En Cuba, desde hace casi medio siglo, el arte es un arma de la revolución. Así lo decretó explícitamente “el gran hijo de Birán” y lo ha hecho cumplir a raja tabla, quien no entra por el aro es multiplicado por cero. Con esas normativas los artistas pueden estar abiertamente contra la guerra, pero ojo, contra las guerras “injustas” y estas son las guerras desatadas por el “imperialismo yanqui”. Guerras justas son -aunque no lo publique el Granma y los revolucionarios culipandeen en foros internacionales al emitir juicios sobre el tema-, las que en estos momentos protagonizan las guerrillas de las FARC contra el Estado colombiano. Para los revolucionarios cubanos, la lucha armada continúa siendo “la única vía para resolver los males ancestrales que aquejan a nuestros pueblos”, por eso, cuando Chávez vaticinó guerras si Estados Unidos y Colombia deciden aumentar sus relaciones militares, yo sentí un profundo temor, porque en él y sus iguales de La Habana las ansias de poder –que ellos llaman liberación de los pueblos- superan a la razón, y de la palabra a los hechos no hay más que un click.
Siendo así las cosas en Cuba, el concierto por la paz en el que participarán Juanes, Olga Tañón, Miguel Bosé y otros artistas será sin dudas un evento en el que no se condenará a la narco guerrilla que desangra desde hace décadas el país de Juanes, porque aunque mucho culipandeen en La Habana y no lo publique el órgano oficial del PCC, para los revolucionarios cubanos los injustos son los oficiales y soldados de las Fuerzas Armadas Colombianas -aliados estratégicos del gobierno de Los Estados Unidos- y los justos son las FARC “porque siguen siendo la única vía para alcanzar la verdadera libertad de nuestros pueblos”.
Muy probablemente Juanes no haya votado por Uribe, pero Colombia es un país democrático, donde el presidente tiene la obligación de gobernar para todos los ciudadanos y de combatir el narcoterrorismo, porque ese fue el mandato que le dieron en las urnas. Álvaro Uribe, por esa guerra que libra contra las FARC en estrecha alianza con los Estados Unidos, es para los revolucionarios cubanos un “traidor”, así que Juanes, muy probablemente, llevará la voz cantante en un evento que, sin culipandeo de ningún tipo, estará abiertamente en contra del gobierno de su país, incluso cuando no mencionen su nombre.
Ya sucedió muchas veces en el pasado, que un visitante extranjero, con una alta dosis de buenas intenciones e ingenuidad, se convirtió en un aliado de la revolución cubana, todo por obra y gracia de la manipulación de la información en los medios totalitarios de adoctrinamiento, que son absolutamente todos los que existen legalmente en la isla.
Recuerdo muchos casos, pero los más sonados fueron los de Oscar D’León y Juan Pablo II. El primero recorrió la isla en una gira electrizante, que paró de cabeza a bailadores, estremeció incluso a los “patones” y dejó una huella indeleble en los músicos cubanos, pero cuando todo se acabó y la venta de sus discos sufrió una sensible baja por haber cantado en Cuba, Oscar tuvo que decir cosas que entonces no gustaron en La Habana, donde le cerraron las puertas a cal y canto y dejó de escucharse en la radio cubana por muchos años.
El Vicario de Cristo consiguió pasearse por toda Cuba, decir un par de molestas oraciones, los feligreses pudieron manifestar su júbilo religioso como nunca antes, el 25 de diciembre volvió a ser feriado, pero el Papa debió, entre el cielo y la tierra, pedir el cese del “bloqueo”, y acusar al “imperialismo yanqui” de sus injusticias contra los revolucionarios cubanos.
Este otro Juan, ya ha conseguido su plusvalía, ya tuvo suficiente propaganda gratis como para poder decir y hacer en La Habana todo lo que le sea sugerido, por ahora va ganando. Después -y ojalá que no sea así-, cuando disminuyan sus ventas y sus fanáticos dejen de ir a sus conciertos, dirá lo que tenga que decir aunque sea repudiado y acusado de traidor por los revolucionarios cubanos, y su voz no se escuchará por muchos años en la radio de la isla.
A mi me da lo mismo que cante Juanes en La Habana o que los Van Van toquen en Miami, lo que sí me molesta mucho es que tanto de un lado como del otro se manipule el suceso. Juanes o su hermana, tienen el derecho de tocar donde les contraten, pero si el artista va a meterle el pecho a la política, como es el caso de hacer un concierto por la paz en La Habana, debe tener la responsabilidad suficiente como para poder entender que Cuba, es el único país de este hemisferio que puede competir con los Estados Unidos por su participación en guerras fuera de su territorio, incluido el apoyo –antaño sin tapujos- a todos los llamados movimientos de liberación, incluidos las FARC.
Es absolutamente falso que la música nada tenga que ver con la política, ni en democracia ni en dictaduras. El artista es un ser pensante, unos más otros menos, el asunto está en la presencia que tenga en el espectáculo tal o cual mensaje. En el caso de un concierto por la paz, por África, o por las víctimas de un desastre natural el interés político es explícito y quienes participan en él deben asumirlo con gran responsabilidad y conocimiento; sin embargo, me parece que los participantes en este concierto por la paz en La Habana no han dicho todo o no les han formulado las preguntas correctas. En todo caso habría que preguntarle a Juanes ¿contra qué guerra será el concierto?, ¿contra la guerra de las FARC o contra la del Ejercito Colombiano?, ¿a favor de quienes será el concierto?, ¿a favor de los secuestrados o de los secuestradores?
Antonio, coincido con usted. Hay que esperar. hablaremos de su blog en el programa de el miércoles, espero que pueda escucharlo.
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