Ayer encontré publicado en Facebook una carta de Vittorio
Garatti dirigida a Fidel Castro y su hermano (ver ANEXO No. 1). En ella el arquitecto que diseñó
la Escuela Nacional de Ballet, afirma que existe un proyecto en camino que
posiblemente cambie la estructura original de la edificación. Esa escuela, que
fue ruinas antes que monumento, quedó en menor escala de terminación entre las
cinco edificaciones que integran el conjunto arquitectónico que comenzó a
construirse en la década del sesenta del pasado siglo XX, y, aun hoy, intentan
terminar.
Lo que me llama la atención no es lo que denuncia Garatti, ni la información que confirma el NYT, sino el asombro de quienes han leído la noticia y han reenviado incrédulos a sus
contactos. Me asombra que se asombren de estar desinformados acerca de un
suceso cultural de tanta importancia. Me sorprende que exista alarma porque el Patrimonio
Cultural se administre como un secreto de Estado, y me maravilla que se
extrañen, porque así lo ha hecho la clase dominante en Cuba durante más de
medio siglo, ese “secretismo” es hasta ahora el habitual.
La gestión pública en Cuba está al margen de la transparencia, y eso no
es nada nuevo, pero con la llegada al planeta de las redes sociales, esa
práctica se hace cada vez más difícil de mantener, son inevitables estos “dimes
y diretes”, a los que en el mundo real, se les llama transparencia en el manejo
de los asuntos públicos, y que en este caso en particular tiene que ver con la limpieza
en la administración del Patrimonio de todos los cubanos.
Al parecer, ante la ola de comentarios que levantó el artículo de NYT, en el que se confirman las denuncias que aparecen en la carta de Vittorio
Garatti en la red, el arquitecto Universo García, coordinador del proyecto por
ATRIO (ver ANEXO No. 2) fue designado para que tomara cartas en el asunto y en un tono "orientador" publicó un comentario a manera de respuesta oficial, que en sus
primeras líneas dice: “En aras de que no se
extienda esta noticia de la manera en que fue dada a conocer, y dada la
vía empleada para su divulgación me permito darles la siguiente información
fidedigna”.
García en su carta-mensaje pretende llevar tranquilidad
a quienes temen que las ruinas pierdan su diseño original, pero queda sin
respuesta la esencia de los comentarios a la carta de Garatti, que es ni más ni
menos el “secretismo” en el que se llevaron a cabo las gestiones del Estado
Cubano, en este caso representado por el Ministerio de Cultura, para negociar el
Patrimonio de la Nación con una institución extranjera.
Universo afirma que en mayo de 2011 el Ministerio de Cultura de Cuba estableció “un Acuerdo para el Intercambio y la
Colaboración Cultural con la fundación inglesa Carlos Acosta International
Dance Foundation”, pero no responde por qué esta
se hizo sin dar ninguna información al público, y no lo puede responder porque
ese es el modo en que se hacen esas cosas desde hace más de medio siglo en
nuestro país.
Si Garatti o Acosta tienen razón en sus deseos; el
primero, en que se conserve el diseño original de las ruinas de ballet; y el
segundo, en cambiarlo, es en este caso lo de menor importancia, lo que indigna,
y por lo que me sumo al grupo de los indignados, es que una negociación, que
tiene como objetivo una obra que forma parte del Patrimonio de todos los
cubanos, sea, como hasta hoy, decidida en conciliábulos, en el mayor secreto, sin
publicar un artículo, una nota de prensa, o un aviso en alguna de las revistas
especializadas que aun se publican en Cuba, incluso aunque estas sean de
restringido acceso y de distribución casi clandestina.
Desde mayo de 2011, fecha en la que se firmó el
acuerdo, hasta el día 8 de mayo en que Garatti escribió su carta dirigida a los
hermanos Castro, pasó un año, y si las redes sociales no existieran, muy
probablemente nadie, fuera del círculo de los elegidos, se hubiera enterado de lo
que estaba sucediendo. Es decir, que llegaron a la mesa de negociaciones hace
más de un año para intervenir en una obra patrimonial, para gastar los dineros
que corresponden a todos los cubanos, para importar posiblemente grandes
cantidades de dinero que después serían manejados por instituciones públicas en
Cuba, para importar quizás mano de obra especializada, etc., y nada de eso al
parecer es de la incumbencia de los ciudadanos cubanos.
