Los cambios en Cuba 2
Circula en la Internet el video de una boda celebrada en La Habana y transmitida el 12 de febrero por el programa “El Expreso”, uno de los espacios más populares de la diminuta oferta de la TV en la isla. Una fiesta farandulera, banal, cursi y frívola parecida a muchas otras que cada día los medios publicitan alrededor del mundo. Sin embargo, este insignificante suceso adquirió dimensiones desmesuradas debido a las sanciones aplicadas por las autoridades gubernamentales contra quienes participaron en esta transmisión.
Circula en la Internet el video de una boda celebrada en La Habana y transmitida el 12 de febrero por el programa “El Expreso”, uno de los espacios más populares de la diminuta oferta de la TV en la isla. Una fiesta farandulera, banal, cursi y frívola parecida a muchas otras que cada día los medios publicitan alrededor del mundo. Sin embargo, este insignificante suceso adquirió dimensiones desmesuradas debido a las sanciones aplicadas por las autoridades gubernamentales contra quienes participaron en esta transmisión.
Muchos somos los cubanos que tuvimos la oportunidad de trabajar o participar en fiestas mucho más escandalosas y “suntuosas” que esta boda, en lugares de muy alto abolengo, pero es justo anotar que ninguna de ellas fue transmitida por la TV cubana. Cada 8 de marzo, cada 31 de diciembre, cada 28 de septiembre, cada 26 de julio, cada 13 de agosto y cualquier día de cualquier mes de cualquier año, se derramaron, se derraman y se derramarán toneladas de banalidad en Cuba y se acompañan con platos y platillos de langosta, camarón, queso, caviar, jamones, coñac, cerveza, ron, champaña y otras infinitas chucherías. Pero nada de eso se ve por la TV cubana.
Estas fiestas “suntuosas”, nunca fueron algo de excepción, y desde hace algunos años dejaron de ser exclusivas para los miembros del polit buró o aparato. La tenencia lícita del dólar en el principio de los 90’s, posibilitó que un estrato de la sociedad cubana acumulara capital suficiente como para gastar en cumpleaños, bodas, bautizos etc., sobre todo esa capa social a la que pertenecen algunos ciudadanos colocados a la vera del camino del dólar, y que por su “apego a las reglas del juego” que rigen en Cuba les son toleradas sus banalidades. En este “apego a las reglas del juego”, por supuesto, están la discreción, la autocensura y la profunda convicción de que estas banalidades no deben ser difundidas por ningún medio.
Si los cambios en Cuba van por estos caminos, hasta el más necio debe entender que nada ha cambiado ni cambiará mientras el poder siga en manos de quienes la devastaron. Estas censuras y castigos son los mismos tantas veces aplicados, y para muestra un botón. El programa “Mientras tanto”, que condujo en los 70’s Silvio Rodríguez, quedó fuera del aire definitivamente y su conductor desempleado durante largos meses por hechos tan banales como los de esta boda. Algunos, enumerados por él mismo en una entrevista:
”1- Que yo había dado unas opiniones acerca de Los Beatles en la televisión.2- Que yo andaba con un ex recluso de la UMAP[1].
3- Que yo me reunía en Coppélia con unos jóvenes intelectuales de la Universidad medio sospechosos.
4- Que habían salido en un programa “Mientras tanto” dos personas dándose un beso en la boca […]”.Santo Domingo, 12 jun. 08
[1] Campos de concentración castro-estalinistas. (N. del A.)
Más información:
increíble suceso y muy acertada su inclusión en tu blog. Nos hemos divertido ("a veces rio por no llorar" si de cursilerías se trata)con la primera crónica social en 49 años de pren revilucionaria, que termino como la fiesta del Guatao. Una acto de traición a la patria que rechaza nuestro pueblo. El vernáculo se quedó en pampers.
ResponderEliminar