la luz, esperamos.

¡Como de sus corazones

brota amor a borbotones!

¡A viejos leales nos damos!

(*) Los 12 artículos que conforman esta serie fueron publicados por su autor en su página de Facebook entre el 1 y el 19 de mayo de 2025, como un homenaje de recordación a la caída en combate de José Martí. 

Tomado de Facebook. Publicado el 2 de mayo a las 8:35 am· 

Otros Artículos de Roberto Sotolongo en este blog:

La mujer de su vida.

José Martí: El asta contra el hacha.

La reseña como parte de la crítica literaria.

La ofrenda del primogénito (1 de 12)

La ofrenda del primogénito (3 de 12)

Roberto Sotolongo (1957)
@AGS




(**) Roberto Sotolongo (Aguada de Pasajeros 1956) Es graduado en Filosofía por la Universidad Lomonósov de Moscú. Narrador, poeta e investigador. Miembro de la Sociedad Cultural «José Martí». En 1976 Obtuvo el Premio Nacional de Narrativa. En 1987 obtuvo Primer Premio en el Concurso Provincial «Raúl Aparicio». Ha publicado cuentos, poemas y artículos en Conceptos, Creación, Revista cultural Ariel y en el Boletín Literario Mercedes Matamoros.






Disponible en Hypermedia
y en Cuesta Libro

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