Ese es en esencia el motivo de mi indignación, indigna
que quieran continuar por los trillados caminos del ordeno y mando, por los
probados caminos herméticos que transitaron tantos y tantos proyectos, muchos de
ellos con consecuencias catastróficas para el Patrimonio Nacional. ¿Alguien
supo alguna vez a dónde fue a parar el oro que nos cambiaron por espejitos hace
tres décadas? ¿Alguien supo cómo, cuándo y por qué se vendieron algunas de las
obras de arte más importantes y valiosas del Patrimonio Nacional Cubano, entre
ellas algunos Sorolla?
Indigna, claro que sí, y cualquier lugar y cualquier
momento es apropiado para reclamar el derecho a la información, sobre todo
cuando está en juego el patrimonio de todos los cubanos.
(ANEXO No. 1)
Comandante Fidel Castro.
Querido Comandante Fidel, querido Comandante Raúl:
Milano, Italia, 8 mayo 2012
Someto a la sabia consideración de ustedes un problema
que me disgusta: se trata de las Escuelas de Arte de Cubanacán.
No puedo resignarme ante el hecho de que la idea
primigenia que generó las "Escuelas de Arte para el Tercer Mundo"
deba perder un pedazo de su realidad construida, fruto de una concepción
unitaria articulada en cinco edificios orgánicamente vinculados entre sí, tanto
por el programa formativo como por la definición arquitectónica y su
integración al paisaje del antiguo Country Club.
Ustedes, en los años sesenta, proclamaron que "los pobres del mundo debían unirse"; y el Tercer Mundo vive, no está muerto, es una realidad. Los pueblos de Asia, África y Latinoamérica continúan combatiendo por su reconstrucción y desarrollo, a pesar de sus grandes problemas. Ustedes han tenido la audacia, desde los inicios de la Revolución victoriosa de acometer grandes transformaciones e inversiones en la cultura y en la ciencia; desde la incomparable Campaña de Alfabetización, hasta obras como las Escuelas de Arte, la Escuela Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, la Escuela Internacional de Medicina, y tantas otras instituciones culturales y científicas mundialmente reconocidas.
No hay nada que pueda aportar más a la cultura y el
crecimiento de un país, que el desarrollo de su propio arte, de su cultura,
como decía José Martí: "ser cultos para ser libres".
Cuando proyectamos las Escuelas Nacionales de Arte de
Cubanacán, intentamos interpretar el espíritu de la Revolución, creando una
arquitectura libre y abierta en la articulación de los espacios, en las formas
y el modo de uso, en la integración entre las diferentes manifestaciones y
disciplinas artísticas, convencidos de que ese era también, el rasgo distintivo
del programa de formación pedagógica que las había inspirado.
¿Cómo es posible, entonces, que un excelente bailarín
cubano -Carlos Acosta- formado en la escuela de Alicia Alonso en La Habana y
devenido famoso en Londres, pueda apropiarse de una de las Escuelas Nacionales
de Arte (la escuela de Ballet), para utilizarla como escuela de baile personal
y privada?
Considero que esto alteraría en forma inapropiada no sólo la estructura arquitectónica existente, sino también el amplio significado de las Escuelas Nacionales de Arte, concebidas como un organismo unitario para la integración de las artes en el intercambio recíproco de cada una de ellas con las otras, y no como disciplinas autónomas aisladas.
Según me ha comunicado Carlos Acosta en nuestro primer
encuentro, durante mi viaje a Londres en el pasado mes de octubre, el quería
modificar algunas partes del edificio para adaptarlo a su programa personal de
enseñanza basado en un repertorio "clásico" y en su metodología
"canónica". Según esta lógica, se transformarían los espacios
concebidos y realizados para las aulas teóricas, consideradas por él como
superfluas, en habitaciones para el alojamiento de los bailarines extranjeros
invitados o inscritos en los cursos de especialización, eliminando así esos
espacios destinados al estudio teórico e histórico del ballet, indispensables
en una escuela que quiere ser un laboratorio de experimentación.
