jueves, 1 de julio de 2010

HOLA SOCIO (Carta para un amigo en Cuba)

Santo Domingo, 1 de julio de 2010

Hola socio:

La última vez que te envié un correo electrónico con un contenido algo contrario a las ideas que publica el Granma, me lo respondiste con la advertencia de que nunca más volviera a comunicarme contigo. Es cierto que en aquel momento pensé que temías perder; primero, la cuenta de correo que tanto trabajo te costó conseguir a través del Ministerio de Cultura y que a todas luces sabías era espiada por ellos; y después, perder el trabajo, la confianza de tus jefes, el salario, los viajes, ser cuestionado por el núcleo del PCC y el Comité de Base de la UJC, y todo lo demás.

El tiempo ha pasado y he cumplido con tu deseo, no te he vuelto a escribir, no porque me faltaran ganas de compartir contigo algunas noticias que estoy seguro te hubiera gustado conocer. No, no te he vuelto a escribir porque comprendí tu miedo, porque es el mismo que muchas veces he sentido, un miedo transformista que aparece como “combatividad revolucionaria”, instinto de conservación, autocensura, sordera selectiva, indiferencia, indolencia, complejo de culpa, inercia y múltiples figuras monstruosas.

Pero hoy tengo la necesidad, la urgencia de alumbrarte -sin mencionar santo claro está-, para que el miedo no te haga ignorante. No permitas que el instinto de conservación te paralice el conocimiento, averigua más allá de las páginas del órgano oficial y las transmisiones de las mesas redondas, no te vengas a creer ahora el cuento de que ese es el país más informado del mundo.

Hoy el tipo dice por todos los medios que Cuba está siendo agredida. Te acuerdas cuántas veces nos reímos de semejante propaganda del DOR, cuántas veces nos burlamos de las MTT, de las guardias del CDR, de lo innecesario de todas aquellas campañas del Partido… ¡de la surrealista guerra de todo el pueblo…! cuando todo lo que nos hacía falta era comida, ropa y zapatos.

Tú sabes perfectamente bien que el repudio no es contra Cuba, no es una campaña de los malos de afuera contra los buenos de adentro, no es una campaña de los enemigos de la revolución, como dice el Granma -que estoy seguro que al igual que antes hoy tampoco lees-, no es contra ti, no es contra los tuyos. Las Damas de Blanco, que quieren la libertad para los pesos políticos, no son unas mercenarias como dice él, son mujeres cubanas que piden la libertad de sus seres queridos, encarcelados no por mercenarios como también miente el Granma, sino por oponerse a las políticas del tipo.

Tú sabes, igual que yo, cómo fueron hostigados algunos de nuestros amigos simplemente por tratar con artistas extranjeros o por hacer “comentarios inapropiados”. Debes recordar a algunos amigos comunes, excelentes maestros de música, que fueron sacados de las aulas por “problemas ideológicos” y del lío que se me armó en el núcleo del Partido cuando dije que yo no estaba de acuerdo con el fusilamiento de Ochoa.

Por la misma intolerancia hace algunos meses murió Orlando Zapata Tamayo, un hombre que, vilipendiado por todos los medios oficiales en Cuba, lo único que quería en realidad era la libertad de todos los cubanos que permanecen en las cárceles por pensar de manera opuesta, por pensar que lo que hicieron los dirigentes con la revolución cubana de 1959 no llenó las expectativas y convirtió a nuestra patria en una ruina total. Eso por supuesto no merece cárcel sino debate público entre cubanos, de adentro y de afuera y unas elecciones libres como las que prometió cara de coco en el 59.

El repudio internacional es contra un sistema que nos robó a todos las esperanzas, que nos impidió debatir sin arrancarnos la cabeza en una guerra de ideas, sin destruir nuestras familias y cortar con nuestros amigos por decir que la Cuba de hoy no es lo que hubiéramos querido.

El repudio internacional es contra los que durante más de medio siglo han impedido que podamos vivir en el país que nos merecemos. El repudio es contra un régimen que sin el menor pudor deja morir a sus ciudadanos cuando están en contra. No sé si habrás oído hablar de Guillermo Fariñas, pero es un villaclareño que lleva cuatro meses en huelga de hambre por lo mismo, para exigir la libertad de todos los presos políticos en Cuba. Ese hombre, según las últimas noticias, se está muriendo.

Querido amigo, quizás muy pronto me aparezca en tu casa para darte un abrazo, te prometo que mientras haya moros en la costa no te importunaré por este medio; pero no lo olvides, que el miedo no te haga ignorante.

Recibe un saludo fraterno y no te preocupes, yo comprendo si me respondes con la palabra BORRAR o algún improperio en el asunto, e incluso si no contestas.

Yo.

PE: Algún día podremos acusar a quienes hablaron en nombre de Cuba sin contar con nosotros. Cuba somos tú y yo, los tuyos y los míos, somos todos los cubanos, vivan donde vivan y piensen como piensen.

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