Pánfilo, a quien nadie conocía más allá de las fronteras de su barrio hace unos meses, se convirtió en una celebridad instantánea gracias a su intempestiva aparición en un video que, subido a youtube, le dio la vuelta al mundo en pocos segundos, y hasta el 31 de agosto de 2009 lo habían visto 413 465 Internautas.
Pánfilo no cantó, no rompió una marca deportiva, no batió un Guinnes, nada, no dijo nada que un cubano residente en la isla no haya repetido en privado millones de veces durante el último medio siglo. Pánfilo, visiblemente embriagado por mieles fermentadas de improbable procedencia, hilvanó frases rudimentarias sin tropos ni metáforas, sin rodeos eufemísticos, sin parábolas ni alegorías, sin una pizca de indecencia, iniquidad o ficción. Pánfilo no dijo nada que El Bobo de Abela no hubiera dicho.
Según fuentes no oficiales, Pánfilo fue juzgado y condenado a dos años de privación de libertad a los pocos días del hecho, pero “nada tiene que ver una cosa con la otra. El haberse convertido en una celebridad instantánea por denunciar de manera tan pintoresca las calamidades alimentarias en Cuba, nada tiene que ver con la pena impuesta, todo fue pura casualidad o mala suerte, nada que ver lo dicho por este nuevo Liborio con los dos años que le cantó el juez revolucionario”, quien lo hizo, según la información, basado en una figura establecida por las leyes del Estado Cubano, que prevén y sancionan a quien potencialmente pudiera delinquir, algo así como ganarse el infierno por tener sueños voluptuosos o decir que la tierra se mueve.
Pánfilo fue sentenciado para por si acaso hiciera, y también -digo yo-, el tribunal le puso a buen recaudo para evitarle los tormentos que le pudieran provocar esa abrupta fama. Es así como se tejen las leyendas en Cuba, donde según las estadísticas oficiales no hay presos políticos ni se violan los derechos humanos.
Artículo 11
1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
Artículo 19
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Suponiendo que el caso de Pánfilo no esté bien documentado, conozco a más de uno que fue a parar a la cárcel por expresar sus deseos de irse de Cuba, por hacer comentarios inapropiados a un extranjero, o por escribir o decir que no está de acuerdo. Yo los conozco ¿y usted?
Antonio, saludos. me ha gustado mucho su artículo. Espero sacar algo sobre él mañana. tremenda suerte la de este hombre. Pero algo que me molesta y creo, no debió ocurrir, fue el manejo del socio que lo tiró a la candela, porque eso se sabía que iba a ocurrir.
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