Según esta metodología de enseñanza
"ortodoxa", el teatro de coreografía con su estructura circular,
concebido, proyectado y realizado con total libertad como "laboratorio
experimental" sería transformado en teatro para el ballet tradicional,
destinado a un repertorio clásico que como tal obedece a reglas compositivas
predeterminadas, para lo cual había sido proyectado el teatro para la Ópera en
la colindante Escuela de Música, que forma parte del complejo de las Escuelas
Nacionales de Arte.
Por último se plantea que en el área del parque entre
la Escuela de Ballet y la Escuela de Danza, se quiere realizar una gran sala de
cine en 3D que de hacerse, comprometería gravemente la unidad orgánica de las
articuladas Escuelas de Arte. Este tipo de estructura, puede fácilmente
realizarse en áreas vecinas, fuera del conjunto donde se alzan las Escuelas.
No se debe olvidar, que el conjunto original de las
Escuelas Nacionales de Arte, además de haber sido declarado Monumento Nacional
(por lo tanto no modificable), está en espera de ser declarado Patrimonio de la
Humanidad.
Quisiera también expresar mi preocupación que no se aproveche el alto valor, no solo cultural sino también turístico y económico del conjunto de las escuelas nacionales de arte en el desarrollo y contexto urbano y social de la zona oeste, entendido como Parque de la Cultura del Tercer Mundo, unidas a instalaciones y equipamientos existentes, desde Marianao hasta la cercana playa La Concha con una óptica metropolitana.
Por todas estas razones, y fuertemente preocupado por
la visible deformación que implicarían las propuestas de intervención de la
Fundación inglesa "Carlos Acosta Intemational Dance Foundation",
solicito como proyectista de dos de las cinco escuelas, que me sea dada la
posibilidad de defender la integridad del conjunto de las Escuelas Nacionales
de Arte de Cubanacán.
Expongo también nuestra voluntad de contribuir
financieramente, con los fondos que seamos capaces de reunir a través de una
Fundación en proceso de constitución, en cual participarían las Universidades
di Milano, Firenze, Venezia, Amsterdam y otros interesados, a fin de que el
Estado cubano pueda recuperar y completar las Escuelas de Música y Ballet
proyectadas por mí y la escuela de Artes Dramáticas proyectada por el
arquitecto Roberto Gottardi. La procedencia de estos fondos serán tratados con
el mayor rigor y transparencia.
Convencido de vuestra amable atención, estoy totalmente a vuestra disposición. Reciban mi admiración y un abrazo revolucionario,
Vittorio Garatti
Arquitecto de las Escuelas de Ballet y Música
Escuela Nacional de Arte de Cubanacán.
(ANEXO No. 2)
Estimados colegas:
Acabo de recibir este correo y no por acostumbrado quedo menos
impresionado con la capacidad de los medios y de algunas fuentes para
tergiversar acontecimientos.
En aras de que no se extienda esta noticia de la manera en que fue dada
a conocer, y dada la vía empleada para su divulgación me permito darles la
siguiente información fidedigna:
En mayo de 2011 el Ministerio de Cultura firmó un Acuerdo para el
Intercambio y la Colaboración Cultural con la fundación inglesa Carlos Acosta
International Dance Foundation que preside nuestro compatriota, Premio Nacional
de la Danza 2011, el prestigioso bailarín Carlos Acosta. Este acuerdo creó las
bases para la constitución del Centro de Arte que él dirigirá, espacio
multicultural y multifuncional que estará dedicado a la Danza en todas sus
formas y estilos, atesorando, divulgando y perfeccionando su acervo.
Por su encanto arquitectónico, por las condiciones afines al proyecto y
precisamente para poder concretar el rescate de esta magnífica pieza
arquitectónica diseñada por Vittorio Garatti, y que forma parte íntegra del
conjunto de las Escuelas de Arte Cubanacán – declarado MONUMENTO NACIONAL
mediante la Resolución No.3 del 8 de noviembre de 2010 de la Comisión Nacional
de Monumentos, Carlos Acosta propuso el emplazamiento del Centro de Arte en
esta edificación en estado de ruina.
