martes, 31 de mayo de 2016

DE NUEVO EL EMBARGO EN EL TAPETE.

Finalmente pasó el paquete de medidas de Obama que tiene que ver con Cuba, pero el embargo permanece, y vuelve a dar mucha más tela por donde cortar y muchas cuartillas que emborronar.

En realidad hay algo que pocas veces se menciona cuando se analiza el embargo de Estados Unidos contra el castrismo, y pienso que es fundamental: Las causas que lo originaron. Esas causas, que pueden resumirse en la abolición de la propiedad privada en Cuba -que tuvo, entre otras consecuencias, la expropiación de los bienes de ciudadanos norteamericanos en la isla-, no han variado un pelo, por el contrario, la propiedad privada en Cuba es aun una figura criminal. Los bienes confiscados a cubanos y extranjeros no han sido devueltos y peor aun, ya no existen en su gran mayoría, arrasados por la ineficiencia con que fueron administrados.

En nuestro país todo enriquecimiento es ilícito, así que para vivir como manda el régimen hay que estar sumido en la miseria, y cuando no se tiene en todo su esplendor hay que aparentarla y jactarse de ella. Los engendros de “cuentapropistas”, y otras caricaturas de tolerancia con la iniciativa privada, siempre terminan con una operación policial avasalladora, siempre con nombres pintorescos como aquel “pitirre en el alambre”. Si bien es cierto que el embargo fue utilizado por Fidel Castro como la excusa suprema para explicar la miseria que su régimen provocó, y en la práctica sirve de muy poco, en el análisis debe incluirse necesariamente la reinstauración en Cuba de la propiedad privada, ya no solamente legalizar la posibilidad de los ciudadanos a comprar y vender sus bienes muebles e inmuebles en un mercado libre, a comercializar la casa, el auto, los productos que cosecha en su conuco, los peces que pesca en el río, sino también a acumular capital e invertirlo en la industria como se lo ha permitido el Estado cubano a los capitalistas extranjeros.


En el análisis del embargo de Estados Unidos contra el castrismo, debe incluirse además, el bloqueo del castrismo a todas las libertades de los cubanos en la isla, incluida la libertad de comerciar. Hay que hablar del embargo sobre la propiedad privada impuesta por el castrismo a los cubanos. El tema del embargo del norte, debe ir convoyado con el tema de la libertad de los cubanos a acumular capital, poseer propiedades e invertir en la bolsa.


Y esa, la inexistencia de propiedad privada en Cuba, puede ser la llave del asunto, las sanciones económicas funcionan como herramienta de presión política en los sistemas en los que el mercado y sus leyes actúan basados en la propiedad privada, así que en Cuba, donde esas leyes desaparecieron junto con el comercio, y la pobreza es la base del poder, y donde las leyes económicas se subordinan a los intereses del poder político, poco o nada significó para el castrismo la pérdida del socio comercial más importante en 1961, y luego en 1990 con la caída del bloque socialista.


Es quizás por eso que el régimen, cada vez que asoma algún aire de eliminar el embargo norteamericano, inicia guerras, derriba avionetas, encarcela, fusila o patalea. Cuando en la isla se puedan comprar y vender legalmente entre personas físicas los autos, las viviendas, las vacas, los conucos, y el cubano pueda acumular capital e invertirlo libremente en el mercado de su país, entonces el embargo del norte tendría efectos nocivos para la economía cubana; pero cuando eso suceda, el derrumbe del castrismo estará al doblar de la esquina.

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