En consecuencia, y después de analizar entre otras, las complejas
implicaciones técnicas y financieras de la propuesta, el Ministerio de Cultura
en su Resolución No. 68 de agosto de 2011 oficializó la creación del Centro de
Arte y cito “…la utilización en calidad de usufructo gratuito del terreno y la
edificación actualmente en desuso por su alto grado de deterioro, que forman
parte del Complejo de las Escuelas de Arte de Cubanacán…”, subordinado al
Consejo Nacional de las Artes Escénicas perteneciente al Ministerio de Cultura
de la República de Cuba.
El 15 de diciembre de 2011 se efectuó en el Ministerio de Cultura una
reunión de coordinación presidida por nuestro actual Ministro Rafael Bernal, en
la que participamos entre otros con Carlos Acosta, Vittorio Garatti, José Villa
Soberón Vicepresidente de la UNEAC, Gisela González Cerdeira Presidenta del
Consejo Nacional de las Artes Escénicas, Mirna Leyva García por la Comisión
Nacional de Monumentos, Vilma Rodríguez Tápanes Directora General de ATRIO
Empresa de Proyectos y Servicios de Ingeniería de la Cultura. Esta reunión
concluyó con la firma conjunta de un acta que consta de cuatro acuerdos:
1- “Designar a la Empresa ATRIO responsable de conformar el equipo
técnico para la recuperación del inmueble originalmente asignado a la escuela
de ballet de Cubanacán”.
2- “Mantener comunicación constante con el arquitecto Vittorio Garatti
para mantenerlo al tanto sobre el desarrollo de los trabajos y formularle las
consultas necesarias”.
3- “Disponer que en la primera etapa se establezcan los vínculos
contractuales entre el Consejo Nacional de las Artes Escénicas (inversionista)
y ATRIO (proyectista) para la realización de los proyectos y otros estudios
técnicos que requiere la obra”.
4- “El proceso que se pretende realizar para recuperar las edificaciones
respeta los derechos de autor del arquitecto Vittorio Garatti por las
siguientes razones:
a) Las acciones a realizar en esas edificaciones respetarán la
integridad de su obra…
b) La obra en cuestión constituye patrimonio cultural de la Nación por
ser un bien de especial relevancia como obra de la arquitectura cubana que a
Cuba le corresponde y tiene la responsabilidad de preservar y cuidar…
El afamado arquitecto inglés Norman Foster, uno de los muchos
admiradores del arte de Carlos Acosta le ofreció gratuitamente los servicios de
su firma Foster + Partners para apoyarlo en el lanzamiento y promoción de la
campaña de recaudación de fondos que requiere acometer esta millonaria
inversión. Para ello varios de los profesionales de la empresa han venido a La
Habana con la anuencia del Ministerio de Cultura, visitándonos recientemente el
propio Norman Foster.
Espero que estos datos permitan establecer claridad sobre el asunto.
Personalmente he tenido la posibilidad de compartir con Carlos Acosta su
motivación apasionada y apoyar su idea. Sabemos que el proceso de
rehabilitación del conjunto de las escuelas de arte está prácticamente detenido
luego de concluir las dos escuelas de Porro y recién iniciada la de Gottardi,
no por falta de voluntad del Ministerio de Cultura, sino por la situación
financiera que no es necesario argumentar.
En esas circunstancias una posibilidad como esta no solo constituye una
vía, sino que además incrementará el valor cultural de la obra.
Admiro muchas de las obras de Norman Foster, algunas de las cuales los
estudiantes y profesores estudiamos en la facultad de arquitectura por sus
valores, funcionabilidad, sustentabilidad, armonía contrastante y belleza,
incluidas algunas en que ha intervenido el patrimonio construido como el caso
del Reichstag. Y aunque no es lo que divulga la noticia del New York Times, ni
dispongo de otros elementos para coincidir con la opinión de la colega Eva
Bojrklund, sí creo que la talla de su maestría lo haría digno de participar en
un proyecto de esta trascendencia y a La Habana un honor.
En mi condición de arquitecto coordinador del proyecto por ATRIO estoy a
su disposición para cualquier otra aclaración.
Agradeciendo su atención, saludos
Arq. Universo García.